Capítulo 4 CONFRONTACIÓN

Valeria decidió quedarse en casa de su amigo, la antigua residencia de su madre estaba en remodelación, no tenía donde pasar la noche.

Gonzalo amablemente le ofreció una habitación en su villa, en el pasado Valeria le había hecho muchos favores, su manera de compensarlo, era recibiéndola en su casa y cuidando de ella.

Un divorcio debía de ser algo difícil de superar, no entendía como una persona tan buena, podía ser tratada de esa manera.

Daniel siempre se había comportado como un imbécil, pero su amiga lo amaba, quizás en ese momento había abierto los ojos por completo.

-Al menos puedes quedarte esta noche -hablo su amigo al verla pensativa -mañana te llevaré a un hotel si eso es lo quieres.

La joven le mostró una sonrisa, estaba perdida en sus pensamientos, a pesar de haberse marchado por un mes, su esposo ni siquiera estaba preocupado por ella.

-No te preocupes, me quedaré esta noche, luego veré qué hacer.

-Prepararé la cena, pero primero te ayudaré con eso -señaló la maleta en las manos de Valeria.

-No es necesario, la maleta no pesa mucho, puedo sola, gracias.

Valeria empezó a subir la escalera lentamente, era momento de empezar una nueva vida.

-¿Quieres un chocolate caliente, preciosa? Estoy a punto de preparar un poco.

-Claro, pero primero voy a subir y

ducharme, dame unos minutos.

-Cuanto es eso para una mujer -bromeo Gonzalo.

Gonzalo caminó en dirección a la cocina, coloco un poco de agua al fuego, estaba feliz de ver que su amiga había tomado las riendas de su vida.

Justo en ese momento sonó el timbre, se dirigió a la puerta, abrió, enarco una ceja al ver al hombre frente a él, nada más y nada menos que Daniel Walton, el hombre más codiciado de todo la ciudad, el sueño de toda mujer.

A Gonzalo le resultó fácil reconocerlo, ya que su

rostro aparecía con frecuencia en revistas de moda y negocios, además, era el hijo de su cliente más importante.

No necesitaba preguntar por qué estaba en su villa, eso era obvio, venía a buscar a su esposa.

Daniel le dio una mirada filosa al hombre en la

puerta, estaba perdiendo la paciencia, su rostro se volvió más sombrío.

¿Por qué Valeria se quedaría a solas con ese hombre?

Su mente le jugó en contra, miles de imágenes poco sanas llegaron a su mente, haciendo que se enfureciera más.

-¿Dónde está Valeria? -Pregunto el hombre en tono poco amigable.

Gonzalo frunció el ceño al notar la hostilidad en la voz del hombre frente a él.

-Está en la ducha. ¿Necesita algo de ella?

Daniel le mostró una sonrisa burlona, como se atrevía a preguntarle algo como eso.

-Soy su esposo, vine por ella -hablo sostenido la mirada a su oponente.

-Su esposa, escuche que estaban en proceso de divorcio -respondió Gonzalo con una sonrisa maliciosa.

Daniel no podía creer que ese imbécil se atreviera a mencionar su divorcio en ese momento, no pensaba firmar ningún papel.

-Creo que estás mal informado, Valeria es mi esposa y lo seguirá siendo. Hasta que la muerte nos separe, esa fue la promesa que nos hicimos.

-Exacto, tú lo has dicho, hasta que la muerte los separe, eso no incluía a una amante de por medio, ella es demasiado para ti, no la mereces, no después de todo lo que la has hecho pasar.

Gonzalo no pensaba perder esa oportunidad, le diría a Daniel lo que pensaba de él, a fin de cuentas estaba en su propiedad.

-Debería de aprender a no meterse en los problemas ajenos, señor King.

-Es mi amiga y siempre lo ha sido, acaso le incomoda la verdad, debería de firmar ese papel y dejarla seguir con su vida, quizás ella pueda encontrar un hombre que de verdad la valore.