Amanecer Junto a Ti
img img Amanecer Junto a Ti img Capítulo 6 ¡Te daré diez días con una condición!
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Capítulo 31 ¿Acaso sufre de esquizofrenia img
Capítulo 32 Parecía ser capaz de leer su mente img
Capítulo 33 Sé un corderito, Molly img
Capítulo 34 ¿No te gusta que te haga compañía img
Capítulo 35 Su corazón se agitó img
Capítulo 36 Confundida por su ternura img
Capítulo 37 Correcto vs. Incorrecto img
Capítulo 38 Tú eres mía img
Capítulo 39 El castigo img
Capítulo 40 Se preocupó demasiado img
Capítulo 41 ¿Quién era el hombre img
Capítulo 42 ¿Quién era la mujer adecuada para él img
Capítulo 43 Mi corazón dio un vuelco img
Capítulo 44 Simpatía inexplicable img
Capítulo 45 Atracción gradual por Brian img
Capítulo 46 Él odia el cilantro img
Capítulo 47 El portarretratos sobre el escritorio img
Capítulo 48 Déjame ir img
Capítulo 49 El demente castigo img
Capítulo 50 Por favor, llévame lejos img
Capítulo 51 Todo era una trampa img
Capítulo 52 Atrapada en el peligro img
Capítulo 53 ¡No me retes! (Primera parte) img
Capítulo 54 ¡No me retes! (Segunda parte) img
Capítulo 55 ¡No me retes! (Tercera parte) img
Capítulo 56 ¡No me retes! (Cuarta parte) img
Capítulo 57 ¡No me retes! (Quinta parte) img
Capítulo 58 Un comportamiento desquiciado (Primera parte) img
Capítulo 59 Un comportamiento desquiciado (Segunda parte) img
Capítulo 60 Una noche agitada img
Capítulo 61 Su venganza sangrienta (Primera parte) img
Capítulo 62 Su venganza sangrienta (Segunda parte) img
Capítulo 63 ¡Deja en paz a mi mujer! (Primera parte) img
Capítulo 64 ¡Deja en paz a mi mujer! (Segunda parte) img
Capítulo 65 Ay, Brian... me duele (Primera parte) img
Capítulo 66 Ay, Brian... me duele (Segunda parte) img
Capítulo 67 Ética profesional (Primera parte) img
Capítulo 68 Ética profesional (Segunda parte) img
Capítulo 69 Ser el primero en irse (Primera parte) img
Capítulo 70 Ser el primero en irse (Segunda parte) img
Capítulo 71 La apuesta (Primera parte) img
Capítulo 72 La apuesta (Segunda parte) img
Capítulo 73 ¿Quién quieres que gane (Primera parte) img
Capítulo 74 ¿Quién quieres que gane (Segunda parte) img
Capítulo 75 ¿Quién quieres que gane (Tercera parte) img
Capítulo 76 Una charla bajo la noche fría (Primera parte) img
Capítulo 77 Una charla bajo la noche fría (Segunda parte) img
Capítulo 78 Una charla bajo la noche fría (Tercera parte) img
Capítulo 79 Sentirse inquieto (Primera parte) img
Capítulo 80 Sentirse inquieto (Segunda parte) img
Capítulo 81 Lárgate (Primera parte) img
Capítulo 82 Lárgate (Segunda parte) img
Capítulo 83 Un encuentro inesperado (Primera parte) img
Capítulo 84 Un encuentro inesperado (Segunda parte) img
Capítulo 85 La ira oculta (Primera parte) img
Capítulo 86 La ira oculta (Segunda parte) img
Capítulo 87 ¿Estás enamorada de mí (Primera parte) img
Capítulo 88 ¿Estás enamorada de mí (Segunda parte) img
Capítulo 89 Jamás me enamoraría de ti (Primera parte) img
Capítulo 90 Jamás me enamoraría de ti (Segunda parte) img
Capítulo 91 Devolver el favor dentro del auto (Primera parte) img
Capítulo 92 Devolver el favor dentro del auto (Segunda parte) img
Capítulo 93 ¿Te parece divertido insultarme img
Capítulo 94 Cómo se sintió (Primera parte) img
Capítulo 95 Cómo se sintió (Segunda parte) img
Capítulo 96 Ser abandonada de nuevo (Primera parte) img
Capítulo 97 Ser abandonada de nuevo (Segunda parte) img
Capítulo 98 Un destino ineludible (Primera parte) img
Capítulo 99 Un destino ineludible (Segunda parte) img
Capítulo 100 Un destino ineludible (Tercera parte) img
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Capítulo 6 ¡Te daré diez días con una condición!

