Soy la más joven de mi familia, pero la más bendecida, encontré el amor siendo joven de la forma menos esperada y Ryan y yo nos complementamos de la mejor forma, de una forma que no muchos entienden.
-Nahia -escucho que me llaman-, Nahia reacciona mujer.
Escucho la voz de mi mejor amiga reclamarme, estaba muy metida en mi ensoñación.
-¿Estás bien? Yo lo dije, tu estás en shock y nadie me hace caso. O quizás es... -se levanta de dónde está se acerca a mi, se agacha para quedar a mi altura y toma mis manos, me mira preocupada- Nahia dime la verdad-, usa un tono de voz diferente-, ¿No te quieres casar? -su pregunta me toma desprevenida.
No entiendo de dónde rayos ha llegado a esa conclusión, qué carajos hice o no hice para que pensara de esa forma.
-Sabes perfectamente que si te arrepientes a última hora yo no voy a juzgarte -continua e insiste con lo mismo-, Si tenemos que irnos y desaparecer por unas semanas mientras se calma la histeria, lo haremos Nahia, estoy segura de que Noah tiene contactos y podemos irnos juntas por el tiempo que desees.
Levanto mi mano para hacerla callar.
-¡Cálmate mujer! -me burlo de ella-, ¿Te volviste loca? ¿De dónde sacas esas conclusiones?
Me sigo riendo porque me da gracia todo lo que dijo aunque a la vez me da ternura la forma en que se preocupa por mi.
-Es que te veo toda distraída, pensando en no sé qué y me preocupa que te quieras arrepentir y creas que nadie te apoya -me suelta y no puedo evitar abrazarla.
-¿Ya te dije que eres la mejor amiga del universo entero? -sonrío y ella niega a pesar de que se lo digo seguido-, pues lo eres tonta.
Me aprieta y me susurra.
-Sabes que decidas lo que decidas, yo estaré contigo.
Nos podemos de pie porque una de mis hermanas mayores llega, apresurada como si algo hubiese pasado.
-¡Levántate ya! que el proveedor de licores nos canceló- habla Alexa alterada.
«¡Maldición! Sabía que no todo podía ser perfecto» respiro profundo para no enloquecer porque si he mantenido la calma hasta ahora.
-Okey, está bien, no entremos en pánico -pido cuando la que siente que por primera vez va a entrar en un colapso nervioso soy yo.
«¡Cálmate Nahia! ¿Dónde está la serenidad que decías tener?»
-Igual no entres en pánico que tengo la solución -habla de forma engreída-, sabes que tu hermana mayor lo puede todo, pero vamos, que necesitaré más de este par de manos para cargar las cajas.
Recojo mis cosas, al igual que Marie y decidimos ir cada una en su auto. Según mi hermana, vamos al club de un amigo quien nos hará el favor de proveernos no que necesitamos, yo solo quiero tener eso en mis manos para venir a dormir y que ya sea mañana.
Conduzco por la ciudad siguiendo el auto de Alexa, con Marie detrás de mí hasta que llegamos al club.
Afuera las luces están encendidas pero es raro ver un club de este tipo sin una fila de personas afuera.
El amigo de Alexa nos espera en la puerta y ambos se ponen a hablar de los tipos de licores y todas las cosas antes de entrar, él abre la puerta y nos deja seguir adelante.
Entramos y todo está oscuro, me parece demasiado raro. Pero al cerrarse la puerta detrás de mí, siento que alguien me tapa el rostro con una capucha y otra persona me toma de las piernas.
Forcejeo y trato de gritar. Pero ese par me manos me lo impiden.
Me sientan en un lugar y trato de escuchar lo que sucede a mi alrededor.
«¿Por qué Alexa y Marie no gritan? ¿Le habrán hecho algo?»
El pánico se apodera de mí y siento que me colocan en una silla, aunque a decir verdad están siendo muy delicados para ser un par de secuestradores.
Siento una respiración agitada en el lado derecho de mi rostro, pero una voz viene del lado contrario.
-¿Preparada para vivir al máximo tu última noche como soltera? -sacan la capucha de mi rostro y las luces del lugar me dan de lleno en la cara.
Mi vista se tarda en acostumbrarse pero el susto que tenía, se disipa cuando frente a mí tengo a mis amigas de la universidad, hermanas, primas y otras mujeres que no conozco con una copa de champagne en mano y gritando.
-¡SORPRESA!
Alexa corre con una banda que dice "futura novia" y una tiara con un pequeño velo.
-¿Creías que ibas a casarte sin una despedida de soltera? -la miro con mala cara-, eso sobre mi cadáver hermanita.
Me dejó colocar la banda y el velo y la veo alejarse mientras la música comienza. Mi vista de inmediato viaja hacia los dos hombres que están a mi costado, uno vestido de policía y el otro de bombero, cada uno con un antifaz, brindando un aire sexy y misterioso a la vez.
«¡Mierda! Lo primero que les dije fue que no quería esto y fue lo primero que hicieron, no quiero terminar cansada, o peor aún, que Ryan se entere y se moleste porque claramente acordamos que ninguno quería vivir está experiencia» pienso para mí.
-¡Que comience la fiesta! -escucho el grito de alguien mientras en los altavoces comienza a sonar una canción que conozco y que hace que de inmediato me ponga roja como un tomate.
Earned it suena en los altavoces y el que está vestido de policía me toma del mentón para que solo lo mire a él, los gritos ensordecedores se escuchan por todo el lugar y puedo identificar la voz de mi loca amiga gritando.
-Disfruta tu última noche como mujer libre.
«Hasta ella me ha engañado, no puedo creerlo».
La música suena y el sexy hombre comienza a desprenderse de los botones de su camisa mientras mueve las caderas según el ritmo que va sonando.
