-Noo! Estoy desesperada, me llamó un paramédico pero no me dijo nada en específico.-Le dije esperando una respuesta positiva.
-Jonathan sufrió un grave accidente.-indicó Laura con una expresión en su rostro muy triste.
-Qué? Pero está bien? Dónde está? Necesito estar con él.-Asevere con gran desesperación
-No lo puedes ver... exclamó Laura.
El corazón se me subió a la garganta no podía creer lo que escuchaba, será que esta? No no no. Ya lo supiera! Las malas noticias vuelan.
-No te asustes- me dijo Laura.-Recuerda que él tiene su propia familia.
-Deja los rodeos Laura y dime que es lo que está pasando.-Le comente sin titubear
-Ayer en la noche cuando iba camino a su reunión familiar al parecer su vehículo tuvo una falla y no pudo maniobrar el impacto contra una muralla. El carro quedó destruido. Es un milagro que esté medio vivo.-dijo Laura.
-Medio vivo?-Pregunte inmediatamente.
-Si! Está en estado de coma. Necesito que te calmes, vamos al baño. Nadie te puede ver así.- Expresó de manera muy sensata.
Yo estaba hecha un mar de lágrimas, inconsolable, con una presión enorme en el pecho.
Sin poder hacer seguimiento a su estado de salud, sin poder verlo, sin tener comunicación con ninguno de sus familiares para al menos estar informada.
-Aquí sí podemos hablar mejor, lavate la cara y trata de calmarte.-Me consolaba Laura.
-No puedo! ¿Cómo nos viene a pasar esto? Nos acabamos de reconciliar.-Gritandole
-¡Sabes todas las consecuencias de estar con un hombre casado! Te lo advertí Anais, era una decisión personal. Yo se que el te ama. Pero sigues dispuesta a ser su amante? No estás presente en un momento tan grave como este. Creo que debes reaccionar.-Reclamaba Laura sin parar.
-Fue un accidente y cuando esto pase seguiremos juntos-Le conteste.
-Anais escuchate y analiza la situación, él es mi amigo lo quiero, no quiero que nada le pase, me duele que todo esto le este pasando. tú también eres mi amiga y por esa razón no me parece justo que estés sufriendo. pero tenemos que estar consciente de algo: Está en coma. Las esperanzas son pocas. En caso de salvarse tendrá un proceso de recuperación largo y será en su casa con su familia.-dijo Laura.
-No me perturbes Laura, ya no más.-le dije.
-Tienes razón Perdóname, vamos! Es hora de trabajar.-Me dijo mientras me daba un caluroso abrazo.
Ahora sí tenía que ser fuerte, muchos en la oficina sabían de nuestra relación, pero quien me preocupaba era Delia. Yo iba a ser su burla. Era pesada y sus comentarios no tardarían en llegar. Ella era una mujer titulada pero sin clase, muy grotesca y prejuiciosa. sabía que iba a meterse conmigo, tenía que estar preparada para ello.
Esa noche llegué a la casa exhausta, sin ánimos de ningún tipo, solamente quería dormir y relajarme. Tenía mucha fé solo tenía que esperar que el milagro sucediera. Pasó una semana y mi vida se había convertido en una rutina constante, casa-universidad-trabajo-casa. soportando los comentarios malintencionados de Delia, su actitud déspota y despreciable. un dia coincidimos en el baño y ella me preguntaba acerca de mis estudios y como iba todo, buscando un acercamiento, yo trate de ser muy educada al responderle, solo lo hacía por cortesía. Y la pregunta que no tardaba en llegar la hizo con la mayor alevosía.
-Oye y has hablado con los padres de Jonathan o sus hermanas? Lo dudo porque no creo que esa familia de principios morales tan conservadores traten contigo, sabiendo el rol que cumples en la vida de él.-Indico Delia con un tono burlista.
-No conozco a su familia. -Le respondí.
-mmmm! Es lógico. Bueno, esperemos salga de ese estado pronto.-comentó Delia en un tono de esperanza.
-Claro! Es lo que se espera, me disculpas, debo ir a mi puesto de trabajo.-Le dije y me retiré.
