Costándole muchos dólares para recuperar lo perdido, también me di cuenta en ese momento que mi supuesta amiga era la pareja de Federico y que el paquete era para ella, Federico rompiendo la lujosa envoltura de aquel paquete muestra lo que había en su interior: Un lujoso collar de oro blanco, el cual colocó en el cuello de Rubí, la cual se hacía llamar mi amiga escuchándola decir puras mentiras a la prensa sobre mí.
Ya en la comisaría me trataron de lo peor, con insultos y demás, el interrogatorio fue infernal diciendo siempre que fui yo quien tomó el collar, pero por más que yo les dijera que no sabía nada del paquete ni de su contenido, ellos no me creían.
Al día siguiente después del mediodía, !a que no adivinan!, mi supuesta amiga fue a verme o mejor dicho a burlarse de mí.
–Esos barrotes te lucen bien, –dijo Rubí.
–Pero, ¿qué haces aquí?
–Vine para asegurarme de que no salgas.
–¿Por qué estás haciendo esto?
–¿Por qué? Y todavía lo preguntas.
–Vicente tendría que haber sido mi esposo.
–¿Pero de qué diablos habla?
–Piensas que no me entere, ya sé que te ibas a casar con Vicente.
–Me voy a casar con él cuándo él venga y me saque de aquí.
–¡Ja! lo dudo.
–Él confía en mí y, es más, en el video de seguridad debe salir que yo no agarré ningún paquete.
–Si tal vez salga algo en ese video, pero nunca nadie lo sabrá –comenta Federico colocándose detrás de Rubí.
–¿Porque lo dices?, –comenté algo angustiada.
–Veras el video de esa tarde no aparece.
–¿Cómo?, eso es imposible.
–Imposible que se pierda sí, pero es fácil que se desaparezca.
–¿Cómo?, tú eres un maldito.
–Tranquila mi niña donde quedaron tus modales –diciéndolo con ironía.
–Veras te has convertido en un estorbo para mí y para mi socia.
–¿Cómo que tu socia?, ¿de qué estás hablando?
–No vale la pena hablar más con alguien que no verá la luz del sol por un buen rato.
–NO ¡SAQUENME DE AQUÍ AUXILIO!
–Te pudrirás en prisión perra –exclama Rubí.
–¿Por qué haces esto Rubí?, ¿qué te he hecho?
–Qué me has hecho, te diré que llevo muchos años detrás de Vicente y su fortuna.
– ¡Fortuna! ¿Cuál fortuna? ¿De qué estás hablando?
–Que ignorante eres, estabas saliendo con Vicente y apenas te enteras que él es multimillonario él tiene varias empresas y es socio donde trabajamos.
–Además ando detrás de él desde que estudiábamos juntos, intenté agradarle en ese tiempo, pero él era un genio, yo nunca pude estar a su altura, tuve que hacer muchas cosas para seguir a su lado.
Pero al final no pude graduarme y solo conseguí estar cerca de él siendo secretaria, pero fue a ti, a quien le dieron el puesto de secretaria de él.
–¿Y porque no dijiste nada antes?
–Porque tendría que contarte algo sobre mi vida personal, trabajé todos esos días hasta tarde para que él me notara y valorara mi esfuerzo y trabajo, pero no, se fijó en ti. Una perra recién llegada.
–Yo no soy como tú una cualquiera –se lo dije en tono ofensivo.
–Claro querida yo haré lo que sea por alcanzar mi meta.
–Vámonos aquí no hay nada que hacer –exclamó Federico.
–Eres una maldita no te saldrás con la tuya.
–Claro que sí, pero con algo de ayuda –comentó Federico.
En eso se asomó un guardia y vi como Federico sacaba un sobre lleno de dinero y se lo entregó.
–Ya sabes qué hacer.
–Tranquilo de esta no la salva nadie –comentó el guardia.
–Más te vale, adiós hasta nunca Elizabeth.
–AUXILIO SAQUENME DE AQUÍ –gritaba frenéticamente.
Retirándose ellos, el guardia se acerca, me ve y se sonríe luego se retira, esa sonrisa no me gustó para nada, pasó como media hora antes de que el guardia volviera, pero esta vez traía consigo a cuatros mujeres que se veían de muy mala procedencia. Abrieron la reja y entraron ellas, el guardia se acercó a la reja me pico el ojo y me arrojó un beso.
–Que pases buenas noches mi princesita –le dijo el guardia en todo burlón.
