Capítulo 6 6

"Hijo de puta." Su voz le dio escalofríos. Había una brusquedad en él que no era del todo humana, demasiado profunda, casi un gruñido.

Él la empujó y ella aspiró aire, sus pulmones hambrientos de oxígeno. Ella vio por primera vez la camioneta, o lo que quedaba de ella, cuando él se puso de rodillas y luego se puso de pie.

Se incorporó lo suficiente como para mirar en silencio la destrucción. Las ventanillas de la parte delantera de la furgoneta habían volado y las puertas traseras estaban abiertas. Las llamas salieron disparadas de ambos lados y el humo negro se elevó hacia arriba. Un cuerpo yacía cerca de la puerta del conductor: el hombre al que ella había disparado en la garganta. Él no se movía y ella no esperaba que lo hiciera. La bala que había disparado había sido un tiro mortal.

Su atención volvió a la furgoneta y al objeto oscuro que colgaba de la parte trasera, al suelo. Pudo concentrarse lo suficiente para distinguir lo que era. La bilis subió cuando identificó la forma de una cabeza y brazos. Él no se movía. Se las arregló para contener las ganas de vomitar. Cayó en la cuenta de que acababa de matar al menos a tres personas, a menos que el pasajero hubiera salido por el otro lado antes de la explosión. La guardia de la NSO se movió, pero no podía apartar la mirada horrorizada de la furgoneta en llamas.

Se gritaron órdenes de fondo, pero ella las ignoró. Yo lo hice. Los maté. Se hundió y no pudo obligar a sus extremidades a moverse. Kat no se inmutó cuando el guardia se inclinó y la agarró de los brazos. Él fácilmente la puso de un tirón sobre sus pies inestables. Se tambaleó un poco, pero trabó las rodillas. Su entrenamiento exigió que saliera de eso y siguiera con el programa, pero todo lo que podía hacer era mirar la furgoneta en llamas. Podía oler la carne quemada bajo el denso hedor de la goma y cualquier otra cosa que estuviera en llamas.

"Estás bajo arresto," gruñó esa voz profunda junto a su oído.

La sensación de las esposas en sus muñecas finalmente la sacó de su sorpresa. Giró la cabeza y miró al guardia. Él era más de un pie más alto que ella y enorme. Le había abrochado las esposas en las muñecas por delante en lugar de detrás de la espalda y ahora agarraba la cadena entre ellas.

Tragó saliva, tratando de encontrar su voz. "Puedo explicarlo."

"Hiciste explotar esa camioneta". Gruñó. "Le robaste un arma a uno de mis oficiales. ¿Quién eres?"

Ella volvió la cabeza. Oficiales vestidos de negro se apresuraron con extintores de incendios, tratando de apagar el incendio. Quería ordenarles que regresaran en caso de que el tanque de gasolina aún no se hubiera reventado, pero estaban manteniendo una distancia segura. La Nueva Especie a su lado esperaba una respuesta. Ella recordó eso y lo miró. "Soy Kat Decker. Soy el consultor del laboratorio criminalístico.

"Mierda."

Ella hizo una mueca por dentro ante su tono áspero. Su mente comenzó a funcionar completamente de nuevo y se dio cuenta de que la había jodido. Se habría reído abiertamente de alguien si hubiera hecho lo que ella dijo que era un técnico de laboratorio forense. Sin embargo, no se arrepintió de sus acciones.

Él la hizo girar y una mano le sujetó firmemente la parte superior del brazo antes de empujarla suavemente. "Mover."

Fue un shock cuando vio la destrucción hecha en la caseta de vigilancia. Parte del techo se había derrumbado y todo el lado que daba a la furgoneta había sufrido graves daños. "¿Todos están bien?"

"No sé." Definitivamente gruñó. "Estamos comprobando".

Rusty se adelantó. Kat la identificó por su forma y la pistolera vacía. "Lo siento mucho, Darkness".

