El Madrileño
img img El Madrileño img Capítulo 3 2. ¿Pañales y biberones
3
Capítulo 6 5. Lo que tenga que ser, será img
Capítulo 7 6. Entre pasiones y pañales img
Capítulo 8 7. Servicios familiares intervendrá img
Capítulo 9 8. Catalina img
Capítulo 10 9. Conociéndote img
Capítulo 11 10. Amor que nace del alma img
Capítulo 12 11. El posible beso img
Capítulo 13 12. Sólo soy tuyo img
Capítulo 14 13. Estoy perdido en ti img
Capítulo 15 14. Ama a quien te ama de vuelta img
Capítulo 16 15. Tras su rastro img
Capítulo 17 16. Te ofrezco mi corazón img
Capítulo 18 17. Esta es mi verdad img
Capítulo 19 18. Entre mentiras y verdades img
Capítulo 20 19. Te encontré img
Capítulo 21 20. Dí mi nombre cada que te bese img
Capítulo 22 20.1 Deja que lo intente img
Capítulo 23 21. Causa y efecto img
Capítulo 24 22. Yo me quiero quedar, luchando desde acá img
Capítulo 25 23. Aferrarme a tu recuerdo cuando no estés img
Capítulo 26 24. Esto no me puede estar pasando img
Capítulo 27 25. Luz de estrellas img
Capítulo 28 26. Yo ya me voy... img
Capítulo 29 27. Lista de los deseos img
Capítulo 30 28. La Malagueña img
Capítulo 31 29. El último beso que te regalé img
Capítulo 32 30. Han pasado dos semanas img
Capítulo 33 31. El reencuentro img
Capítulo 34 32. Miradas que matan img
Capítulo 35 33. La cena azul img
Capítulo 36 34. La carta de Pilar img
Capítulo 37 35. Abadallah, arruinando todo img
Capítulo 38 36. Tu mirada lo dice todo img
Capítulo 39 37. Perdido en ti img
Capítulo 40 38. Y, ¿ahora qué img
Capítulo 41 39. Todo tiene una explicación img
Capítulo 42 40. ¿Tanto te costaba tenerme confianza img
Capítulo 43 41. Envalentonado img
Capítulo 44 42. Adelantamos Los planes img
Capítulo 45 43. La unión hace la fuerza img
Capítulo 46 44. El secuestro img
Capítulo 47 45. ¿Dónde estás, mi amor img
Capítulo 48 46. Voy de camino a buscarte, bodoque img
Capítulo 49 47. Trágico día img
Capítulo 50 48. Mi cielo img
Capítulo 51 49. La llegada a Madrid img
Capítulo 52 50. Te amo y te perdono... img
img
  /  1
img

Capítulo 3 2. ¿Pañales y biberones

Tano:

En la actualidad

-¡JODER, JODER! Esto es una broma-dije al borde de un shock nervioso. Esto, definitivamente me tomaba por sorpresa. ¿Qué haría yo con una bebé?, si soy un completo inútil, mi nana me cocina, lava y plancha.

Ya se me hace tarde como para plantearme que soy "padre" esto, esto es una confusión.

Sacó el móvil, inmediatamente llamó a Nath, de seguro él, sabrá que hacer. De dos timbrazos, el bicho este me responde con su voz ronca y adormitada, odiando al mundo completamente. Me vale una madre.

-¿Qué pasa tío?, son las siete y pico de la mañana, joder-exclama en modo de protesta.

Suelto un suspiro hondo, tomando a la niña de la cesta, se remueve en mis brazos incomoda, genial. ¡Ya somos dos!

-Estoy en serios problemas, necesito que vengas urgente a la oficina de papá, también quiero que pases a un supermercado, necesito pañales y biberones-espetó con molestia, la niña no deja de quejarse.

-¿Pañales, biberones... que coño esta pasando?-dice asombrado, ya despabilado.

¡Dios, dame paciencia!

-Me vinieron a dejar a una niña en una cesta, el problema no es que no quiera cuidarla, el problema es que la madre es una de las tías que me he follado quien sabe cuando. Necesito ayuda urgente y ya es tarde. Debo salir y no tengo con quien dejarla-exclamó frustrado, de fortuna la niña dejó de quejarse y se durmió en mis brazos.

Trato de acomodarla en el sofá, pero no puedo y ya es tarde.

-¡Mierda, mierda! ¿Dónde está Marina?-pregunta exasperado por mí nana, la cual hoy, tiene el día libre.

