RENACIDA
img img RENACIDA img Capítulo 5 Capt 05 Una larga despedida
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Capítulo 6 Capt 06 Una llamada fatal img
Capítulo 7 Capt 07 Un contratiempo inesperado img
Capítulo 8 Capt 08 Rino Manfredi img
Capítulo 9 Capt 09 Adentrándose en tierras bíblicas img
Capítulo 10 Capt 10 Una loba con licencia img
Capítulo 11 Capt 11 Al iniciado se le exige lealtad img
Capítulo 12 Capt 12 Los secretos de un CEO img
Capítulo 13 Capt 13 Secuestradas img
Capítulo 14 Capt 14 El guardián de los seres de granito img
Capítulo 15 Capt 15 Un nuevo amo para las criaturas de las tinieblas img
Capítulo 16 Capt 16 El poder de la ajorca img
Capítulo 17 Capt 17 La maldición de la ajorca img
Capítulo 18 Capt 18 Desavenencias entre maleantes img
Capítulo 19 Capt 19 La enigmática neblina del silencio img
Capítulo 20 Capt 20 Lazos que se desgarran y lazos que unen img
Capítulo 21 Capt 21 El descubrimiento de Patricia Shier img
Capítulo 22 Capt 22 Heredera de un poder milenario img
Capítulo 23 Capt 23 Poseida por la bruja oscura img
Capítulo 24 Capt 24 La morada de los perros infernales img
Capítulo 25 Capt 25 Un regreso del mas allá img
Capítulo 26 Capt 26 El legado del imperio de Don Tornatore img
Capítulo 27 Capt 27 Una noche de locura y un día de interrogantes img
Capítulo 28 Capt 28 Los feroces berserkers img
Capítulo 29 Capt 29 Descubrimientos y persecución img
Capítulo 30 Capt 30 Descendiente de seres inusuales img
Capítulo 31 Capt 31 Las nueve sepulturas img
Capítulo 32 Capt 32 Una carta sobre la mesa img
Capítulo 33 Capt 33 La reunión de Lucas con la mafia img
Capítulo 34 Capt 34 Kara Stanke, una mujer con varias vidas img
Capítulo 35 Capt 35 Fuego, muerte y destrucción en el sitio arqueológico img
Capítulo 36 Capt 36 Doblemente secuestrada img
Capítulo 37 Capt 37 Una testigo singular img
Capítulo 38 Capt 38 El ataque del oso img
Capítulo 39 Capt 39 Trazando una vía para el intercambio img
Capítulo 40 Capt 40 El descalabro de Lucas img
Capítulo 41 Capt 41 Encuentros inesperados img
Capítulo 42 Capt 42 La cólera de un CEO img
Capítulo 43 Capt 43 Anillo de fuego img
Capítulo 44 Capt 44 El sangriento rescate de Stella img
Capítulo 45 Capt 45 Una bestia con planes propios img
Capítulo 46 Capt 46 Toro bravo img
Capítulo 47 Capt 47 Pánico y desconcierto img
Capítulo 48 Capt 48 Alison Freeman img
Capítulo 49 Capt 49 La devolución de Stella img
Capítulo 50 Capt 50 La hermandad de los hombres bestias img
Capítulo 51 Capt 51 Los rebeldes y sus dorados patrimonios img
Capítulo 52 Capt 52 El clan se distancia img
Capítulo 53 Capt 53 Le juro que vimos al diablo img
Capítulo 54 Capt 54 Falsas declaraciones img
Capítulo 55 Capt 55 El chantaje img
Capítulo 56 Capt 56 La cautiva del laberinto img
Capítulo 57 Capt 57 Entre misterios y codicia img
Capítulo 58 Capt 58 Bill Rake, motivado por la venganza img
Capítulo 59 Capt 59 Los Guardianes de Enigma img
Capítulo 60 Capt 60 Mafia en las venas img
Capítulo 61 Capt 61 Dolor, culpa y renacimiento img
Capítulo 62 Capt 62 La luna de la loba img
Capítulo 63 Capt 63 Tormentos diferentes img
Capítulo 64 Capt 64 Khelanis, la diferente img
Capítulo 65 Capt 65 Nace El Clan de las Sombras img
Capítulo 66 Capt 66 Encuentros nocturnos img
Capítulo 67 Capt 67 Alison, Tanis y el detective David McHale img
Capítulo 68 Capt 68 Indagando por cuenta propia img
Capítulo 69 Capt 69 Llamadas influyentes e imprevistas img
Capítulo 70 Capt 70 Crímenes y secretos img
Capítulo 71 Capt 71 La intrépida Amanda y el misterio de Kara Stanke img
Capítulo 72 Capt 72 La torre subterránea img
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Capítulo 5 Capt 05 Una larga despedida

