Gato escaldado, del agua fría huye
img img Gato escaldado, del agua fría huye img Capítulo 8 No se comparaban con Mathias
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Capítulo 10 Efecto dominó img
Capítulo 11 También era su casa img
Capítulo 12 Ella no merece esa posición img
Capítulo 13 Estabas fingiendo img
Capítulo 14 La conexión demasiado fuerte img
Capítulo 15 La visita de sus suegros img
Capítulo 16 La suegra perfecta img
Capítulo 17 La intervención img
Capítulo 18 Ser testigo img
Capítulo 19 Cada uno tenía sus preocupaciones img
Capítulo 20 Le pidió ayuda img
Capítulo 21 Soy aún más valiente img
Capítulo 22 Nuestra inocencia img
Capítulo 23 Sabía cómo flirtear img
Capítulo 24 Un encuentro inesperado en la universidad img
Capítulo 25 Un inesperado ascenso a la fama img
Capítulo 26 Hacer enojar a Mathias img
Capítulo 27 La disputa entre la joven pareja img
Capítulo 28 Salir sin nada img
Capítulo 29 Conversación con su amigo img
Capítulo 30 Esfuerzos superficiales img
Capítulo 31 El lápiz labial img
Capítulo 32 Dando una mano img
Capítulo 33 Algo va mal con los suplementos img
Capítulo 34 Intimidad img
Capítulo 35 Él también quiere ir img
Capítulo 36 Ella es muy especial img
Capítulo 37 Su amante img
Capítulo 38 Ser rechazado img
Capítulo 39 Amenazando a Aaron img
Capítulo 40 Tu táctica parece equivocada img
Capítulo 41 Un regalo para su suegra img
Capítulo 42 Sus intenciones img
Capítulo 43 Cuestionando el amor verdadero img
Capítulo 44 Los consejos sinceros img
Capítulo 45 Embarazada img
Capítulo 46 Una extraña armonía img
Capítulo 47 La casualidad img
Capítulo 48 Decreto del destino img
Capítulo 49 Secretaria personal img
Capítulo 50 Ella ya sabe quién soy img
Capítulo 51 Trampa para el imbécil img
Capítulo 52 Un encuentro con el peligro img
Capítulo 53 Claude iba a perderlo todo img
Capítulo 54 Una confesión sincera img
Capítulo 55 La tristeza es el sentimiento más inútil img
Capítulo 56 Indiferencia img
Capítulo 57 Invertir sus papeles img
Capítulo 58 Hacer un muñeco de nieve juntos img
Capítulo 59 Felicidad repentina img
Capítulo 60 No entenderlo img
Capítulo 61 La confrontación img
Capítulo 62 Buscar temas que pensaba le interesarían img
Capítulo 63 Su interrogación img
Capítulo 64 Directa al grano img
Capítulo 65 La defensa falló img
Capítulo 66 Fiesta de cumpleaños img
Capítulo 67 Ir de compras img
Capítulo 68 Una aventura img
Capítulo 69 La otra mujer está embarazada img
Capítulo 70 Toparse con la amante img
Capítulo 71 Quedarse por ella img
Capítulo 72 Qué soy yo para ti img
Capítulo 73 Aceptar el divorcio img
Capítulo 74 Cambios sutiles img
Capítulo 75 Aventuras de juego img
Capítulo 76 Conflictos entre las mujeres img
Capítulo 77 Tenía las fotos de mi padre img
Capítulo 78 Casi muero asfixiada img
Capítulo 79 Su conexión con Claude img
Capítulo 80 Secuestro y venganza img
Capítulo 81 Una verdadera sorpresa img
Capítulo 82 Divorcio img
Capítulo 83 Confesando img
Capítulo 84 Regalo de bodas img
Capítulo 85 Por qué no quería el divorcio img
Capítulo 86 El que iba detrás de mí img
Capítulo 87 Adicción img
Capítulo 88 Actitud inusual img
Capítulo 89 Visitando la residencia de los Singh img
Capítulo 90 Su truco img
Capítulo 91 Petición de divorcio img
Capítulo 92 Mi suegra se hace cargo img
Capítulo 93 El suicidio de Olivia img
Capítulo 94 Presumiendo deliberadamente img
Capítulo 95 Me encontró img
Capítulo 96 Lo admito: estoy celoso img
Capítulo 97 Pedir verse conmigo img
Capítulo 98 Porque Mathias se negó img
Capítulo 99 Lo que perdió img
Capítulo 100 Su verdadero amor img
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Capítulo 8 No se comparaban con Mathias

"No hay dinero extra; la pierna de Phil seguramente cicatrizará. Es justo que lo compense. Ustedes sigan charlando, yo tengo que irme ya". Dicho esto, me di la vuelta y me marché.