Pero qué clase de desgraciada es esta mujer, pensaba en arrancarle la cabeza o golpearla contra los inodoros, no parece humana, me torturaba con sus palabras, me hacía sentir peor. Llegué tarde a la vida de Jonathan y no poder estar al pendiente de todo su estado de salud me ponía en una depresión aguda y constante. Sin embargo ese día tuve un rayito de luz entre tanta oscuridad, me llamó un primo de Jonathan, me dijo que se llamaba Victor y que conocía toda nuestra historia, que solo estaba esperando el momento de poder conversar conmigo porque Jonathan esa mañana había despertado. Su estado de salud era delicado, tenia varios huesos fracturados pero el mayor peligro ya había pasado. Estaba feliz, principalmente porque Jonathan estaba fuera de peligro pero también porque había un cómplice en su familia y podía tener una comunicación efectiva para saber sobre él.
No dije nada en la oficina, para no levantar sospechas en Delia y ella no tuviera como poner al tanto a la esposa de Jonathan. Ya mi dia sombrio y oscuro había cambiado y ya solo esperaba la pronta recuperación de Jonatan. Para mi sorpresa Jonathan me llamó esa noche, me dijo que todo estaba bien y que quería verme, que estaba extrañandome. Evidentemente mi corazón se conmocionó ante palabras tan hermosas y le dije que lo amaba, que solo quería que mejorará.
Al cabo de un mes pasaron varias cosas, le dieron de alta en la clínica a Jonathan y se fue a cumplir con su reposo en la casa de sus padres, además ingresó a la compañía una persona quien reemplazará a Jonathan mientras estaba de licencia, el nuevo (como todos le decían) se llamaba Abel, bien parecido pero nada especial. También me hice muy cercana a la directora de recursos humanos Noemi, una mujer involucrada en un lío amoroso, enamorada de su amante y no de su esposo. me entendía muy bien con ella, le pedía consejos para llevar mi relación con Jonathan y en ocasiones nos íbamos en plan de tragos para despejar un poco el estrés.
La comunicación entre Jonathanl y yo era muy escasa y la mayoría de las veces a través de su primo Victor. Pero en todo el tiempo que estuvo ausente por su licencia se mantuvo al pendiente de mi. Por fin llegó el día de vernos, la mañana de un viernes me llamó y me dijo que tenía muchas ganas de verme que ya podía salir de casa y antes de hacer efectivo su reintegro a la oficina quería que nos viéramos a solas. esperaba con ansias ese momento, lo necesitaba, quería abrazarlo, besarlo, estar con él. Así que falté esa tarde al trabajo y me fui a ver con mi amor.
Me cito en un restaurant de comida rápida, llegué al lugar y me senté en una mesa a esperarlo, los nervios me tenían con la piel erizada, el corazón se me iba a salir del pecho. Entro, lo vi detalladamente, tenia unos jeans, una camisa lila, los zapatos eran unas botas casuales, el olor de su perfume aromatizaba todo el ambiente, muy bien peinado, como siempre de punta en blanco. Me levanté para recibirlo y me lancé en sus brazos, lo apretó tan fuerte que se me olvidaba las lesiones de sus huesos. Le tomé el rostro y le di un beso.
-Me parece mentira que todo esto esté pasando. Que seas real. -Me dijo el
-Imagínate cómo estoy de sorprendida. No sabes la desesperación tan grande que tenía. Yo anhelaba este momento. Te extrañe demasiado.-le dije mientras lo abrazaba.
-Yo también te extrañaba y deseaba verte, estás hermosa. Solo espero no estés coqueteando con el nuevo o como sea que se llame.-Me dijo haciéndome ojitos.
-Se llama Abel. es muy profesional agradable, pero no me interesa en otro campo que no sea el laboral. No seas tonto, celosito mio. Yo solo tengo ojos para ti. Más bien hablame de ti. Qué dicen los médicos? cuándo podrás reintegrarte a la oficina nuevamente? -Pregunte ansiosa.
-Por eso quería verte y darte la noticia en persona. El lunes estaré en la oficina nuevamente, gracias a Dios. Estoy cansado de estar en casa, ha sido muy difícil para mí estar sedentario tanto tiempo.-Me dijo con alegria..
-Al menos te veré todos los días. Me conformo con eso.-Le dije mientras le tomaba las manos.
-Yo sé que para ti esta posición es muy difícil, entiendo que quisieras tener el primer lugar en mi vida, pero lo tienes en mi corazón que es lo importante. Sinceramente quería estar contigo, quería poder llamarte más seguido, hablarte, pero me es imposible y lo sabes. Dame tiempo te prometo que todo esto va a cambiar. También estoy pensando en tomar decisiones.-Me comentó, mientras me miraba a los ojos.
-En serio?. no me prometas cosas que no podrías cumplir en el futuro, espero que no estés jugando conmigo y menos con mis sentimientos.-Le abrace fuertemente.