La joven se toma su tiempo para meditar, si el jefe la mando a buscar es que indudablemente ya está al tanto de algo y no la dejará salir sin sacarle el secreto que guarda desde hace mucho tiempo. Ya todos en el pueblo conocen que Atkor, está locamente enamorado de Haxnia y esta lo rechaza constantemente, entonces recuerda que otras muchachas le comentaron que desde hacía un tiempo el líder, aprovechándose de su estatuto y llevado por el resentimiento citaba a aldeanas bellas y jóvenes a su vivienda y las poseía a cambio de promesas y un sitio a su lado en la jerarquía.

Por otra parte, los celos que ella sentía hacia Haxnia la carcomían a diario, entonces decidió revelarle, lo que Jaesiss, le contó tiempo atrás y lo haría a cambio de que la designara como la nueva enlace con los renacidos...

Con respecto a lo escuchado de la boca de Cidonna, de saber que Haxnia, mantenía relaciones con un renacido. Atkor, por espacio de varios días, aunque se mantuvo callado no dejaba de darle vueltas en su cabeza a la revelación hecha y meditaba sus siguientes medidas a tomar, fue así que llevado por una ciega rabia que le quemaba las entrañas, paso a paso y taimadamente ideo su venganza y decidido a acabar con ello mandó a reunir al consejo de ancianos.

Ya todos los requeridos se encuentran en sus puestos dentro de la espaciosa vivienda destinada para proponer, debatir y llegar a acuerdos sobre los problemas que atañen a la aldea. La mayoría de los presentes se cuestiona los motivos de la decisión de Atkor, ya que desde la última invasión sufrida y de la que consiguieron salir airosos, nada ha vuelto a quebrantar la paz en la región.

El temible guerrero, quizás a propósito hizo esperar a los ancianos y cuando por fin se apareció se plantó frente a ellos y vociferó:

- Escúchenme bien, porque no repetiré mis palabras, puesto que solo estoy aquí para ser condescendiente con lo que representan para la aldea, y les aseguro que ya tome una decisión, aunque no la consultase con ustedes, porque quiéranlo o no, van a apoyarme en mis planes.

- De qué hablas Atkor, las decisiones que atañen al caserío, las deciden el consejo -le reprocha el viejo Pilamet, quien siempre ha sido él más justo de todos.

- Ninguno de ustedes consiguió o mostró preocupación en averiguar quién mato a Bulkes, quien a su vez le pagaba al desaparecido Jaesiss, para que le contara todo lo que sucedía dentro y fuera del pueblo... Sí, reconozco que Bulkes, fue un cobarde, un avaro y un embustero, pero no merecía morir y menos a manos de uno de esos malditos engendros del bosque que pactaron una tregua con nosotros.

Al oír sus afirmaciones se elevan bullicios reprochándolo.

- Tales acusaciones tienen que ser apuntaladas con argumentos -le exige otro anciano.

- Jaesiss, le contó a Bulkes, que en uno de sus viajes vio a la nieta de Chiferis, tener relaciones con un renacido. Todos saben que en reiteradas ocasiones le ofrecí un puesto a mi lado y siempre se negó a aceptarme como marido.

- Cómo puedes ser tan vil de acusar abiertamente a la que más ha hecho por el pueblo -le rebate otro anciano- tus celos te dominan Atkor.

- No miento... Ese es el motivo, la maldita está enamorada de esa bestia que asesinó a Bulkes, porque este chantajeaba a Haxnia... Ya les aclaré que mis decisiones estaban tomadas. La primera ya se está llevando a cabo y es el arresto de esa desvergonzada que se acuesta con un engendro, porque dentro de dos amaneceres toda la aldea marchará a los bosques y atacáremos y prenderemos fuego a esos malditos renacidos. No dejaremos uno solo con vida y quien no esté de acuerdo también irá a parar a las mazmorras que creamos para los ladrones y asesinos.

