Luz de Medianoche
img img Luz de Medianoche img Capítulo 5 5. Nuevas reglas
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Capítulo 6 6. Caza a la vista img
Capítulo 7 7. Destrucción img
Capítulo 8 8. No estamos solas img
Capítulo 9 9. Trucos img
Capítulo 10 10. Punto central img
Capítulo 11 11. Mi salvación img
Capítulo 12 12. La cima del mundo img
Capítulo 13 13. Nuestra ciudad img
Capítulo 14 14. Negocios y mentiras img
Capítulo 15 15. Durante la noche img
Capítulo 16 16. Recuerdos de invierno img
Capítulo 17 17. Tres son multitud img
Capítulo 18 18. Nuevo problema img
Capítulo 19 19. Enemigo inesperado img
Capítulo 20 20. Diciembres soleados img
Capítulo 21 21. Estúpido plan img
Capítulo 22 22. Peligroso sabor img
Capítulo 23 23. La cura de todo img
Capítulo 24 24. El límite img
Capítulo 25 25. Nuevas costumbres img
Capítulo 26 26. Tan cerca y tan lejos img
Capítulo 27 27. Diferencias img
Capítulo 28 28. Preparación img
Capítulo 29 29. Irrompible img
Capítulo 30 30. El punto más alto img
Capítulo 31 31. Mal comienzo, mal final img
Capítulo 32 32. Más allá de los problemas img
Capítulo 33 33. Adiós al invierno img
Capítulo 34 34. Hermosa primavera img
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Capítulo 5 5. Nuevas reglas

Cuando era pequeña solía hablar con todo el mundo, mis padres muchas veces me recordaron que no debía hablar con extraños porque no todos eran buenos. Mi hermano era algo más callado en ese aspecto, si alguien se acercaba a hablarle y él no lo conocía entonces se daba vuelta alejándose, en un principio pensaba que era de mala educación, pero mi madre no pensaba lo mismo, sus palabras habían sido claras.

No todas las personas en el mundo son buenas, Mía.

Abrí mis ojos lentamente, todo daba vueltas moviéndose de un lado a otro, escuché algo parecido a un eco, no podía descubrir que era. Intenté mover mis manos, primero mis dedos y luego cuando por fin pude levantar mis manos continué por levantarme, pero sólo logré caer al suelo, el eco se hizo más nítido permitiéndome escuchar las risas malvadas. No era difícil descubrir que se burlaban de mí.

-¿Enserio quieres mantenerla con vida?

-Sólo mírala, parece un asqueroso gusano arrastrándose en el suelo.

-No creo que sea tan asquerosa, creo más bien que se vería perfecta arrastrándose en la cama...

De nuevo las risas, pero escuché cierto impactó que las calló al instante. Eran voces masculinas, pero no sabía quiénes eran, mi cuerpo estaba muy débil como si alguien hubiera inyectado anestesia y estuviera despertando de ella.

-El gruñón se enamoró-se burló una de las voces.

-No seas idiota, Mark-no sabía si relajarme o preocuparme de escuchar a Christian entre ellos-Sólo quiero conservarla, creo que puede servirnos.

-¿Servirnos? Creo que sería mejor decir "servirte a ti"-noté cierta preocupación en otra voz-¿No habías dicho que Kiira era perfecta para ti?

-¿Ahora eres mi madre dándome reproches? -miré a una de las sombras acercarse a mí. Se arrodilló a mi lado apartando el cabello de mi cuello-¿Puedes escucharme, Mía?

Su rostro era como una mancha en una pintura, todo perdía sentido y se tornaba confuso. Eso pasaba ahora, no podía encontrar sus ojos, lo que si noté fue su temperatura tibia. ¿Había dormido toda la noche? ¿Qué había hecho realmente Christian? ¿Acaso de esta forma me convertiría en una como ellos? ¿Era parte de la transformación?

-No seas dramático, sabes que siempre pasa lo mismo.

-¿Alguna vez te has preocupado por Kiira, así como te preocupas por una simple humana, Christian? -de nuevo las burlas, aunque esta voz era más seria.

-¿Podemos dejar esas tonterías? -escuché los gruñidos de su parte-Suficiente tengo con Mark y sus ocurrencias.

La figura de Christian se alejó dejándome sola, las voces fueron alejándose también mientras cerraba mis ojos sintiéndome somnolienta.

Desperté como si alguien me hubiera golpeado, el corazón latía con naturalidad, pero sentía mi cuerpo tenso y alerta. Miré alrededor encontrándome en la sala, seguía estando en el suelo, me levanté quedando sentada tocando mi cuello, justo allí sentía algo parecido a una mordida, recordé la sensación de tener a Christian aferrándose a mí mientras sus labios fríos hacían presión en mi piel. Sentí escalofríos de recordarlo.

