Capítulo 4 Tamara Jackson

No tuve más remedio que aceptarlo debido a todas las amenazas de Casablanca para conseguir un reemplazo en mi puesto, pero no soporto para nada a Sebastián.

Se quiere hacer el listo con todos nosotros, sin embargo, luego de la reunión que tengo que dar voy a hablar con él por qué la verdad me está echando a perder la paciencia.

Veo que empieza a hablar con los demás chicos si realmente se fuera a quedar aquí, algo en lo que está muy equivocado.

Cuando empiezo la reunión les digo muchas cosas, entre ellas tomando énfasis lo que pasó con Sebastián, que deben tener cuidado ahora con la policía, pero de igual forma cuidarse con los grupos, por qué pronto vamos a atacarlos para demostrarle quién manda.

Entonces Sebastián me interrumpe con las siguientes palabras.

-¿No deberían darme la bienvenida aquí? ¿O tengo que ir a hablar directamente con tu jefe?-cuando me dice eso lo único que hago es apretar los puños.

-Por el momento nosotros te tenemos que cuidar hasta que seas lo suficientemente inteligente para no caer otra vez en las manos de otras personas, así que eso no es tan importante como nuestros planes.

Le digo, sin embargo, sigue hablando Sebastián de todas las razones por las cuales lo tengo que incluir algo que no me cae nada bien, por qué quiero mantener a este chico lo más alejado de mí.

-Mira, luego que organicemos un ataque veremos si te incluimos o no por qué tener el favor de Casablanca no da ninguna garantía de tus movimientos, así que mantén la boca callada para que siga hablando-le respondo mientras se mantiene callado.

Poco después que termina la reunión, Sebastián se acerca a mí mientras estoy hablando con Simón.

-Sé que no empezamos con el pie derecho, pero la verdad desde hace tiempo es mi sueño pertenecer a la mafia. Deseo ser un experto asesino y sé que eres la indicada para enseñarme-me dice él mientras que veo su aspecto físico que resulta ser un seductor por naturaleza.

Sin embargo, por más que quisiera hacerlo, no puedo por qué la tarde es el único espacio que tengo libre para hacer mis tareas y ponerme al día con la Universidad, así que entrenarlo no es una opción en este momento.

-Me vas a disculpar, pero no puedo enseñarte en este momento. Tendrás que hacerlo por tu cuenta, así como has estado en estos años me imagino ¿Cierto?-luego continúo con las siguientes palabras-No me importa para nada lo que hagas con tus ocupaciones, si eso no pone en peligro a mis hombres, estamos bien.

-¿Y si te dijera que no tengo un lugar donde vivir? ¿Me darías un sitio para quedarme?-me pregunta Sebastián sin hacerle ningún caso a mis palabras anteriores.

¡Dios mío, lo odio demasiado! Acaso no puede ser peor este castigo.

-No, ese es tu problema-le respondo para irme lejos de él, sin embargo, Sebastián se queda en ese mismo sitio sin intentar hablar con los demás.

De repente veo mi reloj para darme cuenta de que es demasiado tarde, casi amanece, eso significa que tengo que ir a mis clases.

No me interesa nada de ese chico, solamente les dijo a todos que nos vemos en la próxima reunión dentro de dos días, sin embargo, Simón me detiene el paso para decirme que Sebastián se va a quedar aquí, algo que me tiene sin cuidado por qué sé que debe tener dinero solamente es tacaño para usarlo.

Me despido de él para irme a mi casa, ojalá pudiera dormir, pero tengo un dolor de cabeza que no me deja pensar en lo absoluto. Poco después que llegó me quiero dar un baño, así que lo hago con agua fría para despertarme un poco luego de tomar un café negro.

Luego solo por precaución agarro uno de mis cuchillos para meterlo debajo de mi pantalón para protegerme a la luz del día, después meto mis cuadernos en mi morral negro favorito que es pequeño. Antes de salir me agarró un poco mi cabello negro para irme de mi casa.

Camino de prisa para ir a agarrar un taxi sin evitar relajarme un poco hasta el punto de cerrar un poco mis ojos. Entonces en plena avenida hay un accidente automovilístico, un obstáculo en mi trayecto, así que simplemente le doy el dinero al taxista que tiene un bigote que le queda horrible aparte de estar gordo.

Estoy a punto de llegar, me encuentro a mi amiga Elizabeth para decirme que me invita a comer después de clases.

-Claro que si acepto con gusto-le respondo mientras sonrió por tener su compañía, algo que aprecio mucho en estos momentos.

Ambas entramos a la catedral de ciencias que tiene una decoración contemporánea con el anterior siglo, algo que siempre me ha gustado, entonces cuando entramos en unas de las salas para ver las siguientes clases me doy cuenta de que no me puedo quedar despierta, algo que mi amiga nota por qué estamos sentadas juntas.

-¿Qué pasó? ¿Estuviste con un chico anoche?-me pregunta ella mientras intentó buscar una pastilla para el dolor que tengo en el cuerpo que no puedo superar.

Si tan solo supiera la verdad sería más fácil todo, sin embargo, nunca le he dicho que pertenezco a la mafia por culpa de mis padres. Si le digo la verdad, Elizabeth y su familia estarán en peligro sin mencionar que nuestros enemigos los matarían sin piedad nada más para ir por mi cabeza.

-No, claro que no. Sabes que no me interesa tener novio-le respondo luego de tomarme la medicina para mantener mi cuerpo despierto.

-Tamara, pero si se nota ¿Cuál es su nombre?-me dice en voz baja para evitar llamar la atención del profesor que está emocionado dando la clase..

-Por favor ni siquiera tiene nombre, por qué no existe. Siempre he apostado que vas a tener novio antes que yo por qué eres más femenina e inteligente a diferencia de todo lo contrario que tengo.

Elizabeth entonces se queda en silencio para darme cuenta de que ahora el profesor está diciendo algunos apuntes que va a hacer en un examen sorpresa mañana, algo que no me conviene por qué tengo que estudiar.

Poco después de eso, me voy con mi amiga a un pequeño restaurante para pedir algo de comida. A pesar de todo, veo a lo lejos que me siguió Sebastián, por qué luego se está acercando a la mesa que estoy sentada.

Entonces me doy cuenta de que tiene una ropa diferente a la de anoche debido a que está recién bañado. Sin más nada que hacer, veo que se sienta a mi lado.

-¿Quién lo diría, Tamara? Me imagino que nadie en la Universidad sabe nada de tu vida nocturna, mucho menos tu amiga que se fue al baño ¿Dime en qué puedo usar esta información para mi beneficio propio?-me pregunta él cuando lo único que quiero hacer es golpearlo hasta que se muera.

Justo cuando quiero decir algo veo que Elizabeth se acerca para verme junto a este muchacho.

-Amiga ¿Quién es este chico? No sabías que habías invitado a alguien más-me dice ella mientras Sebastián no se queda nada callado.

-¿Quieres que le diga la verdad o lo vas a hacer tú?-me pregunta él mientras mi amiga espera una respuesta.

Sin más opciones, hago lo que debí hacer al principio, solo espero no arrepentirme de esto.