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Miguel: eso es todo... Mientras tanto puedo conocer su cuerpo también - toca con su dedo índice mi cuello y luego desciende con el mismo entre mis pechos - ¿Puedo?
Con la respiración aún jadeando, yo apenas asinti con la cabeza y Miguel continuó tocándome. De su forma. Era preciso, pero suave al mismo tiempo.
Me acerca más la cara y luego me besa en la cara y me hipnotiza cada vez más. Él baja los besos a mi cuello y yo suelto una respiración pesada.
¿Te gusta que te besen en el cuello?
Guadalupe: yo siento... cosas...
Miguel: ¿Qué tipo de cosas? - Bajé la mirada, sin coraje de hablar - Habla, quiero que hables.
Guadalupe: Cosas como... Un hormigueo
Miguel: ¿dónde? - por su expresión que ahora yo ya notaba que se trataba de deseo estampado en su rostro,pude notar que él me preguntó ya sabiendo la respuesta - Dime donde,yo necesito oír - mi respiración se fue para siempre.
Guadalupe: aquí abajo - yo trago en seco.
Miguel se acerca lentamente otra vez y entonces él me besa,un beso lento pero que contenía mucha voluntad,no solo de su parte como de la mía.
Empiezo a besarlo de lengua y luego él me da paso. Y entonces,yo siento su mano aquí abajo,en mi intimidad. Me asusto de inmediato con su toque en este lugar. Era muy,muy intenso la sensación de su contacto en mí.
Comienza a pasar los dedos suavemente por encima de la ropa. Miguel estaba frotando mi clítoris con el dedo.
Sin razonar bien pues me estaba sintiendo en otro mundo,yo agarré su nuca e intensifiqué el beso, en el tiempo en que Miguel pone su otra mano en mi cintura,agarrándome fuerte y apuntándome aún más a su cuerpo.
Podía sentirlo, rígido, justo aquí en mi ombligo.
Yo paro el beso pues no estaba consiguiendo más corresponder,estoy muy jadeante.
Guadalupe: Miguel... - Dije casi maullando, como un gato.
Miguel: dime lo que quieres y lo hago - su mirada en los míos luego en mi boca, su rostro bien dibujado y serio de excitación, me hizo por un momento olvidar todo,de este lugar,lo que Miguel está buscando en mí y que si se lo doy ahora voy a ser libre por el resto del tiempo que todavía va a estar en la ciudad. Disponible para otros hombres. - Dime Lupi,dime y te lo daré.
Guadalupe: aún no estoy lista Miguel - miento.
Miguel: estás más que lista. Tu cuerpo me lo dice.
Guadalupe: No. No está - yo trago en seco. Tratando de salir de su enlace,porque sé que si él sigue insistiendo estando tan cerca yo no voy a resistir por mucho tiempo.
Miguel: Entonces dime por qué está pegajosa para mí, hija de puta - me quedo sin reacción alguna en el mismo instante.
Guadalupe: ¿Tú... cómo? - Ni siquiera sé cómo indagarlo, pues estoy indignada y debo estar roja como un pimiento.
Miguel: deja de actuar así - se estresa.
Guadalupe: sólo necesito que te calmes. Quiero hacer esto... Tengo el deseo de hacerlo - confieso y después de hablar me doy cuenta de que no tenía que haber dicho de esta manera - Solo necesito confiar más en ti.
Miguel: OK - Él respira profundo, pero parece estar tranquilo. Así que lo encontré extraño. Estuvo de acuerdo muy rápido y no parecía molesto.
Guadalupe: ¿de acuerdo?
Miguel: ¡Sí! - Vuelve a la botella de vino.
Guadalupe: ¿Está bien? Entonces, sí - todavía estoy un poco nerviosa, eléctrica por lo que pasó aquí.
Miguel: Sí, ¿qué esperas que haga? enojarse contigo? No soy esa clase de chico ángel.
Guadalupe: no me llames así - así es como Alejandro nos llama, o al menos es por lo que intenta llamar.
Miguel: tú estás de maldad conmigo hoy, no es posible. ¿Por qué estás tan aburrida conmigo Lupi?
Guadalupe: lo siento, ese apodo me causa malos gatillos.
Miguel: ¿alguien que te hacía daño te llamaba así?
Guadalupe: sí!
Miguel: ¿Puedo saber quién? - Unos segundos mirándolo.
Guadalupe: yo no quiero tener que hablar de eso Miguel - digo intentando no parecer grosera.
Miguel: está bien ,sus límites - se sienta en la cama y me llama para sentarse con él, dando golpecitos con la mano en la cama. Entonces fui y me senté a su lado. - ¿De qué se siente a gusto hablar? su familia, ¿dónde está?
Sé que tengo que tener cuidado con todo lo que digo.
Miguel es listo, él entiende las cosas antes de que yo cuente todas las palabras.
Además, encuentro extraño todo ese interés en mí. No parece el tipo de hombre con el que hablas. Al menos eso fue lo que dejaste claro en la primera impresión.
Guadalupe: Nunca conocí a mi padre. Hasta donde sé, me abandonó antes de que yo naciera. No sé mucho sobre él - hablo pensativa - En realidad ni siquiera sé si de hecho se fue porque supo que mi madre estaba embarazada de mí. Ella no me habla mucho de él.
