Capítulo 7 Arrodíllate y discúlpate

Aunque Melany sonreía, sus ojos delataban sus verdaderos sentimientos de resentimiento.

Había recibido varias bofetadas por culpa de Noreen. No estaba dispuesta a perdonarla y olvidar eso sin más.

"¿Cómo va a comprarse un anillo de diamantes? Su esposo es mecánico. No se lo pueden permitir. Noreen, aunque Fraser te haya dejado, no deberías conformarte con un mecánico de autos". Gertie Lynch, la mejor amiga de Melany, se unió a la conversación con una mueca de desprecio.

"Cállate, Gertie. ¿Qué tiene de malo ser mecánico? No tienes derecho a menospreciar a los demás, y menos siendo una parásita", respondió Noreen con fiereza, poniéndose delante de Henrik y señalándola.

Estaba decidida a proteger a su esposo de cualquier falta de respeto o humillación.

A este le sorprendió su repentino arrebato. Siempre la había visto como una persona tranquila y serena, y verla defenderlo con tanta fiereza lo tomó por sorpresa.

Al observar su esbelta figura, sintió ternura.

De niño, Henrik tenía que valerse por sí mismo y no tenía a nadie que lo protegiera, excepto su abuelo.

"¡Noreen Wheeler!". Gertie entrecerró los ojos, mirándola con odio.

"Gertie, abstente de hacerle comentarios hirientes a Noreen. Tus palabras podrían herirla y no queremos que eso ocurra", intervino Melany, con expresión apenada.

"Si no puedes permitírtelo, yo podría prestarte algo de dinero, Noreen. Pero no llevo mucho encima, así que no puedo darte tanto. Mira, creo que este anillo te quedaría bien". Melany le dio el anillo más barato mientras hablaba.

Noreen rechazó la "amable" oferta de su hermana, apartando su mano con suavidad pero con firmeza.

"¿Noreen?", preguntó Melany.

"¿Qué actitud es ésta? ¿Melany te ofrece ayuda y tú la rechazas? Tienes tan poca clase que ni siquiera sabes apreciar un gesto amable. ¿No eres consciente de tu nivel económico?", la regañó Gertie, apuntándola con el dedo.

"Cuidado con lo que dices". La fría voz de Henrik cortó el aire como un cuchillo afilado.

Gertie se estremeció al enfrentarse a su fuerte e intimidante aura. Melany, por su parte, retrocedió instintivamente, sintiendo cómo aumentaba la tensión.

Su mirada se posó en los rasgos definidos de Henrik y, por un momento, se perdió en su impresionante aspecto.

A pesar de su atractivo, ella no pudo evitar sentir desprecio hacia él, sabiendo que no era más que un mecánico de autos.

Cuando supo que Noreen se había casado con un hombre de tan bajo estatus, sintió satisfacción.

Habría sido aún mejor si se hubiera casado con un hombre discapacitado, pero al menos acabó con alguien pobre.

"Tenga la amabilidad de permitir que mi esposa se pruebe ese anillo". Henrik señaló el costoso anillo expuesto en el mostrador.

Gertie se burló: "¿Te lo puedes permitir? Deja de fingir que eres rico. Es ridículo".

"El anillo es muy costoso. Si se estropea o se pierde, será una carga económica muy pesada para ti", comentó Melany.

El hombre no les prestó atención. En lugar de eso, agarró el anillo y tomó suavemente la mano de Noreen.

"Henrik... ¿Estás seguro?", dijo esta vacilante, retirando la mano.

El tamaño del diamante era considerable, lo que indicaba que su valor debía ser de al menos 80 mil dólares.

Ese precio, sin duda, estaba muy por encima de su alcance.

"Confía en mí", dijo él, con voz firme pero a la vez amable, al percibir su vacilación.

Cuando su esposa lo miró a los ojos, la parte racional de su mente le advirtió que no confiara en él, pero por alguna razón, sintió seguridad.

Henrik tomó el anillo y se lo puso en el dedo.

Su esbelto dedo, adornado con el impresionante anillo de diamantes, era un espectáculo que deleitó a los espectadores.

Aunque no era la joya más lujosa que había visto, era sin duda la pieza más fina del centro comercial.

"Señor...". La vendedora, al oír su conversación, supuso que Henrik no podría permitirse comprarlo y forzó una sonrisa.

"Pagaré con tarjeta". Henrik sacó con confianza su tarjeta bancaria y se la dio.

"¿Tienes 80 mil?", preguntó Gertie, que no se podía creer que un simple mecánico de autos podía permitirse un anillo tan caro.

Melany esperó con impaciencia, con la esperanza de que Henrik se sintiera avergonzado cuando la transacción no se realizara por falta de fondos.

"¿Quieres hacer una apuesta?", le dijo él con frialdad.

La chica dudó un momento, su miedo a Henrik fue vencido por su terquedad. Al final, optó por desafiarlo. "¿Qué te gustaría apostar?".

"Si demuestro que puedo permitírmelo, ¿te arrodillarás y pedirás perdón a mi esposa?".

"Por supuesto. No creo que un pobre hombre como tú pueda gastarse tanto dinero así como así".

Tan pronto como Gertie terminó de hablar, un pitido señaló el éxito del pago.

"¡Arrodíllate!". Una vez efectuado el pago, Henrik guardó su tarjeta y le lanzó a la chica una mirada fría.

Cumpliendo su palabra, esta se sintió avergonzada y se arrodilló humillada, mordiéndose el labio.