La vergüenza me puede cuando al fin, deja al descubierto su torso muy bien trabajado y desvío la mirada para que no note lo apenada que estoy.
Su siguiente movimiento me descoloca porque es muy atrevido. Se sienta a horcajadas sobre mis piernas y toma mis manos para que las deslice por su pecho. Su abdomen es duro y puedo observar cada cuadro bien definido, como si fuese tallado por...
«¡Basta de pensar tonterías Nahia!» me regaño a mi misma, porque siento que estoy siendo infiel con el pensamiento.
Se baja, pero lo que hace es ponerse en cuatro dejándome prácticamente su trasero en la cara. Tengo que aguantar la risa porque todas gritan enloquecidas.
Se arrastra por el suelo y da una vuelta sobre una rodilla para quedar de pie. Camina hacia mí y me abre de piernas para pararse en ese pequeño espacio y dejarme su miembro en la cara mientras baila.
«¡Oh por Dios!»
Vuelve a sentarse sobre mí y echa su espalda hacia atrás, dejándome de nuevo cerca de mi rostro su notorio bulto. Como si no fuera poco, lleva una pierna detrás de mí espalda y acerca más mi cara justo allí.
Las manos me tiemblan y mi respiración se hace pesada. Quiero pararme y largarme, pero hay algo que me impulsa a quedarme.
De pronto toma el espaldar de la silla y me mira fijamente mientras me baja lento y pausado para quedar prácticamente tumbada en el suelo.
Comienza a bailar sobre mí, mientras nuestros cuerpos forman un perfecto sesenta y nueve.
Una vez más lo tengo tan cerca.
Se queda de rodillas y toma mis piernas. Me levanta bruscamente dejando mi trasero en su cara y se pone de pie.
Él con mi culo en pompa sobre su rostro y yo, por no sé qué número de vez, con su miembro en mi cara.
No tardamos demasiado en esa posición, cuando pasa mis piernas por sus hombros, dándome una voltereta que me hace quedar frente a frente con él.
La respiración de ambos es agitada y se entremezcla. Me desliza despacio por su cuerpo y deja las manos en mis caderas.
En este momento, no sé porqué, siento como si solo estuviéramos nosotros dos.
Me gira, de forma inesperada, y tomándome del cuello, me hace quedar en cuatro.
Comienza a mover su cadera, chocando contra mi como si me estuviera...
«¡Dios mío! Esto es tener sexo con ropa»
Me pone de pie y me deja frente a él.
-¿Estás lista? -pregunta y la voz me parece conocida, pero no sé de dónde.
«¿Lista? Si no estoy lista desde que entré a este lugar»
Me toma del cuello y me lanza al suelo, es delicado para que no me lastime.
Se acuesta sobre mí mientras contonea sus caderas y siento tan cerca el calor que brota de su cuerpo.
Se aleja, se pone de pie y camina de un lado a otro, creo que todo ha acabado, pero cuando viene el coro de la canción vuelve a estar sobre mí, él con la cabeza abajo y dejándome otra vez su cosa que ya se nota muy grande, a centímetros de mi rostro.
Hunde su cara en mi entrepierna y yo ya no se que pensar cuando me gira bruscamente y quedó boca abajo.
Se sienta sobre mí y me toma con una mano del torso para ayudar a levantarme, pero con la otra, hala un poco mi cabello.
Creo que se está extralimitando. Y comienzo a sentir su miembro endurecido sobre mí.
Sigue teniendo el control sobre mí, y me acuesta de lado y él se queda a mi espalda.
Choca su pelvis en mis caderas y es más que obvio que está excitado por todo esto.
Decir que yo no estoy húmeda y caliente sería una mentira descarada. Jamás en mi vida me había pasado algo así.
Se pone de rodillas y creo que todo al fin acabó, cuando él me toma de las piernas y me arrastra por el suelo para sentarme a horcajadas sobre él.
Nunca se quitó el pantalón, pero no es necesario, se mueve mientras está de rodillas conmigo encima y nuestros cuerpos no pueden estar más cerca.
Rodeo su cuello con mis brazos para no caerme y las últimas notas de la canción suenan, las luces se van atenuando hasta que todo queda oscuro y sus labios se acercan a los míos dándome un beso que me ha dejado impactada.
Reaccionó un poco lento, pero me alejo de él, poniéndome de pie antes de que la música comience nuevamente y las luces se enciendan.
El baile no ha acabado pero esta pequeña función privada si.
Mis hermanas se acercan y comienzan a lanzarle billetes de un dólar al hombre que se puso de pie y se me queda mirando fijamente, me gustaría ver su rostro, pero en ningún momento se sacó el antifaz y ahora trae puesta su gorra.
Alexa, la más loca de las dos, le quita su gorro y se lo coloca.
-Baila para nosotras -le grita y él se acerca, mientras se restriega a ellas.
«¡Por Dios! Que pena, espero no hayan notado nada».
-Aprovecha Nahia, toca todo lo que quieras, o más de lo que ya tocaste-se rie-, que después no podrás tocar a nadie más que Ryan -se burla Alessia.
Ellas creen que eso es una desgracia para mí pero en realidad yo no necesito nada más.
Esos últimos segundos se repiten en mi cabeza. Debería largarme y poner una queja. Un stripper no debería tener una erección, es su trabajo y debería saber controlarla. Y ese beso...
«¿Qué carajos fue lo que pasó?»
Me bajo de la tarima y busco a mi mejor amiga, ella me mira confundida.
-¿Pasa algo? -indaga.
-¡Vámonos! -me hace mala cara.
-Todas nos esforzamos por ti -se queja y sé que tiene razón, me hace pucheros y accedo a quedarme un rato más, pero prefiero irme al baño lejos de ese hombre. Necesito pensar en que rayos acaba de pasar.