Una esposa de mentira. Saga familia Duque.
img img Una esposa de mentira. Saga familia Duque. img Capítulo 7 ¡La propuesta!
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Capítulo 8 A un paso de la muerte. img
Capítulo 9 Asegurando el futuro de Christopher. img
Capítulo 10 El inicio del plan. img
Capítulo 11 Preparativos de boda. img
Capítulo 12 La falsa boda. img
Capítulo 13 De principe a mendigo. img
Capítulo 14 ¿Quién eres realmente Juan Andrés Duque img
Capítulo 15 Delirios y tristes recuerdos. img
Capítulo 16 ¿Quién eres Paula Osorio img
Capítulo 17 17. Una tregua con el enemigo. img
Capítulo 18 ¡Voy a demostrar que puedo sobrevivir! img
Capítulo 19 Nuevo especialista. img
Capítulo 20 ¿Un padre falso img
Capítulo 21 Vendiendo el alma al diablo. img
Capítulo 22 ¿Renunciaré a mi vida de lujos, por unos aparecidos img
Capítulo 23 ¡Papá llegaste! img
Capítulo 24 Verdades ocultas. img
Capítulo 25 ¡Esa noche tuvo consecuencias! img
Capítulo 26 ¡Los días contados! img
Capítulo 27 Un beso inesperado. img
Capítulo 28 ¡Nunca se fijaría en alguien como yo! img
Capítulo 29 Los muros empiezan a derrumbarse. img
Capítulo 30 No podré borrar esa imagen de mi mente. img
Capítulo 31 Déjà vu img
Capítulo 32 ¿Eres la madre de Cristhopher img
Capítulo 33 Dolorosa confesión img
Capítulo 34 34. ¡Una mujer admirable! img
Capítulo 35 ¡Te devuelvo tu dinero! img
Capítulo 36 ¡Serás mía y te quedarás conmigo! img
Capítulo 37 Sabor a fresa. img
Capítulo 38 ¡Paula no es una sirvienta! ¡Paula es mi esposa! img
Capítulo 39 Paula si tiene dignidad. img
Capítulo 40 ¡Me encanta el verdadero Juan Andrés Duque! img
Capítulo 41 ¡Está jugando con ambas! img
Capítulo 42 Le contaré todo a Paula. img
Capítulo 43 ¡Juan Andrés nos engaña a ambas! img
Capítulo 44 ¿Un hermano gemelo img
Capítulo 45 ¿Por qué no puedes amarme ¿Por ser pobre img
Capítulo 46 Una luz en la oscuridad. img
Capítulo 47 ¿Podrás superar mi pasado img
Capítulo 48 Quiero disfrutar cada instante a tu lado. img
Capítulo 49 Si he de morir: Que sea amándote. img
Capítulo 50 Eres todo lo que quiero. img
Capítulo 51 En contra del reloj. img
Capítulo 52 ¡No perdonaré un engaño! img
Capítulo 53 Vamos a volvernos eternos. img
Capítulo 54 ¿Lo hiciste con Juan Andrés img
Capítulo 55 Las barreras empiezan a debilitarse. img
Capítulo 56 Busquemos otra opinión. img
Capítulo 57 Irma descubre sobre la falsa boda. img
Capítulo 58 ¡Una advertencia! img
Capítulo 59 Una mujer despechada es un peligro. img
Capítulo 60 ¡La calle es a donde perteneces! img
Capítulo 61 ¡Ya estás conmigo! img
Capítulo 62 ¿Mis padres me impusieron a Paula img
Capítulo 63 ¡Aquí hay gato encerrado! img
Capítulo 64 Que la magia no termine y el cuento acabe. img
Capítulo 65 En Saturno. img
Capítulo 66 ¿Pensaban verme derrotado img
Capítulo 67 Una esposa de mentira. img
Capítulo 68 Dos corazones, dos historias. img
Capítulo 69 Estoy locamente enamorado de ti. img
Capítulo 70 Esto fue algo que solo soñé. img
Capítulo 71 Convertí la mentira en verdad. img
Capítulo 72 Por tu calentura, has puesto en peligro a la familia. img
Capítulo 73 ¡Mamá se enfermó por tu culpa! img
Capítulo 74 La amo de verdad. img
Capítulo 75 ¿De qué quieres hablar img
Capítulo 76 ¿Viviremos juntos img
Capítulo 77 Una cálida bienvenida. img
Capítulo 78 Un nuevo empleo. img
Capítulo 79 Quiero conocer tu historia en carne propia. img
Capítulo 80 Tengo todo excepto a ti. img
Capítulo 81 ¿Cuánto por una noche con Luciana img
Capítulo 82 Vas a volverte eterna. img
Capítulo 83 No permitas que la maldad nos separe. img
Capítulo 84 ¿Te gusta lo que ves img
Capítulo 85 Deja que tu cuerpo se acostumbre a mi calor. img
Capítulo 86 Yo sé quién es el culpable. img
Capítulo 87 El verdadero Juan Andrés Duque. img
Capítulo 88 En toda historia de amor, hay una taza con café. img
Capítulo 89 ¡La verdad sale a la luz! img
Capítulo 90 Quizás sea nuestra despedida. img
Capítulo 91 ¿De qué sirvió ser mejor img
Capítulo 92 ¡La incondicional! img
Capítulo 93 No le cambiaría nada, ni lo tarado. img
Capítulo 94 No nos abandones Paula. img
Capítulo 95 Hay muchas cosas que adoro de tí. img
Capítulo 96 No te salgas de mis brazos. img
Capítulo 97 ¡No lo acepto! ¡No puedes morirte! img
Capítulo 98 ¿Cómo seguiste viviendo sin ella img
Capítulo 99 Infiltrado. img
Capítulo 100 ¡Esto no tiene solución! img
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Capítulo 7 ¡La propuesta!