-Hoy es su día libre, no puedo molestarla, haga lo que le pedí y me alcanza en la oficina. No puedo dejar a la bebé aquí sola.-cuelgo el teléfono y me pongo en marcha, la meto de nuevo en la cesta gigante, bajo el ascensor y me enfiló al parqueadero, veo que los mismos socios del edificio me miran con desagrado, me importa un pepino.

Engancho con los cintos de seguridad la cesta, me subo al piloto del auto y me voy directo a la empresa, papá no estará de humor con tanto que llevo para contarle. La bebé empieza a sollozar, supongo es por la posición y el lugar incomodo, que sé yo. Gracias al cielo estamos ya a unos pocos metros de entrar al parking del edificio. Terminó de aparcar, me salgo del auto y estando a unos veinte pasos de distancia, recuerdo que la niña se quedó en el auto, corro para verla y ella está ahí, dedicándome una mirada seria. ¿Será que entiende que soy un tonto total? Pueda que sí.

-Perdóname, no tengo una idea de como tratar con niños y peor, de tu edad-trato de explicarle y sé, no me entiende un pepino.

Ver sus manitas tan pequeñas me causa ternura, pero debo de ir de inmediato a servicios familiares y ponerla a merced del estado, ni siquiera sabría si es mía, me he cuidado en todos los encuentros que he tenido.

Ahora sí, vamos juntos hacia el elevador, presionó el botón del piso 21, con una niña en brazos que de seguro tiene hambre, mandare a pedir Nuggets de pollo para darle y algún refresco, sí, seguro.

Entro al fin a las instalaciones donde se encuentra mi padre, con 45 minutos de retraso, entró como si nada al recinto, del bullicio de las computadoras, impresoras, gente murmullando y algún que otro tipejo cantando flamenquillo en horario laboral, el silencio sepulcral se hace notar y palpar en cuanto me ven con la bebé en brazos.

-Demasiadas bocazas abiertas-espete irritado.

De inmediato, todos aplacan mis palabras y nuevamente se dedican a "trabajar" siendo lo que menos hacen por acá.

-Señor Cayetano, ya lo anunció-dice Raquel, la recepcionista más vieja que tiene la empresa, la que forma ya parte del inventario.

-Que no me digas señor, Raquelita. Con que me digas Tano, es más que suficiente-Ella sonríe y cuando me ve detalladamente, se queda perpleja.

-Ella es María E, la hija de una buena amiga. No tenía quien la cuidara y me ofrecí a hacerlo pero, no tengo puta idea de que hacer-digo, meciendo a la bebé en mis brazos, veo que se durmió y eso, en cierta parte me hace entrar en calma.

-Se nota, querido. Dame aquí a ese retoño que de seguro tiene hambre, frío y necesita un cambio de pañal-dice en tono preocupado.

Se la entrego de inmediato, -Manda a pedir unos Nuggets de pollo y un refresco, cárgalo a mi cuenta y dale de comer-acotó sin más. Ella me ve con una cara de susto y risa, no se como pero, es graciosa.

-Tano, esta bebé tiene a lo mucho unos cuatro meses. No come aún más que sólo fórmula o leche materna. No podemos darle Nuggets, ahora, dame la pañalera-exclama.

No sé ni que es una pañalera, Dios.

-¿Qué es eso? No sé, pero si son pañales, Nathan debe de traerlos y unos biberones, te la encargo, voy a con papá-estoy a punto de girarme para entrar al despacho de papá pero, inmediatamente Raquel me toma del brazo.

-Dicen que las señoras de mi edad, con el tiempo adquirimos más sabiduría. ¿De dónde sacaste a esta niña? Ella no es hija de una amiga. Tiene tus rasgos, recuerda que yo te conocí de crio-dice con su voz risueña y a la vez asustada.

No puedo mentirle a este pan de Dios.

-Me la llegaron a dejar a la puerta, Raquel. No sé quien será o si es una pésima broma. No puedo criar a esta bebé, ni siquiera se que darle de comer... prometo que resolveré esto, mientras, debo de entrar con papá a decirle que acepto ser el ceo de esta empresa pero que no hay boda con Constanza DiVaio.

Ella se queda atónita, la bebé sigue dormida y yo, paso los dedos sobre mi cabello, con un toque de ligera preocupación. No puedo demostrar que estoy asustado y muriendo, no puedo.

-Esta bien, yo me encargo de esta belleza. ¿Me puedes dejar la tarjeta de crédito? Esta bebé necesita un baño, ropita y demás cosas... yo te ayudare en lo que pueda-me abraza fuertemente y agradezco tener una mano amiga en estos instantes.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022