-Si doc, ellas son la única familia que tengo y las adoro, seguramente si fuera alguna de ellas quien estaba en mi lugar, yo habría quemado el hospital, dije sonriendo tontamente.
-"Bueno Luciana, vamos a un tema serio", dijo el doctor Web, sentándose al lado mío en la cama. – necesito que hablemos sobre las drogas que consumes, me preocupa la cantidad de metanfetaminas que tenias en tu cuerpo el día del accidente, vamos a tratar de ayudarte, pero si necesito que pongas de tu parte por favor y que me digas la verdad.
-Drogas, doctor, de que carajos me está hablando, cuales drogas, no entiendo absolutamente nada de lo que me está hablando, dije muy molesta sinceramente, en mi vida he consumido nada, lo único que de vez en cuando hago, es tomarme dos tequilas con mis amigas y dos únicamente, soy una mujer que me cuido hasta con lo que como, hago ejercicio y de mas, por favor, dígame que es una broma de muy mal gusto de su parte.
-Ay Luciana dijo el doctor suspirando, esa era la respuesta que sinceramente esperaba y quería escuchar, una mujer tan sana como usted, yo sinceramente no esperé que consumiera drogas, pero acá tengo el estudio que te hice y la verdad el día que te traje al hospital, venias con una dosis bastante fuerte de metanfetaminas, mira este es el resultado del examen.
-Doctor, le juro que no, nunca he consumido, si me sentí muy mal ese día en el "Le petit Chateau", como algo perdida, sinceramente no sabía ni donde estaba, sé que usted estuvo ahí, en ese lugar y pudo ver todo lo que sucedió, aunque me dejaron como lo peor ese día, le juro que todo es una mentira, la verdad no entiendo porqué mi novio actuó de esa manera, le dije llorando, no sabía por qué me importaba tanto lo que este espectacular hombre guapo pensara de mi.
- "A ver señorita", me dijo el doctor tomándome de mi mano fría, "este no es el momento de hablar de estas cosas, ya encontraremos un momento para hablar, no te preocupes, creo en ti, es todo lo que te voy a decir, no pasa nada.
No sabía qué hacer o que decir, este hombre lograba ponerme nerviosa, como nunca nadie en mi vida lo había hecho, con una risa demasiado tonta, le apreté un poco más la mano sin darme cuenta y mirándolo a los ojos en un suspiro le dije "gracias doc".
Al rato y sin pensarlo, ya que estaba un poco más tranquila después de las noticias del día y de hablar un poco con el doctor Web dije "tengo hambre", cuando me percaté de lo que dije, me ruboricé y reímos los dos.
El doc, con un giño sexy me preguntó que me gustaría almorzar, le respondí directamente "una hamburguesa con papas" eso quiero.
– Vamos Luciana, te invito a almorzar una de las mejores hamburguesas que me he comido, ya veras, no te vas a arrepentir,
-Ammmm, doc, donde?
-Acá, dentro del hospital, vamos, sígueme.
Yo en bata de hospital, un poco mejor que la que tengo en casa para salir de la ducha, le dije que me diera un momento que me pondría algo de ropa de la que mis amigas me habían llevado, porque no quiero salir de aquí así, él sonrió y esperó en la habitación a que saliera de la ducha, con un vestido flojito y unas tenis, caminé con el doctor Web a quien sabe dónde.
Llegamos a un restaurante de verdad lujoso dentro del hospital, el doctor me dijo que si le permitía elegir por mí la hamburguesa, a lo que respondí que sí, que no había problema.
Pidió una hamburguesa con papas y un refresco natural, nos sentamos a comer la mejor hamburguesa que he probado hasta ahora.
– doc, muy buena excelente elección, sabe, la próxima vez, invito yo, vale?
El doctor Web sonreía de una manera increíble, - Claro que si Luciana, dalo por hecho, soy de comer bien, me encanta la comida italiana, así que cuando quieras, solo dime el día y listo quedamos.
