Sol  De Medianoche... Luna de Plata - Libro l
img img Sol De Medianoche... Luna de Plata - Libro l img Capítulo 4 03
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Capítulo 4 03

Tenía tres horas para alistar mis maletas, el vuelo a Rusia salía a las 11

de la noche y tenía que llegar dos horas antes al aeropuerto.

Llegue a casa y al entrar en ella, como todos los días, me entraba un golpe

a la realidad, y es que estoy sola, desde que partí de casa no he tenido

a nadie a mi lado, Emir me llama pero de igual manera no lo tengo a mi lado y

Lena, mi secretaria, no contaría como una amiga, ella es muy profesional y no

se vincularía en una amistad con su jefa. Di un suspiro al vacío de mi fría y

solitaria casa y no pude evitar derramar una lágrima como todos los días que

viva mi rutina diaria.

Terminé de entrar a la casa y me fui directo a hacer mis maletas, al

terminar esto fui a darme una ducha para alistarme para el vuelo, en este viaje

no puedo darme el lujo de dejar a la mitad mis compromisos de trabajo, esa es

una de las razones por la cual Lena se irá conmigo, tengo miedo de llegar allí

y ver que todo sigue igual a como lo dejé. Esta vez no voy a dejar que me

desprecien, les haré entender que la Emma de antes desapareció, así sea una

total mentira.

*

Abordamos el avión en silencio, Lena es demasiado silenciosa, solo se dirige

a mi persona si es para el trabajo, y a pesar de a ver almorzado juntas esta

tarde, no compartimos mucho dialogo.

-Jefa usted ira en primera clase su asiento es 22v, queda junto a la

ventanilla, yo iré en clase turista...-la interrumpí antes de que siguiera.

-Lena para el vuelo de regreso reservas dos asientos a primera clases, las

ventajas de que seas mi asistente personal y secretaria es que no te separes de

mí en ningún momento del día, estamos de acuerdo en eso -ella asintió un poco

apenada, y se dirigió a clases turística, yo por otro lado, me fui a mi

asiento, justo al lado de la ventanilla, luego de haberme sentado, sentí como

el lugar a mi lado era ocupado por mi compañero de viaje, y ese olor a vainilla

y mentas, entro por completo a mis fosas nasales, gire mi rostros sin ningún

tipo de delicadeza, ¡era él!, estaba sentado justo a mi lado, me quedé

perpleja, este miraba al frente, pero yo estaba muy consciente de que él sabía

que yo lo estaba viendo.

-Mi hermano quiere que me disculpe con usted... Emma -dijo este haciendo

nuevamente eso con mi nombre- así que no tuve más remedio que venir hasta usted

sin importar las consecuencias- mire al frente y no pude evitar sentirme

agobiada.

-¿Sabe? Pudo esperar a que llegara de mi viaje, sólo tenía que haber

esperado que llegara de este en una semana, no tenía que haber tomado esta

clase de molestias- sentí su mirada clavada en mí, me estaba poniendo

realmente nerviosa, giré a mirarlo y choqué directamente con esos

ojos color miel, este me miraba de una manera tan intensa, que sentí mis

piernas temblar.

-Sólo quería disculparme por ser un total cretino contigo Emma -dijo este

mirándome a los ojos.

-Lo siento, lo puedo tutear- en sus ojos vi un brillo de reconocimiento por

haber dicho aquellas palabras, que él ya había dicho horas atrás.

-Para mí sería un placer que me tuteara, Emma- y dale con hacer eso con mi

nombre, sentí mi cuerpo erizarse por completo, él sabe cómo poner a una mujer

nerviosa.

-Bueno Eros, creo que no estabas del humor suficiente esta tarde, como para

ser un poco más caballero con mi persona - dije un poco dura, y este sólo me

miraba de esa manera tan intensa, y por un momento pude ver en sus ojos un

brillo dorado en estos, y estoy muy segura de que no fue mi imaginación, él era

un lobo y no sé cómo puede ocultar su olor- ¿tiene algún evento en Rusia?- dije

cambiando drásticamente de tema.

-Bueno sí, seguir a una pelinegra de cabello rebelde y de ojos que

hipnotizan, si no es un evento de primera no sé qué lo es- dijo este con

un indicio de sonrisa, lo miré detenidamente, al igual que él lo hacía conmigo,

pero nuestro juego de miradas fue interrumpido por la irritante voz de una

azafata a nuestro lado.

