Capítulo 2 Max

Max.

-Necesito una esposa.

Termino con esa frase después de explicarles todo el asunto a mis espectadores mientras la enfermera que Ariatna envió a mi departamento termina de curar mis heridas. Dos horas más tarde de todo lo ocurrido, estoy en mi apartamento y me encuentro vendado de las costillas, en la opinión experta de la señora enfermera no hay hemorragia alguna ni costillas rotas, la nariz dejó de sangrarme y lo único que le preocupa es mi poca paciencia para quedarme quieto mientras me pone las puntadas en la mejilla abierta.

-Maxwel Nox; "el joven y galante millonario" -Víctor recita la forma en que la revista Men's me había catalógalo hace un par de años cuando regresé de la universidad-, se casa en un mes. -Termina con una falsa carcajada mientras se arroja en mi preciado sofá reclinable.

Desde que había vuelto a casa tras estar varios años en el extranjero, lo tenía todo plameado, pero ahora para conseguirlo debo cumplir con los requerimientos de mi abuela Margaret.

Hasta el día de hoy en mis 27 años, estaba seguro de muchas cosas, principalmente de siempre trabajar duro para conseguir mis metas, en procurar no romperle la cara a quien se me pusiera en frente, exceptuando mi hermano, y edificar el legado que durante años le costó construir a mi abuelo y ahora me toca dicha responsabilidad, para la cual estoy completamente preparado, pero no estoy listo para casarme con nadie y no creo estarlo nunca. Yo solo puedo llevar y engrandecer la compañía, como tiene que ser y como seguramente mi abuelo; Logan Nox, querría.

Creo en la publicidad, en la seria, en los buenos y ponderados tratos, en el amor que le tengo a mis hermanas. Todo eso le da significado a mi vida. El amor eterno, por otro lado, no. El matrimonio desde mi perspectiva solo es un engaño para herir al otro.

Mi padre bien me lo había demostrado al engañar durante años a mamá hasta el punto de llevar a sus amantes a la casa mientras todos estábamos ahí o mi madre convaleciente en la cama después de haber tenido a alguno de sus muchos hijos e incluso al propio funeral de ella justo después de haberlo provocado él mismo. Y mi hermano solo me confirmaba que de eso se trataba ese acuerdo del "matrimonio" al ver la forma en que se comportaba cuando estaba con Molly y sin ella. Para ser igual a ellos no deseo casarme, paso. Pero si tengo que casarme con alguien para conseguir que Nicolás no lleve a la ruina la compañía o trate a sus empleados como a su esposa, debo encontrar a una mujer que vea esto como un negocio en el que ella también pueda beneficiarse sin que busque nada más de lo que pueda ofrecerle a cambio.

-¿Y cómo piensas conseguirlo? -interroga risueña mi hermosa visita sacándome de mis pensamientos, como si me leyera la mente.

Antes de responderle, miro a la enfermera, regordeta y bastante mayor, que ya recoge sus cosas y la acompaño a la salida para que al fin podamos quedarnos los cuatro solos a idear un verdadero plan de acción, no sin antes escuchar sus recomendaciones:

-Tómese el medicamento para el dolor, no sea macho y se aguante ya que solo empeorará todo, límpiese delicadamente la herida cada que pueda y yo vendré a quitarle los puntos en un par de días.

Sonrío y cierro la puerta sin decir nada más para poder regresar a la sala y recuperar mis ideas iniciales.

-Para eso te pedí que vinieras, hermanita. Necesito a alguien que no busque más de lo que puedo ofrecer, una mujer dispuesta a ver esto como un simple trato sin amor y que dure el tiempo suficiente para obtener la presidencia de Nox publishing. -Me dirijo hacia donde se encuentra sentada Ronda y le alboroto ligeramente la cabellera.

Danilo Torres, el brillante chef Montivano que conozco desde pequeño asoma su cabeza desde la cocina y grita:

-Suerte con esa chica... -Ruedo los ojos sabiendo lo que viene a continuación-: si la encuentras, me presentas a su hermana.

-Por dos -lo secunda Víctor; gigoló en potencia y magnate millonario que recientemente heredó la compañía de telecomunicaciones más grande en Montive cuando su padre falleció en el otoño pasado.

-¿Para qué los llamé si no me están ayudando? -protesto -. Danilo, deja de saquear mi cocina y Víctor, no te duermas. -Le arrojo un cojín hacía la cara, con mucha fuerza, provocando que el reclinable se tambaleé hacia atrás a punto de tocar el suelo.