Miguel: ¿No quiere hablar?
Guadalupe: sí,pero... es que mi madre y yo nunca tuvimos una relación muy buena de madre e hija. No hablamos mucho y estamos muy lejos, incluso viviendo juntas.
Miguel: ¿y por qué?
Guadalupe: Creo que... Siempre he echado de menos más atención y como no lo he tenido de ella porque es una mujer muy cerrada. Así que crecí y me convertí en una chica difícil, una adolescente rebelde y una joven problemática - de repente me sentí bien hablando de ello con él. Como que me estaba desahogando sobre cómo me sentía cuando experimentaba todo esto. Nunca le había contado a nadie en voz alta. De hecho, nunca tuve a nadie dispuesto a escucharme.
Y de repente alguien menos improbable está dispuesto a hacerme... ¡Sentir!
Un hombre que ni de lejos diría que es capaz de prestar atención a tales cosas, a tener esa sensibilidad para escuchar. Alguien que parece frío y empedernido,que demuestra que no le importa nada,pero,¿quiere oírme? Y encima me estás pidiendo que hable.
Guadalupe: cuando yo tenía trece años ella encontró a alguien,un tipo. Está con él hasta hoy. Y... - No soy bueno para contar esa parte, aunque sé que no debería.
Miguel: Está bien. Puedes decírmelo.
Guadalupe: después que comencé a crecer él pasó a observarme. Era diferente la mirada de él en mí - veo el semblante de Miguel cambiando un poco - ¿Qué fue ? dijo algo equivocado ?
Miguel: no - él agacha la cabeza y después me mira - Yo... Yo sería capaz de matar a un hombre de esos - lo miro a los ojos por unos segundos, viendo rabia en su mirada. Yo me quedo sin palabras en los próximos estantes. - Usted era apenas un niño. Hombres así no merecen la vida. Y la muerte aún es poco - él completa.
Sé que no debería exaltarlo en pensamientos porque él piensa así. Porque así es como todos deben pensar. Pero sabemos que la humanidad está enferma y difícilmente usted encontrará un hombre que además de saber que eso es algo errado,y repugnante,él también es el tipo de hombre que parece sentir la necesidad de proteger una persona de las garras de un ser humano de esos. Miguel no parece el tipo de hombre que, aunque no esté de acuerdo con algo, no haga nada para cambiarlo.
No, veo en sus ojos que mataría a un hombre capaz de tales cosas con una mujer, un niño, o cualquier persona inocente e indefensa. ¡Mataría! Y eso es hermoso e inusual de ver.
Obviamente, hermoso es un poco demasiado para decir lo sé, pero comparto el mismo sentimiento que él.
Guadalupe: No sabía que... sentías tanta ira de gente que hace eso.
Miguel: ¿Qué? ¿Pero cómo no? ¿No lo sientes? - Sacudo mi cabeza en positivo - Este tipo es una mierda Lupi. Hombres como él son monstrengos - yo sé que estamos hablando de algo serio,pero en la parte de la palabra monstrengos que salió por sus labios yo no conseguí sostener la risa,pues había sonado muy gracioso en su voz. - ¿De qué te ríes?
Guadalupe: Monstrengos ? - Yo gargajo.
"Hahahahahahahahahaha"
Miguel: Me estás haciendo sentir ridículo - a diferencia de mí él no se reía, estaba serio y eso solo me hacía sentir más ganas de reír.
Guadalupe: lo siento, pero es que fue gracioso - hablo todavía tratando de recomponerme. Hasta que me di cuenta de que me miraba fijamente, serio y con ojos encantados. Me quedo sin forma y dejo de reír en el mismo estante. - Deja de mirarme así. Lo haces a propósito - lo tragues en seco.
Miguel: no, no lo hago - se ríe un poco sin gracia, agachar la cabeza y luego mirarme de nuevo - Es que eres muy linda sonriendo,y todavía no me había dado cuenta.
Guadalupe: ¿Todo esto es porque quieres llevarme a la cama? - pregunto intentando disimular lo tímida que me he vuelto.
Miguel: ¡no! Es porque de hecho te ves mucho mejor sonriendo - Miguel habla otra vez con cara seria y esta vez yo no conseguí disfrazar que estoy con vergüenza de tu mirada en mí y de las cosas que me dices - Nada de lo que te digo es para llevarte a la cama,aunque lo quiero mucho.
Las cosas que él me dice mirándome de esa forma,dentro de los ojos,por más simple que sea,causan un efecto diferente en mí.
Me pongo tímida con la forma en que me mira, con lo que me habla. Tengo mariposas en el estómago cuando lo veo, cuando me mira.
Tengo sensibilidad a su tacto. Cuando él me toca todos mis pelos suben y siento que voy a morir de tanto que mi corazón late.
Siento ganas de entregarme a él y pedirle que haga lo que quiera conmigo.
Y cuando se vaya yo... quiero que vuelva.
Mi cuerpo en tu cuerpo, siento como si fuera un encuentro de almas.
Mi cuerpo pide su cuerpo y pide con avidez que solo de pensar en sus brazos me estremezco. Vibro. ¡Estoy enloqueciendo de una vez!