Sin miedo Contratémonos
img img Sin miedo Contratémonos img Capítulo 5 ¿QUIÉN RESCATA A QUIÉN
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Capítulo 6 EVALUACIÓN DE LA SITUACION img
Capítulo 7 CLÁUSULA img
Capítulo 8 SIN MIEDO, CONTRATÉMONOS img
Capítulo 9 EL SEÑOR MUÑÓZ img
Capítulo 10 BODA img
Capítulo 11 CASADOS img
Capítulo 12 EL SEÑOR ANDRÉS MUÑÓZ. img
Capítulo 13 VÍBORAS img
Capítulo 14 EL ABUELO. img
Capítulo 15 TRINIDAD img
Capítulo 16 TODO VA A ESTAR BIEN img
Capítulo 17 VERDADES A MEDIAS img
Capítulo 18 SUEGRO img
Capítulo 19 CONVERSACIONES img
Capítulo 20 HIJA img
Capítulo 21 VALERIA img
Capítulo 22 CASA img
Capítulo 23 ESPOSO img
Capítulo 24 TRINIDAD img
Capítulo 25 VISITA img
Capítulo 26 SECRETOS img
Capítulo 27 ISABEL MUÑÓZ img
Capítulo 28 LEVIÑA img
Capítulo 29 ANIVERSARIO DE BODAS img
Capítulo 30 ANUNCIO img
Capítulo 31 . MIEDOS img
Capítulo 32 DÉJAME SER TUS OJOS img
Capítulo 33 VENGANZA img
Capítulo 34 SORPRESAS img
Capítulo 35 . LANDON - EL LOBO img
Capítulo 36 CONFESIONES. img
Capítulo 37 ENCUENTROS img
Capítulo 38 UN NO TAN DESASTROSO ENCUENTRO img
Capítulo 39 EFECTOS SECUNDARIOS img
Capítulo 40 NUEVA YORK img
Capítulo 41 INDECISIONES img
Capítulo 42 SITUACIONES img
Capítulo 43 ¿RECUERDOS O MEMORIAS img
Capítulo 44 REGRESO img
Capítulo 45 LA EXTRAÑA img
Capítulo 46 INICIO img
Capítulo 47 EL PLAN img
Capítulo 48 VULNERABLE img
Capítulo 49 NUEVO PLAN img
Capítulo 50 . MIEDOS img
Capítulo 51 CULPAS img
Capítulo 52 PERDÓN img
Capítulo 53 UN PASADO QUE REGRESA img
Capítulo 54 LEVIÑA img
Capítulo 55 LANDON img
Capítulo 56 REVELACIONES img
Capítulo 57 TRINIDAD img
Capítulo 58 REGINA FUENTES img
Capítulo 59 INVITACIÓN. img
Capítulo 60 PREOCUPACIÓN img
Capítulo 61 . CASA FUENTES img
Capítulo 62 DESCUBIERTA img
Capítulo 63 MALDAD FAMILIAR img
Capítulo 64 DOLOR img
Capítulo 65 MENSAJES img
Capítulo 66 CONVERSACIONES img
Capítulo 67 INTERROGANTES img
Capítulo 68 BUENAS COSAS img
Capítulo 69 EL FALSO HUGO img
Capítulo 70 ROMANCE img
Capítulo 71 ENTREGA img
Capítulo 72 IMPOSTOR img
Capítulo 73 FELICIDAD DE VIVIANA img
Capítulo 74 VALERIA img
Capítulo 75 TRINIDAD img
Capítulo 76 . EL DESPERTAR DE LOS RECUERDOS. img
Capítulo 77 MÁXIMO FUENTES img
Capítulo 78 LA SORPRESA DE VALERIA img
Capítulo 79 . AMIGOS img
Capítulo 80 HUGO img
Capítulo 81 INCÓGNITAS img
Capítulo 82 SUEGRA img
Capítulo 83 ENEMIGOS img
Capítulo 84 URGENCIA img
Capítulo 85 EL FALSO HUGO img
Capítulo 86 CONFUSIÓN img
Capítulo 87 TRINI img
Capítulo 88 SECRETOS img
Capítulo 89 BÚSQUEDA img
Capítulo 90 RESCATE img
Capítulo 91 HOSPITAL img
Capítulo 92 VALERIA img
Capítulo 93 RESULTADOS img
Capítulo 94 REENCONTRANDO A HUGO img
Capítulo 95 RECUERDOS img
Capítulo 96 AL FIN DE VUELTA img
Capítulo 97 VALERIA img
Capítulo 98 VOLVIENDO A SER ÉL img
Capítulo 99 ENEMIGOS img
Capítulo 100 SORPRESAS img
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Capítulo 5 ¿QUIÉN RESCATA A QUIÉN

Su respuesta me dislocó, lo había dicho con mucha naturalidad, tomándome desprevenido todo aquello, no supe qué responder. Era evidente que en verdad ella había escuchado toda mi conversación. Me quedé observando intrigado a Trinidad que volvió a hablar.