-No te asustes, tranquila -susurró con voz suave María Paz-, no vengo a nada malo, solo deseo charlar contigo.

-¿Conmigo? -indagó Paula, abriendo sus ojos de par en par.

María Paz le brindó una cálida sonrisa.

-¿En dónde tendremos privacidad? -cuestionó.

Paula deglutió la saliva con dificultad, su pieza era muy sencilla, le dio pena con la elegante señora, sin embargo, no tenía otro sitio en el cual recibirla.

-Mi habitación es muy sencilla, ¿desea seguir? -Señaló con su mano hacia una envejecida puerta de madera.

-Vamos -respondió Paz, y caminó tras de ella.

Paula con cierto recelo abrió la puerta, era humilde, pero le gustaba tener todo limpio y en orden.

-Siga señora.

María Paz ingresó a la pieza, miró a su alrededor, la pintura de las paredes estaba desgastada, el piso de madera crujía con sus pasos, observó dos camas sencillas, una mesa en donde reposaba una simple cocineta, tenían un estante plástico para verduras, un pequeño mini refrigerador. El olor a humedad se impregnó en las fosas nasales de Paz, empezó a toser.

-Disculpe -dijo Paula con humildad, abrió la única ventana-, tome asiento -solicitó y le pasó una silla metálica.

-Gracias -respondió Paz, sacó un pañuelo para limpiarse y aclararse la garganta. -¿Cómo van las ventas?

Paula se quedó de pie, plantó su vista en la dama cuando hizo esa pregunta.

-No se burle de mi señora -espetó con seriedad-, luego que su hijo logró que los municipales confiscaran mi carrito, no he vuelto a salir a vender -aclaró y colocó sus manos en la cintura.

Paz se aclaró la voz.

-No he venido a ofenderte, todo lo contrario, vine a charlar contigo. -La miró con ternura-, me gustaría ofrecerte mi ayuda.

Paula negó con la cabeza, caminó por la pieza como un león enjaulado.

-Nunca me ha gustado inspirar lástima señora, no me mire de esa forma -advirtió-, durante años he salido adelante sola, sin ayuda de nadie. ¿Por qué ahora usted pretende hacerlo? ¿Para pagar las culpas de su hijo? -rebatió cuestionando a Paz-, por eso es caprichoso y malcriado -susurró.

Paz se puso de pie al escucharla, resopló y luego la observó con seriedad.

-¡Paula! -pronunció con firmeza-, si yo quisiera pagar por los actos irreverentes de mi hijo, no me habría tomado la molestia de venir hasta acá, simplemente te habría mandado de regreso tu carreta -expresó y resopló-, por el contrario, requiero que me ayudes a darle una lección a Juan Andrés -solicitó.

Paula palideció al escucharla, de un solo golpe dejó caer su cuerpo en la cama, sorprendida.

-¿Qué? ¿Se enloqueció, señora?

*****

Juan Andrés arreglaba el cuello de su camisa mirándose al espejo, ladeó los labios al ver su reflejo.

-Eres irresistible -se dijo así mismo.

