La noche era oscura y tormentosa, las gotas de la lluvia resonaban al chocar con las ventanas, componiendo una melodía impetuosa y misteriosa en la pequeña librería del centro histórico. Allí, en medio de ese escenario enigmático, una joven de cabello castaño se refugiaba en el calor de una manta mientras se perdía en las páginas de un libro. Cada palabra parecía un faro en medio de la noche, iluminando su mundo con historias lejanas y personajes inolvidables.
Esperaba pacientemente la hora de cierre, mientras el viento y la lluvia danzaban fuera, creando un aura de misterio que solo una noche así podía brindar.
El delicado y suave tintineo de la entrada anunció la llegada de un nuevo cliente, interrumpiendo la intensidad de su lectura. A regañadientes, alzó la mirada y, con una sonrisa fingida, dijo:
"Buenas noches, librería Sol y Luna, ¿en qué le puedo ayudar?"
Pero la joven pronto olvidó su actitud de profesionalismo cuando sus ojos se encontraron con un par de hipnóticos ojos café oscuro que la miraban y apresaban como un depredador observando a su presa. El mundo pareció detenerse por un instante mientras una corriente eléctrica recorría su piel. El visitante, un hombre alto y misterioso, desvió la mirada hacia la entrada, donde la gabardina negra que vestía goteaba agua sobre el suelo de madera. Con voz suave, casi susurrante, dijo:
"Buenas noches. Me gustaría refugiarme un momento de la tormenta en lo que llega mi conductor. No tardará mucho, solo serán unos 30 minutos."
La joven librera bajó la mirada de forma apresurada, sintiendo que su corazón latía desbocado, mientras jadeaba por recuperar el aliento. Se regañó mentalmente por su torpeza y timidez. Sus mejillas se tiñeron de un sutil rubor y, entre tartamudeos y miradas furtivas, logró responder:
"Claro, no hay problema. Tenemos servicio hasta las 8 de la noche."
El hombre asintió agradecido y se adentró en la librería. Con cada paso, parecía llevar consigo un aura de misterio que envolvía a la joven, como si hubiera traído consigo algo más que la lluvia. La noche prometía secretos y encuentros inesperados, y la librería Sol y Luna se convertiría en el escenario donde sus destinos se cruzarían de manera irrevocable.