–Con que esta es la niña con la que tenemos que acabar hoy –comentó una de las mujeres.
–Aléjense de mí –dije en forma agresiva.
–La mujercita se la tira de agresiva, qué bueno, nos divertiremos con ella –expresó otra de las mujeres.
–Disfrútenla, allí se las dejo hasta mañana. –Volvió a señalar el guardia.
Se retiró riéndose a carcajadas, luego de que se retiró ellas se me acercaron intentando manosearme, luché todo lo que pude, pero a la final ellas eras 4 contra mí y además ellas estaban acostumbradas a pelearse yo nunca en mi vida había peleado. Me dieron una paliza y en medio de la paliza me violaron me dejaron toda morada de tantos golpes, a la mañana siguiente casi no respiraba, me llevaron a la enfermería en la cual lo único que hicieron fue limpiarme, después me llevaron a tribunales.
Como era de esperarse, también Federico había sobornado al juez y a los que sirvieron de jurados, como estaba toda adolorida no pude decir nada en mi defensa apenas podía respirar, la sentencia fue rápida por robo intencional en primer grado 18 años de cárcel.
Me trasladaron a la penitenciaria de mujeres en Michigan Arizona lo que era muy extraño porque yo vivía en los Ángeles San Diego ellos querían que no me encontrara Vicente, todo fue muy rápido porque el juicio estaba completamente arreglado.
Al llegar a la penitenciaria me dieron otra paliza que casi me matan, en la enfermería la doctora me da una noticia que apenas podía creer estaba embarazada, la doctora no se explicaba cómo no había perdido a mi hijo con tantos golpes.
Lo que ella no sabía es que por inercia cuando me golpeaban yo me ponía en posición fetal, la mayoría de los golpes los recibía en los brazos, piernas, cabeza y espalda, tenía varias costillas rotas, pero mi bebé estaba sano.
Por ese motivo me mantuvieron aislada del resto del grupo, a los cuatro meses me dieron permiso de llamar y por fin llamé al celular de Vicente con tan mala suerte que estaba en conferencia y el celular lo había dejado en su oficina.
En eso que estaba sonando el teléfono de su oficina cae la contestadora le dejo el mensaje diciendo donde me encontraba y que estaba esperando un hijo de él, lamentablemente Rubí estaba cerca, ella tomó nota del mensaje, luego borró toda la cinta para que Vicente no supiera nada, después se dirigió a la oficina de Federico.
– ¡Federico tenemos que hablar hay un problema!
– ¿Qué paso mujer? deja los gritos alguien te podría escuchar.
–Es esa perra sigue con vida.
– ¡Cómo, es imposible! Estas soñando otra vez.
–Déjate de tonterías, acaba de llamar, por suerte yo estaba cerca y escuche cuando ella estaba dejando el mensaje en la contestadora de Vicente.
–Eso está mal tenemos que evitar que él sepa dónde está.
– Y eso no es lo peor, está embarazada.
– ¡¿Qué?! Es imposible, eso podría echar todo a perder, tenemos que hacer algo antes de que él se entere, tenemos que sacar tiempo para terminar de ejecutar nuestro plan.
– ¡Eso lo sé! ¿Pero qué hacemos?
–De momento nada, continua tu trabajo vigila a Vicente mañana hablaremos.
–Está bien, regreso a la conferencia ya debe estar a punto de terminar.
Ella se retira de la oficina, Federico en ese momento recibe una llamada era otro cabo suelto, el oficial que había cambiado las cintas lo estaba sobornando y no era la primera vez eso se estaba convirtiendo en un problema grave para él.
En la mañana siguiente Federico ya había planteado un nuevo plan después de cerrar el contrato, los socios estaban celebrando, cuando ya pasaban de las 10:00 pm los socios empezaron a retirarse.
Solo quedaban los más allegados a la empresa, en eso Federico pone en marcha su plan colocando un sedante en la bebida de Vicente, quien no estaba compartiendo con ninguno de ellos porque todavía estaba molesto por lo que pasó con Elizabeth. Él le había perdido la confianza a todos en la empresa no trataba a nadie solo lo necesario y estaba planeando retirarse a otra sede fuera del país, pero no lo había hecho porque el Presidente Nicolás se la ingeniaba para mantenerlo en la empresa.
Algo que le molestaba a Federico. Cuando Vicente se disponía a irse Federico le hace llegar la bebida con Rubí, él no quería, pero Nicolás le insistió que brindaran por su gran logro, lo cual lo traía sin cuidado.