Capítulo 5 Un jefe peligroso

Cara era lo suficientemente inteligente como para saber que ese hombre no le temía absolutamente a nada, por otro lado ella tampoco quería volver a sufrir. Así que sería mejor que intente otra estrategia para escapar.

Nehemiah estudió con interés a la mujer sentada en el sofá. Su atractiva figura estaba escondida debajo de su descuidada ropa, sin embargo su rostro sin lentes se veía adorablemente lastimoso. Incluso la mirada asustada en su rostro fue suficiente para agitarle la sangre.

Aunque fuese "invitada" por él a su villa, se veía asustada y hermosa al mismo tiempo, mientras sus astutos ojos giraban de un lado para otro. Obviamente, ella estaba planeando una forma de escapar.

'¡Interesante!

¿Estaba ella fingiendo ser débil?

¡Qué adorable!', pensó Nehemiah para sí mismo.

La encontraba tan linda que quería abrazarla con fuerza y saborear su cuerpo. Muy pocas personas lograron despertar tal deseo en su sangre.

Dado que para él, Cara le fue enviado por el destino, no tuvo más remedio que conquistarla; Tal pensamiento erótico solo hizo que sus ojos se oscurecieran profundamente

"Gatita salvaje, ni se te ocurra intentar escapar, Mis guardaespaldas siempre están merodeando por aquí y lo verán todo".

Nehemiah tenía sus profundos y oscuros ojos clavados en su rostro, cuya expresión cambiaba rápidamente de sorprendida a calmada.

¡Interesante!

"Señor, lo que pasó la última vez fue culpa mía, ¡por favor, déjeme ir, se lo suplico! Fue una tontería por mi parte regañarlo, mejor olvidemos lo que pasó aquella noche, ¿de acuerdo?".

Ella juntó las manos, bajó la cabeza ligeramente y se mordió el labio inferior con fuerza, mientras sus hermosos ojos se llenaron de lágrimas, lo cual la hizo parecer graciosamente lamentable.

"¡Humph!".

Este hombre era como un leopardo cuando busca a su presa. Resopló, luego se inclinó hacia ella y le sostuvo la barbilla, mientras la miraba con una fría sonrisa. "Nunca le dejaré ir", se burló Nehemiah y acto seguido la besó en los labios.

Los ojos de la chica se llenaron de terror. ¡Aquel hombre tan apuesto frente a ella no era más que una bestia!

Cara se desesperó entre sollozos tras escuchar las palabras de Nehemiah. ¡Ella nunca se imaginó encontrase en una situación como esta!

Sus sentimientos de agravio de repente se convirtieron en ira e indignación. Que la llevaron a alzar una mano para golpearlo, pero él rápidamente la agarró por la muñeca.

Cuando finalmente la soltó, ella respiró hondo para estabilizarse. Su cara se sonrojó porque estaba luchando por controlar su respiración, mientras que entre sollozos su cuerpo jadeaba hacia arriba y hacia abajo.

Su mano todavía estaba apretada con fuerza. Después de ser besada por Nehemiah, los ojos nublados de Cara se llenaron de rabia de inmediato y levantó la mano izquierda.

"Gatita, puede que lo vea como un juego previo si sigue arañándome. Pero me temo que me molestaría si quiere lastimarme", le dijo Nehemiah.

Él entrecerró los ojos peligrosamente hacia ella, luego soltó su mano, se puso de pie y cruzó los brazos sobre el pecho, mientras la miraba con pasividad. Los modales tan imponentes de Nehemiah hicieron que la garganta de Cara se resecara y su respiración se volviera irregular.

Mientras él caminaba elegantemente hacia el baño, Cara lo perseguía atentamente con la mirada. Al cabo de un tiempo, ella escuchó el sonido del agua corriendo. Seguro tuvo que haberse metido a la ducha.

Resultó ser que este hombre con aspecto de emperador no cerró la puerta del baño.

Cara envolvió sus brazos alrededor de sus rodillas y enterró su cabeza en ellas.

¿Qué debería hacer ahora?

¿Debería esperar aquí y no hacer nada? ¿Debería esperar aquí indefensa a que el lobo sediento de sangre se deleitara con ella? ¡No!

Dentro del baño, el vapor que se elevaba empañaba el espejo y una sonrisa apareció en el rostro de Nehemiah.

Cuando recordó la mirada agresiva de su gatita hace unos momentos atrás, su cuerpo se congestionó con anticipación. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que se sintió tan emocionado por alguien? O incluso jamás sintió algo tan fuerte por nadie como lo estaba sintiendo ahora mismo.

Esta gatita solo podía pertenecerle. Como el hombre más poderoso de la ciudad, Nehemiah podía obtener todo lo que deseara. ¿En cuanto a los medios para conseguirlo? ¡Humph! No le importaba, el resultado era todo lo que le importaba.

Dentro de la sala de estar, Cara comenzó a planear nuevamente su fuga.

De repente, se puso de pie y caminó hacia la cocina para agarrar un cuchillo de fruta que sostuvo con fuerza en su mano. Cara pensaba que tras su secuestro, todo lo que ella hiciese se consideraría como acto de defensa propia, en caso de que llegara a lastimarlo.

Se rascó el pelo despeinado y esperó en silencio, haciendo todo lo posible para lucir encantadora, esperando el momento justo para darse a la fuga. Solo entonces, cuando el hombre bajara la guardia, ella tendría la oportunidad de escapar.