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Un CEO cariñoso quiere hacer pública su relación

Un CEO cariñoso quiere hacer pública su relación

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Acerca de

A los ojos del público, Elijah siempre era un caballero distante y reservado. Sin embargo, a puerta cerrada, seducía a Ashley incesantemente en un torbellino de pasión. Nadie conocía su relación secreta, pero al mismo tiempo, nadie se atrevía a molestarla de nuevo. Un día, ella sufrió náuseas matutinas frente a todos. Para sorpresa de todos, el distante y autoritario Elijah rápidamente se arrodilló frente a ella y acarició su vientre embarazado. "Mi amor, hagamos pública nuestra relación. Te daré todo lo que tengo", susurró.

Capítulo 1 : Te deseo

"¿Sabes quién soy? ¿Cómo te atreves a seducirme?".

El áspero susurro de Elijah Warren le recorrió la espalda a Ashley Kirk, que yacía desnuda sobre él.

Bajo ella se encontraba Elijah, el líder de los Warren, la familia más poderosa de Daville. Era considerado su tío, aunque no los unía ningún lazo de sangre.

Para esquivar su escrutinio, Ashley fingió estar ebria.

"Qué calor... Te deseo", susurró.

Desesperada, se inclinó para besarle la nuez de Adán, consciente de que era su única oportunidad para sobrevivir.

Daniel Blake, su prometido, la había llevado a una subasta en un crucero esa noche; o al menos, eso le había hecho creer. En realidad, su plan era entregarla a un socio comercial.

Ashley se rehusó a ser tratada como un objeto y aprovechó la primera oportunidad que tuvo para escapar.

Sin embargo, sabía que era inútil huir de los Kirk y de la influencia de su madre adoptiva.

Ya que iban a tratarla como mercancía, prefería entregarse a un hombre poderoso, alguien a quien los Kirk no se atrevieran a desafiar en Daville.

El salón del segundo piso estaba a oscuras, pero Ashley podía percibir claramente el ruidoso caos de abajo.

A través de los amplios ventanales, se veía la subasta en pleno apogeo.

La ansiedad paralizaba sus movimientos, volviéndolos torpes.

Era bien sabido que Elijah era célibe. Ninguna mujer había logrado intimar con él.

Su indiferencia pareció quedar confirmada cuando ella no consiguió provocarle reacción alguna.

"¿Eso es todo lo que tienes?", inquirió él, entornando los ojos con insatisfacción. "Esperaba más de la mujer que se atrevió a seducirme".

Apenas había regresado al país esa noche y ya una mujer se le insinuaba sin el menor pudor.

A pesar de su aparente ardor, la inexperiencia de la joven era evidente.

Un fino sudor cubría su delicada piel y el cabello se le pegaba al rostro. Aunque ella lo había iniciado todo, cada uno de sus torpes movimientos la hacía sonrojar.

Aunque su primer impulso fue apartarla, Elijah se sintió intrigado. Le acarició suavemente la cintura.

"Déjame enseñarte", ofreció.

Se recostó, relajando su cuerpo musculoso, y le permitió tomar la iniciativa.

La guio con palabras y caricias suaves.

La subasta continuaba al otro lado del ventanal.

"A continuación, presentamos una rara antigüedad, una escultura de una mujer hermosa. Esta pieza exquisita encarna la elegancia atemporal y demuestra una artesanía excepcional. Los detalles realistas y la delicada textura de la escultura son realmente notables. La puja por esta impresionante obra comenzará en tres millones de dólares".

Elijah acunaba a la hermosa mujer en sus brazos.

La potente voz del subastador ahogaba los gemidos de Ashley.

"Diez millones de dólares. A la una, a las dos... ¡Vendido aquí mismo!".

El golpe del mazo se fundió con la respiración agitada de Elijah y los gemidos sofocados de Ashley.

A medida que avanzaba la noche, el vaivén del crucero sobre las olas no era nada en comparación con el de los cuerpos entrelazados en la cama.

...

Al amanecer, el crucero regresó al puerto.

Ashley aprovechó que él se duchaba para escapar.

El dolor en la cintura y las piernas le dificultaba caminar.

Se envolvió un chal de lana alrededor de los hombros y el cuello para ocultar las marcas que él le había dejado.

Vio a Daniel, que esperaba con impaciencia junto a su amiga, Sarah Mason.

Hacía tiempo que sabía que Daniel y Sarah tenían una aventura.

Aun así, no tenía pruebas y no podía romper el compromiso.

"Daniel, ya regresé". Ashley se acercó, con una actitud sumisa y complaciente.

Hubo un tiempo en que pensó que su prometido sería su escape de los Kirk, pero él solo pretendía utilizarla, igual que su madre adoptiva.

Cuando ella extendió la mano, Daniel retrocedió con una mueca de asco. "¿Te fue bien en la reunión con el señor Wells? ¿Cerraste el trato?".

La expresión de Daniel cambió de repente al fijarse en el rostro de Ashley.

Estaba frente a él con los ojos húmedos, los labios hinchados y un rubor persistente en las mejillas; su aliento tenía un encanto casi embriagador. No pudo evitar sentirse atraído por su resplandor.

"Sí, hice exactamente lo que me pediste", respondió Ashley con una sonrisa seductora.

Sin embargo, su primera experiencia la había dejado lejos de sentirse feliz.