-Buenas noches algo que quieran pedir para el viaje- fui la primera en

apartar la vista de él y concentrarme en la azafata

-Quiero una ración de torta de chocolate oscuro y un jugo de fresa, por

favor.

-Esta asintió a mi dirección luego miro a Eros, y me di cuenta que me seguía

viendo, la azafata al ver que él no pediría nada se fue.

-¿No crees que es muy tarde como para comer chocolate?- reanude el juego que

había dejado hace rato y lo mire de vuelta.

-Nunca es mal momento para el chocolate, Eros -dije lentamente esto y el

solo dio una sonrisa de lado, y por la diosa, que sonrisa.

-No lo creo Emma, odio el chocolate- al escuchar esto lo mire

incrédula, a que ser viviente no le puede gustar esa adicción de dioses- por tu

mirada puedo deducir que te sorprende que lo odie, pero realmente odio el

chocolate, no le encuentro el gusto a este.

-Creo que no podré aceptar sus disculpas señor Sanabria- dije acomodándome

en mi asiento y mirando al frente- y dudo también que podamos ser amigos-

dije mientras sentía, como este se tensaba a mi lado, lo mire de reojo y

tenía el ceño fruncido mirando al frente - pero puede que acepte sus

disculpa y sea su amiga, si me regala una caja de bombones de chocolates, a mi

regreso a Londres- lo mire y este tenía una sonrisa de dientes en sus rostro,

maldita sonrisa.

-Lo pensare - dijo este mientras se acomodaba en sus asiento.

*****

Al bajar del avión no vi a eros, su olor había desaparecido así como llego,

caminé junto a Lena hasta la zona donde nos estaría esperando Emir, sólo lo

había visto por fotos durante estos 5 años y no podía creer lo alto y hermoso

que estaba mi hermano, este al verme sus ojos casi salen de sus orbita, este no

espero nada y me abrazo.

-Enana estás... enana, como siempre, pero hermosa - me separé de este y lo

golpee levemente en el hombro, no pude evitar querer llorar, él era la única

persona que había estado conmigo siempre, y ahora lo podía abrazar- te extrañé-

dijo mientras me volvía a abrazar, no pude evitar soltar el llanto.

-Yo también te extrañé hermanito- dije en un susurro, detrás de él a

lo lejos pude ver a Eros, este me miraba directamente, con su expresión seria,

recordé que él cree que Emir es mi novio, me maldije mentalmente por no haberle

aclarado eso.

-Eres un poco tonta de vez en cuando- dijo cristal

sacándome de mis pensamientos.

-Cállate cristal, luego resolveré ese asunto -dije mentalmente mientras veía

como Emir me sonreía.

-Si me quedo sin Igual será tu culpa Emma, y jamás me volverás a

escuchar -dijo soltando un gruñido- te diría que no me

volverás a ver pero ni te has visto transformada - me frene en

seco, era verdad, nunca me he visto transformada, en ningún momento me había

preocupado por eso, hasta ahorita.

-Eso lo resolveremos- le dije mientras reanudaba mi paso al ver que Emir y

Lena me miraban.

-¿Que le sucede jefa? - pregunto Lena con preocupación.

-Solo un pequeño mareo- Lena asintió y siguió caminando, emir se posicionó a

mi lado.

-Nathan, me acaba de decir algo curioso que le dijo tu loba - lo mire

perpleja- si Emma ellos se comunican, así como tú y yo, ellos son hermanos, hay

que arreglar eso de tu transformación, ella tiene que salir, Nathan me ha dicho

que ella sólo ha tomado el control de tu cuerpo, pero que aún no ha salido, y

eso es un poco peligroso, hoy haremos que tu transformación suceda- yo solo

asentí y seguí caminando, este día sí que sería largo.

*****************************

Entramos a la casa que jamás pensé volver a pisar, todo estaba como lo

recordaba, a pesar que mucho de los electrodomésticos eran avanzados y la

pintura de las paredes ere otra, los cuadros seguían en donde mismo, había

muchas fotos de Emir y Emile, mías no habían, nunca hubieron fotos mías, no que

yo recuerde.

Al entrar a la sala de estar vi a una chica sentada en el sofá leyendo un

libro, pude deducir que era uno de poesía, la chica era realmente hermosa,

cabello negro azabache, como el mío, pero el de ella era totalmente lacio, esta

al sentir mi presencia, me miro, no lo podía creer, era Emile, estaba hermosa,

ella me miraba de arriba abajo, como si yo fuera un espejito, esta miro a Emir

y luego otra vez a mí.

