Capítulo 5 Acostumbrándome a mi nueva vida

Desde ayer me escabullo, digamos que con mis nuevas cualidades puedo hacerlo fácilmente, sonreí de lado al volver a lograrlo sin que nadie se diera cuenta, mi velocidad había aumentado, al igual que mi sentido del olfato, del oído y de alerta, eran mucho mejores, me encantaba esta nueva faceta mía, digamos que tenía cualidades que nadie más de la familia tenía y me sentía estupendo.

Me senté en la playa y me quedé esperando que los pensamientos que abrumaban mi mente se disiparan, sonreí nuevamente, no podía creer todo lo que estaba pasando, una nueva vida, pero con el mismo miedo... aquel miedo había crecido en gran cantidad, ese miedo a tener que relacionarme con alguien para seguir con el linaje de la familia y es que por la mañana escuché a mis padres hablando de una chica con la que habían acordado casarme, cómo si estos tiempos fueran de aquellos.

Todo se encontraba vacío, siempre a esta hora ya casi no deambulaba nadie por las calles, benditas supersticiones que cree aquella gente, de pronto vi la silueta de una mujer enfrente de mí, antes la había visto, pero no me había fijado detalladamente en ella, y no entendía porque ahora sí lo hacía, pero no importaba, ni siquiera le dirigiría la palabra.

Una nueva visión llegó a mí, nublándome la mente, mi cabeza dolía, nunca antes me había pasado esto, y es que ahora todo lo que sentía se intensificaba, cualquier sentimiento, amor, odio, venganza, miedo... absolutamente todo se intensificaba, todo era mayor.

Una mujer se acercaba a mí, con su cabello castaño, con su hermosa sonrisa y mirada... la deseaba, podía sentir incluso cómo me estaba comportando en aquella visión... de pronto nos encontrábamos en una habitación completamente blanca, ella se encontraba en una camilla de hospital... sentía miedo, miedo a perderla, no quería seguir sintiéndolo, sentía impotencia y enojo, ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué veía esto?

La visión terminó, pero no podía dejar de sentirme extraño por lo que había visto, ¿Qué será lo que depara mi futuro? No quería saberlo y mientras pudiera hacerlo, evitaría que pasase lo de aquella visión, no deseaba nada de esto.

La mujer se volteó a donde estaba, dejándome ver su rostro, de pronto sacó una cámara y fotografió, no sabía a quién o qué, pero no era en mi dirección, eso estaba más que claro, es más creo que ni siquiera se había percatado de mi existencia, pero yo sí de la de ella.

Era más o menos alta, no más que yo, su cabello era castaño oscuro, bueno, la oscuridad del atardecer me hacía verlo de aquella manera, pero sin duda no era rubio y sus ojos llamativamente maquillados me dejaron embobado mirándola, no sabía que era exactamente lo que estaba pasando conmigo en estos momentos, la necesidad de tenerla cerca de pronto se sintió asfixiante, increíble.

Sentía el impulso de ir tras de ella, de presentarme, pero no entendía porque, estaba claro que no iría, no dejaría que mis impulsos me ganasen, en parte, podía sentir cómo mi mirada cambiaba, podía sentir el color de la sangre aparecer en mis ojos, no podía controlarlo, simplemente sucedía.

Cerré mis ojos esperando a calmarme un poco, me puse la capucha del poleron y me tapé el rostro con mis rodillas, necesitaba que aquella chica se fuera, tal vez no era ningún sentimiento extraño lo que me había provocado, tal vez solo era hambre, ansiedad por consumir cada gota de su sangre y eso no ayudaría en nada para demostrar a mis padres cuanto puedo llegar a controlarme.

Esto era demasiado nuevo para mí y para mi familia, pero era evidente que algo pasaría, no es normal que nosotros, los vampiros, podamos engendrar, al menos no las mujeres de la familia, pero los hombres... solo los descendientes directos del primer vampiro pueden tener familia, somos los mandamás de nuestra especie... podemos convertir personas a nuestro bando, pero no tendrán nuestras habilidades, a menos que se haga alguna especie de ritual, cosa que mi padre había hecho con mi madre, el único hombre de la familia que había cambiado la tradición.

Mi padre amaba locamente a mi madre y ella a él, cualquiera que los viera no dudarían nunca de su gran amor, pero sus problemas aparecieron a raíz de la muerte de mi hermana y posteriormente a la muerte de mis abuelos, los padres de mi padre...

Abrí los ojos y volví a la posición en la que estaba inicialmente, me quedé observando el horizonte, esperando a que el sol se escondiera en el mar, aquellos últimos rayos me hacían sentir en paz, creo que era el único momento de mi vida en que podía sentir aquella sensación, pero no me importaba en lo absoluto.

Aquella mujer seguía allí, podía oler su sangre, su aroma, tan exquisito, tan llamativo... Quería ir y pararme enfrente de ella, llamar su atención de alguna manera, pero no sabía si era lo correcto. De pronto recordé lo que había sentido en aquella visión, tan similar a lo que estaba sintiendo ahora.

¿Será que me estaba advirtiendo sobre esto? ¿Será que ella está encaminada en mi destino? Sin dudas no quería averiguarlo, haría lo imposible por no volver a toparme con ella, pero mi cuerpo, mente y frío corazón me estaban traicionando en estos momentos... a pesar de estar de acuerdo conmigo, me gritaban que me quedase un poco más, que la observara con disimulo... que la admirara cómo si fuese la última vez que lo haría... y es que eso esperaba, no volver a toparme con ella nunca.

No quiero sentirme débil, no quisiera perder a alguien importante en mi vida nunca más y en lo que me concierne, no quiero volver a más personas importantes para mí.

Me quedé en aquella playa, mirándola, observando cada gesto, cada detalle de ella, sonreí de lado mientras la miraba, de pronto su teléfono comenzó a sonar y contestó la llamada, con mi agudo sentido de la audición no fue difícil saber qué era lo que estaba hablando.

-Sí padre, me iré enseguida, no te preocupes, estoy en pocos minutos allí. -mencionó aquella mujer, ¿De dónde salió? Ella no vivía aquí en el pueblo, al menos no desde antes, pero... ¿Por qué se han mudado a este lugar tan escondido del país?