- Tranquila no te hare daño al menos que tú quieras - digo mientras me acerco para entrar a su casa, pero ella me detiene.
¿No quiere que entre? ¿Por qué?
- No entrará aquí, es suficiente. Puede asustarme señor, pero quiero que respete mi casa - dice enojada y me aparto por el asombro de su voz dura.
¿Señor? Es cierto ella no conoce mi nombre.
- Me llamo Nkosi. Está bien, lo siento no sabía que te enojarías - digo.
- Buenas noches que duerma bien - dice cerrando la puerta por mi cara y yo indignado me toco el pecho, miro por unos segundos la casa y decido irme.
Esta mujer definitivamente es interesante.
Sasha
Miro desde la ventana de la sala que el hombre se marcha y suspiro con alivio. Creo que es mejor ir buscando otro trabajo ya que necesito alejarme de él se nota que es un hombre peligroso.
Me dirijo hasta mi habitación, pero me detengo en la pieza de mi madre, entro y suelto un sollozo porque la extraño mucho.
En la madrugada...
Me levanto nuevamente tras recibir una llamada entrante de un número desconocido ¿Quién será? Observo la hora y me quedo asombrada porque son las tres de la madrugada, miro a mi alrededor, me quedé dormida en la cama de mi mamá. Contesto el teléfono mientras me levanto de la cama.
- ¿Diga? ¿Quién habla? - pregunto con una voz soñolienta.
- Habla Hanbal esposo de Darla, llamo para informarle que ella no podrá asistir estos días en el trabajo porque mis hijos ya nacieron, Nkosi se hará cargo de la jefatura mientras ella no está presente - informa con rapidez.
- Está bien señor, estaré allí. Felicidades por sus hijos - hablo con felicidad al escuchar la maravillosa noticia.
- Gracias. Te dejo dormir hasta luego - dice y cuelga al instante.
Suspiro frustrada porque quiero que Nkosi se aleje de mí, no quiero peligro en mi vida. Abro la puerta de mi pieza y me voy hasta la cama, me acuesto y cierro los ojos al instante.
En la mañana...
Llego en la comisaria para mi primer día de trabajo.
Los oficiales me miran atentamente de arriba a abajo y yo tímidamente me escondo con mi carpeta a mano, miro que llega Nkosi con una sonrisa de oreja a oreja y los policías le miran asombrados por su reacción, fija su mirada hacia mí y se dirige hacia donde estoy.
- Ven, sígueme - dice sonriendo siento su mirada que está atento a mí, asiento comienzo a seguirle atrás y él se para al instante.
¿Qué sucede con él?
- Porque vas atrás mío, ven a lado mío - dice frunciendo su seño y le obedezco, me mira por unos segundos hasta que comienza a caminar nuevamente, paramos en un pequeño escritorio lleno de documentos y carpetas junto con estantes que están vacíos.
- Este será tu oficina, se necesita un poco de arreglo, pero eso es todo, si necesitas ayuda avísame, estaré en el escritorio de la jefa - manifiesta señalando la oficina de frente y asiento con la cabeza.
Tengo mucho por arreglar. No hay problema con eso.
- Está bien, gracias - es lo único que digo comienza a darse la vuelta y se va hacia la dirección que me indicó. Suspiro y comienzo a atar mi cabello para comenzar el trabajo.
Horas después...
Estoy en la mitad del trabajo comencé a separar todos los papeles y después archivando uno por uno en sus carpetas. Sobresalto cuando alguien toca la puerta y me volteo.
- ¿Quieres algo para almorzar? - pregunta Nkosi y yo niego con la cabeza.
Tengo que dejar limpio todo antes de comer.
- Tengo que terminar todo porque mi ma.... - me callo cuando pienso en la palabra que iba a decir, bajo mi cabeza y limpio mis lágrimas.
- ¿Pasa algo? - pregunta preocupado.
- No pasa nada - respondo con una sonrisa falsa.
- ¿Vamos a almorzar? - pregunta con interés y miro los papeles, cierro los ojos para tranquilizarme luego levanto mi vista para ver a Nkosi.
- Está bien - accedo con una sonrisa en el rostro, me levanto del suelo con la ayuda de Nkosi porque extiende su mano para ayudarme.
- Gracias - digo tímida mientras me alejo un poco de él.
- Tranquila, no haré nada que no quieras - susurra en mi oído y se va caminando hacia la salida.
- ¿Vienes? - interroga y asiento con la cabeza varias veces.
- Si - digo decidida
En la noche...
Hoy termina mi horario laboral así que arreglo mis cosas para irme a mi casa cuando salgo de mi oficina me encuentro con Nkosi quien me da una sonrisa.
- ¿Te llevo a tu casa? - pregunta Nkosi y yo niego con la cabeza.
- No hace falta - digo apenada.
No quiero que se preocupe por mí.
- Te puedo llevar, me voy hacia ese camino - insiste una vez más.
- Está bien - accede rendida, llegamos al estacionamiento y el me mira.
- ponte esto - dice y le miro confundida al no saber que es.
- ¿Que haremos? - digo asustada.
- Nos iremos a casa - contesta obvio mientras se monta en una cosa.
- No quiero subir allí parece muy peligroso - menciono mientras le devuelvo su cosa y camino con dirección a casa.
Nkosi
Me sorprendió mucho el rechazo al subir en mi moto y caminar a dirección contraria entonces comienzo a seguirla hasta que la alcanzo.
Ella no sabe el peligro que hay en la noche.
- ¿Qué haces? - me cuestiona.
- Te acompaño a casa - contesto con una sonrisa. Llegamos a la casa, ella me mira con duda.
