Capítulo 10 Colisión de amor

"Tú. Tú estuviste aquí anoche, ¿no?". Con la barbilla levantada, Eric se quedó mirando la puerta que ella acababa de cerrar.

"No...", respondió Molly sin pensárselo dos veces. Avergonzada, apretó los dientes y miró al hombre que estaba de pie frente a ella, quien parecía emitir un aura poderosa. De repente se dio la vuelta y corrió hacia el otro extremo del pasillo.

Eric miró fijamente la espalda de Molly mientras ella huía y sonreía levemente. Después de que ella doblara la esquina y desapareciera, él se giró y, observando la puerta cerrada, tocó el timbre.

A los dos minutos, Brian abrió la puerta en bata de baño. Tenía una expresión malhumorada y sus cejas estaban fruncidas. Sin saludar a su visitante, se dio la vuelta y se metió, frío y distante.

"No te ves muy bien. ¿Estás enfermo?", preguntó Eric con preocupación mientras entraba a la habitación.

"¡No!". Brian respondió brevemente con su voz grave y entró rápido en el baño.

Al cabo de un rato salió con un traje azul oscuro y una camisa blanca a juego con una corbata azul cielo de líneas oscuras. Tenía una complexión llamativa, con hombros anchos y pecho fuerte, y una confianza dominante que parecía poner el mundo a sus pies y que, junto con su exquisito gusto para vestir, lo hacían lucir aún más atractivo que antes.

"Ah, por cierto, acabo de ver a una chica en bata saliendo de tu habitación. ¿Desde cuándo te gustan simples e inocentes?". Mirándolo de manera pícara, continuó diciendo: "Hablando de chicas simples e inocentes, ¿no crees que se parece a Becky, así a primera vista?".

Ese comentario despertó algo en Brian, que inmediatamente frunció el ceño. Las venas de su sien comenzaron a palpitar y un tic nervioso apareció en sus ojos. ¡La noche anterior había estado con esa chica pensando en Becky!

Mientras reflexionaba, su expresión se volvía cada vez más indescifrable y sus ojos parecían profundizarse aún más, como un pozo sin fondo. ¡Esa chica! ¡Cómo se atrevió a entrar en su habitación e irse a hurtadillas a la mañana siguiente!.

La imagen de ella huyendo hizo que su mirada se enfriara y su presencia se hiciera aterradora.

Eric, por otro lado, estaba totalmente tranquilo. La ira de Brian parecía divertirlo aún más. Se acomodó en el sofá y, como si el enfado de Brian no fuera suficiente, decidió echar más leña al fuego. "¿Qué, anoche no convenciste a Becky?".

Él ya sabía la respuesta, aunque la pregunta tenía muchas implicaciones.

"Eric, ¿realmente te gusta Becky?", Brian le preguntó de repente a su hermano ignorando su pregunta mientras lo examinaba.

Eric se molestó un poco y, por su reacción, era evidente que tenía sentimientos encontrados. Sonriendo, respondió seriamente: "¡Claro que sí!".

"¡Entonces ven conmigo a conocer a la gente de Isla QY!", exigió Brian con frialdad mientras lo miraba atentamente. Luego se dio la vuelta y salió de la habitación dejando atrás a su hermano. Se había comportado de manera fría hasta ese momento, pero habiéndose alejado ya de su hermano, no pudo evitar suspirar.

¿Desde cuándo... Eric quería quitarle todo lo que le gustaba?

Eric fue tras él y, mirando a la espalda de Brian, gritó desesperado para dejar claro algo: "¡Me gusta Becky! ¡Siempre me ha gustado!".

Su grito resonó en el pasillo y Brian, a pesar de escucharlo, no se detuvo. ¿Qué le importaba si a Eric le gustaba Becky o no? Él no tenía nada que ver en ese asunto. Era algo que le incumbía solo a Becky.

El dolor que se coló en sus ojos los hizo parecer diamantes negros. Cuando entró en el ascensor, pulsó un botón y se metió las manos en los bolsillos, mirando fríamente el número de los pisos iba descendiendo.

El destino de todos estaba en proceso de cambio. Había cambiado y seguiría cambiando. A pesar de todas las veces que jugaron al escondite entre ellos y todas sus evasivas, su final aún no estaba claro y su camino era inevitable. Las cosas aún no habían terminado.