-Por fin despiertas, suficiente tenía con esos idiotas.

Di un respingo de escucharlo, estaba sentado en uno de los sillones, tenía su cabeza inclinada hacia atrás mientras miraba el techo.

-¿Qué fue lo que hiciste?

-Ya te lo dije, salvarte la vida.

-Necesito algo más que eso-las ideas de ser un demonio, una criatura o un vampiro, entre otros miles más comenzó a aterrarme.

Sus ojos verdosos eran oscuros, pero sin llegar a ser negros, aparté la vista levantándome.

-Sigues siendo humana, no tienes de qué preocuparte-respiré un poco más aliviada.

-Pero tú me mordiste...

-Sólo debía mostrarle a los demás que me he alimentado de ti, por lo menos hacerles creer eso-se encogió de hombros-Será mejor que comas un poco de esas galletas, llevas un día sin nada en el estómago.

-¿Un día? -me sorprendí tomando el pequeño paquete, realmente tenía hambre.

-A veces cuando bebemos la sangre, pero no hasta la última gota, suele pasar-explicó entre un suspiro aburrido-Los humanos despiertan sintiéndose débiles, algunos se sienten como si flotaran, cuando vuelven a despertar están más alertas.

-Sigo siendo humana, ¿No? -pregunté con la boca algo llena.

-Sí.

Quería interrogarlo sobre aquellos chicos, ¿Eran sus amigos acaso?

-¿Qué hubiera pasado si no me hubieses mordido?

-Uno de los muchachos lo hubiera hecho y créeme, no estuvieras aquí hablando conmigo-de nuevo mantenía sus ojos en mí. Limpié mi boca con la manga de mi chaqueta-Gracias a esa marca ningún otro vampiro podrá lastimarte.

Llevé mis dedos a mi cuello, ¿Entonces realmente me había salvado la vida?

-¿Gracias? -dije dudosa sin saber que decir.

-Ellos no podrán lastimarte, pero yo sí-sonrió divertido.

Había sido muy raro que no dijera algo así.

-¿Eso es salvarme la vida?

-Quieres ver a tu madre, ¿No?

-Pero dijiste que no...-me callé sin querer discutir-Sí, claro.

-Entonces harás todo lo que te diga, si cometes un error estarás muerta.

Corrección: Si cometes un error, yo mismo acabo contigo, Mía.

-¿Me dejarás ir, entonces? -asintió-Pero ¿Qué sucederá con Becca?

-Hablaré con mi hermano.

Casi me ahogo con las galletas, tuve que dejar de comerlas guardando lo que quedaba en el bolsillo de mi chaqueta. ¿Christian tenía un hermano? ¿Los vampiros tenían familia? Por primera vez uso esa palabra y se siente mejor que llamarlos Demonios o Criaturas.

-¿Él la tiene? Pensé que tú habías...

-¿Pensaste que yo la tenía? -me interrumpió bruscamente-Las chicas como Becca son las favoritas de Axel.

Recordé lo que uno de sus amigos había dicho, según Christian él suponía que yo era buena para servirle. ¿Qué significaba eso?

-¿Sigue viva?

-Eso creo, pero no te aseguro nada-se levantó acomodando una nueva chaqueta que llevaba, ésta era de un color café oscuro-Axel es muy posesivo con sus cosas, vamos, te llevaré con tu madre.

-¿Ya oscureció? -me incorporé siguiéndolo a la puerta. Seguía teniendo muchas preguntas y Christian no me ayudaba con sus respuestas cortas. La luz del sol había desaparecido, era de día, suponía que quizás las cinco o seis de la tarde, el cielo estaba nublado, las nubes grises reinaban por encima de nosotros-¿Pueden salir de día?

-¿Ves algún rayo de sol? -comenzó a caminar por la carretera. Aquella casa estaba entre el bosque y la autopista, quizás alguna familia venía a pasar el tiempo allí-La lluvia también nos ayuda muchas veces, el sol es lo que más evitamos.

Asentí escuchando intentando seguirle el paso. Sus piernas eran más largas que las mías, comenzaba a sentirme incómoda estando a su lado, era muy diminuta junto a él lo cual me intimidaba bastante. El rostro de Christian era serio y atento, sus manos iban dentro de los bolsillos de su chaqueta. Sus ojos oscurecían con cada paso que dábamos, imaginaba su piel tornándose fría como la primera noche.

-¿No te preocupa que alguno de tus amigos te vea acompañándome? -quise romper el silencio incómodo.

