Capítulo 4 Novio a sueldo

Domenic pausó lo que estaba haciendo y esperó el informe de Emilio.

Este último se sentó frente a él sonriendo mientras le extendía una foto de una bella dama.

Aunque Domenic vio el rostro de la mujer con quien despertó esa mañana por breves momentos, su imagen quedó grabada para siempre en su memoria. ¡Resultó que la mujer de la foto era la misteriosa dama con la que había pasado la noche!

"Investiga sus antecedentes. Quiero saber con sumo detalle todo acerca de ella", ordenó Domenic acariciando la foto con sus delgados dedos, sin revelar ninguna emoción.

Emilio se aclaró la garganta antes de comenzar a revelar todo lo que había recopilado sobre la vida de Lindsey.

"Su nombre es Lindsey Stewart. Hemos descubierto hasta ahora que su padre está en busca de inversores porque a su negocio familiar no le ha ido muy bien últimamente".

Emilio se detuvo al mencionar ese punto y de repente preguntó: "¿Crees que lo hizo con el fin de ayudar a su padre? ¿Pero entonces por qué se escapó después? ¿Será que se está haciendo la difícil?".

Ignorando las preguntas de Emilio, Domenic entrecerró los ojos y dijo: "Continúa".

"Tiene un novio llamado Chayce Burton, quien trabaja como representante de ventas en una empresa pequeña".

Al escuchar eso, Domenic frunció el ceño. Si tenía novio... ¿Por qué se acostó con él anoche?

"Por cierto, hay una cosa más que debes saber". La voz de Emilio interrumpió los pensamientos de Domenic.

"¿Qué es?".

"¡Míralo con tus propios ojos!", dijo el hombre levantando el teléfono móvil frente a él. Luego, continuó: "Ella acaba de publicar esto en línea".

Domenic frunció el ceño desconcertado y agarró el celular. Su expresión se oscureció al leer el titular de la publicación.

"¡Buscando un novio!".

Y explicaba luego lo siguiente: "Se busca novio a sueldo, ya que se necesita sólo por un día. ¡Se ofrece una generosa compensación por los servicios prestados! Todos los detalles serán especificados en la entrevista de trabajo.

Para postular debe ser un hombre alto, físicamente agraciado y con buen temperamento.

Si está interesado, debe marcar el...".

"¿A qué juega esta vez?", comentó Emilio mirando desconcertado a Domenic.

Cuando vio que este tenía una expresión tormentosa, sugirió con cautela: "¿Qué te parece si le pido a alguien que la traiga?".

Las venas azules en las manos de Domenic estaban a punto de explotar y sus ojos profundos ardían de ira.

No tardó mucho en responder con un tono de voz escalofriante. "Bloquea esa publicación de inmediato. ¡No puedes permitir que nadie más la vea!".

*

Lindsey estornudó de repente, emitiendo un fuerte sonido. Mientras se frotaba la nariz, no pudo evitar preguntarse quién podría estar hablando de ella a sus espaldas.

Observó su teléfono móvil sólo para comprobar que no tenía ninguna notificación, así que de inmediato sintió que algo andaba mal.

Una hora transcurrió desde que publicó el anuncio, pero nadie había llamado ni tampoco comentado la publicación. ¡Tenía miles de seguidores en línea! ¿Cómo era posible que su anuncio no tuviera ninguna reacción? Algo debía haber salido mal...

¿Sería que exigió demasiado?

Mientras reflexionaba al respecto, el timbre de su teléfono móvil comenzó a sonar devolviéndola a la realidad.

Al comprobar que la llamada era de un número desconocido, Lindsey se enderezó y contestó el teléfono sin dudarlo.

"¿Hola?". Una voz agradable y suave sonó desde el otro extremo de la línea.

"Hola.

¿Quién habla?", preguntó Lindsey de manera cortés.

"Vi el anuncio en el que solicita un novio a sueldo y me parece que reúno todos los requisitos".

La voz del hombre sonaba profunda como los tonos melódicos de un violonchelo, lo que provocó que las emociones de Lindsey se despertaran enseguida. Aunque por extraño que pareciera, esa voz le resultaba un tanto familiar.

"¿En serio? ¿Cuál es su disponibilidad de tiempo?".

"Estoy completamente libre, de manera que puede decidir el día y lugar que mejor le parezca".

Al oír eso, Lindsey concertó la entrevista en ese preciso instante. "Perfecto, entonces nos vemos mañana a las ocho en punto de la noche en el Café Galaxy. Le enviaré los detalles una vez que haya reservado la mesa".

"Suena bien, nos veremos allí sin falta".

Lindsey quedó encantada al terminar la llamada, pues no pensó que las cosas saldrían tan bien con el primer candidato.

Domenic, sentado solo en una espaciosa oficina, terminó la llamada con una expresión misteriosa en su rostro. Sus delgados labios se curvaron en una ligera sonrisa, deseoso de investigar lo que tramaba aquella mujer.

La noche siguiente, se presentó en el café a la hora indicada.

Al entrar en el lugar, se sorprendió al ver que Lindsey ya lo estaba esperando. Se veía inquieta y miraba a su alrededor con evidente nerviosismo.

La escena que tenía frente a él era un poco diferente a la que imaginó. La joven vestía una camisa blanca en conjunto con una gabardina de color caqui, y su largo cabello le caía en cascada sobre los hombros dándole una apariencia gentil y apacible.

Domenic comprobó la hora en su reloj y no pudo evitar sorprenderse por la puntualidad de la chica, así que comenzó a caminar con pasos apresurados hacia ella.

Lindsey pareció sentir su aproximación porque de repente giró la cabeza encontrándose con su profunda mirada. Los ojos se le abrieron con sorpresa al ver la figura bien formada y el rostro sorprendentemente agraciado del hombre que se acercaba.

¡Si él no se hubiera detenido en su mesa, habría pensado que era una estrella de cine!

"Disculpe, ¿es usted la señorita Lindsey Stewart?".

Una voz familiar y agradable la sobresaltó de manera inesperada.

¡Lindsey quedó conmocionada durante unos instantes antes de darse cuenta finalmente de que él era la persona con la que se entrevistaría ese día!