En ese tiempo yo estaba en la secundaria, me encontraba más o menos en la edad de la "bendita" pubertad, probablemente una edad donde, ni siquiera sabes qué demonios te pasa por la cabeza. Mis genes familiares vienen directamente de personas altas y robustas, así que, mi estatura casi no concordaba con mi edad y eso era un buen punto, porque evitaba estar rodeada de chicos de mi edad, no era lo mío el estar socializando. Respecto a mis gustos, son fácil de distinguir, esos jeans negros, conversé negros y playeras del mismo color, estaba de más mencionar que me gustaba lo gótico, otro punto a mi favor para que los compañeros de mi salón se alejarán de mí. Amo el misterio, el rock y el ocultismo... algo más, no, creo que por el momento es todo.
El nombre de mi gran tormento, de mi caída directa hacia el infierno y de mi tortura existencial es nada más y nada menos que Quinn, vaya, quien diría que un nombre tan lindo, trajera tantas desgracias. Ella es más bajita que yo, tal vez unos diez centímetros, no sé, es una chica de piel apiñonada y cabello color castaño. Muy hermosa y muy perfecta si del cuidado de su físico se trata. Sabe vestirse femeninamente, tanto que parece dejar esporas de atracción donde sea que camine. Colores pasteles giran a su alrededor que parece que me quedaré ciega por permanecer mi vista fija en ella. ¡Pero demonios, es PERFECTA!
Lo bueno, es que ella nunca se dará cuenta de mi presencia y yo me evitaré pasar por nerviosismos innecesarios. Solo pensar en entablar con ella pláticas sobre romance y maquillaje me da un escalofrió enorme.
Había pasado una semana luego de mi primer día de clases, y yo, por suerte seguía pasando desapercibida. No, hasta que ella se sentó a un lado de mí, si, justo en mi mesa ¡Que se está creyendo! Dije por dentro de mí.
Apoyé mi mano sobre la mesa y observé la ventana, evitando hacer cualquier contacto visual con ella y pasando de ella. Lo siento, pero yo no caeré por su altísima popularidad. Menos cuando el único motivo por el que está aquí, es porque alguien más se sentó en su lugar favorito.
- Bueno chicos, habiendo explicado esto por favor hagan pareja con su compañero de aun lado y espero su trabajo antes de que termine la clase - Exclamó el profesor mientras se dirigía a su escritorio.
Cuando escuché eso, simplemente suspiré, seguramente en unos segundos se levantará de aquí y tratará de cambiar de asiento con aquel que tomó su lugar.
- Ehm... Entonces... ¿comenzamos a hacer el ejercicio? - Tomó su libreta, mientras que con la otra mano sostenía un lápiz que giraba por entre sus delgados dedos. - ¿Cuál es tu nombre? - Preguntó sin más.
- Me llamo Evelyn - dije con un tono de voz serio - Si, hay que comenzar de una vez - No iba a preguntar su nombre, ni siquiera era necesario; en este entonces que apenas nos estábamos conociendo.
- ¡Que lindo nombre! - Exclamó - "Witch Evelyn" - Murmuró.
- ¿Has dicho algo? - Entrecerré la mirada.
- Me recordaste a la flor, por eso lo mencione. Hablando de plantas, mi nombre es Quinn, mucho gusto - Me miró de reojo y sonrió. Posteriormente regreso la vista sobre el libro.
Y desde ese día, ella comenzó una extraña rutina de saludarme cada que llegaba al salón y cuando se marchaba, era tanto el entusiasmo que hacía, que simplemente le miraba sin hacer gesto alguno, a ver si así dejaba de molestarme.
Había dias en que se sentaba conmigo y poco a poco comenzamos a enlazar más conversaciones sobre nosotras, intercambiamos nuestros gustos y hobbies, lo mejor de todo es que ella no trato de interferir en ninguna, una parte de mi tenía miedo en que en algún momento ella me diría - ¿Y si te maquillo? - eso era lo que más temía.
