Capítulo 6 Disturbios en el banquete de caridad

"¿Qué sucede, Miguel? ¿Con quién hablabas por teléfono?", preguntó Veronica mientras se sentaba débilmente en la cama.

Su suave voz lo hizo volver a la realidad, y después de un tiempo, la frialdad en sus ojos se desvaneció lentamente.

"Nada", respondió mientras entraba nuevamente en la sala. "Mi asistente Steven dijo que el diseño de Elan se venderá en un banquete benéfico en el hotel Aurora esta noche. Si lo compramos, podemos usar la fama de Elan para que la empresa entre en la industria de la joyería y gane más dinero".

"¿Te refieres a Elan, el diseñador? ¡El brazalete que diseñó llamado Lágrimas del Diablo, es mi favorito!".

Al escuchar eso, a Miguel se le oscureció el rostro y dijo: "Cuando éramos amigos por correspondencia, dijiste que tu favorito era el collar llamado Estrella del Mar".

Ante eso, Veronica abrió los ojos y su corazón comenzó a acelerarse en pánico. Rápidamente apartó la mirada y se llevó la mano a la nuca. "Bueno, los gustos de la gente cambian, ¿verdad?".

Cuando levantó la vista nuevamente, vio que Miguel le lanzaba una mirada gélida y un escalofrío le recorrió la espalda. Aun así, fingió estar tranquila y forzó una sonrisa dulce. Envolvió sus brazos alrededor de los de él y dijo: "Me lo comprarás, ¿verdad?".

Aunque Miguel todavía estaba confundido por su respuesta, al recordarla arriesgando su vida por él quince años atrás, su corazón se ablandó y asintió, aunque de manera resignada.

Después de darle algunos recordatorios más, él agarró su abrigo y salió de la sala.

El hotel Aurora era uno de los mejores de la zona, y sólo los ricos y poderosos estaban invitados al banquete de caridad que se llevaría a cabo allí.

Luego de reunir suficiente coraje, Brenda se aferró al brazo de Lukas cuando entraron en el salón. De inmediato, varias cámaras se volvieron hacia ella.

Aunque no llevaba nada de maquillaje, la frialdad de su expresión y la elegancia de sus movimientos aún se destacaban. El lunar en el rabillo del ojo también acentuaba su encanto natural.

De repente, las mujeres que acompañaban a los hombres de negocios se sintieron amenazadas.

"¿Quién es esa que acaba de llegar? ¿Alguien la conoce?". Se reunieron y comenzaron a susurrar en pequeños grupos.

En realidad, era algo comprensible, ya que Brenda rara vez asistió a esos eventos de clase alta.

Además, durante los años que había estado casada con Miguel, había vivido encerrada y aislada del mundo exterior. Por eso las personas casi no la conocían.

"¡Espera! ¡Ya lo recuerdo! ¿No es la exesposa del señor Hamilton? ¡Acaba de divorciarse e inmediatamente se buscó a otra persona!".

"¡Sí, es ella! Escuché que su padre se tiró de un edificio y ahora está en estado vegetativo. ¿Cómo podría estar de humor para asistir a un evento como este?".

Brenda trataba de ignorar las palabras mordaces que decían esas mujeres cuando de repente, sintió que algo cálido tocaba el dorso de su mano.

"No te preocupes. Estoy aquí contigo", la consoló Lukas, dándole un ligero apretón.

Ella le respondió con una sonrisa agradecida. De hecho, no le molestaba la provocación de aquellas mujeres.

Cuando continuó caminando por el pasillo mientras lo tomaba del brazo a Lukas, un enorme cartel pegado en la pared le llamó la atención.

Era tan vistoso que no pudo evitar soltar los brazos del joven y caminar hacia él.

En el cartel había un collar brillante con una gema azul en el centro, rodeada de muchos diamantes de colores, y cuanto más cerca miraba el centro de la gema, más se parecía al tono profundo del mar. Es más, desde todos los ángulos formaba una escena de olas embravecidas rompiendo contra la orilla.

Brenda nunca pensó que volvería a verlo después de tres años.

"Señorita Sanchez, ¿no eras ama de casa a tiempo completo? ¿Cómo es que conoce esta obra maestra diseñada por Elan?", le preguntó una mujer acercándose a ella. Había un aire dominante a su alrededor, y aunque usaba tacones altos, medía menos de 1.6 metros de altura.

Detrás de ella había varias jóvenes de familias ricas que se agruparon a ver lo que sucedería.

"Sabes que el significado de Estrella del Mar es amor leal e inquebrantable, ¿verdad?", continuó esa mujer en tono burlón. "Y tú, señorita Sanchez, con una personalidad tan libertina, me temo que ni siquiera mereces observar este collar".

De repente, Lukas se acercó, agarró el brazo de la mujer y la apartó mientras preguntaba en voz baja: "Natalie, ¿qué estás haciendo aquí? ¡No causes problemas!".

Natalie Powell, la hermana menor del joven, le respondió con otra pregunta: "Lukas, eres un hombre valiente, ¿no? ¿Por qué estás tan enamorado de una mujer divorciada? ¿Tienes idea de lo furioso que estaba el abuelo ayer cuando escuchó la noticia? La familia Sanchez ya está condenada al fracaso. ¿De qué nos servirá que te juntes con ella?".

Tras eso, ella volvió a mirar a Brenda y, con una expresión cargada de odio y resentimiento, agregó: "Seguramente tuviste una aventura con otro hombre mientras estabas casada, ¿verdad? ¡¿Cómo te atreviste a ponerle los cuernos a Miguel?!".

En ese momento, dicho hombre entró por la puerta, justo a tiempo para escuchar cuando ella dijo eso.

Sus palabras sonaron tan duras que lo hicieron fruncir el ceño, y al levantar la vista, vio a Brenda y Lukas juntos, luciendo como una pareja perfecta.