Se podía oír, desde el otro lado de la calle, la fuerte e intensa música heavy metal que provenía del Exotic Bar, y al mirar el letrero, Molly supo de inmediato que era el lugar que estaba buscando, así que entró rápidamente.

El bar estaba lleno de humo, y muchos hombres y mujeres vestidos a la moda bailaban y se movían al ritmo de la atronadora música. Molly examinó a la multitud y miró a su alrededor buscando a su padre.

"¿Eres Molly?", le dijo una voz desde atrás. Enseguida, a ella se acercó un joven que parecía un gánster. Estaba vestido con ropas extrañas y masticaba una nuez. Al verla mejor, le echó una mirada arrogante, y al instante le dijo: "¡Ven conmigo!", a lo que ella preguntó con sospecha: "¿Por qué tengo que ir contigo?".

Inmediatamente, el joven se burló de ella, pero también se impacientó, así que le respondió: "Si no te importa la vida de tu padre, entonces puedes irte ahora mismo".

Después de decir esto, el joven resopló, se dio la vuelta y caminó hacia el pasillo que estaba a un lado del bar.

Molly, desconcertada, frunció el ceño conteniendo la ira, e, involuntariamente, siguió al joven hacia el corredor. El miedo se apoderó de ella mientras cruzaba el oscuro pasillo, tenía miedo de que algo malo fuese a pasarle.

"¡Ahhhhh!", escuchó un grito mientras caminaba;

este la sorprendió y la asustó más de lo que ya estaba, puesto que pudo darse cuenta de que se trataba de un fuerte chillido de dolor y miseria. "¡Padre!", gritó ella desesperadamente. Un segundo después, el joven abrió la puerta de una habitación, y Molly corrió hacia adentro tan rápido como pudo.

Una vez dentro, lo que vio la sorprendió tanto que se quedó quieta sin moverse como si sus pies estuviesen clavados al suelo.

Steven Xia, su padre, estaba atado a una silla, y su rostro estaba negro y azul por los golpes que había recibido; la sangre cubría su nariz y las comisuras de su boca, y podía verse que la paliza que recibió fue muy dura, puesto que yacía tirado en el suelo, con todo y silla.

"¡Padre!", exclamó desesperada, e ignorando a los hombres que la rodeaban, corrió hacia él. Sin embargo, antes de que lo alcanzara, alguien lo apuntó con la hoja brillante de una navaja, y al instante, una voz hosca dijo: "¡Alto!".

Molly se detuvo y apretó los puños. Steven yacía en el suelo y no se atrevió a mirarla. Con la ira ardiendo en sus ojos, Molly lo miró rápidamente y luego al hombre cuyas piernas estaban arrogantemente puestas sobre la mesa, mostrando autoridad sobre el grupo. Molly le dijo, apretando los dientes: "¿Cuánto te debe mi padre?", y

mientras jugaba con su teléfono, el hombre respondió: "Conoces muy bien la situación...". Después de hablar, David Zhao levantó una esquina de sus labios con desdén, bajó las piernas, caminó hacia Molly y la miró con satisfacción. Luego, puso su dedo debajo de su barbilla y levantó su rostro hacia él; mientras miraba sus ojos que brillaban de ira, se rio sombríamente y dijo con voz fría: "No es demasiado... ¡Solo cien mil!".

"Eso no es cierto, solo te debo cinco...", interrumpió Steven. "¡Ay!", gritó en menos de un segundo, ya que alguien lo pateó antes de que terminara de hablar. Sintió tanto dolor que no pudo hablar más.

A su vez, Molly apartó la cabeza de la mano de David. Estaba furiosa por la usura, porque explotaba a las personas necesitadas al prestarles dinero a una tasa de interés exorbitante. En ese instante, rechinó los dientes y dijo: "Deja ir a mi padre. ¡Te devolveré el dinero!".