La felicidad que experimentaba esa joven pareja, tan absortos el uno en el otro, no duraría mucho. Quizás les quedaba un mes, como mucho, ya que, dentro de dos semanas, Mathias haría una entrada contundente, y Olivia se convertiría en su objetivo. Y entonces Phil ya no se encontraría charlando y riendo alegremente con su novia.

Ahora que lo había reflexionado, me daba cuenta de lo despiadado que era Mathias.

Después de salir del hospital, le indiqué a Lanny que me llevara de vuelta a la villa. Necesitaba ir a buscar los suplementos que había comprado y que había dejado allá. Consumirlos a diario, especialmente si lo combinaba con la excepcional comida de mi madre, probablemente me ayudaría a engordar un poco. Los suplementos permanecieron intactos en la sala. No sabría decir si Mathias había vuelto a casa la noche anterior ni qué había pasado con Ximena.

"¿Por qué no saliste ayer del auto?".

Cuando estaba a punto de salir con los suplementos, Mathias apareció en lo alto de la escalera. Sus ojos se clavaron en mí, claramente disgustado.

¿Qué hacía él en casa? Normalmente, aparecía cada tres meses más o menos.

Iba vestido con ropa informal, completamente negra. A pesar de la sencillez de su atuendo, su porte irradiaba un encanto innegable.

"Siempre me he mantenido al margen de tus enredos amorosos, así que no hay razón para que cambie de actitud ahora", respondí en tono comedido.

"¿De verdad esperas que crea que el hecho de que les hayan cortado los recursos y todos esos rumores son meras coincidencias?", me preguntó él mirándome fijamente, con el rostro desprovisto de toda emoción.

Estaba claro que él sabía lo que yo había hecho detrás de sus espaldas. Sin embargo, él nunca había interferido, posiblemente porque aquellas mujeres no le importaban demasiado.

Pero la situación sería totalmente diferente con Olivia. La sola idea de cruzarme con ella ponía a Mathias furioso, como si yo amenazara a alguien a quien apreciaba.

"No lo voy a negar. Has invertido sumas considerables de dinero y otros recursos en esas mujeres. Como estamos casados, esas inversiones son patrimonio común, así que consideré oportuno recuperar parte de lo que gastaste".

"¿Ah, sí? ¿Y entonces por qué no reclamaste anoche la casa que le regalé a Ximena? Al fin y al cabo, tienes derecho a la mitad", replicó Mathias, bajando las escaleras para pararse frente a mí. Su estatura y su porte creaban un aura casi sobrecogedora.

¿Acaso lo habían hechizado? No podía dejar de preguntarme por qué ese hombre se enzarzaba ahora en ese tira y afloja sin sentido.

En menos de un año, sería él quien nos propondría el divorcio y probablemente nos ofrecería un acuerdo económico muy importante. Entonces ¿qué era una casa en comparación a todo el panorama de la situación?

"Ximena no es la primera mujer con la que te has metido, y desde luego no será la última. Seguirles la pista a todas se ha convertido en más esfuerzo del que merece la pena", respondí rápidamente antes de salir.

En ese momento me arrepentí de no haberle pedido antes a Lanny que recogiera los suplementos. No fue hasta que salí de casa que sentí el escalofrío de la mirada de Mathias. Entonces tiré el paquete de suplementos en el asiento trasero y le dije al conductor que se pusiera en marcha.

Una vez de vuelta en casa de mis padres, le entregué los suplementos al ama de llaves.

Mi madre estaba concentrada cocinando, uno de sus pasatiempos favoritos.

Vi el auto de mi padre en la entrada. En cuanto él entró y me vio, me puso el celular en la cara y me preguntó con severidad:

"¿Qué significa esto?".

En la pantalla se leía: "La popular y joven actriz Ximena fue vista con el director general del Grupo Murray en un hotel; la actriz niega tener una relación romántica con él".

Cualquier relación entre ellos sería una aventura, no una relación romántica.

Enseguida le devolví el celular a mi padre e intenté calmar sus nervios.

"Papá, todo es inventado. Sabes que Mathias tiene obligaciones profesionales que lo obligan a asistir a actos sociales".