-Fácil, en Tlander -exclama Ronda reacomodándose en el sofá después de haberse levantado precipitadamente asustada por la caída de mi amigo.

Frunzo el ceño y cuestionó sin entender a qué se refiere:

-¿Qué?

-Ay, hermano. Tlander, la app que usan los tipos como tú para citas ocasionales y otras cosas.

-¿Cómo yo? Ni siquiera la conocía. Mejor dicho... -Pongo mis brazos en jarras y ladeo mi cabeza para parecer autoritario-. ¿Tú cómo la conoces?

Ronda sonríe nerviosa, mira a Víctor y después a mí.

-La conozco y ya, alguna de mis amigas lo habrá mencionado hace tiempo.

-¿Con qué clase de amigas te juntas? -Con un gesto de la mano le resta importancia al tema y continúa:

»Mi idea es que hagas un anuncio en la app. Creamos un perfil, algo misterioso, sin tu nombre ni nada, así evitamos a las que ya te conocen. Danilo y yo nos elegiremos a las diez candidatas que pasarán a la primera ronda. Todo será Top Secret una vez seleccionemos a las diez chicas. Luego haremos un filtro parecido a mesas musicales con disfraces donde contrataremos a diez hombres similares a stu complexión que se harán pasar por el susodicho galán del anuncio.

-Yo estaré entre ellos -exclamó levemente convencido de que sea una buena idea.

-Por último -Prosigue Ronda-, las cuatro seleccionadas finalistas tendrán una cita de un día completo contigo.

-Con acuerdos de confidencialidad -agrega de forma inteligente, para variar, Víctor.

-Y así tendrás en menos de dos semanas a esa mujer que quieres para casarte, hermanito.

-¿Y tú como ideaste todo eso en poco tiempo? -grita Danilo desde la cocina.

-Looking for courtship -dice refiriéndose al programa Montivano más visto en todo el mundo donde más de cuarenta desconocidos ingresan a la buena mansión de Atilé Montive, el padre fundador de la ciudad, para encontrar supuestamente el amor.

-¿Y qué diría el anuncio? -pregunto aun con duda y ligeramente temeroso por la idea de los disfraces.

-Eso déjamelo a mí. Claro que, si no funciona, aún puedes recurrir a la lista del terror de la abuela. -Todos ríen al unísono y asumo que imaginaron la peor de las escenas.

Yo, por mi lado, solo logro ver a lo lejos la fila interminable de niñas que sí o sí aprobaría la vieja.

«Alguna chica puritana y aburrida con la que tendré que quedarme casado de por vida».

Sacudo la cabeza deshaciendo esa idea de mi mente.

Después de unos momentos Víctor se dispone a hablar:

-Yo también puedo ayudar con el anuncio. -Se levanta con sonrisa triunfante y esperanzado de encontrar a alguna ingenua para tener su entrevista privada.

-Gracias... -Le pongo la mano en el hombro a mi mujeriego amigo -, pero confiaré esto solo a mi hermana.

Ambos se miran y sonríen con complicidad. Aquel gesto entre ellos me causa una punzada en el pecho.

«¿Celos? Na, Ronda no sería tan tonta como para caer en las redes de Víctor».

Mis pensamientos me tranquilizan y vuelvo mi atención a Danilo que nos ha traído de cena un rico estofado y milanesas empanizadas acompañadas de pasta que me recuerda a las comidas de mi infancia. De inmediato se me hace agua la boca e ignorando a todos, tomo un plato y comienzo a engullirlo todo.

Después de cenar, Víctor y Danilo deciden irse. Por la forma en la que Víctor se despide tan cariñosamente; abrazándo y con un largo beso en la mejilla a mi hermana, se enciende nuevamente en mí un foco rojo y me pongo en alerta.

-Me avisas si necesitas mi visión experta con las chicas -exclama Víctor y ambos salen de mi apartamento.

Mientras tanto Ronda y yo nos quedamos armando de una vez el dichoso anuncio para Tlander.

-¡Lo tengo! -exclama después de unos minutos-, ¿Qué te parece...? "

Joven, apuesto y adinerado soltero busca esposa falsa.

No sabrás mi nombre ni nada de mí hasta que nos conozcamos. Tengo 27 años y quiero ofrecerte una vida llena de lujos y riquezas. El matrimonio durará solo 5 años y sin hijos. Los requisitos para que puedas ser mi esposa son: que seas una mujer entre 20 y 26 años, no más alta de 1.80 centímetros, bella, delgada, de buen corazón, con altas cualidades empresariales, que siempre esté disponible para mis eventos, que quiera casarse en un mes, que me ayude a cuidar de mi familia y a crecer como persona.

