En las intermitencias del amor
img img En las intermitencias del amor img Capítulo 3 Perversa y oscura tentación
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Capítulo 6 Secretos y promesas intermitentes img
Capítulo 7 Suspiros del pasado img
Capítulo 8 Tu falta de querer img
Capítulo 9 Veneno bañado en manipulación img
Capítulo 10 La familia Rumanof img
Capítulo 11 Intenciones y secretos img
Capítulo 12 Los chicos malos no lloran img
Capítulo 13 Me robaste la vida img
Capítulo 14 La otra versión de la historia img
Capítulo 15 La protección de tus brazos img
Capítulo 16 Por tus malditas consecuencias img
Capítulo 17 Ojos de ángel img
Capítulo 18 Telaraña de mentiras img
Capítulo 19 La mejor actriz img
Capítulo 20 Jaque mate img
Capítulo 21 Desde tu cielo azul img
Capítulo 22 Los límites entre las verdades y las mentiras img
Capítulo 23 Oscuro pasado img
Capítulo 24 Perversa obsesión img
Capítulo 25 Lo secretos que guardas img
Capítulo 26 La venganza se viste elegante img
Capítulo 27 La razón para odiarnos img
Capítulo 28 La protección de tus brazos img
Capítulo 29 Las mentiras que has creído img
Capítulo 30 La muerte en tus manos img
Capítulo 31 Trampa de ratón img
Capítulo 32 Intenciones y secretos img
Capítulo 33 Los chicos malos no lloran img
Capítulo 34 Me robaste la vida img
Capítulo 35 La otra versión de la historia img
Capítulo 36 El lazo que nos une img
Capítulo 37 Las intermitencias del amor img
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Capítulo 3 Perversa y oscura tentación

No entendía lo que estaba pasando. Ahí estaban sus padres desayunando alegremente, antes, cuando la habían visto le preguntaron por qué no se había cambiado.

-Ya vas tarde a clases, anda, ve a cambiarte -le ordenó su mamá.

¿A clases? Valentina no lo entendía. Aun así, fue a tomar una ducha y al abrir el closet para sacar la ropa, encontró el uniforme del colegio.

Mientras se terminaba de arreglar comenzaba a procesar lo que estaba pasando. Todo le parecía tan real que creyó que tal vez y toda su vida pasada fue un mal sueño y por fin había despertado. Sin embargo, mientras tomaba el desayuno con sus papás se dio cuenta por el calendario que colgaba de la pared que se encontraba en el pasado, justo en el dos mil diecisiete: el año en que comenzó toda su pesadilla.

Bajó la mirada a su taza de avena y empezó a cuestionarse... ¿y si esto en realidad era una recompensa de la vida? ¿Y si le habían entregado una segunda oportunidad para que pudiera dejar de ser una cobarde y enfrentara todo lo que permitió que le sucediera?

-Vamos, Vale, come rápido que vas tarde -la apuró su papá-. Date prisa, te daré un aventón hasta la escuela.

Valentina alzó la mirada. Un aventón. ¿Y si la vida le dio la ventaja de qué era lo que le pasaría y ahora ella tenía las respuestas correctas para evitar que muriera a una edad temprana?

Notó que su hermanita entraba al comedor moviendo la cabeza a los lados, sus moños flojos parecían bailar.

-Tengo hamble... -informó.

Valentina se levantó y cargó a la bebita en sus brazos y le dio un fuerte apretón. El verla le había hecho recordar que la había dejado sola en el apartamento y que el recibir la noticia seguramente le iba a destrozar.

-¿Qué pasa? -preguntó su mamá.

-¿Estás llorando? -inquirió el hombre.

-Vale... ¿estás bien?

Ella no lo resistió más y soltó el llanto con fuerza.

Sus padres se levantaron y corrieron a socorrerla, completamente preocupados.

-¿Qué tienes? ¿Por qué lloras? -inquirió la señora.

.

Se encontraban a las afueras de la escuela, en el vehículo los rodeaba un incómodo silencio.

-Dime si alguien te está molestando -informó el señor-. No dejes que nadie te pisotee.

En el pasado Valentina decidió guardarse todo, jamás les informó a sus padres que la estaban agrediendo en la escuela, no quería causar problemas o preocupación. A su papá le había costado mucho el conseguirle la beca para estudiar en aquel instituto tan prestigioso y se sentía orgulloso de que ella siempre fuera la mejor, pues así podían asegurar que lograra ingresar a la universidad más importante del país.

-No me molestan -dijo.

-¿Entonces por qué estabas llorando? -cuestionó el señor.

-Tuve una horrible pesadilla -informó-, había soñado que moría y que los perdía a todos. -Le mostró una sonrisa-. Pero al despertar me alegró ver que seguían con vida.

El hombre mostró un rostro confundido.

-Te informaré si algún día me molestan -aseguró Valentina-. Pero puedes estar tranquilo, jamás permitiré que me humillen. Y si eso pasa, me aseguraré de vengarme y hacerlos pagar.

Su papá desplegó una gran sonrisa.

-Lo sé, lo sé, eres mi niña fuerte -alegó-. Sé que jamás dejarás que todos esos riquillos pasen por encima de ti. Ahora ve, se te hace tarde.

Valentina se abalanzó al señor y le dio un fuerte abrazo, sorprendiéndolo.

.

Nunca consideró a su familia como pobre, pertenecían a un estrato medio. Su mamá tenía un negocio de venta de plantas medicinales al lado de la casa, era herbalista y era famosa en la localidad por sus masajes curativos; su papá trabajaba como contador en la empresa Rumanof, así fue como se enteró que iba a abrirse una convocatoria de becas para los hijos de los empleados y postuló a Valentina, la cual ganó la beca al pasar una entrevista y examen de conocimiento.

El colegio Montessori, fundado por la familia Rumanof. Cientos de familias en el país inscribían a sus hijos a este colegio al ser el más importante, donde estudiaban los hijos de los empresarios y políticos más renombrados.

Y la familia Rumanof, los dueños de uno de los bancos más importantes al nivel mundial, famosa por sus obras de caridad y por fundar colegios y universidades prestigiosas.

Valentina llevaba un año estudiando en el colegio Montessori y hasta ese último año no le había ido nada mal. No destacaba, pero tampoco era una paria social. Todos sabían que era becada, pero no la discriminaban por ello, al contrario, la buscaban para pedirle que les ayudaran con los trabajos y hasta ganaba dinero con ello.

Jamás se habría imaginado que ese último año se iba a convertir en el inicio de su gran infierno.

Ingresó al colegio y notó los pasillos tranquilos como siempre. Por su horario notó que le tocaba clases de inglés a primera hora.

Al llegar al salón encontró a su lado a Mariana, le sonreía de oreja a oreja. Era una rubia de ojos azules intensos y largas piernas, en el futuro se iba a convertir en una supermodelo. Verla la desconcertó, sobre todo porque recordaba que en la universidad iban a tener una fuerte discusión que haría que se alejaran. Mariana era una Rumanof y cuando Marko comenzó a molestarla, creyó que Mariana también la iba a traicionar; grave error, porque Mariana de verdad era su amiga y terminó siendo ella la que hirió emocionalmente a quien era su mejor amiga. Era de las cosas de las que Valentina más se arrepintió, pero fue tan cobarde que jamás le pidió perdón a Mariana.

-Imagínate quién por fin llegó al país -le dijo Mariana con una enorme sonrisa.

-¿Quién?

-Mi primo Marko. -Mariana soltó un grito ahogado de emoción-. Por fin vino. Va a estudiar la universidad aquí, por consejo de sus padres.

            
            

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