La catedral del placer
img img La catedral del placer img Capítulo 4 Estrategias
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Capítulo 7 La desición img
Capítulo 8 Encrucijadas img
Capítulo 9 El ruso img
Capítulo 10 El desayuno img
Capítulo 11 Amenazas img
Capítulo 12 Caricias peligrosas img
Capítulo 13 La trampa img
Capítulo 14 Dos caminos equivocados img
Capítulo 15 Las consecuencias img
Capítulo 16 Entregándome img
Capítulo 17 Desafíos img
Capítulo 18 Arma de doble filo img
Capítulo 19 Las acciones img
Capítulo 20 Soy tuya img
Capítulo 21 Negocios img
Capítulo 22 Contrastes img
Capítulo 23 Objetivos img
Capítulo 24 La condena img
Capítulo 25 La bestia img
Capítulo 26 Jugar a morir img
Capítulo 27 Muerta para el mundo img
Capítulo 28 Más viva que nunca img
Capítulo 29 Nuevos secretos img
Capítulo 30 Nuevos comienzos img
Capítulo 31 Cambio de planes img
Capítulo 32 Regreso al pasado img
Capítulo 33 Atrapada img
Capítulo 34 Emboscada img
Capítulo 35 Puntos suspensivos img
Capítulo 36 Antídoto y veneno img
Capítulo 37 Sorpresas img
Capítulo 38 El poder img
Capítulo 39 La argucia img
Capítulo 40 Pasados img
Capítulo 41 Peligro img
Capítulo 42 Seguro de vida img
Capítulo 43 Posesión img
Capítulo 44 Placer img
Capítulo 45 Descubierto img
Capítulo 46 Refugiada img
Capítulo 47 Transgredir y acabados img
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Capítulo 4 Estrategias

-¿Te importaría esperarme abajo Samuel? -pregunto sin dejar de mirar a Claudio. Estoy muy nerviosa.

-Sino me presentas a tu amigo, prefiero quedarme -sisea cruzando los brazos y se da la vuelta.

-Soy su novio.

Abro los ojos detrás de Samuel, asombrada por lo que acaba de inventar Claudio y no puedo creerlo. ¿Acaso se volvió loco? Si para el club soy soltera y con todo mi tiempo libre para ellos.

–No, no lo es -intento hacer una seña.

-De acuerdo, su ex -arregla el maldito policía.

-Nunca hablaste de eso.

Samuel está incómodo lo sé. Y yo también y sigo desnuda.

-Porque no hay nada que decir -recalco.

Pasan unos incómodos segundos hasta que mi jefe, carraspea y se da la vuelta para empujarme hacia atrás por los codos y cuando me pone lejos de la vista de mi supuesto ex, comunica:

-Esperaré a que te vistas y bajo -luce enfadado, no entiendo por qué -.Estoy en el coche, dos minutos tienes nikky.

Asiento y él se da la vuelta y sale con paso seguro de mi casa. Me pongo un albornoz por encima y salgo al salón cagando leches.

-¿Qué Que coño haces tío? -murmuro a la mole que aún está en mi salón.

-Poner a tu jefe nervioso. Llevas dos días con él y no te aborda, necesito que se fije en tí -explica.

-Ya lo hace, pero no soy una puta, no te confundas.

-Mejor no hablemos de lo que eres.

Siento los ojos arder por las ganas de llorar y gritarle que soy una maldita víctima de un hijo de puta pero respiro hondo y suelto...

-Vete claudio.

-Tienes permiso de viaje...en ningún aeropuerto te van a detener pero un agente nuestro vuela con ustedes, no sabrás quien es de momento -explica de carretilla -. Te cuida y te vigila. No queremos que te quedes en algún país y nunca vuelvas.

-No lo haré -ruedo los ojos –. Me persiguen las mafias.

-Te persigo yo -matiza y le puso fuera -. Ven de ese viaje con algo, aunque sea un beso. Pero algo que ponga a ese hombre en donde querermos.

-Okey.

Tiro la puerta y rápidamente camino por la casa buscando mis cosas, me pongo lo que tenía previsto sobre la cama y cuando abro la puerta para bajar, tengo a Samuel nuevamente frente a mí. Se ha saltado sus ordenes. Toma mi bolso y nos vamos a España.

Llegamos a Madrid en un clima de tensión sexual insoportable. Este hombre ha pasado de ignorarme a mostrarme abiertamente su deseo por mí.

La primera comida de negocios la tenemos con dos parejas de inversores los cuales uno de ellos me conocía y no dudó en aceptar las ofertas de mi jefe. Eso le puso contento y dicho empresario se despidió luego de las negociaciones y se fue con su esposa.

Sin embargo el segundo me mantuvo toda la tarde detrás suyo y terminó en que lo pensaría y almorzaría con nosotros al día siguiente, nos invitó a uno de sus clubes en la.noche y esos nuevos eventos nos obligaron a cambiar las fechas de regreso y quedarnos en el país un día más.

Saliendo de ahí Sheyla llamó a su marido, este le dió las buenas nuevas y el nuevo itinerario y tras felicitarme, me deseó una exquisita estancia en el hotel recomendando el spa, con énfasis.

