Capítulo 5 4

En definitiva, considero que Bruno no amo a Jana, al menos no lo suficiente como para decirle que en el proceso se enamoró de alguien más y no quería casarse. Si yo la hubiera amado, si hubiera sido yo quien paso tantos momentos con ella, dónde seguramente se reían y hablaban de cosas personales. Jamás le hubiera dado ese puñal por la espalda, nunca me hubiera atrevido a causarle tanto dolor y dejarla tirada como si no hubiera significado nada en mi vida. No es algo de hombres, pero sí de cobardes.

A medida que pasan los minutos la chica a mi lado se calma, solo observa con cuidado a las personas y acomoda su cabello, de repente se levanta y hago lo mismo. Asumo que su momento de tristeza ha terminado, por la mañana no me parecía una chica sensible, ni siquiera creía que fuera capaz de llorar frente a alguien.

-Por favor, prefiero que finjas que este día nunca ocurrió.

-Ha sido un día interesante -digo no muy seguro de mis palabras, no sé cómo describir el día que seguramente para ella debe haber sido una mierda-. No podré olvidarlo de la noche a la mañana.

-Lo harás -asegura ella-. A partir de mañana solo nos dedicaremos a trabajar.

Suelto una pequeña risa y ella me mira como si quisiera arrancarme la cabeza, está actuando como loca, no puede borrar un día solo porque no ha salido como ella quiere, tampoco puede pedirme eso después de haberme arrastrado a su desastre. Me lo ha contado todo, la he escuchado y me quedé sentado con ella mientras que lloraba, solo para no parecer mala persona.

-Somos novios, no puedo irme y tú pretender que hemos roto justo después de haber visto a tu ex. Eso sin mencionar que dijiste que íbamos a casarnos. Ahora que lo pienso realmente quiero saber ¿Qué te fumaste para decir todo eso?

-Nada, Dante. Estaba desesperada por no parecer una triste y tonta ex novia que todavía tiene complejos.

-Es normal ser una triste y tonta ex novia, sobre todo si Bruno sigue actuando como un idiota y Maya comportándose como una zorra.

-No puede creer que hayas dicho zorra y Maya en una misma oración -sonríe y hace que la comisura de mis labios haga un intento de sonrisa también.

-¿Por qué?

-Nadie nunca había dicho eso, siempre creen que es una chica linda y con el suficiente carisma para lograr todo lo que se proponga.

-Solo me ha parecido una chica superficial, nada interesante.

-Eres extraño.

-No soy extraño, soy realista.

-Realista -repite en un murmullo y asiente. La miro de reojo, pero no opino nada, me gustaría saber con qué clase de chicos suele relacionarse, pero viendo que ha estado a punto de casarse con Bruno y sabiendo lo que hizo me doy cuenta de que no ha tenido buenas elecciones en su vida.

Me causa impaciencia saber que voy a trabajar con una persona que tiene varios problemas encimas, nunca me relaciono con mis empleados porque detesto saber que en su vida hay cosas que van mal, sé que son personas, sé que todos tienen cosas con las que cargar, pero a veces me parece que pueden dejar que sus problemas influyan en el trabajo. No conozco a Jana en el ámbito laboral, entre a trabajar aquí por la secretaria, la conozco desde hace un tiempo y siempre me ha gustado, mi relación con ella no es más que amistosa y en parte profesional, sin embargo, me gustaría que eso cambiará.

**

Jana.

¿Por qué le he dicho eso a Dante? ¿Por qué no pude cerrar la boca?

Estoy en mi habitación impaciente porque no sé cómo ir al trabajo sin sentirme avergonzada, todo lo que pasó con Bruno siempre ha sido un tema que me agobia o me causa múltiples inquietudes. Me había prometido no volver a hablar de ese tema con nadie, no quería que creyeran que estaba loca o que había perdido la cabeza, pero me ha costado mucho salir del hoyo en el que me encontraba. A nadie le importó como me sentía, nadie se preocupó por mí ni me dijo que estaba bien sentirse mal y que llorar era necesario para superarlo. La única persona que me escucho o que se quedó en silencio para consolarme fue Andrés y por eso siempre lo he querido como un padre.

Me terminó de bañar y me visto, luzco bien, todos los días intento lucir lo mejor posible. Desde que rompí con Bruno mi estilo se volvió un poco más neutral, antes amaba los colores, pero desde hace unos años todo se volvió más básico. Me dolió verlo con mi ex mejor amiga, me dolió ver qué aún recordaba las cosas que no me gustaban y fui una tonta al decirle que iba a casarme con Dante.