-Son unos idiotas, no debes preocuparte-miró alrededor cuando llegamos a la ciudad. Cruzó la calle sin recordar que estaba a su lado, me apresuré para no quedarme atrás, si Christian estaba fuera, sus amigos también podrían estarlo y estaba segura que no les importaría la marca en mi cuello-¿Cómo te sientes?

-Incómoda e inquieta.

-Me refiero a la mordida-sonrió de lado sin detenerse.

-Oh, estoy bien sólo algo cansada y hambrienta.

-Podemos entrar a una de las tiendas para que comas algo-propuso. ¿Ahora se preocupaba por mí? Sonreí divertida mordiendo mi labio-¿Qué ocurre?

Mierda, me estaba mirando.

-Nada-me adelanté y en segundos me alcanzó. Nos detuvimos por mi culpa en la entrada de un centro comercial, necesitaba descansar, me senté en el suelo mirando la lluvia comenzar a caer. Christian se mantuvo de pie apoyado de la pared, estando de brazos cruzados se veía mucho mayor. Lo odiaba menos que antes, un gran error de mi parte ya que se suponía que él era el enemigo, ese enemigo que acabó con el mundo entero. Intenté recordarme varias veces lo que mi madre me había dicho de niña.

No todas las personas en el mundo son buenas, Mía.

Mirando la lluvia pensé en el nombre que aquellos vampiros habían dicho, ¿Quién era Kiira? Algo tenía que ver con Christian, uno de los chicos había dicho que no se preocupaba por ella del mismo modo que conmigo. Lo miré de reojo sintiendo la curiosidad. Aclaré mi garganta preparándome.

-¿Puedo preguntar algo?

-Claro.

-¿Quién es Kiira?

Hubo un rato de silencio, lo miré y mantenía sus ojos en la lluvia. El frío comenzaba a elevarse gracias a las gotas que caían, me abracé a mí misma estando sentada en el suelo frente a él.

-Christian-quería que colocara atención. Quizás no le gustaba hablar de eso-¿Es tu novia?

-Algo así-contestó sin moverse-¿Qué más escuchaste?

-Uno de los chicos dijo que yo podría...servirte a ti y tú dijiste algo parecido-miré al suelo-¿Qué significa?

-Lo verás por ti misma, además no creo que quieras saberlo, ya lo he dejado en claro.

-¿Tiene algo que ver con lo que hiciste?

-¿Con la mordida? Sí.

Asentí sin querer hablar más del tema. Nos mantuvimos en silencio un buen rato escuchando la lluvia caer con fuerza, comenzaba a quedarme dormida teniendo la cabeza apoyada en mis rodillas.

-No puedes decirle a tu madre ni a los demás lo que realmente pasó.

-No pensaba hacerlo-me mantuve en mi posición.

-Debes ocultar esa marca o pensarán que eres una de nosotros-asentí escuchándolo-De resto sigues siendo tú.

Levanté la cabeza enderezándome, me asusté un poco al ver a Christian a mi lado, sentado junto a mí. Sus ojos eran negros de nuevo.

-¿Sólo eso?

-No estés cerca del fuego por mucho tiempo.

-¿Qué? -fruncí el ceño-El fuego es lo que nos ayuda...

-Si quieres morir ignora ese consejo, pero si quieres pasar desapercibida entonces haz lo que te digo. ¿Te recuerdo la regla más importante?

-¿Tengo nuevas reglas?

Christian respiró profundo intentando controlarse. Sonreí para mis adentros, lo estaba volviendo loco.

-La primera: Nunca digas la verdad a tu familia y amigos o estarán en peligro.

-Entiendo.

-No puedes permanecer tanto tiempo cerca del fuego, te ahogará hasta matarte-prosiguió-Salir por la noche no será un peligro tan grande, esa marca en tu cuello te protegerá de los demás. Te preguntarán por el creador de ella, debes ser honesta con ellos. Y la última que es la más importante de todo, si no cumples una de estas reglas...-tomó mi rostro para obtener mi atención-Yo mismo te buscaré y acabaré contigo, no importa lo que pienses ni lo que digan los demás, sólo yo puedo lastimarte.

Asentí sin decir lo contrario. Cinco nuevas reglas que debo recordar:

1. Nunca decir la verdad a mi familia y a mis amigos.

2. Evitar el menor tiempo posible cerca del fuego o sería peligroso.

3. La mordida en mi cuello puedo usarla de protección por las noches.

4. Debo ser honesta con los demás vampiros.

5. Y la última, el único que tiene derecho a mi muerte es Christian.

                         

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