Eran las doce de la noche y no podía reconciliar el sueño, las noticias de las últimas semanas alertaban a todos los que vivíamos en este barrio. Mi esposo me decía que debía tranquilizarme, que él me protegería con su vida si fuera necesario, pero luego de que perdiera a su hermana a manos de un asesino serial, ya no estaba segura de quién debía tener miedo...
-Cariño debes dormir -me insistió.
-No puedo. Me da miedo soñar con lo peor.
-¿Qué es lo peor que podría pasar?
-Que nos maten...
-Tranquila, cariño.
-¿Cómo me lo puedes pedir si estamos viviendo con tanto miedo?