Dante y yo jamás podríamos ser pareja, nunca en la vida nos llevaríamos bien en ese aspecto. Nuestra primera impresión del otro fue espantosa y eso sin mencionar lo imbécil que llegó a ser en un solo día. Se que no lo conozco bien o que quizás no hemos tenido la oportunidad de conocernos del todo y en un día no puede determinar cómo es una persona, pero el comienzo fue desastroso, incluso mentí diciendo que éramos novios y no llevábamos ni cuarentena y ocho horas de habernos conocido.

Dante debe creer que estoy loca.

Y no lo culparía si es así.

He perdido amigos a lo largo de estos años, todos los que tenía decidieron creerle y apoyar a Maya, me sentí una idiota cuando me di cuenta de que ellos solo estaban conmigo por ella. Ayer también me dolió escuchar como ahora quieren que volvamos a ser amigos.

Me frustró, ellos no me quieren a mí, no me extrañan solo extrañan tener a una persona que escuche sus problemas y nunca se queje, solo extrañan tener a una persona que lo de todo por ellos y estoy dolida, todavía lo estoy, los años que han pasado no han sido suficientes para sanar la herida. He podido mejorar y estar bien conmigo misma por horas, semanas, hasta meses, pero luego recaigo en el pensamiento de "¿Qué hice mal?"

Salgo de mi casa veinte minutos antes para poder llegar al temprano al trabajo, durante el camino escucho música y me olvidó de toda la situación con Dante, es relajante ver a mi alrededor y poder sentirme más en confianza que hace un par de años. Una vez que puse mis pies lejos de casa conseguí relajarme.

El hospital se siente vacío, los trabajadores están hablando entre ellos y algunos atienden a los pacientes que llegan. Parece que hoy no será un día muy ajetreado, lo agradezco. A pesar de saber diferenciar y separar mis emociones personales del trabajo, puede llegar a ser complicado y difícil en ocasiones.

Paso cerca de la secretaria y veo a Dante paralizado, está hablando con ella y los veo en una conversación algo incómoda pero bastante seria. No quiero ser imprudente así que me alejo lo más que puedo, intento pasar desapercibida, pero Dante me observa y me sonríe, procede a acercarse a mí y a tirar de mi brazo para que mi cuerpo quede pegado al suyo.

-Ella es mi prometida -finge una sonrisa, no lo conozco mucho, pero es la sonrisa más falsa que he visto en toda mi jodida vida, la más falsa luego de las sonrisas que me regalaba Bruno días antes de dejarme en el altar-. Jana es la chica de la que te hablaba.

-Vaya -dice ella sorprendida sin saber que decir, pongo la mejor sonrisa de felicidad y el me aprieta un poco para que le siga la corriente. No tenía ni porque hacerlo, sé que le debo esto y más por lo de ayer. Pago la comida, me escucho llorar y mentí diciendo que nos casaríamos. Si me molesto con él después de decir la misma mentira, estaría siendo hipócrita-. No sabía que te gustaban los chicos como Dante, siempre pareciste el tipo de chica que se quedaba sola leyendo un libro en casa.

Ese comentario pudo no haberme molestado, pudo pasar desapercibido o incluso pude reírme de él, pero no ha sido así. No hice ninguna de las cosas anteriores por la forma en la que lo ha soltado, así de manera déspota y falsa, lo ha hecho sonar como si no fuera una chica de citas o novios cuando en realidad tuve novio toda mi vida.

Un novio que me engaño y se fue con mi mejor amiga, pero al fin y al cabo seguía siendo mi novio. Estoy por responderle algo de la peor manera posible, pero Dante me sujeta y me apega a él.

-Jana es versátil, hacemos muchas cosas juntos pero mi parte favorita es cuando nos acostamos y tenemos un poco de acción, congeniamos muy bien. -la sonrisa cínica del final no puede faltar, intento no reírme de su chiste para que ella no piense que me estoy burlando de la situación, nos mantenemos firmes en un intercambio de mirada hasta que veo la hora en el reloj y me doy media vuelta para irme, el chico cuya presencia me apenaba me sigue.

No sé qué decirle o cómo actuar, podría agradecerle pero sigo nerviosa por todo lo que ocurrió ayer, sé que él no lo ha olvidado y solo porque actúe como una lunática y le pedí que lo olvidará me siento aún peor.