En ese momento su móvil empezó a sonar, se dirigió a la mesa de noche, y frunció los labios al ver de quién se trataba. No contestó, pero esa persona insistió, y él no tuvo más remedio que responder.

-¿Hasta cuándo te espero por lo mío? -cuestionó la aguda voz de un hombre.

Juan Andrés resopló.

-He tenido unos problemas económicos, dame unos días para terminar de juntar el dinero, es demasiado, no puedo conseguirlo de la noche a la mañana.

-Eso debiste pensar antes de meterte a apostar -rugió aquella persona-, sabes bien que las deudas en este país son sagradas, si no tienes dinero, te cobraremos de otro modo. -Colgó la llamada.

-M@ldición -rugió Juan Andrés, apretó los parpados-, tendré que deshacerme de ti -dijo mirando su Rolex de oro, que le regaló su mamá cuando cumplió dieciocho años.

Guardó la joya en el estuche y en ese momento su hermano gemelo interrumpió en la alcoba.

-¿A dónde llevas el reloj? -indagó con seriedad al ver que su hermano lo guardaba en el bolsillo de la chaqueta. -¿Vas a empeñar esa joya que nuestra madre te regaló? -rugió, resoplando.

-El dueño de la casa de apuestas me está presionando -comentó Juan Andrés y frunció los labios. -¿Crees que mi papá me va a soltar diez mil dólares de la noche a la mañana?

Miguel palideció por completo, sus ojos se abrieron con amplitud.

-Eso son como cincuenta millones de pesos -rebatió-, no puedo creer que perdieras esa cantidad, eres un inconsciente -recriminó tirando de los rubios mechones de su cabello-, haces cosas incomprensibles, castigándote por lo que ocurrió hace años, eso no fue tu culpa.

Andrew azotó la puerta con dureza, volteó y enfocó su azulada mirada en los ojos de su hermano.

-No vuelvas a repetir eso, pude haberlo evitado -expresó con la voz entrecortada.

-¡No podías hacer nada por él! -gritó Juan Miguel-, estaba demasiado metido en ese mundo.

-¡Ya cállate! -vociferó Andrew, la garganta se le secó-, si yo hubiera hablado...

-¡No era tu responsabilidad! -rebatió Juan Miguel respirando agitado.

-¡Era mi mejor amigo! -exclamó Juan Andrés, los ojos se le llenaron de lágrimas y salió despavorido de la habitación, sintiendo un dolor muy fuerte en el alma.

****

-Lo que usted me pide es una locura, señora -manifestó Paula, negando con la cabeza-, yo no soporto a su hijo, y usted pretende que finja ser su esposa. ¿Se ha vuelto loca? -Observó a la dama con atención.

-Es posible que la idea sea descabellada, pero anhelo que él conozca lo que es la pobreza, sin el ánimo de ofender, quiero que sepa lo que cuesta llevarse el pan a la boca cada noche, y tú eres la única que puede ayudarme, por favor -suplicó con la mirada cristalina-, no quiero que mi hijo destruya su vida, también eres madre, debes entender mi angustia.

Paula se quedó en silencio, pensó en el pequeño Cristhopher y lo solo y desprotegido que iba a quedar con su partida, el alma se le estremeció, observó como la señora Duque, lloraba sin consuelo.

-La comprendo, señora, pero no me pida esa locura -expresó Paula con tristeza.

-Me haré cargo de tus gastos médicos, de la operación, a cambio de lo que te pido.

Paula abrió los labios, sorprendida.

-¿Cómo sabe usted de mi enfermedad? -vociferó y empezó a temblar.

-Tranquila, cometí la indiscreción de mandarte a investigar, no podía hacerle una propuesta de este tipo a cualquier persona, no lo tomes a mal.

-¡Salga señora! -gritó Paula-, yo no soy una mercancía, usted es igual a su hijo, creen que el dinero lo compra todo, pero se equivoca, Paula Osorio no tiene precio. -Apretó los puños.

Paz se puso de pie y suspiró profundo.

-Puede que tengas razón, pero hay cosas que el dinero puede solucionar, y eso es salvarte la vida, piensa en tu hijo, si decides cambiar de opinión, llámame -dijo la señora y dejó sobre la cama su tarjeta con sus datos personales.

Cuando María Paz abandonó la pieza, Paula tomó la tarjeta y la tiró a la basura.

«Ni loca me convierto en la esposa de mentira de Juan Andrés Duque»

                         

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