Elijah había sido rudo.

De pronto, Daniel se dio cuenta de lo que pensaba y una oleada de repulsión lo sacudió.

"Para lo único que sirves es para eso", se burló.

En Daville, era bien sabido que las hijas de los Kirk no eran más que acompañantes de lujo, famosas por su promiscuidad.

Presionado por su familia, Daniel había aceptado comprometerse con Ashley, la tercera hija de los Kirk. Su familia buscaba establecer una conexión con los Warren, aliados de los Kirk, a través de ese compromiso.

Como consecuencia, se había convertido en el hazmerreír de sus amigos, que se burlaban de él por tener una prometida que se acostaba con cualquiera.

Sin permiso para romper el compromiso, Daniel había optado por usar a Ashley para complacer a su socio comercial.

"Daniel, Ashley debe de estar agotada. Déjala ir a casa a descansar", sugirió Sarah, apoyándose en él con una sonrisa seductora.

Ashley, fingiendo ignorancia, asumió el papel de la chica sumisa e inocente.

"Sarah, qué considerada. Ya que tú y Daniel van en la misma dirección, será mejor que él te lleve a casa", respondió con una naturalidad fingida.

Tenía claro que Sarah se había hecho su amiga en la escuela solo para arruinar su reputación y robarle a Daniel.

¡Pero a Ashley no le interesaba en lo más mínimo una persona tan despreciable!

Tan pronto como estuvieron en el auto, atrajo a Sarah hacia sí para darle un beso apasionado.

"Daniel, más despacio... Ashley todavía no se ha ido. ¿Y si nos ve?", protestó Sarah juguetonamente, lo que solo avivó la urgencia de Daniel.

Aunque Ashley era increíblemente hermosa y tenía una buena figura, se rumoreaba que había estado con muchos hombres, mientras que Sarah solo había estado íntimamente con él. Por eso prefería a Sarah sobre Ashley.

...

Al regresar a la residencia Kirk, Ashley encontró a su madre adoptiva, Claire Kirk, en la sala.

"Mamá, le conseguí un negocio a Daniel esta noche", declaró, arrodillándose sumisamente a los pies de Claire.

Claire observó los chupetones en el cuello de Ashley y la elogió: "Ashley, tu mayor deber como mujer es obedecer a tu pareja y asegurarte de que sea feliz".

"Lo recordaré, mamá", respondió Ashley con una sonrisa forzada, apretando los puños.

"Has hecho bien. Me haré cargo de las facturas médicas de Hadley este mes", afirmó Claire, recurriendo a su habitual táctica de manipulación.

La ansiedad de Ashley se disipó ante las palabras tranquilizadoras de su madre adoptiva. "Gracias, mamá".

Diez años atrás, Claire había adoptado a Ashley y a su gemela, Hadley Kirk, de un orfanato.

La grave enfermedad cardíaca de Hadley generaba facturas médicas abrumadoras que ataban a Ashley a esa familia, un lazo que no podía romper.

Antes de ir a asearse, Ashley le entregó su vestido y sus joyas a Peyton Gill, el ama de llaves.

Peyton examinó cada artículo y luego exigió con frialdad: "¿Dónde está el otro arete?".

"No puede ser... Debería estar en mi bolso".

Estaba segura de que las joyas no se habían perdido, ya que se las había quitado ella misma la noche anterior.

Rebuscando en su bolso, Ashley encontró el arete que faltaba y se lo entregó a Peyton para que lo inspeccionara.

Una vez que se aseguró de que todo estaba en orden, Peyton le advirtió con severidad: "Recuerde, señorita Kirk, que todo lo que posee le ha sido otorgado por la señora Kirk. Si vuelve a robar joyas como ya lo hizo una vez, terminará encerrada en el sótano. ¿Entendido?".

"No volverá a pasar", murmuró Ashley, desviando la mirada.

Sin embargo, en cuanto Peyton se marchó, Ashley levantó la mirada, con la determinación intacta y sin rastro de miedo.

Estaba resuelta a liberarse de ese encierro y a conquistar su libertad.

...

Al día siguiente, Robert Warren, el padre de Elijah, organizó un banquete de bienvenida.

En esas ocasiones, Claire ataviaba a Ashley exquisitamente para atraer a hombres influyentes.

Al hacer su entrada, los parientes de los Warren conversaban entre sí, sin prestarles la menor atención ni a Ashley ni a Claire.

Entonces, un auto deportivo negro se detuvo.

"¡Es Elijah!", gritó alguien.

Al oírlo, Ashley se tensó y clavó la vista en el vehículo.

La multitud se apresuró a recibir a Elijah.

Elijah permaneció en el auto; solo bajó la ventanilla y extendió la mano izquierda, en la que sujetaba un cigarrillo.

En su pulgar lucía un anillo de sello.

Ese mismo anillo la había atormentado durante sus momentos íntimos la noche anterior.

Al ver el anillo, un rubor ardiente le tiñó las mejillas y apartó la mirada instintivamente.

De pronto, Claire la empujó hacia adelante, instándola: "Elijah no ha vuelto en tres años. Ve a saludarlo".

Tras una inspiración profunda, Ashley se acercó con lentitud.

Habían pasado tres años desde su último encuentro formal.

Se preguntó si él la reconocería después de lo ocurrido la noche anterior.

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