-¿Te has puesto ese biquini para mí?

La voz de mi jefe me saca de mis pensamientos mientras tomo el sol de la tarde en la piscina. Decidí relajarme un poco y Don Intenso me chafó el proyecto.

-No tendría motivos, Samuel. Eres casado, yo tu empleada y estamos trabajando.

Creo que llamarle Samuel le da ideas y me alejo cuando se sienta a mi lado, me quito las gafas de sol, dejo que vea mi culo a través del tanga rojo y me lanzó en clavado a la piscina.

Cinco segundos después le tengo dentro, detrás de mí.

Este tío no se corta un pelo y no se yo si su mujer estaría feliz de verlo. Si no fuera por lo que es, me sentiría acosada. Pero soy yo quien le persigue y encima él me encanta.

-Ahora no -me toca la cintura bajo el agua y sé que se refiere a que no estamos trabajando ahora. Me pega a él.

¡Dios, que cuerpo tan duro tiene!

-No hagas eso -pongo las manos en sus hombros para intentar que me suelte pero no consigo nada.

-¿Por qué?

-Eres casado.

-Tenemos una relación abierta.

Eso explicaría muchas cosas y teniendo en cuenta lo receptiva que él me encuentra, es lícito que me aborde de forma tan sagaz.

-En la que no me apetece entrar.

-¿Estas segura? -coquetea y me habla al oído.

-Si.

-¿Por qué entonces tus pechos se excitan cuando me tienen cerca? -se pega todsvia más a mi y me tengo que aguantar de sus bíceps para cumplir el objetivo. No ahogarme.

-Eres guapo, seductor y dices cosas sensuales. Es una reacción corporal que no controlo. Es como si me dijeras que tienes una erecicion cada vez que me ves -le sigo el juego. Los dos lo sabemos

–La tengo ahora.

-Basta.

Le alejo y esta vez se deja apartar. En el fondo sé que es él quien lleva el control, no yo. Al menos la intención de Claudio está surtiendo efecto y estamos intentando seducirnos el uno al otro. Solo espero no salir escaldada de esto.

-Nos vemos en la cena - susurro acercándome a su oído.

-No he podido dejar de pensar en tu apartamento esta mañana y la forma en que enfrentaremos el hecho de que me gustas, te gusto y nos deseamos pero no podemos tenernos.

-Hasta la noche Samuel -decido ignorar todo lo otro...y las mariposas en el estúpido de mi estómago.

Llega la noche y bajamos a donde habíamos quedado, todo el tiempo soporto su mirada en mi y en mi corto vestido de Chanel( un regalo de la poli). Donde quiera que paso esta él, todos los sitios a los que miro me lo encuentro y cada vez que nos sostenemos la mirada respira con dificultad y se encarga de que lo note, me esta volviendo loca y termino mordiéndome los labios para no jadear frente a todos.

Voy varias veces a la barra y bebo vasos enormes de agua con hielo, es muy intenso y me cuesta soportar el calor que produce su forma de casarme hasta que siento que me toma de las caderas, tira de mí a la pista y suena una canción sensual que me obliga a bailar con él.

-Los demás se han ido a dormir -comenta mientras mete las manos bajo el borde de mi vestido. Sin subir demasiado. Está jugando. Tentándome.

-Lo que deberíamos hacer nosotros entonces.

-Estás preciosa y todos ellos te deseaban. No sabes como me gustaría que fueras mía para impedir que te vieran con tanta lujuria -no se corta un pelo.

Creo que todas las veces que le he llamado por su nombre como me pidió, los besos permitidos, cada jadeo involuntario y las sonrisas con mordida, le han dicho que puede tenerme, que yo también quiero.

–Señor -gimo cuando un dedo pasea por las curvas de mis senos.

-Llámame Samuel.

-Señor -repito -... por favor no me toques así -la voz se me vuelve un gemido y los ojos se me cierran al ritmo de su escandalosa respiración.

-Si lo que te preocupa es mi esposa...

-Lo que me preocupa soy yo y lo que me hacen sentir sus manos en mi piel desnuda -le aclaro y no miento.

Aunque esto forme parte de una estrategia, yo estoy embelesada entre sus brazos. Es demasiado intensa su forma de atraerme hacia su seducción. Es implacable y yo ya estoy caída.

-No me hables así que me vuelves más loco todavía. No puedo dejar de pensar en ti -pasa su mejilla por la mía. Los dos suspiramos a ojos cerrados.

-Inténtelo y no me cuente esas cosas -mis dedos tocan los pelos de su nuca y gruñe -. No debemos -intento convencernos a ambos.

No sé si lo que pasa entre ese hombre y yo sea parte de este juego, de la estrategia efectivamente implícita en todo el coqueteo o de la verdadera atracción que sentimos, pero el resultado es el mismo... me siento arder bajo sus manos.

-No puedo evitar desearte -toma mis nalgas, aprieta por encima de la tela y y su nariz se detiene frente a la mía.

-Por favor, no siga -miento en ese ruego.

-¡Deténme...!

Inmediatamente le beso. Con ardor, furia y ganas...; pero le beso.

            
            

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