- Conste que pienso es tonto, pero si crees que a ti te hace bien evitar al individuo, está perfecto, pero ya sabes que pienso de esos sentimientos - lanzo una risa divertida.
- Lia y tu son extremistas, una cree a los hombres inservibles y la otra que piensa que el amor es solo una fantasía..
- Corrección, el amor es solo una combinación de actitudes que tiene un individuo para con otro activando ciertos estímulos psicológicos haciéndole creer que está enamorado, pero no es real cualquiera puede hacerlo - me carcajeo con ganas.
- Veo que tanta universidad te volvió una enciclopedia, ¿Ahora me explicaras de las cinco hormonas del amor? - rueda los ojos y se ríe.
- No hace falta, sos doctora, ya lo sabes, es lo que pienso Eli, pero respeto que pienses diferente, solo que no quiero que estes mal, no estoy ahí para que te desahoges - suspiro porque es cierto, hace 7 años estaba ella y fue mi hombro para llorar.
- No te preocupes que no lo necesitaré, no soy la misma de antes, ya nada me afecta, soy feliz con mi vida, mi trabajo, tranquila Helen, que no estoy preocupada - rueda los ojos.
- Por eso estás huyendo del encuentro, tiene lógica - dice con ironía - No comprendo porque no volvieron a hablar - la miro molesta por su pregunta tonta.
- Porque no había nada que hablar, ¿No fue obvio? Además sabíamos que estaba mal, eso no tenía futuro, fue lo mejor y yo no era tan madura para entenderlo, ahora lo sé - Clavo mis ojos en el floreado de la colcha en la cama para no mirar la pantalla del teléfono.
- Hum, yo solo... quiero que estés bien y como sé que sos muy sentimental...
- Tu también - rueda los ojos y bufa.
- No lo soy, quizás lo era, pero crecí - la miro achicando los ojos.
- Yo también crecí Hel, no temas por mí, no me romperé, no soy de cristal, puedo con esto, lo estoy manejando a la perfección - me mira analizándome.
- Supongo que soy algo sobrepotectora, pero tienes razón Eli, lo estás manejando bien, se te ve tranquila, no necesitas nada más que tu trabajo, así que con todo y que nada te detenga - sonrío porque Helen es especial, ella es muy madura para su edad, muy responsable y en extremo abocada a su estudio.
Ella tiene alma de empresaria, de esas mujeres que antes de los 30 tendrían un imperio.
- ¿Cómo estás vos? ¿Los estudios? - pregunto porque hace bastante no hablamos.
- Muy bien, en una semana termino y tengo que empezar a armar la tesis, muy cerca de la meta, me tomaré seis meses para la tesis, en ese tiempo viviré con mi trabajo de medio tiempo en las oficinas de Gabin y luego una vez que termine volveré a casa, buscaré trabajo y... tendré el trabajo de mis sueños - la mira pensando que tiene todo demasiado planeado, demasiado esquematizado.
¿Soy tonta al pensar que en sus planes le falta conocer el amor, tener una familia?
Sí, es tonto, porque uno puede ser feliz sin eso ¿no? Yo lo seré y Helen igual si así lo desea.
- Tienes todo perfectamente ordenado Hel, sé que te irá muy bien, algún día te visitaré, caminaremos por las calles de Seattle, me enseñarás cosas nuevas - asiente tranquila.
- Cuando quieras Eli - sonrío.
- Debo juntar dinero para eso, pero podría ser una buena idea.
- Debo irme Eli, cuídate y ya sabes lo que necesites a la hora que sea me llamas - asiento con mi pecho lleno de emoción porque es lindo tener personas así que me aman tanto en mi vida. - Por cierto, ya sabes que tienes otra hermana que daría todo por ti, así que no temas lastimar a Lia y apoyate en ella, no siempre puedes ser tu quien apoye a ambas - suspiro y corta la llamada.
Tiene razón a veces no quiero cargar a Lia con mis cosas y termino ocultandoselas, es que si lo hubiera elegido, Helen tampoco lo hubiera sabido, si ese día ella no llegaba antes de la escuela y entraba a la habitación sin previo aviso no lo hubiera sabido.
