Capítulo 4 Episodio 4. Bienvenida a la casa Hawk

Se que se necesita dinero, pero yo sería incapaz de hacer este tipo de cosas, atrocidades que son castigadas en esta vida. Estaba viendo la información de cada chica y era sorprendente lo que habían hecho.

Aborto voluntario.

Embarazo fingido.

Hijo no identificado en las pruebas ADN.

Casada.

Intento de asesinato.

Enfermedad de transmisión sexual

En todos estos papeles había más cosas, había una que era estéril y hasta le robo una gran cantidad de dinero en el banco al señor Hawk. Más de una de estas mujeres abortaron hasta más de tres veces y todo para que les siguieran pagando, se sabe que se necesita el dinero, pero hasta haya no llegaría yo, después de todo aquí sale que la deuda de cada una fue saldada, así que no sé por qué hacían eso... Eran muy avariciosas.

Hellen se sienta a mi lado y mira aquellos papeles, su cara es de horror al leer una por una, al pareces ella no conocía de esto, su cara de sorpresa era verdadera ahora mismo.

-¿Sabías de todo esto? - quería saber si lo sabía o no, así que le pregunto.

-Dorian me había comentado hace unos meses cuando comenzamos a salir, pero no me había especificado lo que hicieron todas ellas - habló todavía con varios de esos papeles en las manos - Pobre Giovanny, es un hombre muy bueno para recibir estas cosas.

-¿Qué tanto lo conoces? - la curiosidad me ganó con lo que ella había dicho.

-De conocerlo a fondo, no, pero si puedo decir que lo conozco un poco - le hago señas para que me cuente más de él - Giovanny es un hombre muy, pero muy, introvertido, es seco y frío eso no lo niego, pero también tiene su lado amable y es muy compresivo - pone los papeles en la mesa - Maddie, puedes confiar en él, nunca te faltara nada y siempre estará al pendiente de ti y puedo jurarte por lo más sagrado que tengo que Giovanny es el hombre destinado para ti.

No sabía si confiar en ella.

Conocía a Hellen desde la secundaria, pero siempre me pareció una chica muy extraña, en la secundaria recuerdo que no tenía amigas y yo era su única amiga, también estaban los días que llegaba con muchas cosas caras, solía pensar que ella era ladrona,

La única familia que le conozco a ella es su tío paterno, que hasta donde sé y ella me ha contado, es el que siempre ha estado con ella, pero tampoco sé si sus padres están vivos o muertos, de todos modos, confío demasiado en ella... Espero y esa confianza no se desvanezca nunca.

Dejo aquellos papeles a un lado y suelto un largo suspiro, esto no será fácil, pero sé que podré hacerlo, solo espero y sea algo que no me lleve a la locura, porque no sé qué haría.

Ya había aceptado tener el hijo de Giovanny Hawk, así que no había vuelta atrás y aunque él no me estaba presionando, sabía que para mañana era tarde de irme a su casa y hacer todo lo posible para que ese bebe esté pronto en mi vientre, la cosa esta que soy virgen y él bebe será concedido de manera natural... Esto me dolerá más de lo que me imagino.

-¿Recogerás hoy mismo? - asiento - ¿te dijo cuando tenías que estar en su casa?

-Hellen necesito ese dinero, y por el simple hecho de irme a su casa él ya me estará pagando las deudas de mi mamá y después comenzará a pagarme como es debido después de que se confirme que en mi vientre esta su hijo - ella asiente entendiendo.

-Se que te ira bien, amiga, jamás haría algo que te hiciera daño - la miro mal - sé que no es la primera vez, pero es que son buenos tipos los que te consigo, lo juro - suelto un suspiro.

-A veces me das miedo, Hellen - ella suelta una risa sonora.

Ya he perdido la cuenta de cuantas veces Hellen ha tratado de que yo conozca a tipos cada rato, incluso hasta un mafioso, eso sí que da miedo y más si más adelante termino es vendida... Si es que ya Hellen no me ha vendido alguna vez.

-No soy tan mala, como te digo nunca haría algo que te hiciera daño - asiento solo para que no diga más nada.

-Ayúdame con todo lo mío y deja de hablar - ella asiente sonriendo y me busca mi maleta.

Hellen mete toda la ropa que estaba en buen estado, la nueva, era la única ropa que no tenía ni un solo rasguño, porque las demás eran un desastre y ella como siempre me decía que nunca se podía utilizar ese tipo de ropas para ver a un hombre, así que todo lo que estaba en la maleta eran ropa que ella misma me había comprado y que yo por no querer aceptarlas, seguían hasta con la etiqueta, etiqueta que ella le quito, antes de meterlas a la maleta.

