Capítulo 4 UNA SIMPLE EMPLEADA

__¡¡Hola querida hermana!! Tanto tiempo sin verte, te ves realmente mal, te lo digo por si no lo habías notado.

Habla Rolando con un tono burlón, la mujer sólo puede escuchar su voz ya que no podia ver.

__¿¿Dónde esta mi hija, qué le hiciste?? Hace dos días no se de ella.

El hombre la miro con odio, había esperado tanto tiempo a que ella muriera qué le parece una eternidad.

__Escapo con un don nadie, se enamoro de un inútil como lo hiciste tú en el pasado, de tal madre, tal hija.

La mujer se molesto con las palabras de su hermano, sabia que su hija no haría algo como eso, su familia la había desprecio por haberse casado con un hombre sin fortuna.

__Deberías de firmar este documento, así me haré cargo de ti ahora que tu hija se ha marchado, ya no tienes a nadie más.

__No lo haré __responde la mujer molesta __quiero ver a mi hija __exige furiosa __el amor al dinero te esta consumiendo.

__La muerte te esta respirando en la nuca hermanita, si no firmas este documento me encargare de hacer la vida de tu hija un maldito infierno.

__No te atrevas a hacerle daño a mi hija, no puedo creer que lleves mi sangre Rolando.

__Pruébame, sabes que ni siquiera puedes moverte de esa cama para evitar que la lastime, llevo a años dándote la oportunidad de cederme lo que es mío y no has querido hacerlo.

El hombre sale de la habitación dejando a la mujer preocupada por su hija, su peor error, fue irse a vivir a la casa de su hermano.

Pensó que ellos la ayudarían, pero fue todo lo contrario, ellos tenían sus ojos sobre la herencia qué sus padres le habían dejado, no era mucho pero su hija lo iba a necesitar para macharse de ese lugar.

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Los días empezaron a pasar y las cosas para Ivette no mejoraban, su prima la humillaba cada vez que podía, enfrente de las visitas y los empleados, su vida se había vuelto un calvario total.

Se limpio las lágrimas del rostro, tenía el brazo rojo y las uñas de Marie dibujadas en el, se enojaba por cualquier cosa y explotaba contra ella.

Salió del baño fingiendo estar bien, Marie y sus amigas estaban en el jardín delantero platicando entre ellas mientas jugaban ajedrez, siempre apostaban dinero o joyas muy costosas.

Entro a la cocina y tomó la bandeja y coloco los refrescos, tenía que atender a ese poco de niños ricos que estaban allí, no quería atenderlos pero su prima se lo había exigido.

🌼🌼🌼🌼🌼

Benjamín estaba en la entrada de la mansión, había llegado en un taxi ya que su coche había sufrido un pequeño problema mecánico.

Su hija había insistido en que le llevara un pequeño presente a Ivette a cambio del rosario barato que la mujer le había dado a su pequeña, quería botarlo a la basura pero ella se aferro a esa baratija.

El taxi se detuvo, bajo, el guardia del portón lo observaba con curiosidad, le dio una mirada fría al hombre, el no era cualquier persona como para que ese imbécil lo mirara de esa manera.

__¡¡Buenas!! ¿¿Se encuentra la señorita Ivette Meyer?? Vine a entregarle algo.

El guarda lo observo con algo de desconfianza, había llegado en un taxi, de seguro era un amigo de la joven, un don nadie, todos habían escuchado del escándalo en el que estaba envuelta la joven.

__¡¡Pasé!! Debe de estar en el jardín atendiendo a los invitados.

Abrieron el portón y le permitieron ingresar, acaso había escuchado mal, atendiendo a los invitados, seguro tenía algunas visitas importantes, normal en las chicas tontas de su edad, pensó para si mismo.

El hombre señaló a un grupo de personas en el jardín, asintió con la cabeza y empezó a caminar en dirección al lugar, observo a una chica con una bandeja en sus manos se le hacía muy conocida.

Una de las chicas coloco su pie a propósito haciéndola tropezar y derramando el líquido sobre una de las chicas que vestía de manera elegante.

Observo cómo la chica se levantó molesta y empujó a la empleada con fuerza, luego le propinó tremenda bofetada.

__Estúpida, acaso estas ciega, ni como sirvienta eres buena, no se como mi papá no te a lanzado a la calle.

Los demás se empezaron a burlar de la chica, él ni siquiera sintió lastima, odiaba a las personas débiles qué se dejaban humillar por los demás.

__Solo fue un accidente __habló Ivette con los ojos rojos __en realidad lo lamento Marie.

__Vas a pagarme este vestido me escuchas maldita sirvienta, fue un regalo muy costoso de mi novio __habló haciendo énfasis en sus palabras __nunca podrás usar algo como esto.

