Amarte durante El Resto de Vida
img img Amarte durante El Resto de Vida img Capítulo 5 5
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Capítulo 43 43 img
Capítulo 44 44 img
Capítulo 45 45 img
Capítulo 46 46 img
Capítulo 47 47 img
Capítulo 48 Stella, estemos juntos img
Capítulo 49 ¿Va a venir, Jefe Jasper img
Capítulo 50 Era Jasper img
Capítulo 51 No me haces caso img
Capítulo 52 Eres Mía img
Capítulo 53 ¿Te gustaría hacer eso en público img
Capítulo 54 Que disfruten img
Capítulo 55 Casémonos Una Vez Que Te Divorcies img
Capítulo 56 Stella, seré responsable de ti img
Capítulo 57 Mala insonorización de la habitación img
Capítulo 58 Mi amor, nunca separamos img
Capítulo 59 Jasper Milton es tan dominante img
Capítulo 60 Quiero darle todo a Jasper Milton img
Capítulo 61 Stella, ¿lo has pensado bien img
Capítulo 62 En realidad, desde el principio he estado jugando contigo img
Capítulo 63 Stella, quiero matarte img
Capítulo 64 ¿Quién te crees que eres img
Capítulo 65 ¡Me enamoré de él! img
Capítulo 66 Si ya no hay amor, la mejor opción es morir img
Capítulo 67 Mujeres, tómalas y serán tuyas img
Capítulo 68 Mi esposa me pertenece img
Capítulo 69 Déjame solucionarlo todo. Prepotencia img
Capítulo 70 Ella es mía img
Capítulo 71 Jasper o Frederick img
Capítulo 72 Sigue siendo más cálido a su lado img
Capítulo 73 Sígueme img
Capítulo 74 Si eso es lo que crees, que así sea img
Capítulo 75 Stella, me gustas, ¿no puedes sentirlo img
Capítulo 76 El amanecer de la victoria img
Capítulo 77 Por favor, divórciate de Stella img
Capítulo 78 Comienza el contraataque img
Capítulo 79 Una palabra mía y estás acabado img
Capítulo 80 Por fin se divorcia img
Capítulo 81 81 img
Capítulo 82 82 img
Capítulo 83 83 img
Capítulo 84 84 img
Capítulo 85 85 img
Capítulo 86 86 img
Capítulo 87 87 img
Capítulo 88 88 img
Capítulo 89 El alcalde está muerto img
Capítulo 90 Quiero casarme con Stella img
Capítulo 91 Quiero tener un hijo contigo img
Capítulo 92 En la unión está la fuerza img
Capítulo 93 Los fantasmas de Tavers Village img
Capítulo 94 ¿Te gusta img
Capítulo 95 El amor puede florecer, pero también puede marchitarse img
Capítulo 96 Lo siento img
Capítulo 97 Me voy a casar con Stella, pase lo que pase img
Capítulo 98 El esfuerzo no fue en vano img
Capítulo 99 Su valor img
Capítulo 100 Sé lo que tengo que hacer img
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Capítulo 5 5

En una villa situada a la mitad de camino en la montaña del distrito de Nano, había una habitación con poca luz cubierto con aroma de manzanas frescas y una cama rosada con sábanas arrugadas, ahí se encontraba Federick Addington, sentado en el borde de la cama con los ojos aún entrecerrados, sus pestañas gruesas tapaban sus ojos oscuros pero al parpadear un destello frío se reflejó en su mirada, y sus labios rosados estaban se separaron ligeramente.

Él era un ángel esculpido por los mismo dioses, su delicada apariencia y ese carácter encantador siempre estuvieron acompañados con una seductora sonrisa en su rostro.

La mujer que estaba a su lado, se inclinó sobre él y trató de seducirlo con sus encantos.

"Te deseo", dijo ella con un suave gemido para poder tentarlo.

"¿Me quieres?", preguntó él con una sonrisa juguetona e inclinó la cabeza para pellizcar la hermosa barbilla de la mujer.

"Sí", contestó ella.

"Estoy un poco cansado hoy, hagamos esto otro día", dijo Federick sin ninguna sensibilidad, se levantó y caminó hacia el baño.

Sintió que esa noche no tenía sentido, así que decidió salir temprano de la villa. Estando afuera, agarró su teléfono y llamó a Stella.

Llamó tres veces pero ella no contestó.

"¿Quieres jugar conmigo?, muy bien juguemos". Murmuró con una leve sonrisa en sus labios.

Volvió a llamar al apartamento de Stella que queda en el centro de la ciudad.

Uno, dos, tres, contaba en su mente, pero su paciencia se estaba acabando.

"¡Aló!" contestó Betty con una voz desconcertada, era la empleada del hogar.

"¿Dónde está la señora?" Preguntó Federick fríamente.

"Señor, la señora aún no ha regresado a la casa", respondió Betty.

"¿Está de servicio hoy?" Preguntó bruscamente mientras su mirada se tornaba fría..

"No." Contestó y tan pronto terminó de hablar, Federick colgó el teléfono.

"¡Stella, así que ahora pasas la noche fuera de casa!", dijo mientras estaba conduciendo y aceleró para llegar más rápido al hospital.

Stella regresó al hospital, abrió el cajón de su oficina y sacó su teléfono.

A las 2:31 a.m. tuvo una llamada pérdida de Federick Addington, al oír el mensaje sonrió con tristeza y dejó su teléfono a un costado .

Sacó una curita del cajón y un poco de yodo, caminó hasta el espejo e inclinó su cuello, al hacerlo se había percatado que la herida ya estaba cicatrizada del tamaño de una aguja. Tenía que verlo más de cerca para poder creer lo que tenía en el cuello y para evitar que la herida se infectará se puso la curita.

