LA REINA DRAGÓN ESMERALDA
img img LA REINA DRAGÓN ESMERALDA img Capítulo 3 EL PODER DE LOS PRÍNCIPES ESMERALDAS
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Capítulo 6 AMOR DE UNA DIVINIDAD img
Capítulo 7 LA DIVINIDAD ESMERALDA img
Capítulo 8 UN SERIO PROBLEMA. img
Capítulo 9 LA SOMBRA img
Capítulo 10 EL PODER DE LOS PRÍNCIPES IMPERIALES img
Capítulo 11 EL REY ESMERALDA img
Capítulo 12 EL RAPTO DE LOS JÓVENES DRAGONES img
Capítulo 13 LA VERDADERA MISIÓN DE LA REINA img
Capítulo 14 LOS PODEROSOS PRÍNCIPES img
Capítulo 15 LOS HUMANOS img
Capítulo 16 RESCATE img
Capítulo 17 RESCATE II img
Capítulo 18 PRIMOS IMPERIALES img
Capítulo 19 OTRA DIMENSION img
Capítulo 20 ÉPOCA MEDIEVAL img
Capítulo 21 LA CUEVA ANCESTRAL img
Capítulo 22 PASADO img
Capítulo 23 EL TERCER PRÍNCIPE IMPERIAL img
Capítulo 24 ARGON img
Capítulo 25 DRAKON img
Capítulo 26 EL DRAGÓN OSCURO DRAVEN img
Capítulo 27 MI AMADA img
Capítulo 28 LA PRINCESA MEDIEVAL ESMERALDA img
Capítulo 29 LA TRAMPA img
Capítulo 30 GANAMOS img
Capítulo 31 ATRAPADOS img
Capítulo 32 LA ANCESTRAL REINA ESMERALDA img
Capítulo 33 EL DESTINO DE ELENITA img
Capítulo 34 LA ESENCIA DE LOS ORÍGENES img
Capítulo 35 LA DIVINIDAD DEL RUBÍ IMPERIAL. img
Capítulo 36 REGRESO. img
Capítulo 37 CELOS img
Capítulo 38 DIVINIDADES  img
Capítulo 39 THALÍA img
Capítulo 40 EL REGRESO DE LOS REYES ESMERALDAS img
Capítulo 41 NUEVO CLAN img
Capítulo 42 LOS REYES ESMERALDA img
Capítulo 43 LOS PROBLEMAS DE RUI img
Capítulo 44 ¿AMIGOS   img
Capítulo 45 EL BOSQUE DE ESMERALDAS img
Capítulo 46 BATALLA img
Capítulo 47 EL PODER DEL CLAN ESMERALDA img
Capítulo 48 SOSPECHA img
Capítulo 49 TRANSMISIÓN DE ENERGÍA img
Capítulo 50 RAPTADA img
Capítulo 51 BÚSQUEDA img
Capítulo 52 MUNDOS DESCONOCIDOS img
Capítulo 53 EMBARAZADA img
Capítulo 54 EL LLAMADO DE LA SANGRE img
Capítulo 55 REGRESO img
Capítulo 56 DIVINIDADES img
Capítulo 57 DEMOSTRACIÓN img
Capítulo 58 CONEXIÓN img
Capítulo 59 PADRES img
Capítulo 60 NACIMIENTO Y PROSPERIDAD img
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Capítulo 3 EL PODER DE LOS PRÍNCIPES ESMERALDAS

La reina Esmeralda Elenita, se había quedado observando el impresionante dragón que le exigía que cumpliera la ley, y eligiera un nuevo esposo. Su corazón se le apretaba al darse cuenta de que al final, si no encontraba la manera de devolver el puesto a Lotha, se vería obligada a cumplir con la decisión de la esmeralda madre. Como la reunión había concluido, miró a su consejero que asintió y en un rayo de luz verde se fue para el único lugar que la hacía feliz, la habitación de sus pequeños.

Los dos príncipes habían crecido mucho. Lothmer fue el mayor en nacer igual a su padre, negro y plateado. Solo adquiría su verdadero color en sus aposentos, había heredado el poder de cambiar de color y forma a su antojo, el otro un poco más pequeño de tamaño era verde esmeralda, sin una gota de otro color era Elenoth. Ambos miraron a su madre entrar arrastrando sus pies y la envolvieron con sus alas al agacharse para estar a su altura. Necesita el amor de sus hijos más que nunca.

