Lágrimas de la Luna: Bailando con los príncipes licántropos
img img Lágrimas de la Luna: Bailando con los príncipes licántropos img Capítulo 7 Reencuentro con Frank
7
Capítulo 9 ¿No es emocionante img
Capítulo 10 Deberían arrojarla a la calle img
Capítulo 11 Clayton abogó por mí. img
Capítulo 12 La mujer que me creaba problemas img
Capítulo 13 Entrenamiento vergonzoso img
Capítulo 14 Práctica con los dildos img
Capítulo 15 Deseo por Makenna img
Capítulo 16 Bryan era un pervertido img
Capítulo 17 La elegí primero img
Capítulo 18 Lucha entre príncipes img
Capítulo 19 Castigo img
Capítulo 20 Los tres príncipes pelearon por ella img
Capítulo 21 Ordenada a servir a Clayton img
Capítulo 22 Llegada a la villa de Clayton img
Capítulo 23 Clayton perdió el control de repente img
Capítulo 24 Estaba enamorada de Clayton img
Capítulo 25 Entrada forzosa img
Capítulo 26 El maniaco brutal img
Capítulo 27 Violación img
Capítulo 28 El Príncipe Clayton te echó img
Capítulo 29 Fingió esas marcas img
Capítulo 30 Querían desnudarla img
Capítulo 31 Discúlpate con ella img
Capítulo 32 El misterioso Dominic img
Capítulo 33 Me has hecho desearte aún más img
Capítulo 34 No podía simplemente rendirme img
Capítulo 35 La queja de Kristina img
Capítulo 36 El favor de Dominic img
Capítulo 37 La provocación de Jessica img
Capítulo 38 Jessica se lo buscó img
Capítulo 39 Competición de escalada img
Capítulo 40 Prácticamente está muerta img
Capítulo 41 La recompensa de Bryan img
Capítulo 42 Ni ganar ni perder img
Capítulo 43 El accidente img
Capítulo 44 La ganadora img
Capítulo 45 Llevándola lejos a la fuerza img
Capítulo 46 Otra tortura img
Capítulo 47 Clayton me vio en un estado lamentable img
Capítulo 48 La preocupación de Clayton img
Capítulo 49 El castigo de la perdedora img
Capítulo 50 Condiciones img
Capítulo 51 ¿Sabes el precio que debes pagar img
Capítulo 52 El lado diferente de Alicia img
Capítulo 53 Encerrados en el baño img
Capítulo 54 Una mujer encantadora img
Capítulo 55 ¿Qué quieres img
Capítulo 56 No puedes esperar img
Capítulo 57 Lo disfrutaba así img
Capítulo 58 Lista para ver la diversión img
Capítulo 59 Nunca sentí tanta vergüenza img
Capítulo 60 Más avergonzada img
Capítulo 61 Una aliada img
Capítulo 62 Devolviéndole la ropa a su dueña img
Capítulo 63 Clayton sabe cocinar img
Capítulo 64 Clayton no era como los demás img
Capítulo 65 Una doncella holgazana img
Capítulo 66 Otra provocación img
Capítulo 67 Lo siento img
Capítulo 68 Somos amigas img
Capítulo 69 Eres solo mía img
Capítulo 70 Un problema con mi vestido img
Capítulo 71 Mi vestido está dañado img
Capítulo 72 Darle una lección a Makenna img
Capítulo 73 Nadie está ahí img
Capítulo 74 Mi impresionante vestido img
Capítulo 75 Calumniada en público img
Capítulo 76 Demostró su inocencia img
Capítulo 77 Clayton me defendió img
Capítulo 78 La provocación de Jessica img
Capítulo 79 Mi anillo img
Capítulo 80 El favoritismo de Bryan img
Capítulo 81 Jessica estaba avergonzada img
Capítulo 82 Dominic llegó para provocar problemas img
Capítulo 83 Clayton me protegió img
Capítulo 84 Bailar con Clayton img
Capítulo 85 Otros castigos img
Capítulo 86 Disfrutar su agonía img
Capítulo 87 Pagar un alto precio img
Capítulo 88 ¿Puedo besarte img
Capítulo 89 Hacer el amor voluntariamente img
Capítulo 90 La gentileza de Clayton img
Capítulo 91 Seducir a los hombres apropiadamente img
Capítulo 92 Aprender de las prostitutas img
Capítulo 93 Una doncella secuestrada img
Capítulo 94 Una solución para salvarla img
Capítulo 95 Capturar a las dos mujeres img
Capítulo 96 Salvan a Lily img
Capítulo 97 Demostrar su aprendizaje img
Capítulo 98 Dura como una tabla img
Capítulo 99 ¿Kristina estaba detrás del Barrio Rojo img
Capítulo 100 Tener sexo en un auto img
img
  /  2
img

Capítulo 7 Reencuentro con Frank

Punto de vista de Makenna:

"Todo es culpa suya".

Los ojos de Kristina me perforaron con la intensidad de una bestia acorralada. "Si esta descarada no hubiera intentado seducir a Bryan, yo no habría perdido los estribos. Su Alteza, ¿me vas a castigar por esta miserable mujer?".

Clayton frunció más el ceño y me miró con una suavidad que no coincidía con la tensión del lugar. "¿Es cierto lo que ha dicho?".

"No, claro que no". Me mordí el labio inferior, sin poder defenderme. No importaba lo que dijera; al final, todo parecería mi culpa.