-Oh, disculpa, al parecer, no soy de tu estilo de mujer, ¿es eso? Si es así, perdóname, es que me urge buscar a alguien dispuesto a casarse conmigo para no hacer el ridículo ni darle el gusto a los que me hicieron esto de verme humillada en el altar -terminó de decir con una amplia sonrisa Trinidad, que me hizo mirarla embobado. ¡Era realmente hermosa!

-¡No se trata de eso!

Me apresuré a responder, bajando la mirada avergonzado, no sin antes notar la pequeña sonrisa de burla en sus labios por mucho que trató de disimularlo. Sabía que me había derrotado en buena lid. Cambié de color, y desvié mi mirada de ella.

Me estaba presionando y no era un hombre que me dejaba manipular tan fácil. ¿Qué hacer? De seguro esta es la única vez que podría aprovecharme de ésta mujer si aceptaba su propuesta. Se notaba ahora que había hablado más con ella, que estaba acostumbrada a tener discusiones y a ganar. Porque me sentía derrotado.

¿Cómo explicarle el motivo por el que se veía obligado a casarse?

¡Diablos! No era solo por casarse, ¡claro que me gustaría ayudarla y de paso ayudarme yo! Pero no necesitaba solo a una mujer cualquiera dispuesta a casarse conmigo, sino, dinero. ¡Mucho dinero! Aunque hace un momento le había dicho eso a mi amigo, no lo dije en serio.

-Trini, no hagas esto.

Intervino la llamada Viviana, que podía ver mi incomodidad. De seguro que veía que yo era un hombre que estaba acostumbrado a tomar mis decisiones y al parecer por la manera que me miró, no le gustaba como yo miraba a Trinidad.

¡No, yo a esa muñeca atrevida, no la quería solo para mi esposa de mentiras!

Era bella, muy deseable, si en verdad tenía lo que necesitaba, no me molestaría volver mi matrimonio real con una mujer como ella, me dije pasando la lengua por mis labios. Mientras la detallaba y pensaba.

No, yo no soy un hombre que va a hacer todo lo que a esta loca mujer salida de la nada se le ocurra, eso está más que claro. Solo me encontraba en una situación difícil, que de seguro resolvería si tan solo tuviera un poco más de tiempo. Si Trinidad me aceptaba como su esposo, le demostraría que soy un hombre que la desea como mujer, no como alguien que puede convertir en su títere, que es lo que me temo que quiere. ¿Será verdad que quiere casarse?

-Trini... -trató de advertirle que no se metiera conmigo, su amiga y eso me hizo sonreír.

-Suss.... -La mandó a callar la que me hizo la propuesta y me llamó. - ¿Señor...?

-Hugo -me apresuré a decir. De a poco esto se me hacía algo interesante y peligroso. -Mi nombre es Hugo.

-Señor Hugo, estoy segura que necesitas casarte con alguien como yo.

Dijo Trinidad colocando sus manos en las caderas, con una actitud apremiante segura de que lo iba a conseguir. Al parecer ella tenía exactamente lo que yo necesitaba con urgencia, ¡dinero, mucho dinero! ¿O me estarán engañando de nuevo para reírse de mí después? Por lo que solo la observé en silencio. Ella se estaba impacientando, lo podía notar.

-Te aseguro que si pierdes esta oportunidad que te estoy ofreciendo, ¿qué te hace pensar que Federico encontrará otra mujer antes de cuarenta y cinco minutos? -Mencionó, señalando el reloj.

Me quedé mirándola fijamente, luego miré a lo lejos a mi abogado y amigo Federico, que me decía que no con la cabeza. Y pensé que ella tenía razón, pero, ¿tendría realmente lo que más necesitaba? Todo se acabaría si no pagaba inmediatamente lo que debía, y no era una suma pequeña. Por lo que un poco más convencido, decidí probar algo.

Llamé a mi amigo y abogado, debía consultarlo con él y ver si por casualidad conocía a esta mujer, no quería ser estafado, ¡no otra vez! Era demasiada la coincidencia de que se hubiese aparecido justo cuando la necesitaba. Pude percatarme que su amiga trataba de hacer lo mismo, creyendo que no había notado una foto que me tiró a escondidas, pero dónde estábamos dudo mucho que cogiera señal su teléfono, ni la tablet, ambos estaban sin internet.

-¿Qué es Hugo? -preguntó Federico que llegó corriendo y miró a las mujeres curioso. -Te dije que no he encontrado a nadie.

-Pero yo sí, ella me está pidiendo que nos casemos, también la dejaron plantada -señalé fríamente a Trinidad, que se mantenía firme a escasos metros de nosotros. ¿Las conoces?

-¿Qué? ¿De veras? ¡Acepta! No las conocemos pero no importa.