Quería hacer las maletas hoy, porque mañana me iría a primera hora a mi nuevo hogar, porque el simple hecho que este con el ahora mismo todos mis problemas se solucionaran, así que tengo que hacerlo si o si, ya no tengo más opciones y no se que más hacer, así que ha caminar a donde tenga más ingresos, además solo tengo que llevar su hijo en mi vientre y listo.

Terminamos de empacar todo y cada una se fue a su cama a descansar, mañana seria un día muy agitado para mi, más cuando desde un mañana seria la nueva esposa del señor Hawk.

[...]

Aun sigo sorprendiéndome de ver lo grande que era esta casa, no creo que pueda acostumbrarme a todo esto y menos cuando hace tan solo unas horas no tenía nada.

Todos me reciben con una sonrisa amplia, dándome una muy buena y cálida bienvenida, será porque seré la nueva esposa, porque no creo que traten bien a una persona como yo, por ahora solo me queda disfrutar de esto al máximo.

Una chica amablemente me pide mi equipaje y desaparece por las escaleras con el, me imagino que lo llevará a mi habitación. Un señor algo ya de edad me pidió que lo siguiera, que me llevaría a donde estaba el señor Hawk.

Subimos las escaleras y el me guió hacia una parte de la casa, nos detuvimos frente a una puerta y este tocó la puerta y al escuchar un pase, ambos entramos a lo que ahora veo y sería el despacho del señor Hawk.

-Puedes irte, Robert - aquel hombre se fue cuando el señor Hawk se lo pidió y dio un pequeño asentamiento de cabeza, para despedice de mi - Puede sentarse, señorita Ross - el me extiende unos papeles y los recibo enseguida - Si gustas léelo, y después si todo esta bien, firmalo.

Miro y era el contrato que tendríamos por los años establecidos, me puse a leer cláusula por cláusula, me sorprendo al leer todo lo que había en estos papeles, todo lo que había aquí me beneficiaba demasiado a mi, porque incluso había una cláusula donde decía que después de acabarse el contrato, el me seguiría dando dinero, aunque no sería la misma cantidad que recibiré ahora mismo, pero si era un cantidad que me sostendrá de por vida, bueno si no llego a casarme, porque si vuelvo a casarme, todo ese dinero será para el niño y yo no recibiré más dinero.

No podía decir nada, porque cada cosa me beneficia, literalmente este contrato era como un respaldo para mi.

Sin pensarlo tanto, firme y le pase los papeles, el me pidió que esperara un momento y llamó a alguien por un teléfono que tenia a su lado y a los pocos minutos el mismo hombre que me guió hasta aquí, entro, recibió los papeles y se fue con las misma.

-No voy a presionarte, después de todo tenemos todos estos meses para poder concebir al bebe - suspira - No te preocupes por nada, mi familia son muy buenas personas, ya te darás cuenta cuando las conozcas y se que te llevaras bien con el hermano que viene después de mi - asiento.

-Espero todo sea así, no quiero pleitos con nadie - el niega.

-No los tendrás - se acomoda en su asiento - Solo esta que ellos no sabes sobre esto, bueno el hermano que te digo que te caera bien, es el único, pero los demás de mi familia no sabe nada - explica - Así que te pido, no comentar nada cuando ellos estén presente.

-Tranquilo, de mi boca no saldrá nada - prometo.

Por alguna razón su familia no sabe nada y yo no soy la encargada de decir tan cosa, así que si el no quiere decir nada, yo tampoco comentaré nada... Yo soy una tumba.

Lo que resto de día, me mostraron toda la casa, cada una de las instalaciones y vaya que si habían muchas habitaciones y cada habitación tenía su baño personal, pero la casa contaba con cinco baños fuera las habitaciones, y estos eran obviamente para los empleados.

No me podía quejar, todos los empleados eran muy amables y ninguno estaba hablando a escondidas, bueno, no que yo los escuchara, y más cuando cada uno de ellos estaba haciendo sus respectivos trabajos.

El señor Robert, que era por decirlo un mayordomo, era el que me guiaba en todo y era muy amable conmigo, y me dijo que no me preocupara que mi estadía estaría muy tranquila en esta casa, porque el señor de la casa había enseñado a sus empleados ha ser amables y no unos chismosos se primera.

Solo espero y todo vaya bien, porque cuando uno piensa que todo está bien, sale algo malo.