Benjamín no quería continuar avanzando y entrometerse en una discusión ajena, era mejor marcharse de ese lugar lo antes posible, no podía creer que la chica tuviera un carácter horrible, engañaba a cualquier con ese rostro de mosca muerta.

__¿¿Ha quien busca?? __Le pregunto un hombre vestido de saco y corbata.

__Ivette Meyer.

__¿¿Puedo saber que interés tiene en ella?? __Pregunto mirándola fijamente.

Benjamín se quedó serio, como podía pensar que estaba interesado en esa mocosa malcriada, estaba allí por su hija, de lo contrario jamás hubiera ido a ese lugar.

__Ningún interés, por accidente la golpee con mi coche, solo quiero saber que esta bien y ver si necesita algo más.

__No la entretengas demasiado, es mi única empleada __murmuro con sarcasmo.

Y no era mentira, había despedido a dos empleadas, para evitar pagar de más, Ivette podía sola con el trabajo.

__Ivette __le hablo el hombre en tono seco __Te buscan.

Observo cómo la chica de vestido rosa le arrojó un poco de vino sobre la cara a la chica, estaba esperando a Ivette.

__Maldita zorra __le dijo la mujer con una sonrisa burlona __de seguro te busca tu amante.

Observo a la empleada limpiarse la cara, bajar la cabeza y caminar en dirección a él, no podía creerlo, esa chica a la que estaban maltratando era Ivette, miro a Marie como si quisiera matarla, él no era el amante de nadie.

Ella se acercó y desvío la mirada, podía ver como sus manos temblaban y su pecho subía y bajaba a un ritmo rápido.

__¡¡Buenas!! Lamento que viera todo esté espectáculo señor, será mejor que no regrese aquí nunca más, además no lo conozco.

__Eres la empleada de tu propia familia __pregunto con algo de burla __eso jamás lo espere, pero no estoy aquí para discutir sus asuntos.

Ivette guardo silencio por unos segundos, acaso ese hombre estaba allí para burlarse de ella, no podía negar que era elegante y muy guapo.

__Yo no tengo familia, es la familia de mi tío, ¿¿dígame, qué quiere de mi?? Tengo que volver al trabajo.

__Mi hija Celeste te envía esto __le extendió un pequeña caja, ella lo tomó __no es necesario que me eche, yo ya me iba, esta lugar es horrible __habló mirando a su alrededor __mi chófer fue el inútil que te atropello, al parecer estas bien.

__Gracias __murmuro mirando la pequeña cajita, era la primera vez que alguien le regalaba algo __su chófer debería de tener cuidado al manejar, puede lastimar a alguien.

Entonces él era el dueño de la enorme mansión, se sentía nerviosa ante la intensa mirada del hombre.

__Y usted no debería aparecer en medio de la carretera como un fantasma, cualquiera diría que esperaba a la muerte.

La chica no respondió, se dio la media vuelta y se marchó en dirección a la mansión, se quedó observándola con curiosidad, como podían tratarla de esa manera, en realidad no era su problema, pero por primera vez sintió empatía por un desconocido.

Frida se mantenía en silencio a su lado, había presenciado todo, la mujer tecleo algo en su computadora.

__Creo que debemos de irnos señor, esto realmente fue intenso, no pensé que fuera la empleada de la casa, la imaginaba como una señorita ricachona.

Ambos abandonaron el lugar y regresaron a la oficina de Benjamín.

__Ivette era la prometida de Lucas, su primo, pero el cancelo el compromiso para quedarse con la prima de la chica, Marie Flores, Ivette no tiene estudios ni nada, simplemente es la empleada de la mansión.

Benjamín no dijo nada, así que Frida salió de su oficina, obviamente nadie lo había reconocido, se crio en el exterior, pero cuando su esposa falleció decidió regresar, él tenía su propia empresa, pero su abuelo lo nombró heredero de la familia Hilton, por ese motivo Lucas lo odiaba, ya que él quería el puesto.

En eso una idea llegó a su mente, Celeste no tenía una niñera, la chica podía hacer ese trabajo sin ningún problema, había estado buscando una niñera por meses y no lograba encontrar a la indicada, Celeste no aprobaba ninguna, ella era como él, demasiado exigente a veces, ni siquiera toleraba a su novia, quizás con Ivette seria diferente.

Salió de la oficina y observo a Frida sentada tecleando en la computadora, parecía muy concentrada.

__Contrátala cómo mi niñera, parece que le agrada a Celeste, así me ahorro los problemas con mi pequeña __suspiro con una sonrisa.

__Ella ya tiene trabajo, lo recuerda __respondió la mujer con algo de intriga.

__No acepto un no por respuesta y lo sabes, la quiero como niñera de mi pequeña, si no funciona puede volver a ese horrible lugar, no me importa.