Me pongo a desempacar algunos libros, uno piensa que se muda y todo quedará perfecto al primer día, pero una semana después aún tengo cajas que desempacar.
Abro una caja y un montón de polvo sale disparado haciéndome estornudar.
Me froto la nariz mientras mis ojos lagrimean. ¡Miêrda!
Una serie de estornudos que no puedo parar empiezan.
Maldita alergia.
.....
Termino de atender a mis pacientes de clínica.
Me quito el cubre bocas, todo el día estornudando, maldita alergia, mi jefa por decirlo así hoy llegará más tarde así que tuve una mañana agitada.
Me espera una noche larga también, pero al menos mantendré mi mente ocupada.
Podría haber decidido salir con alguno de mis ¿Compañeros? ¿Cómo se le dice a las personas con las que tienes sexo casual? ¿Amigos? En fin, Podría haber decidido salir con alguno y evitarme el trabajar, el ir a casa de mis papás además de pasarla muy bien.
Pero no tengo ganas y si no tengo ganas no puedo hacerlo, nada tiene que ver con lo que hoy acontece, solo supongo... el clima.
Sigo en mi trabajo, porque no es momento de pensar, es momento de trabajar.
- Eli ¿Qué haces aquí? – miro a mi jefa y sonrío.
- Hoy voy a hacer guardia - me mira extrañada.
- No lo creo Eli, tu mamá me dijo que hoy tenían una reunión familiar importante - aprieto los dientes porque esto es muy malo.
- Pero, me tocaba - estornudo sin poder evitarlo.
- Encima enferma Eli, valoro mucho tu entusiasmo para trabajar, pero ya hiciste muchas horas de guardia esta semana, seguro estas incubando algo, ve a casa descansa y disfruta de la familia - quiero negar pero ella literal toma mi abrigo y mi bolso poniéndolo en mi mano.
- Pero Greta... - niega.
- Ve a casa y no protestes, si tu mamá lo mencionó es porque es importante - Importante para ella porque es su sobrino, para mi no.
- Pero yo...
– Que niña caprichosa, ve a descansar, no dejaré que te quedes y no digas que es una alergia porque no podemos corroborarlo - suspiro derrotada.
Maldición, de todos modos me iré al departamento a dormir, así que todo está perfecto.
Camino a la salida y cierro los ojos maldiciendo por dentro cuando veo el auto de Lia estacionado.
– ¿Acaso creíste que no conseguiría que tengas el dia libre? - dice Lia sonriendo emocionada.
- Estás loca - digo sonriendo para que no note mi turbación.
- En realidad fue mamá, ella sabe lo unidos que siempre fuimos con Alex y le pareció lindo que lo recibieramos todos ya que Magdalena y Gema no pudieron viajar - Magdalena y Gema son las hermanas mayores de Alex, ella viven una en México y otra en Suecia, son doctoras allá.
- Genial, mi jefa dijo que vaya a casa a descansar porque mamá le dijo de la reunión - Lia arranca el motor.
- Exacto, así que esta noche será perfecto - asiento y por dentro solo quiero correr, huir, porque siento que no quiero esto.
Llegamos a la casa y Lia está tan feliz que no puedo decirle nada.
No pasa nada, yo puedo con esto.
Llegamos a la puerta y siento que me agarrará algo de lo rápido que late mi corazón.
- Ya entro Lia, voy a hacer una llamada y entro ¿Si? - ella asiente relajada entrando a la casa.
Me quedo parada antes de subir las escaleras de la entrada, inhalo y exhalo, es una pavada, algo que será rápido, solo tengo que estar ahí lo más normal, como si nada hubiera pasado.
Sencillo.
Tu puedes Elizabeth, soy capaz, fuerte y ya nada puede hacerme sufrir.
Nada.
Solo...
- Beth - Su voz me hace paralizarme, si es él, lo sé porque solo él me dice así, pensé que estaba adentro, pero yo sola me busque esta situación.
Trago grueso y me giro a verlo.
– Alex..