Capítulo 5 Comprado en su totalidad

Katherine miró al hombre que estaba a su lado con incredulidad.

"¿Cómo dices? ¿Esperas que creamos que eres dueño de una casa?", preguntó sarcástica Isabel, mirando a Esteban de arriba abajo. "Oh, lo siento. No quise decir otra cosa. Solo me preocupa que Katherine tenga una vida dura ahora que está casada contigo. Después de todo, somos su familia y solo queremos lo mejor para ella. Si no es mucho pedir, ¿podemos echarle un vistazo a tu casa?".

Una pizca de impaciencia brilló en los ojos de Esteban. En el lapso de solo unos minutos, se dio cuenta de lo prejuiciosa y arrogante que era la familia de Katherine. También pudo comprobar que si se negaba, le iban a dar la lata, así que asintió y dijo: "Vámonos ya".

Esteban dio media vuelta y se dirigió a la puerta, decidiendo mostrarles la propiedad más cercana que poseía.

Darrell llevaba todo el rato escrutando a Esteban, y cuando vio que este pedía un taxi, se burló para sus adentros, pues pensó que ni auto tenía.

Darrell trató de inventar insultos cuando viera la casa de Esteban. Pero cuando llegaron a su destino, se quedó de piedra y preguntó sorprendido: "¿Vives aquí?".

Esa zona era la mejor de la ciudad y, naturalmente, los precios de las viviendas estaban por las nubes. Por lo que Darrell sabía, la hipoteca mensual mínima para el apartamento más pequeño era de cincuenta mil dólares.

Ni siquiera un ejecutivo con unos ingresos anuales de un millón de dólares como Darrell se atrevía siquiera a soñar con tener un apartamento aquí.

Cuanto más lo pensaba, más incrédulo se sentía. Puso cara de desdén y espetó: "Eres tan pobre que ni siquiera le llevaste un regalo a la familia de Katherine, ¿cómo puedes vivir en un sitio tan caro como este? Deberías vender tu apartamento cuanto antes, por si un día no puedes pagar la hipoteca y te quedas sin casa con Katherine".

"No te preocupes, lo pagué por completo", dijo el otro sin expresión.

Isabel enarcó una ceja dubitativa. "¿En su totalidad? ¿Estás bromeando? Solo tienes una pequeña empresa, ¿cómo puedes permitirte comprar un apartamento aquí sin un préstamo?".

"Me da igual lo que pienses, este es mi apartamento".

Esteban no quería perder más el aliento con esta gente. Ya había desperdiciado toda su mañana. Todo lo que quería ahora era que se fueran lo antes posible.

En cuanto Esteban abrió la puerta, Isabel entró arrastrando los pies y miró a su alrededor. Frunciendo los labios, murmuró para sí misma: "¿Cuál es el problema?".

Revisó todos los rincones del piso de Esteban con aparente desprecio, y no tardó en encontrarle defectos. "El diseño interior no es gran cosa. La decoración parece minimalista y lujosa, pero si se mira más de cerca, uno puede ver que no es nada práctica".

"¡Isabel Morgan! ¡No es asunto tuyo cómo vivimos mi esposo y yo! ¡No te pases de la raya!". Katherine no aguantó sus insultos e intervino para defender a Esteban.

Isabel sonrió con desdén, aprovechando la oportunidad para lanzarle una pulla.

"Mírate, haciendo el papel de buena esposa. Pero, Katherine, aunque no pudieras tener a Darrell, no deberías haberte casado con un hombre que gasta el dinero como si fuera agua. Es tan obvio que está arruinado y que finge ser rico... Mi querida prima, ¡seguro que lo pasarás mal en el futuro!".

"Es su dinero y él decide cómo gastarlo. En lugar de preocuparte por mí, deberías prestar más atención a la situación financiera de Darrell. ¿Y si solo quiere tu dinero?", replicó Katherine sin piedad, sabiendo exactamente qué botones tocar. Y, tal como esperaba, Isabel enseguida se puso ansiosa. "¿Qué quieres decir?".

"Pregúntale a Darrell", respondió ella de manera enigmática, logrando desviar el foco de la conversación hacia su ex.

Isabel se volvió para interrogar a Darrell con fiereza: "¿No dijiste que me darías todo tu dinero? ¡¿Qué está diciendo Katherine?!".

"¡Se está inventando cosas!".

Al verse en un aprieto, Darrell se puso tan furioso que estuvo a punto de intentar atacar de nuevo a Katherine, pero cuando vio a Esteban de pie junto a ella, recordó lo dolorida que tenía la muñeca hacía un momento y solo pudo apretar los dientes para reprimir su ira.

"Cariño, vamos primero a casa. Te lo explicaré todo".

Darrell empezó a arrastrar a Isabel hacia la puerta mientras lanzaba a Katherine una mirada asesina.

Cuando los dos se fueron, el apartamento quedó en silencio.

Katherine sintió que Esteban estaba muy disgustado, así que inclinó la cabeza y comenzó a disculparse. "Lamento haberte hecho pasar por todas esas molestias hoy. Haré todo lo posible para que no vuelvan a molestarte".

"De acuerdo". Esteban se limitó a asentir, con ojos fríos e indiferentes.

Mirando alrededor del salón, Katherine empezó a creer lo que Isabel había dicho porque, en efecto, todo se veía muy caro. ¿Esteban era realmente tan fanfarrón?

Tras un momento de vacilación, levantó la vista hacia él y le preguntó: "¿De verdad compraste este apartamento sin un préstamo?".