/0/13490/coverbig.jpg?v=970ffca5d151962635f522f9d10da2b3)
- ¿Necesita ayuda con algo más?
Lydia observaba la nueva puerta de su habitación, completamente reparada y de un color verde; perfecto. Sonreía con satisfacción.
- Así esta bien, muchas gracias -agradeció sonriente.
Cumplía tres semanas viviendo en el apartamento del alfa insensible, el cuál no volvió a ver después de haber salido del hospital. Adrián tampoco había frecuentado el apartamento, básicamente estuvo viviendo sola y sin suerte de encontrar trabajo.
- Entonces me retiro, le informaré al señor de la Torre que hemos hecho el cambio de la puerta -hablo mientras recogía sus herramientas.
Cuando estuvo por fin sola, se lanzó al sofá con toda la pereza del mundo. Disfrutaba de las comodidades que tenía en el apartamento, siempre que despertaba se encontraba con un desayuno perfectamente servido y aunque le gustaba empezaba a molestarle, ya que lo mismo sucedía con el almuerzo y la cena, siempre encontraba un gran bufete en el comedor y desconocía quién lo ponía ahí.
No había tenido suerte de encontrar un trabajo y sus ahorros empezaban a acabarse, pues tampoco le gustaba gastar toda la comida de Anthony, algunos días salía a divertirse un rato o iba a cine, ya que ahora no tenía a Julián a su lado, debía acostumbrarse a su soledad.
- ¿Debería tratar de cocinar para varear? -se preguntó a si misma.
Era pésima en la cocina, sus manos eran demasiado torpes y siempre terminaba con cortes en sus manos, quemando la cocina y un desorden en todos lados. Pero quería aunque sea hacer eso por su cuenta, ya se había acostumbrado a limpiar todos los rincones del apartamento, preparar su comida no podría salir tan mal.
Decidida se puso de pie y camino hacia la cocina ¿Qué debería preparar? Quizá pasta, era lo más sencillo del mundo o eso había visto en videos. Tomo todas las cosas que iba a necesitar y camino a la cocina.
¡Hora de hacer pasta!
[...]
- ¡Lydia! -gritaron desde la entrada principal.
- ¡Aquí! -grito desde la sala.
- Pequeña ¿Me has extrañado? -Adrián preguntó llegando con varias bolsas en sus manos- Oh estas comiendo pollo frito ¿Puedo comer un poco?
Adrián había empezado a llamarla por aquel apodo y realmente no le molestaba.
- ¡Claro! Pedí suficiente como para dos semanas -respondió asintiendo.
- ¿Por qué pediste tanto? -preguntó yendo hacia la cocina- Oh -observo el caos que había en la cocina.
La pasta que había tratado de cocinar había desaparecido ¡Como había sucedido eso!
La olla donde puso a hervir el agua se había evaporado por completo, quizá porque se distrajo mirando videos en su celular y ni hablar del arroz ¿Como una arroz puede parecer puré? No entendía qué había hecho mal.
- ¡No te dejaré nada de pollo! -amenzó al castaño.
- Ya, ya -hablo devolviéndose hacía el sofá- No tienes que molestarte en cocinar, Tony se encarga de enviarte las comidas primordiales durante el día.
- Y odio que haga eso -bufó.
- Solo se preocupa por ti -se acomodo al lado de la rubia.
- Eso dices -giro los ojos.
- ¿Quieres saber lo que en realidad sucedió ese día?
Aunque se muriera por saberlo no iba a preguntar, así que simplemente negó.
- Nog -dijo mordiendo un muslo de pollo.
- Tony ni siquiera toco a esa omega -ignoro a la menor- Básicamente estuvo sufriendo solo, su celo se presentó de la nada y casi paso dos semanas soportando el dolor. Fui yo quien le consiguió a esa omega -admitió- Aunque él me insistió en que no lo hiciera.
- ¿No la toco? -preguntó sorprendida.
- Ni un solo pelo -dijo para empezar a comer.
- Pero yo los vi desnudos -recordó.
- Anthony me dijo que no la toco, así que le creo, además ella me lo confirmo esa misma tarde. Él se ofreció a llevarla a casa por hacerla "perder" el tiempo.
De alguna manera aquella noticia la hacía sentir mejor, que ni siquiera noto cuando una sonrisa se dibujo en su rostro.
- R-Realmente no me importa -trató de disimular.
- ¿Entonces por qué sonríes como una loca? -preguntó apuntándola al rostro.
