Mis Tres Tesoros Más Preciados
img img Mis Tres Tesoros Más Preciados img Capítulo 8 Soy Beau Valentine
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Capítulo 15 Ella me interesa img
Capítulo 16 ¡Papá debería darle de comer a mamá! img
Capítulo 17 Está noche, me quedaré contigo img
Capítulo 18 No tienes que trabajar img
Capítulo 19 ¿A quién has ofendido img
Capítulo 20 Devuélveme mi anillo, por favor img
Capítulo 21 Eliza Lawson es mi esposa img
Capítulo 22 ¡Lo recuperaré! img
Capítulo 23 ¿Soy tan feo img
Capítulo 24 ¿Estás enamorada de él img
Capítulo 25 ¿Te gusta ser masoquista img
Capítulo 26 ¿Hablas en serio img
Capítulo 27 Mamá también quiere a papá img
Capítulo 28 ¿Por qué debería ayudarla img
Capítulo 29 ¡Maldit*! ¿Cómo te atreves a seducir a mi novio img
Capítulo 30 ¡Papá, eso no es justo! img
Capítulo 31 No me rendiré img
Capítulo 32 Me aseguraré de que Jay te pida perdón img
Capítulo 33 No quiero arriesgarme img
Capítulo 34 Me gustaría quitarle todo su dinero img
Capítulo 35 ¡Terminen ahora mismo! img
Capítulo 36 Tratando de compensar su bondad img
Capítulo 37 Entendí mal la sorpresa del Sr. Valentine img
Capítulo 38 Es una lástima img
Capítulo 39 Acepto el papel img
Capítulo 40 Todo por Madeleine img
Capítulo 41 No deberías preocuparte por esto img
Capítulo 42 El legendario jefe img
Capítulo 43 Sabes algún secreto sobre ella img
Capítulo 44 Eres tan débil que cualquiera te puede molestar img
Capítulo 45 ¿Con quién te acostaste, Eliza img
Capítulo 46 Tomémos un descanso img
Capítulo 47 Te está mirando img
Capítulo 48 Ella es mi esposa img
Capítulo 49 Quiero que seas mi mamá img
Capítulo 50 No te esfuerces tanto img
Capítulo 51 Cuando se quiere, se cuida img
Capítulo 52 Cuídate img
Capítulo 53 Tenga más cuidado para la próxima img
Capítulo 54 Hazte responsable img
Capítulo 55 Mi esposa es tímida img
Capítulo 56 Subestimando a papi img
Capítulo 57 Mi esposo me ama img
Capítulo 58 ¿Estos son tus padres img
Capítulo 59 Liliana es mi hija adoptiva img
Capítulo 60 Alivio temporal img
Capítulo 61 Este papel es muy importante para Madeleine img
Capítulo 62 Papi tiene un rival en el amor img
Capítulo 63 Un regalo para la hermana pequeña img
Capítulo 64 ¿Por qué era uno diferente al del plan img
Capítulo 65 Me niego a ser el actor principal img
Capítulo 66 Soy mala actuando img
Capítulo 67 Es un anciano img
Capítulo 68 Así que, ¿quieres seducir a tu tía img
Capítulo 69 Parece que me voy a ir a una cita img
Capítulo 70 Una fuerte humillación img
Capítulo 71 Soy el anciano del que hablaste img
Capítulo 72 ¿Me estás confesando tu amor img
Capítulo 73 Mi nombre es Eliza y me gustan las estrellas img
Capítulo 74 Una noche diferente img
Capítulo 75 Ella sintió que había sido insultada img
Capítulo 76 No lo tome como algo personal img
Capítulo 77 Beau, ¿estás seguro de que no estás celoso img
Capítulo 78 Decidí Ayudarte img
Capítulo 79 Tíralos afuera img
Capítulo 80 ¿No es suficiente que seas mi esposa para ayudarte img
Capítulo 81 81 img
Capítulo 82 82 img
Capítulo 83 83 img
Capítulo 84 84 img
Capítulo 85 85 img
Capítulo 86 86 img
Capítulo 87 87 img
Capítulo 88 88 img
Capítulo 89 89 img
Capítulo 90 90 img
Capítulo 91 91 img
Capítulo 92 92 img
Capítulo 93 93 img
Capítulo 94 94 img
Capítulo 95 95 img
Capítulo 96 96 img
Capítulo 97 97 img
Capítulo 98 98 img
Capítulo 99 99 img
Capítulo 100 100 img
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Capítulo 8 Soy Beau Valentine