-Todo va a estar bien mamá -dijo su hijo mayor Lothmer

La reina Esmeralda Elenita, sonrió con tristeza y les acarició las cabezas. Volvió a abrazarlos pensando que ellos no tenían la menor idea de en la gran encrucijada que su vida se encontraba.

-Ojalá pudiera creer eso, hijos míos. Pero la situación es complicada. La esmeralda madre rechaza a su padre, y no lo deja acercarse a nuestro clan. Lo peor de todo es que no puedo volver a traer a Lotha a su puesto, porque ella no lo acepta y su tío Dustin que es el verdadero heredero al trono lo quiere. No sé qué hacer hijos, no se los niego, estoy aterrada. Tampoco puedo renunciar al poder de la esmeralda madre como hizo su padre e irnos a vivir con él.

Los príncipes intercambiaron una mirada preocupada, sabían lo importante que era la reina para su pueblo y no podían permitir que la perdiera.

-Madre, ¿probaste a pasar como hizo papá todo el poder al tío Dustin? -preguntó el pequeño Elenoth

-Sí, fue lo primero que hice cuando me sentí llena de poder el día de la ceremonia en el Bosque Encantado. Él apareció de pronto aquí, y ante mis ojos la esmeralda madre le quitó todo el poder que le había pasado su padre y me lo dio a mí, por mucho que intenté devolverlo, no pude -explicó desesperada. -Y ahora los dragones del consejo me están presionando para que elija a uno de ellos como rey y esposo. Le digo que no sé qué hacer. Si tan solo la esmeralda madre aceptara a su tío Dustin y a su esposa la tía Thalia, todo se arreglaba.

Los dos príncipes la escuchaban con atención. A pesar de la corta edad que tenían, ambos eran educados por su abuelo el antiguo emperador de los dragones, y habían desarrollado una increíble sabiduría. Eso sin contar que el consejero del clan les tenía un esmerado entrenamiento que era la envidia de todos. Porque hasta a los dragones adultos del clan les era imposible vencerlos a tan corta edad.

-Madre, ¿y si encontramos una manera de cambiar la ley? -preguntó el príncipe verde esmeralda Elenoth.

La reina lo miró con sorpresa y esperanza en los ojos. ¿Por qué no se le ocurrió eso?, aunque recordó al momento que el clan se regía por los designios de la piedra madre esmeralda.

-¿Cómo podríamos hacer eso, hijo mío? Recuerden que no se trata solo de las leyes, es sobre lo que decida la madre piedra esmeralda.

-Podríamos buscar en los antiguos pergaminos de la biblioteca, o preguntarle a los dragones más sabios del reino. Seguro que hay una solución - dijo el príncipe Lothmer. -No te rindas madre.

La reina Esmeralda se sintió abrumada por el amor y la determinación de sus hijos. Sabía que tenían razón, que no debía rendirse ante la ley injusta que le impedía hacer lo correcto. Así que se levantó con decisión y les dio un beso en la frente.

-Tienen razón, hijos míos. No podemos permitir que la ley y la esmeralda madre nos impida hacer lo justo. Vamos a buscar una manera de hacer o que no me libere, o que regrese a su padre. Juntos lo lograremos.

Los príncipes sonrieron dispuestos a ayudar a su madre en todo lo que fuera necesario. La reina Esmeralda los observó con orgullo y gratitud, sabiendo que gracias a ellos, tenía una oportunidad de salvar su matrimonio, aunque estaba muy furiosa con Lotha.

-Pero necesito ver a su padre y la esmeralda madre no lo deja acercarse a nuestro clan, tampoco me deja a mí ir al palacio imperial de los dragones, ya saben como es. Solo si soy citada puedo aparecerme allá, así que no sé qué hacer.

-Dijimos que no te preocupes mamá -dijo el más pequeño verde esmeralda, y para sorpresa de su madre los envolvió en una energía pura y fueron a dar al santuario, donde la enorme piedra de la esmeralda madre estaba iluminada, era un lugar fascinante

La reina Esmeralda se quedó boquiabierta, aunque lo había visitado en algunas ocasiones con Lotha, nunca lo había visto como ahora. El santuario era una cueva mágica y esplendorosa, llena del más infinito poder esmeralda. Las paredes de la cueva eran de un verde intenso, brillando con la luz de las esmeraldas que estaban incrustadas en ellas. El techo era alto y abovedado, con pequeñas luces esmeraldas que parpadeaban como estrellas en el cielo nocturno.

