Su cerebro secrataba cantidades enormes de dopamina, hecho que la hacia sentir en las nubes.
Las labores del hogar le parecieron nada, pues había pasado la mayor parte del día pensando en el momento que volviera a ver a su príncipe.
Sentía un poco de remordimiento, porque había acordado con Allister encontrarse a escondidas, ella siempre había sido una buena hija y jamás le había escondido nada a sus padres, por eso confiaban tanto en ella.
Se llegó el momento tan esperado y Miranda se asomaba con desespero por la ventana,estaba ansiosa por volver a ver a Allister, platicar con el, conocerlo más.
Cuando de pronto observo a lo lejos la silueta de un hombre que viajaba a caballo, ella, era amante de tan noble animal, por lo tanto no le fue difícil identificar a aquél ejemplar árabe de un color negro azabache, con un pelaje qué brillaba bajo la luz del sol.
Observaba sorprendida a tan bello equino, cuando de repente pudo identificar con claridad al jinete que lo montaba.
Era ni más ni menos que el mismísimo Allister Corner, se miraba altivo, gallardo, tan seguro de si mismo, con una seguridad y elegancia que lo hacía lucir aun más atractivo de lo que era.
Con la boca entre abierta del asombro y la felicidad, miró a Allister acercarse cada vez más hasta quedar frente al pequeño porche de su casa.
Hola bonita. ¿Como estas hoy?
¿Bonita? Nadie la llamaba así, no podía evitar sonrojarse, además sin duda en sus labios sonaba hermoso, era como música para sus oídos.
Miranda reacciono y entre risas le dice
¿En serio un caballo? ¿No se te ocurrió una mejor forma de llamar la atención?
Allister sonrío y con un tono de sinismo le responde
Soy un Corner llamar la atención es mi especialidad.
Pase señor Corner, tome asiento por favor.
Ambos se sentaron en la banca blanca de madera qué estaba en el porche.
Era la hora de la misa de la tarde, su casa estaba a unos cuantos metros de la iglesia. Así que era imposible que las chismosas del pueblo no notaran la presencia de Allister en la casa de Miranda.
Comenzaron a secretearse de forma maliciosa como era su costumbre, gesto que hiso sentir incomoda a Miranda,mientras que su guapo acompañante permanecía ageno a lo que sucedía a su alrededor, estaba tan concentrado contemplando a Miranda qué era imposible que prestara atención a chismes mal intencionados.
¿Que pasa?¿ porque estas tan nerviosa?
Lo que pasa es que el periódico del pueblo nos miró hablando.
¿El periódico?
Así les digo a las chismosas del pueblo.
Jajaja muy ingeniosa
No las conoces,Para la hora de la cena medio pueblo sabrá que estuviste aquí, y quien sabe que más le agregaran.
Mira, creo que es muy poco tiempo el que vamos a pasar juntos para desperdiciarlo poniendo cuidado en que dirán de nosotros.
¿Que es lo que te preocupa?
Que mi papá se entere de que estuviste aquí sin su consentimiento.
No estamos haciendo nada malo, estamos en el porche de tu casa, sentados hablando. ¿Porque abría de molestarle a tu papá? El me parece un hombre razonable.
Y lo es, es un buen hombre y un buen padre. Es sólo que me cuida mucho, no quiere que nada malo me pase y tampoco le gustaría que le gente esté hablando de mi cosas que no son ciertas.
Miranda agacho la mirada y dijo con un tono decepcionante, nunca había hecho esto. De hecho es la primera vez que un chico me visita y a escondidas.
No te preocupes, le encontraremos una solución.
Dime algo Miranda ¿estudias?
Si, estudio la preparatoria, estoy por terminarla.
Ya me preincribi en la universidad.
¿Que carrera estudiarás?
Finanzas, siempre eh soñado con estudiar eso, el único inconveniente es que tendría que mudarme a la ciudad, siento un poco de pena dejar a mi familia.
Mmm musito Allister decepcionado. Supongo que tendré que ir a verte hasta allá.
No perdía la oportunidad de demostrarle interés, así que a la menor provocación externaba de forma franca sus sentimientos.