- Lo que propones será imposible y la más descabellada de las ideas... Acaso no recuerdas del modo que combaten a sus enemigos. De seguro ni uno solo de los que te sigan saldrán con vida de esos bosques, esos seres tienen poderes que no comprendemos y huelen nuestra presencia a distancia, de ningún modo podría uno de nosotros acercarse a ellos sin que lo notasen.

Atkor, ríe a carcajadas y vuelve a exponer:

- Me crees estúpido e ignorante, por supuesto que recuerdo, ahora quien peca de ingenuo eres tu anciano.

- En ese caso desiste de atacarlos, ya veremos de qué modo hacemos entrar en razón a Haxnia, para que olvide a ese hombre que aseguras le entregó su corazón.

- No Pilamet, mi sentencia ya está dictada... Mañana les enviaré como obsequio doce toneles de vino adulterado con polvo de amapolas. Nunca nos sentirán llegar, pues, caerán rendidos en el sueño de la muerte.

El consejo enmudece, ya que seguir intentando oponerse al implacable caudillo sería un error.

Y como lo prometió Atkor, al llegar el segundo amanecer y el sol apenas despuntaba en el horizonte, ya los bosques que abrigaban a los renacidos ardían en llamas y sus moradores eran atacados sin previo aviso... La alianza establecida entre ambos pueblos, se destrozaba con cada llamarada abrazadora, arma utilizada o mordisco y zarpazo...

Ciudad de Los Ángeles. En la actualidad

Las luces fluorescentes que destellan por toda la metrópoli, la sumergen en un mar de gamas increíbles y difíciles de obviar para cuantos son bañados por el multicolor espectáculo. Por doquier carteles lumínicos, con sonido y vida propia, muestran productos de toda índole, como moderno y útil cepillo de dientes fabricado, ofertas de viajes a todos los rincones del mundo o la próxima película a estrenar.

Pasadas las diez de la noche las avenidas continúan saturadas de autos y ahora en la nocturnidad se les suman los más caros, lujosos, codiciados y llamativos, de esos que obligan a voltear la cabeza cuando los ves pasar, para admirar su marca, brillantez o intentar descubrir quienes los ocupan y así sorprendentes y prácticamente silenciosos circulan hacia infinidad de destinos.

Transeúntes casuales deambulan en todas direcciones con un propósito en mente. Ya el horario para que en la gran ciudad se desenvuelva otra vida muy distinta a la diurna, comienza a hacerse notar. En una calle no tan céntrica y en el octavo piso de uno de los tantos inmuebles que se elevan en ambas aceras; dos muchachas jóvenes conversan con desmedido entusiasmo:

- Daixerys. ¿Me veo bien o me falta maquillaje? -consulta una- del peinado, qué me dices del peinado, lo dejo así o me lo cambio.

La interrogada da unos pasos para atrás, y se detiene antes de tropezar con las maletas ubicadas en un rincón junto a la cama, entonces se mueve unos pasos hacia su costado derecho, pues busca con ello contemplarla en toda su magnitud, ladea la cabeza a ambos costados y sonriendo le asegura:

- Shantel, serás la envidia de esa celebración. Te lo juro, luces tan hermosa con ese vestido que si me inclinara por ese tipo de prendas, me causarías celos.

La halagada hace un gesto de vanidad y ríe.

- Sí, eso lo dices para satisfacer mi curiosidad y que no te insista de nuevo. Y no trates de engañarme diciéndome que únicamente te ves bien en jeans o falda negra y bata blanca. Porque con uno como esté causarías desmayos en las calles. El ejemplo está en Vincent, quien todavía suspira por ti y ya hace tres meses que se pelearon.

- Sabes que soy sincera, además, de nosotras tú eres la más coqueta. Reconoce que nunca me deslumbraron los vestidos elegantes, las prendas y las riquezas. Lo de Vincent, decidí romper con el cuándo se atrevió a abofetearme por elegir mis estudios antes de salir con él a una disco, pues, nunca entendió que le dedicase más tiempo a mi doctorado que a sus estúpidas perdederas de tiempo... Hombres así no deberían existir.

- Lo sé, de igual modo reconozco que de las dos, tú siempre serás la más preciosa, aunque yo eternamente seré la más joven, pues no tengo la culpa de que me lleves cinco años -le contesta con una risueña sonrisa.