- No estoy sonriendo -bufó.
- Como digas ¿Qué tanto hiciste esta semana sin mi?
- Trate de conseguir trabajo, salí a divertirme, estuve pasando un tiempo agradable, supongo...
- No pude avisarte, pero tuvimos que salir de la ciudad por un negocio, Anthony nos alcanzó luego a Sebastián a mi, fue algo repentino.
- ¿Sebastian?
- Es uno de los hermanos mayores de Tony -le hizo saber.
- ¿Y Anthony no vendrá? -preguntó nerviosa- Esta es su apartamento después de todo, s-seria raro que no viniera ¿No crees?
- Tuvo que ir a casa de sus padres, supongo que vendrá luego -hablo revisando su celular- Oh hablando del rey de roma, me acaba de decir que viene subiendo en el ascensor.
¡Qué! Lydia se puso rapidamente de pie - ¿Viene subiendo?
- Si, eso dije -miró raro a la rubia.
- Mierda... El apartamento esta hecho un desastre -dijo mirando la cocina.
- No te preocupes por eso -Adrián le tranquilizo- Te ayudaré a limpiar.
- ¡Entonces hazlo ya mismo! -dijo jalando de la mano al mayor.
- Déjame terminar mi comida -se quejo.
- Vamos hombre, no tenemos toda la noche ¡Por favor! -Lydia fruncía su ceño.
- Bien, bien -accedió- Organiza la sala entonces -le ordenó.
- ¡Claro!
Empezó a organizar el desorden que tenía, pues algunas cajas donde venía el pollo se encontraban ya vacías. Empezó poniendo la basura en una bolsa y limpió el sofá rapidamente por si alguna migaja se encontraba ahí. Fue entonces que se percato de la ropa que tenía, su cabello era un desastre más de lo usual ¡Necesitaba un baño urgente!
Corrió a su habitación despojándose de los trapos sucios que tenía puestos y tomo una ducha rápida, aplico shampo en su cabello, estregó su cuerpo con determinación y cerro la llave, tenía poco tiempo para alistarse.
Cuando estuvo seca y vestida, había optado por su pijama de conejo, era azul y bastante cómoda, utilizo la secadora para secar su cabello y luciendo presentable, abrió con cuidado la puerta de la habitación, alcanzando a ver dos cabezas. Pero esperen un momento... Lydia se observo al espejo ¿Por qué diablos había corrido a tomar una ducha?
- Obvio no es por ese alfa tonto -bufó mirándose al espejo- Solo quería tomar una ducha ¿no?
¿Acaso era loca? Hablando sola frente al espejo, no tenía arreglo. Debía calmarse, habían pasado una semana sin ver a Anthony y al recordar lo que sucedió la ultima vez, solo puede querer morirse de la vergüenza.
- ¡Lydia, Anthony trajo helado, ven rápido que se derrite! -el beta gritó.
¡Helado! Sus ojos brillaron ante esa palabra y como niña pequeña corrió fuera de su habitación sonriente, encontrándose frente a frente con el alfa.
De nuevo se había dejado convencer por la comida, nunca aprendía. Pero se quedo perpleja al ver al pelinegro, su cabello parecía haber crecido, su mirada tranquila, su ropa elegante y su postura educada al estar simplemente sentado ¿No puedes ser más perfecto Anthony de la Torre?
- ¿Qué haces ahí parada? -el pelinegro preguntó- Ven a comer, se derretirá.
- A-Ah si -hablo nerviosa y se sentó en el suelo- G-Gracias...
- Vi que arreglaron la puerta, lo siento por eso -comentó.
- Si.. No pasa nada, gracias por haberme ayudado -respondió cortante.
- Creí que querías ver a Tony ¿Por qué luces molesta?
- ¿Quién dijo que lo quería ver? -preguntó a la defensiva.
Lydia se llevó una cucharada de helado a la boca y cerro los ojos disfrutando el exquisito sabor ¡Vainilla! Era su favorito, entonces abrió los ojos sintiéndose un poco rara, su expresión cambió inmediatamente y dos pares de ojos curiosos se enfocaron en ella.
- Pequeña ¿Qué sucede? -el castaño dejo su vaso de helado en la mesa.
- C-Creo que -se tapo la boca- Voy a vomitar.
Como alma que lleva al diablo se dirigió al baño, expulsando su alma en el inodoro y sintiendo su cuerpo muy débil. Quizá no debió de combinar pollo frito y helado, pensaba la rubia mientras se cepillaba los dientes. Aún con el mal sabor en su boca, se cepillo por lo menos cinco veces y salió de su habitación.