Le entró una llamada al doctor, se disculpó, me dio un beso en la mejilla y se despidió, con mi cara de tonta, porque me dio un beso en la mejilla, yo aproveché para ir al departamento de cobro y ver como estaba la situación, llegué, me atendió una mujer de mediana edad, Maureen, muy amablemente me dijo que ya mi cuenta estaba pagada, que no tenia de que preocuparme, que los días que estuviera en el hospital, ya estaban cubiertos.
Por supuesto que le pregunté a Maureen, quien había pagado mi cuenta de hospital, a lo que ella me respondió que no podía dar esos detalles, yo obviamente no me iba a quedar con la duda, porque si era don Alexander, debía agradecerle y ver cómo podía hacer para pagarle semejante suma de dinero. Le dije a Maureen que era mi cuenta y que estaba en todo el derecho de saber quien la había pagado, porque debía de hacerme responsable de mis gastos, que ya soy adulta y que no puedo andar por la vida, sin saber quién pagó mis cosas, seguramente convencí a Maureen, se fue para una de las computadoras y me dijo, "Luciana, su cuenta fue paga por el doctor Web, eso si, prométeme que no vas a decir que yo te lo conté, porque me echan de mi trabajo", quedé sin palabras, mi cara seguramente fue de asombro, porque Maureen me dijo que tranquila, que no pasaba nada, que él en algún momento seguramente me iba a contar porqué lo hizo.
Le pregunté a Maureen, cuanto valía una noche en ese hospital y ella me dijo que en la habitación en la que yo estaba, salía costando aproximadamente unos doscientos cincuenta mil dólares por día, casi caigo de espaldas, no me iba a alcanzar la vida para pagar mi deuda, ni aun cuando me graduara y comenzara a trabajar.
Salí del departamento de cobro apenas y caminando, de la impresión que me había llevado. Traté de pensar en otras cosas cuando llegué a la habitación, tomé mi teléfono de la mesita de noche y me puse a mensajear con mis amigas por whatsaap y contarles lo que había sucedido con mi cuenta del hospital, ellas no lo podían creer, Jessica me contó que cuando don Alexander fue a cancelar, ya todo estaba cancelado, que hasta el día en que me dieran de alta, ya todo estaba cubierto, yo no lo podía creer y no entendía por qué una persona que vengo conociendo me pagaba un gasto tan excesivo como este.
Estaba hablando con mis amigas, cuando entra el doctor Web, yo estaba un poco apenada, intrigada y algo preocupada, así que de una le dije ¿doctor Web, necesito hablar con usted de un tema serio, tiene algo de tiempo para mí?
El me volvió a ver un poco sorprendido y me respondió, - claro que si Luciana, siempre, dime, que pasa, tu solo dime y yo respondo.
-Ay doc, que pena, pero aquí voy, "porque usted pagó mi cuenta de hospital, no entiendo porqué lo hizo, ahora necesito que hablemos porque sé que es una cuenta muy alta y yo no tengo dinero para reintegrarle ese dinero en un solo tracto, por favor, lleguemos a un acuerdo de pago.
El doctor Web me miró muy asombrado, como preguntándose, como hice para darme cuenta que fue él quien pagó. – Con una sonrisa me dijo " ¡vaya Luciana!, que maneras de sacarle información a la gente tienes, todos en ese departamento sabían que era un secreto, que no te podían decir, no preguntaré quien fue, porque sé que no me lo vas a decir, pero me ha tomado por sorpresa esto. Bueno, te responderé, lo pagué porque quiero y puedo, así nada mas, no te estoy cobrando nada, tomarlo como un regalo de mi parte, solamente por ser una mujer luchadora que ha salido adelante superando todo, no quiero hablar más del tema en este momento, di una orden y no la cumplieron, eso me molesta un poco, ya no puedo confiar ni en mis empleados cuando alguien como tu aparece, me dan la espalda, dijo sonriendo, -ah por cierto, las rosas amarillas, son de mi parte!
Me quedé perpleja, este hombre sabía cómo hacerme callar de inmediato.
Salió de la habitación, dejándome ahí con más dudas que antes, ese día lo pasé en mi habitación hasta que me quedé dormida.