-Jamás lo haría. también te quería comentar que estuve reunido con los accionistas de la empresa, van a lanzar un nuevo producto. Ya me enviaron todas las especificaciones, los beneficios, todo lo relacionado para conocer a qué mercados vamos atacar. Ellos me hicieron una propuesta y la pude rechazar.-hizo una pausa y me sonrió.
-Cuál es la propuesta? desconozco de un producto nuevo, no nos han informado.-comentaba yo con muchas ansias.
-Ustedes van a seguir manteniendo la misma línea de productos, la empresa está realizando un proceso de captación de nuevos talentos para este producto, es allí donde entro yo. como Asesor de los nuevos ingresos.-Dijo mientras sonreía.
-Felicidades amor! es una nueva experiencia. Qué emoción. me siento feliz por ti.-le tomé el rostro y le di un beso.
-Yo también me siento muy feliz, quería un cambio desde hace tiempo y llegó el momento. No estaré en el área contigo, sin embargo seguiremos en la misma empresa. Ya debo irme, estoy algo cansado.-Comentó al mismo tiempo que expresaba incomodidad en su rostro.
-Está bien amor! al menos te vi.-Le dije con un poco de melancolía en mis palabras.
Jonathan se fue, yo también pero con una felicidad que iba en todo el camino viendo luces y destellos por todas partes, estaba feliz por nosotros, por todo lo que él me prometía, por tantos cambios positivos que pensaba que se estaban presentando en nuestras vidas. No pedía más, se me reinicio el reloj de las emociones y nuevamente paró el la hora alegría.
El fin de semana como de costumbre me dediqué a estudiar, eran días de exámenes y debía estar concentrada, jamás había cambiado mi meta; de demostrarle a Mildred y a todos los que no creían en mí que era capaz de alcanzar y superar los objetivos propuestos. Que podía estudiar sacando excelentes calificaciones y trabajar destacando entre mis compañeros.
Mis objetivos para ese momento eran muy claros, me proyectaba muy alto. La hija de la adicta tenía que sobresalir y dejarlos boquiabiertos.
El día lunes se reintegró en su nuevo cargo Jonathan, junto con él estaba el nuevo grupo de trabajo, los que serían capacitados para el nuevo producto. Para mi todo iba bien, mi novio; por así decirlo de algún modo, estaba presente, la empresa estaba pasando un buen momento, creciendo en gran escala. Así que no tenía de qué preocuparme.
Culminé mis exámenes y obtuve vacaciones en la universidad. Tenía tiempo libre así que decidí pedirle a Jonathan que me dedicara una mañana, sabía que no me podía quedar una noche con él, tampoco una tarde,así que yo me adapte a la situación. Mi cuerpo anhelaba su calor, su piel, su vigor varonil, sus caricias, todo. Conversé con él y accedió.
coordinamos una cita para el día viernes, programé una decoración para la habitación del hotel para darle una sorpresa, después de tanto tiempo sin estar juntos tenía que lucirme con todos los detalles. nos encontramos unas cuadras antes del lugar y caminamos juntos. al entrar a la habitación se sorprendió demasiado. No esperaba encontrar la habitación llena de globos con pétalos de rosas azules en la cama y una botella de vino que nos esperaba en la hielera.
-Que es todo esto. -Me dijo con gran emoción.
-Es lo que nos merecemos amor. -Le dije mirándole al rostro con mucha picardía.
-Lo sé. Esta hermoso. Jamás nadie había tenido un gesto así conmigo. -Me dijo con mucha sinceridad.
-Dejame consentirte y hacerte muchos cariños-Le dije mientras lo acariciaba y le quitaba la ropa.
Nos lanzamos en la cama y comenzamos nuestra faena. Con muchos besos y caricias en los lugares prohibidos. Su manera de besarme era tan apasionada que no me cabía duda que me amaba, me mordía el cuello sutilmente y me apretaba los muslos y me susurraba en el oído que me amaba, que extrañaba hacer el amor conmigo , que yo soy la mujer de su vida a lo que yo le respondía.
-Te amo inmensamente, también te extrañaba y anhelaba este momento.
-Esperame Anais-Me decía con gran alevosía.
-Claro que te voy a esperar, me encantas, te amo y sé que somos el uno para el otro.-Le dije mientras estaba encima de él.