En realidad, Eliza no entendía cómo es que el pequeño terminaba de bajar las escaleras, si él acababa de salir a dar un paseo; así que, mirando al niño que estaba devorando la comida con ansias, pensó:

"Si Braint acaba de salir; entonces, ¿quién es este niño?". Luego, sentándose fijamente frente a él, miró con delicadeza su dulce carita y le dijo: "Ustedes... tú no eres Braint, ¿verdad?".

Cuando Demarion escuchó ello, él quedó totalmente sorprendido, dejó de comer inmediatamente y, con la cara manchada de grasa, miró hacia la mujer y respondió: "Claro que sí, soy Braint". Tras mirar fijamente la carita del pequeño, ella se dio cuenta perfectamente que él tenía una personalidad muy diferente a la de Braint, así que no los confundió; por el contrario, abrazando fuertemente a ese niño, le preguntó: "¿Eres el hermano gemelo de Braint?".

Al darse cuenta de que ya no podía ocultar la verdad, Demarion hizo un leve puchero y le dijo: "Está bien, no soy Braint, mi nombre es Demarion. Braint es mi hermano gemelo y Beau Valentine es mi padre". Cuando Eliza lo escuchó decir esas palabras, ella se quedó un poco sorprendida y, mirándolo fijamente, le preguntó con gran curiosidad y tartamudeando: "Tú y Braint... ¿ustedes son hijos del sr. Valentine?".

Tras escuchar a la mujer, Demarion comió rápidamente un trozo de camarón y respondió en voz baja: "Sí, así es". En realidad, Eliza estaba totalmente confundida con esa situación, pues antes de casarse, nadie le dijo que el sr. Valentine tenía un par de gemelos; además, aunque la apariencia de su esposo era fea, ella no podía negar que sus hijos eran increíblemente guapos y adorables.

Después de un rato, la mujer miró fijamente a Demarion y le preguntó: "Ya que ustedes son gemelos, ¿puedo saber por qué pretendías ser Braint? ¿Por qué hiciste eso?". A decir verdad, conocer todo eso le permitió entender por qué la personalidad de Braint cambiaba drásticamente cada vez que desaparecía; en realidad, era porque desde el principio, ellos eran dos personas completamente diferentes.

Por su parte, sin atreverse a contestar la inquietud de la mujer, Demarion bajó la cabeza y se concentró simplemente en comer; pues, le preocupaba que Eliza se enterara de la broma que le hizo la noche que llegó. No mucho tiempo después, Braint regresó de su paseo, entró a la casa y, al encontrar a su hermano sentado frente a la mujer, exclamó: "Bueno, parece que decidiste exponerte".

Luego, sentándose en su silla, Braint tomó su tenedor y cuchara para empezar a comer y, mirando con gracia a su hermano, le dijo: "Te dije que tu artimaña no duraría mucho tiempo". Tras escuchar las palabras de su hermano, Demarion se llenó de cólera, puso los ojos en blanco y, sin terminar de comer toda su comida, subió apresuradamente las escaleras; mientras que, frunciendo el ceño, la mujer miró al pequeño que quedó frente a ella y exclamó: "Pero ni siquiera terminó su comida. Cuando vino tenía un gran apetito, pero ahora que se reveló su identidad, es demasiado tímido para sentarse aquí con nosotros".

Al ver la actitud un poco confundida de la mujer, Braint la miró seriamente y le explicó: "No te preocupes, ya se le va a pasar; después de todo, es solo un niño. No sabe cómo lidiar con este tipo de situaciones". Al escuchar la madura respuesta del pequeño, Eliza entrecerró los ojos lentamente, miró al niño y le dijo juguetonamente. "Bueno, pero estás hablando como si tú no fueras un niño también".

Mientras tanto, Braint continuó comiendo delicadamente su comida y, hablándole lo más cortés posible, le dijo: "A partir de mañana, Demarion y yo haremos todo lo posible para dirigirnos a ti como nuestra mamá". Luego, con una gran sonrisa en el rostro, Braint la miró dulcemente y añadió: "Felicitaciones, ahora tienes dos hermosos hijos y, la verdad es que, eres una mujer muy afortunada, ¿lo sabes? Además, el señor Valentine también es un hombre muy guapo y adecuado para ti".

