Dominada Por El Cruel Millonario
img img Dominada Por El Cruel Millonario img Capítulo 1 1. Capítulo
1
Capítulo 6 6. Capítulo img
Capítulo 7 7. Capítulo img
Capítulo 8 8. Capítulo img
Capítulo 9 9. Capítulo img
Capítulo 10 10. Capítulo img
Capítulo 11 11. Capítulo img
Capítulo 12 12. Capítulo img
Capítulo 13 13. Capítulo img
Capítulo 14 14. Capítulo img
Capítulo 15 15. Capítulo img
Capítulo 16 16. Capítulo img
Capítulo 17 17. Capítulo img
Capítulo 18 18. Capítulo img
Capítulo 19 19. Capítulo img
Capítulo 20 20. Capítulo img
Capítulo 21 21. Capítulo img
Capítulo 22 22. Capítulo img
Capítulo 23 23. Capítulo img
Capítulo 24 24. Capítulo img
Capítulo 25 25. Capítulo img
Capítulo 26 26. Capítulo img
Capítulo 27 27. Caporulo img
Capítulo 28 28. Capítulo img
Capítulo 29 29.Capítulo img
Capítulo 30 30. Capítulo img
Capítulo 31 31. Capítulo img
Capítulo 32 32. Capítulo img
Capítulo 33 33. Capítulo img
Capítulo 34 34. Capítulo img
Capítulo 35 35. Capítulo img
Capítulo 36 36. Capítulo img
Capítulo 37 37. Capítulo img
Capítulo 38 38. Capítulo img
Capítulo 39 39. Capítulo img
Capítulo 40 40. Capítulo img
Capítulo 41 41. Capítulo img
Capítulo 42 42. Capítulo img
Capítulo 43 43. Capítulo img
Capítulo 44 44. Capítulo img
Capítulo 45 45. Capítulo img
Capítulo 46 46. Capítulo img
Capítulo 47 47. Capítulo img
Capítulo 48 48. Capítulo img
Capítulo 49 49. Capítulo img
Capítulo 50 50. Capítulo img
Capítulo 51 51. Capítulo img
Capítulo 52 52. Capítulo img
Capítulo 53 53. Capítulo img
Capítulo 54 54. Capítulo img
Capítulo 55 55. Capítulo img
Capítulo 56 56. Capítulo img
Capítulo 57 57. Capítulo img
Capítulo 58 58. Capítulo img
Capítulo 59 59. Capítulo img
Capítulo 60 60. Capítulo img
Capítulo 61 61. Capítulo img
Capítulo 62 62. Capítulo img
Capítulo 63 63. Capítulo img
Capítulo 64 64. Capítulo img
Capítulo 65 65. Capítulo img
Capítulo 66 66. Capítulo img
Capítulo 67 67. Capítulo img
Capítulo 68 68. Capítulo img
Capítulo 69 69. Capítulo img
Capítulo 70 70. Capítulo img
Capítulo 71 71. Capítulo img
Capítulo 72 72. Capítulo img
Capítulo 73 73. Capítulo img
Capítulo 74 74. Capítulo img
Capítulo 75 75. Capítulo img
Capítulo 76 76. Capítulo img
Capítulo 77 77. Capítulo img
Capítulo 78 78. Capítulo img
Capítulo 79 79. Capítulo img
Capítulo 80 80. Capítulo img
Capítulo 81 81. Capítulo img
Capítulo 82 82. Capítulo img
Capítulo 83 83. Capítulo img
Capítulo 84 85. Capítulo img
Capítulo 85 86. Capítulo img
Capítulo 86 87. Capítulo img
Capítulo 87 88. Capítulo img
Capítulo 88 89. Capítulo img
Capítulo 89 90. Capítulo img
Capítulo 90 91. Capítulo img
Capítulo 91 92. Capítulo img
Capítulo 92 93. Capítulo img
Capítulo 93 94. Capítulo img
Capítulo 94 95. Capítulo img
Capítulo 95 96. Capítulo img
Capítulo 96 97. Capítulo img
Capítulo 97 98. Capítulo img
Capítulo 98 99. Capítulo img
Capítulo 99 100. Capítulo img
Capítulo 100 101 EXTRA img
img
  /  2
img
img

Dominada Por El Cruel Millonario

Librosromanticos
img img

Capítulo 1 1. Capítulo

»Prepotencia habita en él,

y detrás de la máscara, solo fragilidad.

Lo supo en el preciso instante

en que su mirada dominante la capturó, pero avistó su

debilidad, el cristal que lo volvía rehén de un destino

fragmentado. Era una muralla sin cimientos, un pedestal

caído, la absurda imagen abrasadora quemándose en su

propio infierno".

...

Ya siento el sudor repasando las líneas de mis palmas, ligero temblor en mis piernas, mi corazón palpita a la espera. Necesito el empleo, me urge el dinero, sería lamentable no quedarme ahí. Ya tengo diez minutos aguardando. Vuelvo a asomar la cabeza, el pasillo está desolado.

Me cubro el rostro, suspiro por quinta vez. Sutil voz me saca de mi encierro mental y alzo la cabeza encontrando a la dueña. Es la misma mujer que me recibió, usa un delantal, moño en la cabeza. La apariencia de una sirvienta, supongo que estoy viendo mi reflejo, esa seré yo en cuestión de minutos. Pero no todo está dicho, debo esperar la última palabra.