En el centro de la cueva se encontraba la enorme esmeralda madre, una piedra gigantesca del tamaño de una casa. La esmeralda brillaba con un resplandor verde intenso, emanando una energía pura y poderosa que llenaba todo el santuario.

A lo largo de las paredes de la cueva, había pequeños altares y nichos tallados en la roca, donde los dragones podían dejar ofrendas y hacer sus oraciones a la esmeralda madre. En cada uno de ellos, había pequeñas luces esmeraldas que brillaban con un resplandor suave y cálido.

El aire en el santuario era fresco y limpio, con un aroma a hierbas y flores silvestres que llenaba los sentidos. El sonido del agua corriendo por un arroyo cercano se escuchaba de fondo, creando una atmósfera de paz y tranquilidad.

Cada dragón del clan tenía su propia esmeralda en la cueva sagrada, un símbolo de su conexión con la esencia de la madre de las esmeraldas y su papel en el destino del clan. Era un lugar donde podían conectarse con su verdadero yo y encontrar la fuerza y la sabiduría para enfrentar cualquier desafío que se les presentara.

Algunas de las esmeraldas brillaban con un resplandor potente y cálido, como la de la reina Esmeralda, que emanaba una energía maternal y protectora. Otras, como la del príncipe negro y plateado, el primer príncipe heredero del clan Lothmer, brillaba con un resplandor intenso y cambiante, reflejando su habilidad para adaptarse a cualquier situación.

En cambio, Elenita por primera vez vio algo que la llenó de admiración, asombro y miedo. La esmeralda del segundo príncipe Elenoth, era una de las más especiales del santuario. A pesar de ser pequeño, tenía una conexión única y poderosa con la esencia de la madre de las esmeraldas. Cada vez que se acercaba a la piedra gigantesca, su esmeralda se iluminaba al máximo, y podía apreciar que él tenía una conexión especial con ella.

El segundo príncipe Elenoth no tenía miedo de acercarse a la esmeralda madre, incluso se atrevía a acariciarla con suavidad. Y a cambio, la piedra gigantesca lo llenaba de un poder inmenso, dándole la fuerza y la sabiduría para enfrentar cualquier desafío que se le presentara. Cosa que también hacía su hermano mayor, solo que la piedra cambiaba de color y lo conectaba con el santuario imperial.

Elenita al verlos hacer aquello, los miró con asombro y admiración sabiendo que tenían un don especial que los hacía únicos. Esa conexión con la esmeralda madre, era un regalo sagrado que debía ser respetado y valorado. Pero sobre todo, ocultado. Pensaba en lo que se acercaba por primera vez temerosa a la enorme piedra que resplandeció con su cercanía.

-Hijos, ¿qué significa esto? ¿Qué pretenden hacer?

Los príncipes se mantuvieron en silencio, sintiendo la energía de la esmeralda madre fluir a través de ellos y conectándolos con su verdadero yo. Sin miedo, ambos príncipes ahora del más puro color esmeralda, resplandecían demostrando el enorme poder que la piedra les concedía. Con valentía, colocaron sus cabezas en ella, que los envolvió con una corriente eléctrica introduciéndolos en su interior.

La reina Esmeralda lanzó un grito aterrada al ver a sus hijos desaparecer dentro de la esmeralda madre, pero los príncipes le hablaron en su mente, diciéndole que confiara en ellos y en la madre piedra esmeralda. La reina cayó arrodillada a sus pies, y como sus hijos, colocó su frente en la piedra, que la envolvió con puro poder conectándose con lo más profundo del corazón de su reina esmeralda que había elegido.

Luego, con un intenso resplandor, la esmeralda madre unió toda la energía que emanaba de todas las piedras esmeraldas y lanzó un poderoso rayo al infinito, buscando aquello que ellos tres le pedían. El rayo brillante se elevó hacia el cielo, iluminando todo a su paso y dejando un rastro de luz verde esmeralda en su camino.

Finalmente, el rayo llegó a su destino, encontrando lo que los tres habían buscado. La esmeralda madre había cumplido su propósito, y los príncipes y la reina Esmeralda Elenita se sintieron llenos de gratitud y admiración por el poder y la magia de la madre de las esmeraldas. Mientras observaban con sentimientos encontrados, lo que el rayo de luz a su regreso había traído con él.

            
            

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