"¡Todavía lo sigues defendiendo!", gritó mi padre enfadado.

Yo no estaba defendiendo a Mathias. Lo que de verdad me preocupaba era que mi padre se pusiera nervioso por algo tan trivial.

"Iré a darle una lección ahora mismo", dije, arremangándome. "Vamos, yo te acompaño".

Mi padre, quien antes estaba serio, sonrió ampliamente.

"Siempre eres tú el que hace comentarios sin sentidos. ¿Esta es tu idea de humor negro?".

Agarré a mi padre del brazo e intenté calmarlo.

"No te enfades, papá. Piensa en lo mucho que el Grupo Murray ha contribuido a la economía de Oldston. ¿No te pone eso de mejor humor?".

"En eso tienes razón. Hace poco, Mathias donó nuevas pistas de atletismo a varias escuelas locales. Él sí que tiene sentido de la responsabilidad comunitaria".

"Exacto".

Mientras hablábamos, mi madre empezó a poner la mesa y a llenarla de mis platos favoritos. Mi madre era la mejor.

Fue un almuerzo muy agradable. Después de eso, mi padre tuvo que volver al trabajo, así que mi madre y yo nos quedamos juntas el resto del día. Al principio, ella había planeado ir a la oficina, pero, como yo estaba en casa, decidió invitar a unas amigas a jugar a las cartas. Así, mientras se ponía al día con sus amigas, podía pasar un buen rato conmigo.

Yo me recliné en el sofá y me puse a ver las noticias sobre Mathias y Ximena. La chica aclaraba que su relación era puramente platónica. Mathias estaba pensando en invertir en una película que ella iba a protagonizar, lo que explicaba sus frecuentes reuniones para hablar del proyecto. Una vez más, él aparecía como un generoso benefactor. Un acierto por su parte, sin duda.

Sin darme cuenta, me dormí en el sofá, pero me despertó una llamada de Sonia. Al ver la hora, me di cuenta de que me llamaba para invitarme de nuevo a unas copas.

"Rylie, tienes que venir a tomarnos algo, ¡hay unos chicos increíblemente guapos aquí!", grito mi amiga, eufórica.

"¿De qué guapos estamos hablando?", le pregunté.

"¡Tan guapos que parecen fuera de este mundo! Ven, Valerie ya está acá. Tricia está de viaje, y no puede venir".

Desde que se enteraron de mi inminente divorcio, habían estado manteniendo mi agenda repleta de diversas salidas, ya fueran comidas, karaokes o compras. Sabía que sus intenciones eran buenas. Probablemente les preocupaba que detrás de toda esa calma se escondiera un fondo de tristeza. Y sus distracciones eran más que bienvenidas, ya que era cierto que necesitaba ayuda. Si me dejaban sola, probablemente me hundiría pensando en el pasado.

"Voy a cambiarme y voy para allá", dije antes de colgar.

Cuando colgué, Sonia ya me había enviado un mensaje con la ubicación. Unos treinta minutos más tarde, salí de casa, llena de energía y ansiosa por lo que se vendría esa noche.

Sonia era prácticamente una experta en la vida nocturna de Oldston. Sabía dónde encontrar las mejores tragos y los hombres más atractivos de la ciudad. Y, tenía que admitirlo, los hombres que mi amiga había reunido esa noche no me decepcionaron. Fácilmente, podrían ser confundidos con alguna celebridad.

Sin embargo, en un punto me excedí con la bebida y mi estómago comenzó a protestar ruidosamente, provocando una desafortunada regurgitación.

¡Qué desastre! Estaba rodeada de hombres atractivos y, sin embargo, mi mente los comparaba constantemente con Mathias, disminuyendo mi interés por relacionarme con ellos. Es por eso que me concentré en beber y bebí demasiado.

De hecho, tanto en aspecto como en carisma, Mathias seguía llevando la delantera, situándose en un escalón superior.

"Disculpen, tengo que ir al baño", anuncié levantándome de mi asiento.

Casi al instante, uno de los hombres se levantó para acompañarme, prestándome su apoyo. Se lo permití, apreciando su tierna atención.

Al llegar al baño, experimenté un terrible ataque de vómito. Después de eso, me eché un montón de agua en la cara y en la boca. El considerado hombre esperó por fuera y, cuando salí, preguntó:

"¿Puedo agregarte en redes sociales?".

"¿Para qué?", le pregunté.

"Para mantener el contacto. Si alguna vez te sientes sola, no dudes en ponerte en contacto conmigo".

            
            

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