Anthony se encontraba cruzado de brazos en la sala, caminando de una lado para otro - ¿Como te sientes? -preguntó deteniéndose- Adri fue a la farmacia por medicina, me dijo que habían comido pollo frito antes, debí comprar otra cosa, lo siento.
- No es tu culpa -negó- Creo que no he comido bien estos días, debió ser eso -aseguró.
Y camino hacia el sofá, sentándose tranquilamente, pero aun sintiéndose un poco mareada.
- Quiero decirte algo -el mayor se sentó a su lado- Aquel día en el hotel... No sucedió nada con esa omega.
- ¿Por qué me dices eso? -preguntó confundida.
- Porque no quiero que pienses que te utilice o algo por el estilo. Quiero que sepas que eres la primer omega por la que he sentido deseo sexual -el pelinegro la miro fijamente.
- No creo que eso me haga sentir mejor -Lydia asintió.
- Solo quería que supieras eso, no tuve oportunidad de decírtelo e incumplí mi palabra, te dije que no intentaría nada contigo y ese día en el hospital, no pude controlarme -el alfa suspiro.
- Lo entiendo, Anthony.
No quería mostrarse feliz por la disculpa del pelinegro, pero así se sentía. Aliviada de que no hubiera tocado a esa omega y en cambio si la hubiera elegido a ella, que le permitiera vivir en ese inmenso apartamento y le permitiera todas las comodidades que tenía en el momento, pero claro que no lo diría en voz alta ¡Jamás!
- ¡Llegué! -Adrián ingreso a la casa con una bolsa en sus manos- Traje todo lo necesario -dijo caminando hacia la sala y esparciendo en la mesa todo lo que se encontraba en la bolsa.
- Adri -el pelinegro hablo.
- ¿Eso es una prueba de embarazo? -la rubia preguntó asustada.
- Oh -el castaño levanto los hombros- La vi y creí que sería bueno descartar un embarazo ¿No creen? -preguntó sonriendo.
- ¡No estoy embarazada! -se quejó la menor.
- Solo es para descartar, pequeña -le tranquilizó- Tampoco creo que lo estés, solo hazla -dijo entregándole la prueba en las manos.
Nerviosa tomo la prueba en sus manos y se puso de pie- No lo sé...
- No le hagas caso a Adri -Anthony le quito la prueba- Es imposible que este embarazada.
- ¡Que se la haga! -grito el beta quitándole la prueba al alfa- Ya la compre después de todo, sería un desperdició no hacerla.
- Bueno, en eso tienes razón -Lydia recibió de nuevo la prueba en sus manos.
- Ve, te esperamos aquí -el castaño le sonrió.
Con la prueba en sus manos camino hacia su habitación, solo tenía que hacerla y ya, era sencillo. Las pruebas de embarazo eran sencillas de hacer, había visto videos donde explicaban el proceso luego de que se presento como omega, solo para estar informada.
Entonces como decía en la prueba.
1. Mantén la punta absorbente que cambia de color hacia abajo en el flujo de orina o en una muestra de orina recogida en un recipiente limpio y seco durante solo 5 segundos.
¿Donde mierda conseguía un vaso en ese baño? Se preguntaba y vaya fue su sorpresa cuando Adrián toco la puerta del baño y al abrir le ofrecía un vaso ¡Perfecto! A regañadientes lo acepto y continuó las indicaciones.
2. La punta que cambia de color se volverá rosa rápidamente para indicar que está absorbiendo la orina. Sigue manteniendo la punta que cambia de color en la orina durante esos 5 segundos.
3. Cuando se inicie el test de embarazo, comenzarán a formarse líneas azules.
Leía con determinación y no recordaba que todo fuera tan complicado ¿O era porque se estaba realizando la prueba ella? Sin duda algo que no volvería a hacer en su vida.
- A ver, si no se muestra ninguna línea azul en la ventana de control en los 10 minutos posteriores a la realización del test, significará que no ha funcionado correctamente -Leyó concentrada- Es indiferente que una de las líneas que forman el signo más sea más clara o más oscura que la otra; el resultado sigue siendo de "Embarazada".
- ¿Lydia? -de nuevo el beta tocando la puerta del baño- Ya debes de tener el resultado, es negativo ¿cierto?
La rubia miraba la prueba con los ojos abiertos de par en par -No puede ser -lloriqueó.