Tras escuchar las dulces palabras del pequeño, Eliza se quedó sin palabras; de hecho, ella decidió casarse con el sr. Valentine solo por capricho, porque debido a la traición de Jay y Madeleine, y las amenazas de la familia Lawson, ella había llegado a su límite; sin embargo, nunca pensó que sería madre de un par de gemelos, eso no estaba en sus planes. Por ello, después de la cena, ella decidió tener una conversación seria con el sr. Valentine, pues necesitaba decirle que no se sentía lo suficientemente madura para ser la madrastra de sus hijos.

Al notar la inquietud de la mujer, el mayordomo sonrió levemente y le dijo: "Me imagino que estás muy ansiosa por ver al sr. Valentine; después de todo, se acaban de casar. Pero, no te preocupes, aunque sé que está un poco ocupado en el trabajo, le pediré que regrese ahorita mismo". Tras darse cuenta que el hombre frente a ella había confundido sus intenciones, Eliza lo miró muy sorprendida y le respondió: "No, yo no estoy..."

Sin esperar a escuchar su respuesta completa, el mayordomo se apresuró en cumplir su objetivo y se fue a llamar a su jefe; mientras que, esperando a que su esposo regresara a casa, Eliza se sentó en el sofá y empezó a ver algunas películas de comedia, con las cuales mejoró un poco su estado de ánimo. Sin embargo, justo cuando estaba mirando atentamente la televisión, ella vio entrar al hombre con quien había tenido una aventura la noche anterior; así que, se paró muy sorprendida y le preguntó: "¿Por qué estás aquí otra vez?".

En realidad, Eliza no entendía por qué ese hombre estaba nuevamente en esa casa, qué estaba haciendo o, por qué tenía las llaves; de hecho, le preocupaba mucho que el sr. Valentine llegara y lo encontrara ahí. Luego, mientras veía al hombre que vestía un delicado traje, ella frunció el ceño y le preguntó con gran curiosidad: "¿Quién eres y por qué estás en esta casa? Esta es la casa del sr. Valentine, y yo soy su esposa; pero tú, ¿quién eres? ¿Qué haces aquí?".

Tras escuchar la respuesta de la mujer, el hombre se sacó el saco, lo colgó en el perchero de la entrada y, mirándola con indiferencia, le dijo: "Vaya, qué casualidad. Yo soy Beau Valentine, el dueño de la casa".

......

Tras escuchar esa noticia, toda la atmósfera se quedó en completo silencio; incluso, Eliza estaba tan sorprendida y desconcertada que, mirando al apuesto hombre frente a ella, se dijo a sí misma: "¿Qué? ¿Él es el sr. Valentine? Eso no puede ser cierto, es simplemente imposible. Yo lo conocí anteayer y era exactamente igual a como decían los rumores, tenía un aspecto horrendo". Por su parte, al ver la actitud un poco contrariada de la mujer, el hombre pareció comprender que era por lo que le hizo su hijo; así que, entró ligeramente a la sala y le dijo: "Demarion te hizo una broma esa noche, no fui yo quien estuvo ahí".

Tras escuchar la explicación del hombre, Eliza quedó un poco perpleja, lo miró con gran asombro y le dijo: "¿Esa persona era Demarion?". En realidad, durante la mañana, ella estaba tan nerviosa que ni siquiera se atrevió a mirarlo a los ojos; sin embargo, ahora que había visto fijamente sus rasgos bien definidos, pudo darse cuenta que Braint y Demarion se veían exactamente guapos como él, y que habían heredado su hermosa apariencia.

Luego, con voz temblorosa, la mujer inquirió: "Entonces... ¿qué te pasó hace cinco años? Escuché que te desfiguraste el rostro en un accidente de incendio". A decir verdad, se habían escuchado muchos rumores sobre la familia Valentine, en especial, sobre el accidente de incendio donde quedó atrapado el tercer hijo de la familia y, en el cual, no solo quedó totalmente desfigurado, sino que su personalidad también cambió drásticamente.