- Nuestro padre está impaciente Emir, él quiere verla - dijo esto mientras

me miraba, sus ojos no decían nada, pero su voz dejaba al descubierto un vilo

de sorpresa al saber que yo estaba aquí- Emma- dijo mientras se podía de pies,

y se acercaba lentamente a mí, cuando estuvo a pocos centímetros de mí me

abrazo con fuerza- te he extrañado tanto, lamento mucho lo que te hice,

hermana, sé que no me merezco tu perdón, pero estaba enojada- esta comenzó a

llorar y por inercia lo hice yo, esta se separó de mí y logre ver tristeza en

sus ojos- vamos arriba nuestro padre te espera- me tomó de la mano y comenzamos

a subir las escaleras, no estaba preparada para esto, pero era hora así yo no

lo quisiera, nos frenamos frente a una puerta - él está allí adentro, entra

cuando estés lista- ella me dejo allí parada frente a la puerta de la

habitación de mi padre, no sabía qué le iba a decir pero sabía que el sí tenía

cosas que decir, así que me arme de valor y entré a la habitación cerrando la

puerta detrás de mí, la habitación estaba a oscuras por completo, pero pude

distinguir su cuerpo sobre la cama.

-"Y TU SERAS SU PRIMER

GOLPE, SU PRIMER DOLOR, SU PRIMERA DECEPCION"- escuche como decía

eso -esas fueron las únicas palabras que me dijo la diosa el día de tu

nacimiento Emma- dijo mientras se movía- y tenía toda la razón al decir esto,

te fallé Emma, o cristal, así te llamo ella. Te dio dones que ni tu misma sabes

que tienes, el día de tu nacimiento fue, el día más triste y más feliz de toda

mi vida, te pareces tanto a ella, Emma, no pude evitar odiarte, después de que

te fuiste hace 5 años quedé destrozado - tenia tantas ganas de gritarle, pero

no era lo indicado su corazón estaba delicado y no quería que mis hermanos me

odiaran- sé que no tengo cara para decirte lo que te estoy diciendo pero te

amo Emma, eres mi pequeña, mi bebe, estaba dolido contigo y con la vida por

haberse llevado a mi luna y cometí tantos errores, hice que te odiaran, y con

todo y eso, eres la viva imagen de la humanidad que pueden poseer las bestias,

lamento que tu mate te rechazara, la diosa dijo que sufrirías por eso, pero que

lograrías amar a cualquier cosa que caminara en el mundo se frenó y sus ojos

amarillos me miraron directamente- Emma hija mía, ¿tú me odias?

No sabía en qué momento comencé a llorar, pero sabía que no odiaba a

mi padre, no aceptaba su comportamiento pero no lo odiaba. Negué repetidas

veces, mientras más lágrimas caían de mis ojos. Todavía decía cosas sobre

la diosa, no entendía de que estaba hablando, Salí de la habitación sin decirle

nada tenía que pensar ya más tarde intentaría hablar de nuevo con él, solo sé

que ahorita no puedo.

*

-Ok Emma una vez más, ya es tarde, solo necesito que cierres los ojos y

te relajes, concéntrate y has que ella salga- hice lo que me pidió mi hermano y

sentí como mi cuerpo se comenzaba a relajar y las pocos minutos un dolor

soportable corría por todo mi cuerpo, este dolor paro y al abrir mis ojos

mis manos no estaban allí, una patas grades y blancas estaban en sus lugar.

-Woow, esto es genial- dije mientras sentía la diferencia en mi cuerpo

-Vamos Emma déjame tomar tu lugar- sabía que cristal estaba

impaciente así que solo me deje llevar, vi que ella comenzaba a correr hacia la

profundidad del bosque cerca de casa, cuando llegamos a un terreno plano en el bosque

me detuve, sentía una presencia extraña, sólo unas pocas veces la sentí, entre

los arboles pude ver dos ojos totalmente rojos, la oscuridad de la noche

no me dejaba ver muy bien su cuerpo pero sabía quién era, el olor a vainilla

y mentas llego a mí y supe que era él.

-Cristal es Eros- esta aulló y el corrió, Salí detrás del pero su olor

se desvaneció y quede desorientada, ya no estaba se había ido.

-Emma él no es un lobo, y sea lo que sea que es, no sé si es bueno.

            
            

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