Hubo un silencio entre ambos y seguimos concentrados en lo nuestro, el choque de nuestros cuerpos que se querían amar a toda costa, su manera tan sutil pero a la vez apasionada de tratarme me tiene alucinando. Sentí ese momento tan mío que lo disfruté al máximo al igual que él. Su cara era tan romántica mientras terminaba y me acariciaba suavemente.
Nos quedamos en la cama abrazados por unos minutos, luego nos fuimos a la ducha, el tiempo había pasado demasiado rápido ya casi era la hora de irnos. Jugueteamos un poco y hablamos de todo lo que había pasado ese tiempo en el que estuvo de reposo. Me sorprendió saber que su madre siempre fue quien lo cuido. Su esposa Mariana iba diariamente a casa de los padres de Jonathan, sin embargo no dormía allí. Pensaba que clase de relación es la que llevan, sin embargo no quise dañar nuestro momento así que no emití comentarios, ni quise indagar en asuntos ajenos.
-Gracias por tu confianza y comentarme tus cosas-le dije y le di un beso en la frente.
-Tu eres mi novia Anais, enserio lo quiero todo contigo como te lo dije aquel día. Todo esto va a cambiar.-Me dijo mientras me insistió que le diera tiempo.
- Amor solo anhelo que sea rápido. -Le dije con mucha esperanza.
-Te has ganado mi corazón, mi vida, mis sentimientos. Te has convertido en mi todo.-Me dijo muy convencido en sus palabras.
-Confiare en ti mi vida. nuestro amor va a surgir. Estoy segura de eso. -Le dije abrazándolo tiernamente.
-Vamos a vestirnos, aunque no quiero irme ya es hora.-Me dijo con tono triste.
Salimos tal cual pareja perfecta, agarrados de la mano y con una alegría que nos brotaba por los poros de la piel. El se fue en su nuevo carro y yo tomé un taxi. Cuando llegó a la oficina observó cómo una chica le coqueteaba a Jonathan, no le presté atención, ya que era una de las nuevo ingreso y quizás lo estaba haciendo para obtener mejor asesoría. Yo venía en una burbuja de amor, tenía que confiar, además tenía que actuar de forma profesional.
Fui a mi puesto trabajo, me senté y a mi lado estaba Laura, ansiosa esperando que le contara todo lo que había pasado.
- Cómo te fue.- Me dijo Laura frotándose las manos.
- Excelente, se nos vienen muchas cosas buenas.-Le exprese.
- Me encanta, los dos llegaron con otra cara.-Sonrió Laura con mucha picardía.
- No te voy a dar detalles, eso es privado.- Le dije en el mismo tono de picardía.
- Ojala cumpla sus promesas, les deseo lo mejor, sin embargo ve con cuidado, no confies del todo. - Me dijo con cierto suspenso.
- Si tienes un consejo para mi damelo, en este momento realmente quiero escucharte.-Le dije con intriga.
- Debes principalmente cuidarte, ir al medico y tener un control anticonceptivo. No es momento para salir embarazada, no se si has pensado en eso. Me dijo muy preocupada.
- En su momento lo pense, pero luego fue el accidente de Jonathan lo dejé pasar. - Le dije con muchos nervios.
- ¡Estás loca! -me grito.-Esa debe ser tu prioridad. Estas con un hombre casado, en este momento no podría responder por un niño. -Me dijo exaltada.
-Esta bien, recomiendame un Doctor. -Le dije para calmarla.
- Te llevare con el mio. - Me dijo con mucha seguridad.-Además no quiero que te ilusiones demasiado, los hombres son mentirosos y para conseguir lo que quieren son capaces de hacer muchas trampas. -Me dijo levantando sus cejas.
- Agenda la cita y vamos al medico.-Le dije un poco molesta.
- ¡No te voy a arruinar tu felicidad! te la mereces pero completa. No te lo digo por envidia, solo quiero que no sufras más. - dijo Laura.
- Se que eres mi amiga y no deseas el mal para mi. No entiendo porque me dices siempre ten cuidado. Sabes algo que yo no sepa.- Pregunté con ironía.
-No sé absolutamente nada, solo te voy a decir que he visto a varias chicas coqueteandole y no veo que Jonathan ponga un freno. Tu solo vienes medio dia, yo estoy aquí todo el día y me doy cuenta. No quiero que te ilusiones y el te cambie por otra.-Me dijo con mucha rabia.
- También lo noté al llegar, sin embargo nada comprometedor Laura. Jonathan me ama, estoy segura de ello, tiene que ser amable con las demás chicas. Igual manteneme informada.-Dije con cierto recelo.
- OK. - Dijo ella y volvió a trabajar.