Cinco años después, Elizabeth esta embarazada de su 'segundo hijo'. La noticia de mucha alegría para la casa Wright y su aliados. Los cercanos a la familia, llenaron de regalos los aposentos de Elizabeth felicitándola por su nuevo bebé.
No saben como se corrió el rumor del embarazo de la condesa, ella es muy cuidadosa con eso. La razón, es muy dolorosa... después de Iván, ha salido embarazada dos veces, esta es la 3ra vez que sale embarazada, y teme perderlo como la las últimas dos veces. Pero a diferencia de las anteriores, esta vez le dirá a su esposo.
Pues realmente quiere tener un nuevo bebé, y necesitará toda la ayuda posible. Cree, que si mantiene el mayor reposo posible, no perderá este bebé.
La primera vez que salió embarazada luego de su pequeño Iván, fue unos meses antes del cumpleaños del conde. Mantuvo el secreto para sorprenderlo en su día, sin embargo, un mes después de enterarse de su embarazo, perdió al bebé.
El conde estaba en la capital para ese momento, resolviendo unos asuntos. Cuando llegó a su territorio, la condesa le dijo a todos lo que sabían, que no le contarán nada al respecto. La segunda vez, se dio cuenta que estaba embarazada, cuando empezó a dolerle el vientre y empezó a sangrar. Pensaba que era el periodo hasta que asoció su dolor, al mismo que había sentido cuando perdió a su otro bebé.
Elizabeth, estaba devastada, ni siquiera sabía que estaba embarazada cuando lo perdió... No entiende ¿Por qué pierde sus bebés espontáneamente? Si no ha hecho nada fuera de lo común. Incluso, hacia menos que en su primer embarazo.
Como se había enterado de su tercer embarazo, luego de Iván, mantendría todo el reposo necesario.
Para sorpresa de todos, esta vez, no perdió a su bebé a su segundo mes, sino que paso el tercer mes, incluso el cuarto, y todavía estaba embarazada. Siempre mandaba a llamar al doctor por cualquier molestia, y se mantenía comiendo saludable.
No fue hasta el quinto mes que vio algo anormal en su embarazo. Su vientre no crecía, incluso comiendo exorbitantemente, nada podría hacer que su vientre se hinchara.
Los primeros 4 meses, los médicos le dijeron que era normal en algunos casos, el que no se notara su embarazo, pero ya en el quinto mes era extraño.
Preocupada, Elizabeth, llamó a los médicos y curanderos del imperio. Hizo que Richard, llamara a todos los médicos para ella. Lo sorprendente es que su pulso era de una mujer embarazada, sin embargo, para sus cinco meses, su vientre era muy plano.
Ninguno pudieron dar razones o explicaciones de que estaba pasando, era muy extraño el caso de la condesa.
Muchos pensaron qué era una maldición, qué alguien la había maldecido. Era normal tomando en cuenta quien era el conde de Wright.
Richard, mandó a buscar a algunos sacerdotes del la iglesia en la capital, esto, por petición de Elizabeth. Si era alguna malicia, ellos ayudarían. Sin embargo, los sacerdotes, no tuvieron ninguna profecía o visión de éste caso.
Elizabeth, se lamentaba de que él sumó sacerdote no vino a su llamada, y solo mando a pequeños discípulos en su lugar.
Transcurrió otro mes y todavía la condesa no tenía ninguna señal de que estuviera embarazada, solo la palabra de los médicos y su retraso menstrual que decían que si lo estaba.
En una visita de su madre, cuando Elizabeth le contó que estaba pasando, la madre se sintió triste por la situación de su hija. Y mientras la consolaba, recordó que una adivina de su tierra, se había establecido en el imperio, y según los rumores era muy buena. Le sugirió a su hija ir allí junto con el conde, si alguien podría darles respuesta seria ella.
Al principio Elizabeth no le parecía la idea, pero su madre la convenció al respecto. La cultura de la familia de Elizabeth era muy diferente a la del imperio de Kenia, y aunque con el tiempo, se han ido adaptando, sus raíces siguen muy presente en su corazones.
Una vez su madre se fue, dejándole la dirección de la adivina, ella fue donde su marido, Y le contó al respecto.
Richard, estaba renuente a escuchar las palabras de su esposa, pues. Aunque él no era muy imperialista, no quería ponerse en Jaque, y darle ninguna excusa al emperador para que lo declarará traidor.
Sin embargo, fue tanta la insistencia de su mujer que tuvo que ceder ante su pedido.
El territorio del conde estaba en el este del gran imperio de Kenia, y éste albergaba varias casas nobles, pero dentro de ellos, la casa Wright era la mas importante.
Salieron a la ciudad de Kartax que pertenecía a la casa Vera, agradecido que estuviera cerca de su territorio. Tenían la excusa de que iban a dar un paseo, para que la condesa se distrajera.
Una vez llegaron, el conde Richard llevó de paseo por la ciudad a la condesa. Vieron artilugios y diferentes locales del lugar, hasta que llegaron a la dirección exacta donde la madre de Elizabeth le dijo que estaba la adivina.
Al contrario de como el conde suponía, encontrarse con un lugar oscuro y tenebroso, con un aire maligno. Fue muy diferente , estaba limpio y aireado, el interior del lugar era como una especie de tienda donde vendían antigüedades y bisutería.
"¿puedo ayudarles en algo?" preguntó una anciana qué estaba en el mostrador.
"creo que nos equivocamos de lugar" susurró el conde a su esposa.
En cambio, Elizabeth ignoró su comentario, y como le había indicado su madre le dijo a la mujer. "Este lugar es muy acogedor, me lleva al pasado, pero ¿no tiene algo más moderno? Algo como para llevar en unos meses...".
El conde no entendía que venía ese comentario sin sentido. Todo lo que estaba ahí era muy antiguo y viejo, ¿Cómo podría llevarlo puesto en unos meses?.
La señora entendió de inmediato qué era lo que buscaban. "Sally!" llamó la señora a una muchacha. Cuando esta salió la señora le indico que atienda el negocio, que ella le mostraría a la pareja otros tipos de productos.
La señora indicó a la pareja, seguirla detrás de las cortinas. Luego de atravesarlas, había una pequeña sala.
La sala estaba igual de limpia, rodeada de velas y rocas de que Richard aseguraría que son de maná.