Sabía que estaba frente a una chica poco convencional y no podía dejarla ir. Estaba convencido de que tenía que hacer lo que fuera para hacerla su novia, no importaba si para eso tenía que apegarse a las reglas un tanto rígidas de su padre, sabía que ella valía completamete la pena.
Mientras tanto a ella no parecía incomodarle en lo absoluto su galanteria. Era una romántica empedernida, era lo que había leído en sus novelas románticas. Además era el primer hombre que no le tenía miedo a su padre, no sabía a ciencia cierta que su osadía se debía a que conciente se su posición o porque no conocía realmente a su padre.
Comensaron a hablar como si se conocieran de toda la vida. Miranda estaba encantada escuchando a Allister hablar sobre caballos, el era tan sencillo y tan agradable, nunca pensó que un joven millonario pudiera ser de esa manera. Pues pensaba que todos los ricos eran unos estirados.
Por su parte Allister pensaba que Miranda era la chica más inteligente y hermosa que había conocido. Compartía su amor por los caballos y por el campo. Era una joven romántica y soñadora, tan dulce como un postre de fresas con crema.
Pegado a la fábrica de alimentos, tenemos un rancho, y tenemos muchos ejemplares de caballos finos. Cuando quieras puedo llevarte.
Es más, te dejaré montar a mi caballo El lucero. Dijo mientras señalaba con su dedo índice al caballo amarrado en la cerca.
De verdad me gustaría mucho, pero no creo que mi papá me de permiso. El tiene sus ideas sobre la amistad o relaciónes amorosas entre personas de diferentes clases sociales.
No entiendo porque dijo Allister con un tono de disgusto, creo que solo se dejan llevar por tontos prejuicios y limitantes que solo existen en su cabeza.
La respuesta de Allister alentó más sus ilusiones, pues le dio un poco de esperanza.
Entonces, ¿Tú no piensas igual?
Por supuesto que no.
Creo que el hecho de que algunos hayamos tenido más suerte , no le resta valor como persona a los que no la tuvieron.
Creo que las personas valen por lo que hay aquí y aquí. Dijo mientras señalaba con un dedo el pecho y la cien de Miranda.
El tiempo pasaba y ellos parecían no darse cuenta, estaban en envueltos en una atmósfera embriagante qué los hacía permanecer ajenos a lo que sucedía fuera de ella, hasta que Miranda regreso a la realidad y recordó que sus padres estaban a punto de regresar.
Allister, tienes que irte, le dijo con un poco de desespero.
Se levantó rápidamente y tomó del brazo a Allister en un débil intento de ponerlo de pie.
Vamos, tienes que irte le decía mientras continuaba forcejeando para ponerlo en pie.
Allister un poco desconcertado se pone de pie y la observa con los los ojos entreaviertos. Tenía la sensación de haver despertado de un hermoso sueño y que aun estaba despabilandose.
Le parecía gracioso ver como Miranda temblaba como un animalito asustado mientras intetentaba sacarlo a jalones hacia la calle.
Esta bien, contesto resignado, mientras tomaba el fuete de su caballo.
Pero te diré algo Miranda, me gustas y me gustas demasiado. Y no me gusta nada estarme escondiendo como si estuviera haciendo algo malo. Así que prepárate porque la próxima vez que venga hablaré con tus padres para solicitar permiso para pretenderte.
Miranda lo miraba atónita, no podía creer lo que escuchaba, nadie se había atrevido a hacer algo igual. Pues su padre aunque era buena persona tenía un carácter muy fuerte, por eso los chicos del pueblo lo miraban con respeto y tambien con algo de miedo.
Tenía sentimientos encontrados, por una parte sentía mucha emoción al pensar que Allister estuviera tratando de apegarse a las condiciones de su padre y que tuviera la valentía de hablar con él, pero por otro lado tenía miedo de la reacción de su padre. Temia que el se molestara y no le permitiera verlo más.
Si embargo sabía que tratar de detenerlo era una perdida de tiempo y también que era la única manera de acabar con esta sosobra.
Así que ya lo sabes preciosa, ese será mi siguiente paso.
Estaré aquí pasado mañana para la hora de la cena.
Allister subió a su caballo y mientras halaba la rienda, se despidió de ella con una enorme sonrisa.
Arribederchi bella donna.