Dijo Federico rápido. Girando ahora para observarlas con curiosidad y lo que vio le gustó mucho, lo sé. En realidad Trinidad era hermosa, pero su amiga Viviana no se quedaba atrás. Por lo menos pensó que no iba a hacer el ridículo. Miré a mi amigo, que ahora sonreía a las mujeres aliviado.

¿Será ella capaz de pagar la enorme suma de dinero que debo, o al menos una gran parte?

Era un capital, por eso había aceptado a casarme con esa desconocida, que había ofrecido pagar todo. Sin embargo, todo había sido una burda mentira de mi hermano para dejarme una vez más en ridículo. El tiempo pasaba rápido, más de lo normal me pareció, observando cómo continuaban llegando los invitados a mi boda. Mientras Trinidad esperaba pacientemente, hasta que me decidí a preguntar.

-¿Escuchó toda la discusión con mi amigo? - lo hice firme y decidido esta vez.

-Sí -contestó Trinidad con una sonrisa de triunfo que no me pasó desapercibida .

Lo cual hizo que mi rostro se pusiera colorado. Giré tratando de que ella no se diera cuenta de la vergüenza que sentía por tener que hacer esto. ¡Me maldije mil veces por tener que pasar por esta humillación! Me incliné sujetando mis rodillas tratando de pensar con claridad. Creo que estaba a punto de renunciar a todo. Si había logrado levantar esa empresa yo solo, de seguro lo volvería a hacer. Me iría para otra ciudad y comenzaría de cero.

-No tengas miedo -me susurró Federico. -Solo cásate, no asentaremos el matrimonio si no te da dinero. Hazlo para que no seas el hazmerreír de todos, ni ella tampoco. ¿Crees que te lo pediría si no estuviera igual que tú? -Continuó hablando por lo bajo a mi lado. -La haremos firmar el contrato antes. Incluso, si no tiene dinero, haz la ceremonia solo para no darle gusto a tu hermano de humillarte una vez más. Ella es linda, y está desesperada igual que tú.

-Buena idea, muy buena idea -estuve de acuerdo mirando cómo las mujeres susurraban entre ellas. Es verdad lo que dice mi amigo. No solo yo estoy desesperado, si es verdad lo que dice, ella también lo está.

-Llama a la recepción y pregunta si es verdad que se iba a celebrar otra boda aquí y de quién es.

-Buena idea.

Me quedo mirando y puedo escuchar con relativa claridad lo que discuten las dos mujeres que tengo delante. En lo que Federico se ha alejado un poco y está realizando las llamadas para averiguar al menos si es verdad lo que ella me acaba de decir. Por ello me concentro con disimulo en lo que ellas discuten.

-Trini, no seas loca -le susurraba Viviana al oído. -Este no es un hombre que vas a poder manejar a tu antojo.

-Tiene que cumplir con el contrato, ya verás que sí acepta, está desesperado igual que yo.

-Te vas a arrepentir Trini, te lo advierto. ¡Tú también estás desesperada y vas a tener que aceptar lo que te pida él!

-Deja de ser pesimista, es solo un contrato. No existirá nada entre los dos.

-No se te olvide lo que quiere tu papá. ¿Cómo lo vas a arreglar?

-Eso lo pensaré después.

-¿Por qué mejor no le dices toda la verdad a tu papá? Él te adora Trini, te va a comprender.

-¿Tú estás loca? Papá no puede enterarse de nada, ¿me escuchas? ¡De nada!

Así que no solo yo estoy desesperado, al parecer es verdad lo que me dijo que la dejaron plantada, y como a mí, la está presionando su familia. Vamos por buen camino para comprobar que no es otra trampa de mi hermano. Aunque puede ser un teatro. Miro a mi amigo que conversa con alguien cuando escucho la voz de Trinidad.

-¿Señor Hugo, acepta o no casarse conmigo? -Y da un paso para acercarse a mí. -Porque si no lo va ha hacer, me está haciendo perder mi tiempo, debo encontrar a alguien más. Le aseguro que si lo hace, le ayudaré en este instante con ese gran problema que tiene. A mí se me sobra lo que a usted le falta.

Tanto yo como Federico al escucharla giramos curiosos y la observamos detenidamente. ¿Será que habré encontrado sin querer lo que hace mucho estoy buscando? Por la forma que ella se comporta, se nota que es una mujer muy educada y acostumbrada a que la obedezcan, lo cual me indica que debía ser de buena familia.

-Hugo, creo que has encontrado sin proponértelo lo que andabas buscando -me susurra Federico en lo que ambos la detallamos.

Aunque Trinidad vestía muy sencillo, las joyas que llevaba en sus orejas, su reloj y cadena, valían una fortuna. Y de eso era algo que nosotros somos especialistas. Esta mujer no era una cualquiera, su manera de comportarse, y sus prendas decían a gritos que al parecer era una mujer muy adinerada. Además, acababa de decir que a ella le sobraba lo que a mí me faltaba.

¡Dinero! ¿Sería verdad?

                         

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