Para este tiempo yo sabía que mi orientación sexual estaba sobre las chicas, más sobre Quinn, pero trataba de ocultarlo, no era algo bien visto en la sociedad, mucho menos en este lugar tan pequeño, y no, no hablo del salón, si no, del pueblo donde nos encontramos.
Así que esto me condujo a conocer a uno de los amigos de Quinn, si, ya para entonces yo formaba parte de su "grupo de amigos" no socializaba con ellos y tampoco iba a fiestas, pero durante las horas de clase, íbamos a comer todos juntos.
Ella me "ayudo" a salir con él, pero para ser sincera tardó más en ayudarme que lo que duró mi relación. Entre menos contacto romántico haya, soy feliz, pero mientras no, y menos con ese chico. Así que bueno, terminamos como a las dos semanas de noviazgo.
Quinn tenía novio, bueno, también comenzó a andar con alguien después que yo, pero tomemos en cuenta que su relación funciono bastante bien.
Esto duró aproximadamente un año, así que ya estábamos comenzando nuevo ciclo escolar.
Nuestra vida continua de la siguiente forma. Quinn estaba por cumplir un año más con su novio y yo, bueno, continuaba mi vida escolar como había empezado, sola y sin amigos.
Pero de repente, el universo comenzó a conspirar a mi favor; tal vez. Porque aquí fue cuando conocí a Rose, una chica casualmente con los mismos intereses que yo. Poco a poco nos empezamos a volver cercanas, aunque su personalidad daba mucho que desear, era algo bipolar. Algunas veces mostraba interés en las cosas que platicábamos o hacíamos, y otras veces, parecía que le importaba en lo más mínimo. Ella era una chica de tez apiñonada, ojos color castaño oscuro y cabello negro. Lo que si noté es que había cosas en las que ella aparentaba tener interés y asegurar al cien por ciento que era muy fanática a ello, pero cuando se le preguntaba era todo lo contrario, ni siquiera sabía que decir al respecto.
Y justó aquí fue cuando creí haber encontrado a mi mejor amiga y esto fue porque Quinn tomo una distancia considerable después de su relación y claro, era entendible, apenas nos estábamos conociendo.
Mi amistad con Rose empezó a ser más y más cercana, que incluso llegue a pensar que yo le gustaba; hasta este momento yo no tenía idea de que me gustaban por completo las chicas, yo simplemente creía que me gustaba su forma de vestir, personalidad, voz, etc. Nada que no estuviera fuera de lo normal. Cada vez que salíamos juntas me daba a entender otras intenciones que tenía conmigo que a pesar de que me asustaban, terminaron por gustarme. No me dejaba en claro si me quería o no, o solo estaba bromeando con esos comentarios, pero también comenzó a "gustarme" y poco a poco comencé a quererla y por desgracia, ella aprovecho eso para manipularme. Cabe aclarar que he soy una persona de dinero, bueno, no yo exactamente, pero si mis padres, siempre me han comprado todo lo que quería y también me daban todo para gastar, pero jamás abusé de ello, me gustaba ocupar mi dinero en cosas buenas y que valieran la pena, ahora, no sé qué estaba haciendo con él, solo sé que todo estaba destinado a Rose.
Poco a poco comenzó a manipular mi mente y estado para que yo pudiera comprarle regalos caros, salidas a restaurantes y a festivales, que claro, terminaba yo por pagar todo.
Esto comenzó de poco a poco: primero empecé a regalarle cosas a escondidas y luego se los daba dentro de la escuela. Tenía mis razones, Rose era muy buena conmigo y además me gustaba y quería empezar a salir con ella; creo. En cuanto a los regalos, tenía mis razones, ella me celaba cuando otras personas y eso me daba a entender aún más que estaba muy interesada en mí. Además, su forma en la que me hablaba y me daba indirectas era más que suficiente como para darme a entender que estaba interesada en mí.
