Capítulo 3 Una luz al final del túnel

Después de su reunión con el Doctor Arismendi y Marcous Lhan Francisco llegó sonriente su casa abrazó y besó a su mujer, reunió a sus tres hijos y les dijo que al fin saldrían de la pobreza ya que un Lhan le había propuesto un empleo que cambiaría su vida para siempre y no se equivoco su vida cambio para siempre.

-Mi amor, mi amor, mi amorrrrr, vamos vengan todos aquí con papá. -gritaba como un desesperado Francisco.

Francisco llegó casi corriendo hasta su casa, su ropa desteñida, descosida cada vez más dejaba ver su curtido pecho que podía verse bastante sudado, sus tres hijos incluyendo el pequeño Andrés de tan solo 3 años corrieron a él le abrazaron y pidieron su bendición.

-¡Papito bendición! -exclamaba el pequeño Andrés.

A el pequeño Andrés se le unió su hermano mayor de 9 años Francisco y su hermana Flor de 7 años.

-¿Que significa todo esto Francisco? -¿Acaso estás borracho? -pregunto su mujer en mal tono.

-Pero bueno mujer tu siempre arruinado la felicidad -respondió Francisco.

-Mamá deja que papito hable -replicó la pequeña Flor.

-¡Usted no se meta niña insolente! Que estamos hablando los adultos-respondió Florencia.

-¡Mujer le llamé a todos! La niña también tienen que oír esto

-¿A síiiii? , ¿Y que será eso tan importante? -preguntó Florencia con algo de sarcasmo.

-¡Don Marcous Lhan me acaba de ofrecer un trabajo! -Respondió Francisco sonriente.

-¿A caso usted me cree boba? Yo sé que lleva toda la vida trabajando para los Lhan -replicó Florencia un poco molesta.

-¡Mujer pero como socio de la empresa! -grito de alegría Francisco.

Los ojos de Florencia le brillaban, sus hijos saltaban de la alegría aunque no podían comprender muy bien lo que estaba pasando pero entendian que era algo bueno, sin embargo Florencia cortó la felicidad de todos diciéndo:

-Y acaso usted se volvió loco

¿Como va hacerse socio de los Lhan si no tenemos ni un bolívar?

Francisco quedó pasmado ante aquella pregunta y luego de titubear por unos minutos dijo:

>>El señor Marcous Lhan tomó en cuenta mis años de experiencia como agricultor y maestro de la tierra, quiere que me encargue de varias acres por lo tanto si obtengo un buen resultado en mi trabajo me va a obsequiar unas tierras haciéndome socio de la productora eso es todo ¡Ah bueno mujer! Pero alegrate eso puede cambiar nuestra vida.

Sus hijos saltaban de alegría su mujer se hallaba muy confundida aún no podía comprender cómo Francisco había conseguido eso tan repentinamente sin embargo era una buena noticia y no quería aguarle la fiesta a su esposo, así que le abrazó lanzándose contra su pecho suspirando de tranquilidad.

Aquella noche de luna llena mientras los niños Padrón dormían Francisco y su mujer hacían el amor apasionadamente la habitación se iluminaba con la claridad de la noche que ingresaba a través de la ventana junto con una suave brisa.

El amor y la pasión se apoderó de sus cuerpos hasta quedar exhaustos de placer tendidos en la cama hasta el amanecer.

Luego de vivir una noche llena lujuria y pasión llego el día en el humilde rancho de los Padrón donde escaseaba el dinero, eran ricos en necesidades pero sobre todo abundantes en amor.

5:00am el canto de gallo se hizo escuchar.

-¡Kiquiriki! , ¡kiquiriki! , ¡kiquiriki! -cantaban los gallos.

Con los primeros rayos del sol Francisco despierta y se mueve en la cama de un lado al otro tratando de abrazar a su esposa sin poder encontrarla, sintiendo en su nariz un rico aroma a café proveniente de la cocina, cuando de pronto escucho la voz de su mujer desde la cocina.

-Amor levante se te va hacer tarde recuerda que hoy es tu gran día.

Los rosados cachetes de Florencia aún sonrojados producto del recuerdo de su fogosa y emocionante noche le traían recuerdos a su mente al ver a su esposo completamente desnudo mientras este entraba al baño a ducharse.

En la mansión Lhan ya Marcous se encontraba despierto tomando una taza de café tinto con chocolate mientras esperaba el desayuno.

Don Federico a pesar de ser un hombre de la cuidad también se levantaba muy temprano más cuando se trataba de un negocio tan importante.

-¡Buen día! Yerno -dijo al ingresar en ropa de baño a la cocina para desayunar.

-¡Buen día suegro! Siéntese desayune la especialidad de la casa unas rica cachapa

-¡Con gusto hijo!

La empleada de servicio ingresó y colocó la mesa el desayuno sirviendo para ellos un café con chocolate bien caliente junto a un litro de leche unas cachapas acompañadas con jamón ahumado y queso de mano ambos desayunaron aún con sus batas de baño mientras conversaban.

-Definitivamente el chocolate de esta tierra es el mejor -exclamó Don Federico.

-¿Usted cree suegro?

-¡Claro hijo!

La señora Lhan se alistaba para salir de su mansión en la California Norte, Caracas, muy temprano y así realizarse los exámenes de laboratorio uno de los empleados le abrió la puerta de la mansión y su chofer le esperaba afuera de la vivienda, un hermoso jardín bordeaba aquella hermosa mansión de tres plantas completamente pintada de blanco, flores de jardín aromatizaban en el ambiente la hermosa mujer traía consigo un vestido color melón ajustado completamente a su figura, cuando la joven salió de la Mansión Arismendi el aroma propio de un perfume francés inundo todo el lugar siendo la flor más bella entre las flores de aquel jardín.

-¡Buenos días Carmelo! -exclamó Alejandra de Lhan.

-¡Buenos días señorita Alejandra perdón quise decir señora Lhan -respondió el mayordomo bastante apenado.

-No se preocupe Carmelo

-respondió rápido la señora Lhan.

Carmelo había sido el chofer de la familia durante muchos años por lo que siempre llamaba a la señora Lhan por su nombre propio pero por el respeto que debia una mujer casada, sentía la necesidad de cambiar el seudónimo de señorita por señora.

-¡Es que aún no me acostumbro! -añadió el chofer.

-¡Tranquilo! -Respondío Alejandra con una sonrisa-. Por favor llévame a Chacao.

-¡Como usted mandé señora Lham! -Sin embargo Carmelo mantenía el respeto-. ¿Ahora sí lo dije bien verdad?

- Si claro, Carmelo ja, ja , ja -respondió Alejandra.

En el cónsultorio el Doctor Manzano observaba con mucho detenimiento los resultados de las pruebas que le había practicando a la señora Lhan sin ver nada extraño o fuera de lo normal, esto le hacía pensar ¿Que podría estar ocurriendo le a su paciente?

            
            

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