-Joven, Viscardi, sígueme, por favor... -comunica amable, eso me alienta a dejar mi lugar y ponerme en pie.

La sigo a la par, no sé a dónde me lleva. La mansión es esplendorosa, lujosa y me roba la atención durante el trayecto. Es imposible no fijarse en los detalles en dorado, existe una especie de atmósfera suntuosa que atrapa, resulta un imán; es todo eso que está lejos de muchos, y pocos son los afortunados. Sonrío cuando me mira de súbito, ella se detiene frente a una puerta oscura.

-Es aquí, Aryanna, procura no ser indiscreta o hacer preguntas de tipo intempestiva. Tengo un buen presentimiento de ti, el jefe puede ser difícil, suerte. -añade en un apremio, ya no me siento tan segura de girar ese picaporte.

-De acuerdo. -susurro casi inaudible.

Ella ya se ha ido de inmediato, dejándome a solas, en un extraño aprieto que va serpenteando en un espiral de temores dentro de mí. Ya no tengo la convicción de poder con esto, ¿qué tan difícil es el señor De Castelbajac? Del tipo de personas complejas o complicadas siempre he escapado, ahora parece que entraré en la emboscada.

Es ahora o nunca.

Al momento de poner un pie dentro de lo que se me parece a una oficina oscura y fría, salta mi corazón en su caja torácica, lo tengo en un puño. Sigo respirando, pero llevar oxígeno a mi sistema ya se ha convertido en una actividad superficial. Mis pulmones devoran el aire en un santiamén y me siento ahogada.

Nunca he vivido un momento de tensión igual a este, roza la angustia, me vuelve el sinónimo de debilidad. Termino de entrar, cierro la puerta sigilosa. Siento esa necesidad de no causar ruido, y de todos modos él sabrá que he llegado. Ese sujeto tachado de «difícil» está de espaldas, mientras estudia algún libro de la estantería que tiene. Sobre su escritorio yace una portátil cerrada, también una Mac, varios papeles esparcidos y un teléfono. Mi curiosa mirada vuela al cuadro que se encuentra en la pared a mi izquierda, es una foto de un hombre con el torso desnudo, es como un modelo profesional que exhibe las características varoniles del espécimen soñado por cualquier mujer.

Se me seca la boca, mi pulso se dispara, pero logro mantenerme en la cordura.

-Buen día, señor De Castelbajac -saludo con el escaso aire que circula en mí.

No se gira, sigue en lo suyo. A juzgar por su ignorancia, creo que es sordo. Trato de estar tranquila, sobre todo paciente. ¿Es que he hablado en un tono muy bajo?

-Buenos días, he llegado por el...

-Sé a lo que has venido, no es menester que vuelvas a repetirme las cosas -me da la cara al fin y creo que voy a caerme al suelo.

Pero, ¿por qué esa actitud hostil?

Tiene una camisa azul rey que acentúa sus orbes azulados, y ahora las manos metidas en los bolsillos de ese pantalón a la medida. Me evalúa, no puedo con tanto.

Trago con dificultad.

-Es que... -intento hilar otra palabra, pero se me dificulta hablar.

Sus ojos destilan cierta potencia que me absorbe, apenas existo, lo poco que queda de mí se encuentra apresado en la inquietud. No solo me rindo a la timidez, también al nerviosismo que enloquece cada fibra de mi ser. La mirada de ese hombre es poderosa y me sitúa en un lugar que aplastaría a cualquiera. Evito el contacto visual, algo me impide poder sostener la conexión.

-Ni siquiera ha tocado la puerta, pero vayamos al grano -apunta tomando asiento.

Es cierto que no he tocado, y me veo obligada a pedir disculpas. Ojalá no sea esto un inicio con el pie izquierdo.

¿Debo sentarme? No sé si deba pregúntarle, él me observa y eleva una ceja. Me siento, espero que comience a hablar. Abre la portátil, empieza a discar en el teclado, me pierdo en el sonido que produce sus dedos al tocar cada tecla. Sigo callada, aprovecho que se sumerge en la pantalla, silencioso y estudio el interior donde estoy. Destaca entre las cosas, un juego de sofás acompañado de la mesita de centro en la que no yace un solo objeto. Avisto un minibar, y abandono el estudio volviendo a los ojos a él.

Temo que me ha pillado en un escrutinio mal disimulado.

-Lo siento.

De pronto deja de teclear y junta las puntas de los dedos, mientras apoya los codos sobre el escritorio. Es un acto que me transmíte cierto dominio. ¿Qué demonios tiene que me hace sentir así?

-¿Eres Aryanna Viscardi? -solicita que lo compruebe y asiento con la cabeza -. ¿Por qué estás aquí?

Pongo los ojos estrechos, confusa, ¿es que se olvida que he venido por el trabajo? Cambio la expresión al recordar que ha formulado la pregunta para que explique o hable sobre mí. Aunque eso no me resulta agradable, no tengo nada interesante qué contar.

-Necesito el empleo, solo así podré ayudar a mamá con los gastos de la casa...

-Problemas económicos -me interrumpe soltando la triste realidad en la que me encuentro. No le inserta un solo ápice de emoción a la voz.

-Sí -emito bajito.

-Tienes el empleo, Viscardi -anuncia y levanto la vista varada en la sorpresa.

¿Así sin más? No puedo creerlo. Quiero saltar de alegría, pensé que haría más preguntas, pero ha terminado y puedo respirar aliviada.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022