Pero fue tanta la emoción que experimentaba con ella que de un momento a otro Quinn comenzó a acercarse cada vez más a mí, como si estuviese interesada en mi amistad nuevamente.
- Evelyn, ya sé que no hemos tenido buena comunicación en estos dias, pero me gustaría platicar contigo. Tal vez estoy un poco paranoica con todas las cosas que se hablan en el salón, pero ¿Que pasa contigo y con esa chica? No sé quién sea, pero parece ser de otro salón. Se que no he tenido tiempo de platicar contigo y que nos hemos alejado desde que la conociste, pero eso no implica que no me preocupe por ti. Últimamente se están corriendo rumores de ustedes dos y, espero que eso no sea cierto. -
- ¿Así? ¿Qué clase de rumores? - Cuestioné sorprendida.
- Que son novias. Porque mira no creo que a una amiga se le hagan regalos de esa talla. Hace días le trajiste un bolso de edición limitada LV y no hace mucho me entere que le compraste un móvil y no hace tiempo le estuviste buscando por toda la escuela para regalarle chocolates. Dudo que eso este bien... porque al final de cuentas el que le tiene que hacer todo eso es Hilton, su novio -
Esas últimas palabras resonaron en mi mente una y otra vez, mi miraba se congelo y mi corazón se rompió en dos; si es que esto existe. - ¿Eso no podía ser cierto? - Me pregunte una y otra vez y mientras pensaba en las posibilidades. Si lo pensaba bien, ella a veces inventaba un pretexto para no verme y casi eran dias muy específicos. Y hoy, es uno de esos dias.
- Oye, te estoy hablando - La voz de Quinn me hizo volver de mi mar de pensamientos y emociones. - Hoy nos vamos a ir juntas, ya veo que pretexto le pongo a mi novio, pero debes de darte cuenta con qué tipo de chicas te llevas... - Se puso de pie y acarició mi cabello suavemente - Nos vemos en un par de horas -
No tuve tiempo de siquiera pensar que fue todo lo que paso durante el día. Mi mente estuvo pensando ¿Sera cierto?
Al fin las clases terminaron, para este tiempo Quinn ya estaba esperando en la puerta del salón a que yo me fuese con ella, y como es lo que habíamos acordado, eso fue lo que hice.
Mi corazón estaba latiendo con tal nerviosismo que parecía que no iba a detenerse, tenía miedo de que eso fuese verdad, pero, si lo era, eso me ayudaría a detener mi obsesión con Rose.
Tras la salida de la escuela, estuvimos caminando por un callejón no muy transitado y fue cuando de repente observé la silueta de dos personas abrazadas, caminamos lentamente y al pasar por ahí noté que si se trataba de ella. Solo miré de reojo sin tomar importancia y continue mi camino, Quinn ya se había acercado a mi para tomarme del brazo y murmurar ligeramente.
- No sé qué relación tenías con ella Evelyn, pero es mejor que te alejes de una amistad así -
- Bueno, no era algo que me importaba... creo, pero bueno, olvídalo, ya tomaré mi espacio con ella -
No sé qué es lo que sentía ahora por Rose, si un odio completo o desilusión o lastima por el tipo de persona que se dio a conocer conmigo, no sé, era una sensación tan rara que lo único que quería hacer era llegar a casa.
- No sé si esta pregunta esté de más, pero podrías confiar en mi... tú sabes que no me molestaría el hecho de que te gusten las chicas no es algo que debas de ocultarme -
Cuando escuché eso exhalé pesadamente - No me gustan las chicas... seguramente solo buscaba una amistad verdadera o con mis gustos, no sé, sinceramente, pero bueno, me voy a casa, tomaré el camión. Gracias - Me despedí de ella.