¿Crees tener el perfil?"

-No lo sé -niego con la cabeza para nada convencido que esto sea exactamente lo que estoy buscado -, tal como parece, hermanita, tienes un mal concepto de lo que un hombre quiere y necesita de una mujer. Al menos de un hombre respetable como yo.

-Tú no buscas una mujer -réplica Ronda ya harta de mis correcciones e indecisiones-. Buscas a alguien que pueda complace el capricho que la abuela tiene por casarte. Creo que conozco a la perfección lo que esa mujer quiere para ti y para nuestra familia, hermano.

-Lo sé, pero no busco a alguien que solo vea el dinero disponible para ganar ni a una madre que me quiera cuidar ni una simple modelo para fotos de eventos. Quiero una mujer real con la que pueda llevarme bien en todo el tiempo que la farsa dure.

En cuanto mi hermana se levanta vuelvo a mis reflexiones habituales y me desparramo en el sofá. Por un lado, creo que es la única forma eficiente y rápida para conseguir lo que busco, por el otro se me hace algo comercial y poco caballeroso de mi parte. Pero lo prefiero a tener diez citas diarias para encontrar a una sola mujer que merezca la pena el riesgo o tener muchas citas con alguna de las chicas que mi abuela colocó en su lista del terror.

«¿Y si alguna de ellas está loca o peor, todas lo están?».

Decidido, respiro profundo, tomo la computadora donde estamos plasmando nuestras ideas y comienzo a escribir el anuncio que decidirá el resto de mi vida:

Joven soltero busca esposa.

No te diré mi nombre hasta que nos conozcamos. Tengo 27 años y busco una mujer capaz de ver el matrimonio como un trato en el cual tendrás el beneficio de una vida cómoda y sin preocupaciones por los cinco años que durará el contrato nupcial. Los requisitos para que este acuerdo se lleve a cabo son: que tengas entre 20 y 26 años, no más alta de 1.80 centímetros, bella (a mi parecer), delgada, de buen corazón, con altas cualidades empresariales, que siempre esté disponible para mis eventos, sin hijos ni casada anteriormente, que quiera contraer matrimonio en un mes y respete mis siguientes reglas.

1. No enamorarse de mí.

2. No mentirme.

3. No hablar con nadie sobre lo que vea o pase a mi alrededor.

Si crees tener el perfil, prepárate para conocernos en una semana.

Todas aquellas interesadas en postular, favor de asistir este miércoles 25 de marzo a las oficinas de diseño Nox, ubicados en av. Lucky B30 de 08 a 12 horas.

Se aceptarán únicamente a las primeras 30 candidatas asistidas o con cita agendada en el enlace inferior.

Dejo de teclear y espero impaciente a que mi hermana lo lea.

-Conciso -comienza a hablar después de un rato-, firme, algo ostentoso, pero creo que funcionará sin problemas, Max. Aunque no estoy segura de que solo 30 asistan al lugar.

-Las elegiré yo de acuerdo a los requisitos del tipo de mujer que quiero.

-¿Las elegirás solo por su aspecto? -Truena la boca en desagrado.

-No. -digo- En el anuncio coloqué una trampa. Quien solo asista sin más, queda descartada. A las previsivas que agenden cita, pasan. Ya revisé y en cuanto coloque el anuncio en la app puedo configurar cuántas solicitudes quiero recibir. No pretendo hacer esto más grande de lo necesario.

-¿Y crees prudente colocar a las oficinas Nox como sede de tus amoríos? -Capto su ironía y le sacó la lengua como cuando era pequeña.

-Todo estará bien organizado, nada se saldrá de mi control.

En cuanto Ronda termina de configurarlo todo y le da clic al botón de crear perfil, sé de inmediato que puedo lograrlo, encontrar a una mujer dispuesta a solo hacer lo necesario para alcanzar mis metas y ella tener unos buenos años de estabilidad. Incluso puedo visualizarla, alta, esbelta, cabello castaño y ojos oscuros, una voz increíblemente seductora, con la que tendré apasionantes conversaciones sobre cultura y quizá, si tenemos suerte, podamos terminar siendo amigos.

«Siempre y cuando no tengas dramas ni nada resulte mal».

Cuestiona mi mente. Mi mejor y peor enemiga desde que mi madre murió.

            
            

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