"Guárdalo", espetó. Llévala a una celda de detención. Tengo que revisar a nuestra gente. Desnúdala hasta quedar en ropa interior y asegúrate de que no esté escondiendo nada.

"Por supuesto." Rusty sonaba estresada cuando su voz se quebró.

La empujó hacia Rusty. "Calma. Tomar una respiración profunda."

Kat admitió que ella también siguió su consejo, aunque sabía que no era para ella.

"¿Crees que alguno de los nuestros murió?" Rusty sonaba al borde de las lágrimas.

"No me parece. necesito verificar Mover. Llévala ahora y obsérvala de cerca. Nadie debe acercarse a ella hasta que yo llegue allí. La entrevistaré.

Rusty agarró sus esposas y tiró. Kat la siguió por el edificio dañado, fijándose en cada detalle. Los oficiales se apresuraron a llegar a la escena y vio movimiento a través de una ventana intacta cuando rodearon el costado. Un hombre estaba levantando una sección del techo del piso.

Kat no tenía palabras mientras la acompañaban a la parte trasera del largo edificio. Su apariencia mucho más pequeña desde el frente había sido engañosa. Más oficiales salieron corriendo con todo el equipo. No se tomaron el tiempo para detenerse o preguntarle quién era, ya que Rusty simplemente la empujó contra la pared para apartarse de su camino.

"Vamos", susurró Rusty.

Kat no discutió. Necesitaba pensar en una buena mentira para explicar lo que acababa de hacer. "Lamento haber tomado tu arma".

Rusty gruñó. "Silencio. Escuchaste Oscuridad. No hablar hasta que él venga. Él será quien te interrogue.

Eso no sonaba nada bien. La condujeron por un pasillo en la esquina trasera del edificio y la puerta se abrió de un empujón. Kat miró alrededor de la habitación, tal vez quince pies por veinticinco pies. No había espejos de dos vías. Una silla estaba atornillada al suelo cerca de un desagüe. Había un gancho en la parte superior de la pared detrás de un lado y una mesa larga con dos sillas en el otro. Las paredes y el techo habían sido pintados para que hicieran juego con el suelo de hormigón de color gris opaco.

Las primeras punzadas de miedo se dispararon por la columna de Kat. No se parecía a ninguna sala de interrogatorios que hubiera visitado en una comisaría. Le recordaba más a uno que había visto recientemente en una película. Los guardias casi habían golpeado al prisionero hasta matarlo. La sangre había empapado las paredes y el piso de esa habitación, el desagüe en el piso allí para facilitar la limpieza. Realmente esperaba que la NSO no hubiera visto una película similar y tomado notas.

Rusty sacó una llave y quitó las esposas. "Quítate todo menos tu ropa interior".

Kat hizo una mueca ante la idea de una búsqueda en la cavidad, pero no se resistió. La habitación estaba fría cuando se desvistió y colocó su ropa en una pila doblada sobre la mesa, sus zapatos al lado. Se enfrentó a Rusty, preguntándose si era política mantener el protector facial y el casco puestos.

"Manos al frente otra vez".

Kat ofreció dócilmente sus muñecas, aceptando el clic del metal sin decir una palabra.

No pareces herido. ¿Necesitas un médico?

Estaba lejos de estar bien, pero nada le dolía físicamente excepto un pequeño dolor en la espalda. Sin embargo, no parecía importante ni serio. Sus emociones eran un desastre, pero un médico no pudo ayudar con eso. "Estoy bien."

"Toma asiento".

Ella se sentó. Rusty recogió su ropa y sus zapatos. "No te levantes. Quedarse quieto. La oscuridad estará aquí pronto.

"¿Puedo tener un poco de agua por favor?"

"Reenviaré tu solicitud a Darkness".

Rusty se había ido al instante siguiente, el clic del metal era una certeza de que había cerrado la puerta. Kat miró alrededor de la habitación con gravedad. Al menos no hubo registro de cavidades. Esa fue la única buena noticia para Kat.