Incluso, algunos rumores decían que, el sr. Valentine había torturado y asesinado a sus dos prometidas anteriores; sin embargo, ahora que ese hombre estaba frente a ella, Eliza no podía entender el hecho de que él sea un hombre tan malvado como rumoreaban. Por su parte, al notar la mirada penetrante de la mujer, el sr. Valentine frunció ligeramente el ceño y, mirándola con frialdad, le dijo: "Demarion dijo que me preparaste la cena".

A decir verdad, el sr. Valentine tenía programada una cena de negocios para esa noche; sin embargo, debido a que sus hijos estuvieron insistiendo para que volviera a cenar, él no tuvo otra opción que hacer lo que le pedían. De hecho, fue el mismo Braint quien pirateó su computadora y, haciéndose pasar por su padre, le envió un correo a su socio diciendo que cancelaría la cena de esa noche; por otro lado, Demarion llamó a su abuelo para informarle que su papá no se estaba esforzando lo suficiente para tener una buena relación con Eliza, así que, tanto él como el mayordomo empezaron a insistir en lo mismo.

Incluso, con el fin de que aceptara fácilmente, el pequeño junto a sus cómplices le dijeron que su esposa estaba preparando una exquisita comida para él; así que, sintiéndose impotente ante las insistencias de su familia, él decidió regresar a casa. Sin embargo, tan pronto como el hombre entró a la casa, Eliza, quien supuestamente estaba enamorada de él y lo esperaba muy ansiosa, ni siquiera sabía cómo se veía realmente.

Por su parte, tras escuchar las palabras del hombre, Eliza se quedó completamente atónita, se levantó rápidamente y, dirigiéndose a la cocina, le preguntó: "¿Cena? ¿Aún no has cenado?". De hecho, los niños habían devorado todo lo que preparó, y Braint incluso guardó las sobras para dárselas a Demarion; así que, al ver que no había comida, se apresuró en abrir el refrigerador, vio los escasos ingredientes y, después de darse la vuelta para verlo a los ojos, le preguntó muy ansiosa: "¿Te gustan los fideos?".

Al descubrir que nada de lo que le dijeron era cierto, el hombre levantó ligeramente las cejas, la miró con disgusto y le preguntó con indiferencia: "¿No me preparaste nada?". Tras escuchar las palabras del hombre, Eliza se quedó en silencio y se mordió los labios con nerviosismo, pues supuso que él pensaría que ella era una esposa incompetente; luego, tomando los ingredientes con gran rapidez, le dijo: "Eso no es así. Lo que pasa es que, como no sabía a qué hora regresarías y como no quiero que comas las sobras, decidí que te prepararía una porción especialmente para ti".

Luego de decirle ello, Eliza volteó para verlo a los ojos y, con una sonrisa en el rostro, le dijo amablemente: "Después de todo, eres muy especial para mí". Al ver su radiante sonrisa y el brillo en sus ojos, el sr. Valentine sintió un extraño sentimiento desde el fondo de su corazón; incluso, le pareció que tal vez estaba destinado a conocer a esa mujer, pues aparte de que era realmente hermosa y adorable, su sonrisa era deslumbrante como la de su hijo Demarion.

Tras ver su sonrisa tan radiante, el sr. Valentine no se atrevió a decirle nada grosero; así que, solo se dio la vuelta, se sentó en el sofá, apagó la televisión y empezó a revisar su celular. Mientras tanto, en la cocina, Eliza dejó escapar un suspiro de alivio y se sintió realmente aliviada de que él no le pusiera las cosas difíciles; sin embargo, también pensó que, a partir de mañana, ella se acordaría de prepararle la cena para su esposo.

Diez minutos más tarde, Eliza sirvió un plato de humeantes fideos de huevo y, colocándolo sobre la mesa del comedor, le dijo: "Señor Valentine, la cena está servida". Tras escuchar ello, el hombre se puso de pie, se sentó cómodamente y empezó a comer elegantemente mientras disfrutaba su comida; por su parte, al verlo comer tan educado, Eliza se sintió tan atraída hacia él que ni siquiera se dio cuenta que lo estaba mirando fijamente, hasta que, con voz profunda y ronca, el hombre le dijo: "¿Disfrutando de la vista? Puedes mirarme por el resto de tu vida si quieres".

            
            

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