- Gracias por acompañarme - me agradece y se acerca más a mi para darme un beso en la mejilla cuando entra a la casa, sonrío y arranco para el Club.
Tengo que ganarme la confianza de ella para que me acepte.
"CAPITULO 3"
Nkosi
Una semana después...
Sasha es buena en su trabajo. ella ha estado hace una semana en la jefatura de la policía. Su nombre resuena por todos lados ya que es una mujer muy responsable y ayuda a todo el mundo. La amabilidad y alegría de Sasha llega muchos de los compañeros de la jefatura.
Por otro lado, el presidente y la jefa de la policía están completamente cansados por los bebés que no les dejan dormir por la madrugada. Escucho mi teléfono sonar y miro la pantalla que sale el nombre de Hanbal.
- Hola hermano, ¿qué pasó? - saludo y cuestiono al mismo tiempo.
- Hermano quería avisarte que Sasha no se va a trabajar - dice.
- ¿Por qué? - pregunto interesado y preocupado por ella.
- Está con gripe - comenta.
- Está bien - es lo único que digo.
- Hablamos luego hermano, tengo que atender a mi princesa está llorando - dice y cuelga, bufo porque tengo que esperar para que sea la salida en la jefatura.
Hanbal y Musim se han convertidos en padres. Me dejan algunas cosas a mi y es verdaderamente estresante, pero es divertido porque estoy haciendo algo que me gusta.
Horas más tarde...
Estar sin Sasha aquí es horrible porque todo el mundo parece que está decaído por su ausencia. Debo admitir que tengo ganas de verla, aunque sea unos minutos. No aguanto las horas son lentas, son las 12:00 del mediodía. Escucho que tocan la puerta.
- Adelante - hablo y entra uno de los oficiales.
- ¿Qué sucede? - cuestiono.
- Jefe necesitamos tu ayuda - dice uno de los oficiales nervioso.
- ¿Qué pasó? - pregunto irritado ya que no me están dando ninguna respuesta.
- Mataron a una persona cerca de la casa de la niña Sasha y ella lo vio todo - responde y levanto mi vista al instante, me levanto de la silla.
- Vamos rápido - expreso sin pensar dos veces, tomo mi chaleco y saliendo de la jefatura.
Minutos más tarde...
Estamos en el lugar de los hechos, miro a mi princesa en la calle llorando con su pijama, corro hacia ella y me mira asombrada al ver que la abrazo.
- ¿Que paso princesa? Entremos a la casa y nos cuentas todo ¿De acuerdo? - pregunto con una voz tierna mientras la miro de arriba abajo. Levanto a Sasha del suelo y la cargo al estilo princesa, entro con mi compañero de trabajo en la casa de ella.
- Ahora puedes contarnos - hablo.
- Un hombre barbudo, musculoso y con un chaleco, estaba peleando con el señor que murió, pero luego escuche un disparo mientras estaba cocinando para mi almuerzo - explica mientras seca sus lágrimas de los ojos.
- ¿Viste la cara del hombre? - pregunta mi compañero de trabajo.
- No vi su cara, pero si el nombre de un Club - dice nerviosa interesado me remuevo en mi asiento y la miro.
- ¿Como se llamaba el Club? - pregunto interesado.
- Latins Kings - contesta con nervios.
- Tranquila, el hombre no te vio así que no va a pasarte nada - dice mi compañero de trabajo, pero yo me quedo pensando en una sola cosa; aprovechar de la situación porque necesito que esta mujer este a salvo.
- Creo que deberías venir con nosotros en el Club, allí no te ocurrirá nada - confieso pensativo, siento la mirada confundida de mi compañero y le miro hago una seña para que me siga la corriente, niega riendo.
- Iré por un vaso con agua - informa mi compañero de trabajo.
- Estas en tu casa - dice sonriente mi princesa y luego me mira nerviosa.
- ¿Crees que puedan venir ellos? - cuestiona preocupada y con los ojos llenos de lágrimas. maldigo por lo bajo cuando la veo llorar y saber que soy yo el causante de esas lágrimas.
No me gusta cuando llora. Ella no tiene que llorar.
- No princesa, no lo harán porque yo te protegeré siempre - digo, ella me mira con ilusión.
- Gracias Nkosi - agradece mientras limpia sus lágrimas y me abraza por un rato.
Me encanta sus abrazos.
- Siempre te protegeré - respondo con un tono bajo pone su cabeza sobre mi hombro y escucho su respiración despacio. Mi compañero entra a la sala y mira a Sasha quien tiene los ojos cerrados.
- Creo que es hora de hablar con los respectivos clubes para que no haya ningún drama con esta chica - dice mientras toma su vaso con agua.
- ¿Que tratas de decir? - cuestiono con un gruñido.
- Esa chica vio un asesinato, es testigo de uno y tiene eso consecuencias, lo sabes bien. creo que...- interrumpo sus palabras.
- Con ella no te metas - gruño enojado por la decisión de mi compañero y levanta la mano en forma de rendición.
- Hablare con mi Prez y creo que tu deberías hacerlo también, somos compañeros de trabajo, pero no hermanos del mismo club, si me da una orden mi Prez no interfieras o sino el pacto entre los dos clubes estará nulo - dice mientras sale de la casa y gruño porque un Latins Kings ya sabe la casa de mi princesa. Hago una llamada rápida a Hanbal.
- ¿Qué pasa? - pregunta.
- Tenemos un maldito problema - digo mirando a mi princesa que en este mismo instante prometí protegerla con mi vida.
Ella vendrá a mi casa, no es una opción. Necesito protegerla y la haré mi vieja dama sí o sí. Mataré a la persona que quiera hacerle daño.