Después, regresó a sentarse en su silla, sumergió un pedazo de algodón en el yodo y empezó a ponérselas en las heridas de las manos para luego colocarse las demás curitas. Finalmente, al terminar de curarse, se acostó en la cama que estaba en su oficina.

"Clac." Sonó la puerta al abrirse de un empujón. Stella al escuchar la puerta, se sentó tranquilamente en la cama.

Federick al verla, como era de costumbre le mostró una sonrisa encantadora, desapareciendo así esa expresión tan tensa en su rostro. Metió las manos en el bolsillo y se acercó a ella lentamente.

"Hoy no tienes que estar de guardia, ¿por qué no has ido a dormir a la casa?"

Stella miró la marca del chupetón que tenía en su cuello, acababa de terminar con su asqueroso asunto.

"¿Por qué estás aquí?", preguntó pero simplemente lo ignoró, se puso los zapatos y se sentó.

"¡Solo pasaba por aquí!" -Respondió tranquilamente..

"Stella, ¿cuándo aprendiste a hacerte daño?", preguntó con un tono sarcástico y una sonrisa burlona que apareció en su rostro mientras observaba su cuello cubierto de curitas.

Ella solo lo miró con calma.

En su rostro no reflejaba culpa ni vergüenza alguna, se comportaba como si nunca hubiera tenido amantes ni hubiera embarazado a otra.

Stella sintió un ataque de ira que hirvió desde el fondo de su corazón y sus ojos se entrecerraron bruscamente.

"¡Sí, me estoy lastimando!, pero esto no es comparado con el dolor de ver tus aventuras..."

"¡Sí!", antes de que pudiera terminar de hablar, de repente Federick le quitó bruscamente la curita que tenía en su cuello.

Ella sintió un fuerte dolor , el dolor era tan intenso que un escalofrío corrió por su cuerpo, por un momento se desorientó y olvidó lo que tenía que decir. Solo se quedó aturdida y sus ojos se llenaron de lágrimas, mostrando una mirada frágil.

Federick miró con disgusto su delicado cuello.

"No estás herida en lo absoluto,, eres muy exagerada; no importa lo bien que pueda actuar un payaso porque al final de cuentas sigue siendo un payaso.". Comentó sarcásticamente.

Stella sintió tanto dolor en su corazón que decidió que no era necesario darle explicaciones.

"Ya puedes irte ", dijo sin rodeos.

Los ojos de Federick mostraron un fuerte brillo, sujetó su barbilla y la empujó hacia la cama, la miró fijamente y en un tono sarcástico dijo:

"¿Sabes por qué no quiero tocarte?"

Ella apretó los labios y solo lo miró en silencio. Sintió que las fibras de su corazón se tensaron, estaba sufriendo por dentro.

Quería recordar sus desprecios para que su corazón se enfriará y se vuelva como una piedra, ya no quería sentir más dolor.

Federick, se enojó más al ver que ella no hablaba y no se preocupó por intentar disimular el disgusto que sentía por ella. "Porque eres tan arrogante e irritante, ya sabes que cualquier cosa que hagas me repugna", exclamó.

Stella parpadeó y una capa de lágrimas cubrieron sus ojos . Lo miró en silencio, sin llorar ni refutar, pero por dentro su corazón sangraba

"Lo sé, pero ¿sabes por qué me casé contigo aun sabiendo que me desprecias?, preguntó.

De repente, Federick se detuvo, frunció el ceño y la observó.

Ella mostró una sonrisa cautivadora, cuando ella sonreía podía poner el mundo al revés.

Incluso Federick se sintió atraído por su sonrisa.

"Porque quiero verte sufrir, tú y tu amante conspiraron para tramar tu secuestro y aunque no tengo pruebas para demandarte, sólo puedo destruirte lentamente atándote a mí", dijo en un tono de firmeza y al oír eso, él la empujó

"Solo tienes que esperar una carta de mi abogado, voy a divorciarme de ti y no te atrevas ni siquiera a soñar con destruirme", respondió irracionalmente, se dio la vuelta y del escritorio de Stella sacó unos pañuelos para limpiarse las manos como si hubiera tocado algo sucio. Arrugó el pañuelo y lo tiró a la papelera. Rápidamente se dio la vuelta y salió del lugar cerrando la puerta con fuerza.

¡Pum!, se escuchó la puerta.

Stella miró la puerta cerrada y se acostó en la cama con lágrimas en los ojos, su corazón aún latía con dolor.

Una vez, ella lo había amado con todo el corazón, sin embargo, ¿qué significó su amor para él?, fue él quien le propuso matrimonio pero también la traicionó y ahora va a divorciarse de ella.

Ella era como un payaso, de quien se reirían descaradamente, le dolía tanto el corazón que a penas y podía respirar

Se acurrucó fuertemente, abrazando su cuerpo como si tratará de obtener calor de sí misma para no morir de frío, se quedó despierta hasta que amaneció.

En el campamento militar.

Al revisar los documentos entregados por el teniente Johnson, Jasper frunció el ceño y se reflejó culpabilidad en su mirada. No sabía que Stella había llevado una vida tan miserable después de su matrimonio, se había separado de su esposo, la relación con sus suegros no era buena y su madre había sido internada en un hospital psiquiátrico. Su esposo había tenido 16 amantes y en promedio había estado dos meses y medio con cada una.

Jasper cerró el documento y ordenó al teniente Johnson: "Informa al director del hospital para que la asciendan a subdirectora".

            
            

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