"¿Devolverás? Mmm... Tienes varios trabajos, pero ganas poco. Entonces, ¿cómo podrás pagarme?", dijo David con desdén.

"¡Diez días!", respondió Molly frenéticamente, haciendo todo lo posible para parecer valiente. Con una expresión determinada en sus ojos, continuó: "¡Prometo que devolveré el dinero en diez días!".

"¿Por qué debería creerte?", preguntó David burlándose de ella.

"Si no confías en mí, nunca obtendrás el dinero. Y en este momento no tengo nada, ¡así que toma la vida de mi padre si quieres!", respondió ella valientemente. A decir verdad, tuvo que reunir todas sus fuerzas para decir esas palabras, y al mirar a su padre nuevamente, su cuerpo tembló, ya que tenía cortes y contusiones por todas partes. A ciencia cierta, no sabía si estaba enojada o triste en ese momento. Luego, se giró para mirar a David y agregó: "Si confías en mí, libera a mi padre. ¡Te traeré el dinero en diez días!".

"¿Cómo le explicaré a los demás que decidí a la ligera darte diez días?", dijo David vacilante, y luego se detuvo. Su labio se curvó, después hizo señas al hombre a su lado; este inmediatamente entendió lo que quiso decir, y tomó la botella de licor de la mesa y se la dio. David, ahora mirando la botella en su mano, dijo: "Te daré diez días con una condición. ¡Bébete esto!".

Molly miró la botella mientras su mente luchaba por tomar una decisión. En ese momento, Steven gimió de dolor en el suelo. Dejando a un lado todas las dudas, Molly rápidamente agarró la botella, levantó la cabeza y tragó el alcohol.

El sabor picante del licor irritó ligeramente sus papilas gustativas y su garganta, haciendo que frunciera el ceño; pero, a pesar de esto, continuó bebiendo.

David se rio un poco y enseguida le quitó la botella a Molly. Al ver que lo fulminaba con la mirada, sonrió y le ordenó a sus hombres: "¡Suéltenlo!".

Inmediatamente, los hombres desataron a Steven y Molly corrió hacia él y lo ayudó a ponerse de pie. Mientras cargaba su peso, sintió que su estómago estaba incómodamente caliente, como si se estuviera quemando por dentro, pero simplemente lo ignoró y salió mientras continuaba sosteniendo a su padre con sus brazos y hombros.

Sin embargo, justo cuando salía por la puerta, sintió que su cabeza giraba con violencia, y después de dar unos pasos más, sus piernas se relajaron repentinamente, lo que la hizo perder el equilibrio y caer al suelo. Justo antes de desmayarse por completo, escuchó la voz juguetona de David que decía:

"¡Llévenla al Hotel Sophia!".

"¡Sí!", respondieron los hombres de David al unísono, y enseguida se la llevaron de acuerdo a sus instrucciones.

Más tarde, ya de noche, en una suite presidencial del Hotel Sophia, Brian estaba sentado en el balcón con las piernas cruzadas mientras sostenía una copa de vino. Miraba el paisaje nocturno de la ciudad con una expresión triste en su rostro, y como estaba perdido en sus pensamientos, no se dio cuenta de la brisa fría que soplaba.

También estaba cayendo un poco de nieve, y la luz hacía que los copos lucieran delicados y hermosos, pero también parecían solitarios.

En ese momento, recordó lo de la noche anterior. Había estado con Becky en esa misma habitación, compartiendo el delicioso vino añejo que había comprado para la ocasión. ¡Sin embargo, ahora estaba allí, completamente solo!

Brian se burló de sí mismo en sus pensamientos, dándose cuenta de lo tonto que había sido, y miró hacia otro lado con indiferencia, lleno de ira. En su rostro delgado y frío podía verse que estaba cansado. Un segundo después, levantó la cabeza y vertió el vino restante en su boca; luego, se puso de pie y regresó rápidamente a la habitación.

Una vez dentro, se sintió un poco mareado, lo que podría haber sido causado por el alcohol o por haber estado expuesto al viento tanto tiempo en una noche tan nevada. En ese estado de ánimo, entrecerró un poco los ojos, y una expresión distante y solitaria apareció en su rostro. Luego, caminó lentamente hacia el baño.

            
            

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