firmados por mí, aquí está la tarjeta de la cuenta bancaria que nuestra madre
dejo para ti y la llave de la casa que esta misma deja para ti, yo puedo firmar
esto y dejarte ir, solo tú tienes esa decisión pequeña, no te quiero perder,
pero tampoco quiero que él te lastime, ve el lado bueno de esto, saldrás en
busca de tu igual, siempre tendrás a donde regresar- el no dejaba de llorar, se
paró de nuevo y regreso con una pluma dorada, él era el próximo alfa y solo
ellos tienen esa pluma, agarro los documentos y los firmo- eres libre pequeña,
no sabes cuándo será tu transformación, esta no debe de pasar de la media noche
solo vete cuando lo veas conveniente y no mires atrás- lo mire asustada, él
sabía lo que pasaba por mi cabeza- yo te cuidare de lejos y estaré al pendiente
de ti, cuando nuestro padre muera me convertiré en el alfa de la manada y te
traeré de vuelta.
No sabía qué hacer, estaba en el bosque intentando controlar mi emociones
hasta que me rompí en mil pedazos, sabía lo que tenía que hacer, tenía que
irme.
Al salir del bosque, camine directo a casa en el salón se encontraban todos,
el beta de mi padre al igual que su omega y también estaban sus hijos, todos me
miraron extraño, sé que no les agradaba, dicen que mate a la luna de su manada,
así que solo los ignore he intente seguir caminando pero un olor a uvas y
vainilla lleno mi olfato y al instante me tense, ese olor provenía de Mark el
hijo del omega de mi padre, este me miro por un instante, él sabía lo que
estaba pasando, pero él me odiaba al igual que todos.
Yo sólo quería que mi igual no fuera de esta manada o que tal vez fuera un
humano, mi hermano se posiciono a mi lado y me miro con preocupación, todos
estaban expectantes. Mark se acercó a su padre y este le hablaba serio, este
otro solo asiente y sé que pasara a continuación.
-Emma vámonos- esa voz era tan dulce que me desconecte por
un momento
-¿Quién eres?- pregunte en voz alta a lo que todos me miraron
- Soy tu loba, Emma tenemos que irnos, necesito salir - no
sabía que estaba pasando nadie me dijo que nuestros lobos hablaban con nosotros
-Yo...- no pude terminar de hablar porque Mark me lo impidió diciendo lo que
yo me esperaba.
-Yo Mark Lars, futuro omega de la manada luna dorada, te rechazo a ti, Emma
Blaskov, como mi igual- sentía como me desgarraban el alma caí al suelo de
rodillas el dolor era insoportable, pero este de un momento a otro paso y escuche a la voz dulce decirme lo que tenía que hacer
-Recházalo Emma- mi hermano me levanto y vi a mi papá dando
la aprobación a mi rechazo, este me miro con desprecio y justo ahí se rompió
todo lazo con él, hizo lo que tanto quería, me destruyó.
-Fuiste, eres, y siempre serás el peor alfa para esta manada- todos me
miraron atónitos, no podía verme pero sé que algo pasaba conmigo porque de
pronto sus caras cambiaron una de susto, pero con todo y eso el que era mi
padre me tomo la mirada- yo Emma Blaskov, hija del alfa de luna dorada y
hermana del futuro alfa deserto de la manada luna dorada, solo volveré el día
en el que mi hermano tome su puesto como alfa y - digo mirando a Mark - acepto
el rechazo de Mark Lars de ser mi igual- vi como este último caía al suelo y se
retorcía peor que yo- desde ahora la hija del alfa de luna dorada se ha vuelto
una Rogue- hice una pausa y lo mire atentamente- espero estés feliz con el resultado, esto era lo que querías desde un principio, no conocí a mi madre, pero sé que
estaría decepcionada de ti al ver que le has roto el alma y el corazón a su hija y que con sólo 15 años la has hecho irse de casa - luego mire a Mark que aún no se componía- y espero que te duela más de lo que me dolió a mí, recuerda
que un alfa, un beta, o un omega no viven mucho tiempo sin su igual, y si viven
enloquecen - subí a mi habitación con mi hermano pisándome los talones y guarde
todas mis cosa en un pequeño bolso, al darme la vuelta mi hermano sostenía la
caja con los documentos y en su otra mano el colgante, este al verme bien me
miraba asombrado.
-Emma tus ojos... son diferentes- me acerque al espejo y vi mi reflejo uno de
mis ojos era de un color casi blanco y el otro era de su color miel- nuestra
madre tenía razón... si eres especial- después de decir eso me tendió la caja con
todo lo que necesitaba para empezar de cero, tomé el colgante y me lo coloque-
sé que nunca te lo dije pero te amo hermana y espero verte seguido- yo solo le
sonreí y baje todo- al estar otra vez en la sala mi padre se puso en mi
camino, solo me miraba, en sus ojos pude ver algo que nunca vi antes, el seguía
ahí, sin más lo rodee y seguí hasta la puerta.
-¡¡NO, ESPERA!! No me puede dejar así, no te puedes separar de tu alma
gemela- este se acercaba a mí con los ojos totalmente rojos por la ira, intento
tocarme, pero me aleje de él antes de que lo hiciera- así como yo tú no vas a
durar mucho tiempo, eres descendiente directa del alfa- dijo con dificultad, sé
que aún le dolía pero ni mi loba ni yo sentíamos compasión por él.
-¡¡TÚ ME RECHAZASTE!! Ahora sufre como un perro abandonado- esa no era yo,
era mi loba hablando por mí, lo sabía, no deje que respondiera y me fui de allí
sin mirar atrás sin nada que me atara a ellos sólo la leve promesa de algún día
volver junto con mi hermano yacía en mi corazón.