Mi mente seguía confundida, no sabía si eso que le había dicho a Quinn era verdad o solo trataba de ocultar que estaba a nada de volverme lesbiana o bisexual. Estaba en un conflicto y como lo mejor era guardármelo. Tenía que pensar en cómo hacer callar esos malditos rumores que pasaban de un lado a otro en la escuela, así que esa era mi tarea desde ahora.
Lo más extraño de todo esto es que Rose no se percató de mi presencia el día de ayer, por lo que ella trato de ser lo más normal posible, pero yo opté por ignorarla, sinceramente no me iba a dejar convencer de nuevo y mucho menos sus intentos de reconciliación romántica que intentaba hacer conmigo. Además, tenía que dejar en claro que ella no me interesaba y que claramente no iba a estar a sus pies las veces que quisiera, mucho menos ahora que los chismes sobre nosotras estaban a "flor de piel".
Me daba muchísimo miedo pensar que esos chismes llegarían algún familiar cercano, amigos o incluso a mis padres.
Lo peor que pude hacer fue salir con un chico, su nombre, sinceramente ya no recuerdo su nombre, solo sé que era muy atento conmigo, le gustaba el rock, vestía ropa oscura y elegante al mismo tiempo, si, debo de aceptar que en eso si tenía estilo. Esta relación duro aproximadamente unas tres semanas. Al poco tiempo de salir comenzamos a tener muchos gustos contradictorios, y, además, queria que me pasara las 24 horas aun lado de él; ni que él estuviese trabajando como mi guardaespaldas. Así que sin decir más terminamos la relación sin hacer tanto desastre y quedando como "amigos", lo dejo en comillas porque nunca nos volvimos a hablar.
No sé si los chismes cesaron gracias a esto, pero al menos en la escuela se han dado cuenta que salgo con chicos y con estas semanas fue más que suficiente. Espero estar un buen rato más disfrutando de mi soltería.
Justo ahora me encontraba observando el cielo desde uno de los barandales frente a mi salón. Ni siquiera sé exactamente si estaba pensando algo cuando de repente escuché la voz de Quinn detrás de mí.
- Evelyn - Todos a mi alrededor; incluyéndome, volteamos a la par.
- ¿Qué tienes, estas bien? - Arqué mi entrecejo confundido.
- Mañana serán las graduaciones de tercero y él se ira al siguiente día hacia Canadá... ¡¡No lo volveré a ver nunca!! - Exclamó ahogada entre llanto.
- Sinceramente creo que soy la última persona en tu lista a la cual le vienes a hablar sobre esto... - Mi tono de voz fue serio y confundido.
- Como me hablas así cuando estás viendo la gravedad del asunto. - Suspiró pesadamente y se recargo en mi hombro.
- A ver, sabes que no soy el tipo de persona que habla de cosas románticas, así que si has venido conmigo es porque quieres la cruda verdad ¿No es así? - Pausé - Para ser sincera, creo que es algo que ya venían asimilando desde que salían ¿no? Por lo que creo que es mejor que terminaron bien, si el tiempo lo quiere volverán a estar juntos, digo, nos falta un año para que también nos graduemos. Es mucho decir que pueden esperar así que pueden seguir con su vida durante este año y posteriormente te vas a la preparatoria a Canadá - Le miré a los ojos - No creo que conozcas a alguien que realmente te haga sentir algo mejor a esto, que ya llevas con él - Solté una risa - ¿No es así? -
Suspiró nuevamente y elevó la cara para quedar frente a mi - En eso tienes razón, no hay necesidad de seguir juntos, podemos buscar otra alternativa y ya después el tiempo lo dirá - Me abrazó fuertemente - Gracias, me has hecho sentir mucho mejor. -
- Si, claro - Expresé sin motivación alguna y me quede fija al abrazo; no estoy acostumbrada a esto.
Este segundo año termino normal, lo único que cambio es que Quinn ha terminado con su novio y yo, bueno, yo sigo disfrutando de mi soltería.