"De acuerdo". Clayton asintió con una expresión ilegible. No parecía creer las acusaciones de Kristina, ya que se volvió hacia los sirvientes que había en el pasillo y ordenó con mucha calma: "Llévenlas a todas de regreso a sus habitaciones".

"¡Su Alteza!". Kristina abrió los ojos con incredulidad. "¿La vas a dejar ir?", preguntó ella furiosa. "¡No, no lo permitiré!".

"¡Suficiente!". Clayton frunció más el ceño. "Si mi padre se entera de que quisiste matar a alguien a plena luz del día, no será piadoso contigo".

"Pero...". Kristina quiso seguir protestando, aferrándose obstinadamente al motivo de su rabia.

Pero Clayton ya la estaba ignorando, e hizo un gesto con la mano para que el sirviente me sacara de ahí.

Al ver ese desastre en el salón, los sirvientes se movieron con la cabeza gacha, respondiendo en voz baja y respetuosa. Pronto me sacaron de esa opresiva atmósfera.

Antes de salir, no pude resistirme a lanzar una última mirada al hombre de cabello plateado. Pero Kristina me miró a los ojos con la salvaje posesividad de un depredador protegiendo a su presa.

Rápidamente aparté la mirada, y el miedo me puso nerviosa. No podía permitirme desafiar a esa mujer. Su poder era una sombra que se cernía sobre mí, y si todavía quería matarme, escapar esta noche parecía ser mi última oportunidad.

Exhalé un suave suspiro cuando entré en mi habitación. Los acontecimientos del día se repitieron en mi mente, por lo que estaba agotada. Mi corazón se sentía pesado y agobiado por una desesperación que carcomía los bordes de mi alma.

No era más que una humilde loba en ese palacio, una persona que solo recibía desprecio y humillación. Parecía que a todos les encantaba pisotear mi dignidad.

Y luego estaba Bryan, el príncipe con un carácter tan volátil como una tormenta. Me había elegido a mí, así que temía no poder seguir en el palacio si me quedaba.

Las lágrimas empezaron a brotar y se derramaron por mis mejillas mientras mi cuerpo se sacudía con los sollozos. Me encontraba en un mar de miseria, preguntándome qué había hecho para merecer ese cruel destino.

No sabía cuánto tiempo había llorado, pero la noche se asentó a mi alrededor. Finalmente, mis lágrimas se secaron y me dejaron vacía mientras yacía mirando el techo en la cama.

¿Qué debía hacer?

De repente, recordé los susurros de los sirvientes mientras nos llevaban de regreso a nuestras habitaciones. Habían mencionado un jardín en la parte de atrás, un lugar donde podíamos pasear si estábamos aburridas.

La esperanza se encendió dentro de mí. Tal vez no estaba en un callejón sin salida. Tal vez, solo tal vez, había un camino oculto que podía llevarme lejos de esta prisión.

Con ese pensamiento y una firme resolución, me levanté de un salto y me dispuse a explorar el jardín trasero.

Pero me arrepentí en cuanto llegué.

El jardín era extenso y confuso. Mientras caminaba, los caminos se torcieron y giraron hasta que me di cuenta de que estaba perdida. Había vuelto al mismo lugar por tercera vez.

Me quedé desconcertada, sin saber a dónde ir.

"¿Makenna? ¿Qué estás haciendo aquí?".

Escuché una voz familiar que me dejó congelada.

Lentamente, me di la vuelta, sabiendo ya a quién encontraría. Ahí estaba Frank, con una expresión entre la fastidiada y la curiosa.

Mirándome severamente, se acercó a mí. "Te pregunté qué hacías aquí. ¡Respóndeme!".

Lo observé con los puños apretados a la altura de mis costados. El odio estaba brotando de lo más profundo de mi alma. "¿Qué hago aquí? ¿No deberías ser tú, entre todas las personas, quien sepa esa respuesta?".

De no haber sido por su traición, no habría soportado esa pesadilla. ¿Quién se creía que era para cuestionarme?

Frank se quedó desconcertado ante la frialdad de mi voz. "No puedes deambular por ahí", me advirtió con dureza. "Si el rey llega a enterarse, nos arrastrarás a todos contigo".

Su egoísmo e insensibilidad hirieron mi corazón ya lastimado, y maldije por no haberlo visto antes.

"Me das asco, Frank Thomas", escupí con todo el odio que pude reunir.

Frank resopló burlonamente: "¿Quieres culpar a alguien? Échate la culpa a ti misma".

Su atrevimiento me hizo reír amargamente. "¿Qué es lo que yo hice mal?".

"Eres demasiado aburrida, demasiado tonta. No puedes compararte con Jessica. No tienes idea de lo increíble que es en la cama. La he estado disfrutando durante mucho tiempo, tuve que haberte dejado desde entonces".

Su cruel confesión me revolvió el estómago y me sentí completamente enferma.

Mi odio se intensificó mientras lo observaba. "Fui una tonta. Estaba cegada por el amor que le tenía a un hombre como tú".

No valía la pena estar destrozada por él.

"¡Eres una inútil! ¿Quién te crees para juzgarme?". El rostro de Frank se retorció de rabia mientras se acercaba con la mano en alto para atacarme.

Instintivamente, di un paso atrás con miedo. Sin embargo, antes de que pudiera golpearme, una mano grande salió disparada, agarró la muñeca de Frank y la retorció con una fuerza brutal. Frank lanzó un grito de dolor.

Una figura alta e imponente había aparecido para protegerme. Mi corazón latió con fuerza en cuanto lo reconocí.

Para mi sorpresa, era Bryan.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022