Emma
img img Emma img Capítulo 1 Eres un imán
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Capítulo 6 Señores Valencia img
Capítulo 7 Espíritu libre img
Capítulo 8 Una obra de arte img
Capítulo 9 Impresión img
Capítulo 10 No estaba sola img
Capítulo 11 Solamente por él img
Capítulo 12 Acorralados img
Capítulo 13 Revelaciones img
Capítulo 14 ¿Qué vas a hacer img
Capítulo 15 Dudas img
Capítulo 16 Uniendo fuerzas img
Capítulo 17 No estás solo img
Capítulo 18 Encerrada en un laberinto img
Capítulo 19 Sufrir hasta la muerte img
Capítulo 20 En marcha img
Capítulo 21 Seguridad img
Capítulo 22 Sintonía img
Capítulo 23 Sin culpa img
Capítulo 24 Corazón img
Capítulo 25 Fuerza img
Capítulo 26 Vivir sus vidas img
Capítulo 27 Nuevo amanecer img
Capítulo 28 Incertidumbre img
Capítulo 29 Su nombre era Robert img
Capítulo 30 El santuario de Robert img
Capítulo 31 Confesión img
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Emma

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Capítulo 1 Eres un imán

El sol brillaba con intensidad, reflejándose en los rascacielos que se alzaban imponentes, como testigos mudos del ajetreo diario de la ciudad. Simón manejaba con destreza despues de aquella entrevista en el matinal del canal veinte, como Ceo del año, aun despues de aquel logro su mente vagaba entre pensamientos y recuerdos.

El paisaje urbano se deslizaba a su alrededor, pero su atención estaba centrada en la carretera y en los acontecimientos pasados que habían sacudido su vida, sabia con certeza que seguramente en su despacho encontraria hoy la propuesta para la campaña de la dolorosa navidad.

De pronto las luces del tablero del coche parpadearon, interrumpiendo sus pensamientos, anunciando la llegada de una llamada entrante.

Con un suspiro, ajustó su postura en el asiento y pulsó el botón para responder, sin anticipar la inesperada alegría que encontraría al otro lado de la línea.

-¿Alo? - apenas contestó, la voz de Laura irrumpió en el silencio del coche, y Simón, que había estado perdido en sus pensamientos, sonrió al reconocerla

- ¡Te ví!, Te vi! ¡En el matinal! ¡Eres un imán para las cámaras, ¡pero que hermosura!.

Simón sonreía mientras escuchaba a su hermana por altavoz.

-¿Cómo están todos por allá?- dijo Simón para cambiar el tema.

- ¿por acá?, todo igual, ya están casi terminadas las cabañas, creo que en enero será su inauguración ¿y tu? ¿vendrás en Navidad este año?.

Simón nunca celebra Navidad, el solo hecho de escuchar la palabra Navidad, le hace sentir un nudo en el estómago. "Lo pensaré", respondió con cautela, pensando en las sombras que aún oscurecían esos días festivos. En una de ellas perdió a sus padres, la tía que los terminó de criar siempre reunía a los hermanos en las festividades pero ahora que ella no estaba, para Simón ya no tenía sentido.

-mmmm, creo que trataré de asistir, sino tengo trabajo que hacer- dijo resignado para alegrar a su hermana.

-¿es verdad?, trabajo es lo que más tendrás después de la entrevista de hoy, ¡has quedado como el soltero más codiciado del país!¡Eres trending topic!Pero recuerda "no te pierdas en tu propio juego"

Simón soltó una carcajada, su hermana estaba muy euforica para su gusto.

- por favor Laura, solo tu vez mi belleza, a demás no tengo tiempo para nada ni nadie

- si tu lo dices, ¡oye! no cambies el tema, de verdad has el esfuerzo por favor.

-bueno, trataré. Ya llegué a la oficina, te amo, hablamos luego.

-Te amo, que tengas lindo día.

- igual, hasta pronto.

El coche se detuvo con un ligero chirrido, Simón apagó el motor y el sonido ensordecedor del silencio urbano se apoderó del ambiente, solo interrumpido por el ligero murmullo de la ciudad que nunca duerme.

Al descender del vehículo, su expresión cambió radicalmente, con un semblante serio y sereno, lo que le venía muy bien a sus finas facciones. Tomó sus cigarrillos de la guantera y un mechón rebelde de cabello dorado se deslizó por su mejilla, lo acomodó sutilmente tras su oreja y comenzó a caminar con la mano izquierda en el bolsillo, en el ascensor marcó el piso seis, cuando bajó vio que nadie había llegado.

Con paso decidido, se encaminó hacia su despacho, aunque su atención quedó momentáneamente cautiva por la majestuosa sala de juntas. Este espacio no solo representaba poder y autoridad, sino que también guardaba los ecos de decisiones que habían definido el destino de la compañía en estos diez años que lo habián visto crecer junto a ella. Situada en el corazón del sexto piso, la sala dominaba el entorno con su presencia. Antes de sumergirse en ella, la oficina de Sandra, su fiel secretaria, se destacaba justo a la entrada de los ascensores y al final de ese pasillo se encontraba finalmente su oficina, era inmensa y con gran iluminación, debido a los ventanales que tenía a su espalda, donde podía ver la ciudad desplegada frente a él panoramicamente.

            
            

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