Instantáneamente, la mención del tiempo desata una adversa reacción en Daixerys, provocando que entristezca, y su hermana al notarlo se maldice entre dientes y acercándosele para consolarla le murmura:

- Perdóname, mi hermana, sé que ya hace nueve años que perdimos a papá y tu a tu mamá, pues la mía nunca la conocí. Aunque le rogué a papá que al menos me indicara donde estaba su tumba, siempre se negó alegando que tu mamá le había perdonado esa traición, si la borraba completamente de nuestras vidas. Yo apenas tenía diez años y tú aún no lo superas, porque eras la verdadera hija de ambos.

- No digas eso, sabes que nos quería a las dos por igual.

- No hermanita, aunque yo le llamaba mamá, nunca supiste de las veces que me rechazó y humilló en solitario, siempre supe que me odiaba. Pero ya el tiempo pasó y debemos seguir adelante. Piensa en tus logros y porvenir, ello te dará fuerzas para honrarlos a cada momento y mientras vivan en nuestros recuerdos no nos habrán abandonado.

Daixerys, la contempla entre confusa y admirada, ya que su pequeña Shantel, siempre fue la más fuerte y enfocada y reconoce que si bien nunca los menciona, ese dolor lo lleva por dentro, por el hecho de que en reiteradas ocasiones y a escondidas, la ha visto llorar frente la última fotografía que atesoran de ellos y se la tiraron justo antes de ese fatídico viaje del que no regresaron, pero lo que la puso en ese estado de melancolía es revivir nuevamente el accidente que sufrieron producto de una rastra que impactó el coche enviándolo a las fuertes corrientes del río, y una semana después suspendieron la búsqueda y nunca lograron encontrar el cuerpo de su mamá y en su corazón perennemente alberga la esperanza de que en el momento menos esperado volverá a tenerla frente así con vida. Ensimismada en los atormentados pensamientos, no escucha cuando su hermana le pregunta y al ver que no reacciona, de nuevo ojea las maletas y le repite la pregunta:

- ¿Entonces partes dentro de una hora?

- Sí -reacciona esta vez y argumenta- vendrán a recogerme y saldremos directo para el aeropuerto.

- ¿Y no podrías abordar otro vuelo? -le sugiere Shantel, implorándole con la mirada.

- Qué sentido tendría, y lo que más anhelo es que quisiera estar ahí solamente para acompañarte, son tus amigas, yo apenas las conozco y sabes que no puedo dejar pasar esta oportunidad... No te imaginas cuantos académicos estaban en la lista para ser elegidos. Es que aún no comprendo por qué optaron por mí.

- Algún viejo y rechoncho catedrático barbudo y con canas debe estar enamorado de ti. No, mentira... Porque eres única hermanita, y aunque existan otros con más experiencia, te lo mereces y sí, parte y no mires atrás. Solo te intentaba sonsacar, pues sé que te extrañaré con toda mi alma.

- Menos que yo a ti, bobita.

Mira, para que veas que no miento, toma coge este colgante con el relicario.

- Pero, papá, te lo regaló a ti cuando eras pequeña.

- No importa, quiero que lo lleves para que siempre me tengas presente,

Daixerys la abraza y seguidamente le pregunta:

- Y hablando de todo un poco, estás segura de que no te dejarán plantada con él embullo que tienes.

- Claro que no, Stella, Denise y su novio Neil, y me aseguraron que me esperarían en la entrada del hotel. Y de no ser así qué caso tendría que Stella, me prestara este vestido. Míralo, ni en un año podrías comprármelo con el sueldo que ganas ahora.

- Lo sé hermanita, lo sé. Por eso te ruego que lo pienses mejor. No pertenecemos a esa clase de gente adinerada y conozco bien lo prepotentes que pueden llegar a ser, ya que he tenido que lidiar con algunos. No me siento a gusto que vayas y menos sin mi compañía.

- Por tantos argumentos planteados, lo más lógico sería que dejases partir ese vuelo y venir conmigo.

- Qué más quisiera. Pero allá a donde vaya siempre estarás en mis pensamientos, ven dame un abrazo y acaba de irte o nunca llegarás a ese dichoso compromiso de matrimonio.

Se abrazan y despiden y desde el peinazo de la ventana Daixerys tristona, la ve abordar un taxi y ahora es ella quien contempla el amontonado equipaje y susurra:

- Dios, protégela, no sé qué tiempo me tomará este viaje, pero mantenla a salvo hasta mi regreso...

                         

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