EL RESPLANDOR DEL ÁMBAR
img img EL RESPLANDOR DEL ÁMBAR img Capítulo 1 CAP 1 - Mi vida cotidiana
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Capítulo 7 CAP 7 - Un nuevo comienzo img
Capítulo 8 CAP 8 - ¿Llamar o no img
Capítulo 9 CAP 9- Aceptando ayuda img
Capítulo 10 CAP 10 - Primeros pasos img
Capítulo 11 CAP 11 - Lazos que se fortalecen img
Capítulo 12 CAP 12 - Confusión img
Capítulo 13 CAP 13 - El peso del rechazo img
Capítulo 14 CAP 14 - Primeros latidos img
Capítulo 15 CAP 15 - Nuevas sensaciones img
Capítulo 16 CAP 16 - Confusión y deseos img
Capítulo 17 CAP 17 - Señales que no se pueden ignorar img
Capítulo 18 CAP 18 - Contándote img
Capítulo 19 CAP 19 - Un nuevo comienzo img
Capítulo 20 CAP 20 - Hacia lo desconocido img
Capítulo 21 CAP 21- Refugio mutuo img
Capítulo 22 CAP 22 - Lealtades en juego img
Capítulo 23 CAP 23 - un amor que desafía img
Capítulo 24 CAP 24 - Refugio en la intimidad img
Capítulo 25 CAP 25 - Preocupaciones inesperadas img
Capítulo 26 CAP 26 - Tensiones familiares img
Capítulo 27 CAP 27 - Graduaciones y flores img
Capítulo 28 CAP 28 - Sombras del pasado img
Capítulo 29 CAP 29 - El primer beso img
Capítulo 30 CAP 30- El inicio img
Capítulo 31 CAP 31 - Preparativos y sustos img
Capítulo 32 Cap 32 - Sustos del embarazo img
Capítulo 33 CAP 33 - Mensajes no deseados img
Capítulo 34 CAP 34 - Un embarazo avanzado img
Capítulo 35 CAP 35 - Propuesta img
Capítulo 36 CAP 36 - Noticias img
Capítulo 37 CAP 37 - Prensa img
Capítulo 38 CAP 38 - Nacimiento img
Capítulo 39 CAP 39 - Verdad distorsionada img
Capítulo 40 CAP 40 - Bajo el ojo público img
Capítulo 41 CAP 41- La sombra del escándalo. img
Capítulo 42 CAP 42 - El espectáculo de Samuel img
Capítulo 43 CAP 43 - La presión de responder img
Capítulo 44 CAP 44 - Preparativos para la verdad img
Capítulo 45 CAP 45 - La verdad frente al mundo img
Capítulo 46 CAP 46 - Esperando el veredicto img
Capítulo 51 CAP 51 - Preparativos antes de la tormenta img
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EL RESPLANDOR DEL ÁMBAR

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Capítulo 1 CAP 1 - Mi vida cotidiana

Ámbar.

A veces me pregunto si todo este esfuerzo vale la pena. No es que me arrepienta, porque al final, soy la única que puede cambiar mi destino. Pero hay días en los que el cansancio pesa más que la esperanza, y todo lo que quiero es detenerme, aunque sea por un momento, respirar y olvidar que estoy cargando el peso del mundo sobre mis hombros.

Hoy es uno de esos días. El pequeño apartamento en el que vivo con mis padres es silencioso por la mañana, lo que me da un raro respiro antes de enfrentar la realidad. Mi mamá ya se fue a su trabajo en la tienda de abarrotes y papá, bueno, hace lo que puede con las reparaciones esporádicas que consigue en el vecindario. El dinero nunca ha sido suficiente, pero tampoco nos hemos muerto de hambre. No hasta ahora, al menos.

Me levanto de la cama con esfuerzo. Mis músculos están adoloridos, pero no de hacer ejercicio, sino de trabajar largas horas de pie en el café del centro comercial. No me quejo. Ese trabajo paga parte de mi universidad, y por más agotador que sea, al menos me mantiene cerca de mis sueños. Seré la primera en mi familia en graduarme. A veces pienso en lo orgullosa que estaría mi mamá si supiera cuánto sacrifico por este título. Pero, para ser sincera, creo que ella preferiría que dejara la universidad y me consiguiera un trabajo "serio", algo estable que nos ayude a pagar las cuentas.

Saco mis libros del pequeño escritorio que tengo al lado de la cama. El espacio es limitado, así que mis cosas están organizadas en pilas perfectamente calculadas. El lugar parece más pequeño de lo que es, pero me las arreglo. Siempre me las arreglo.

Miro el reloj: las 7:30 a.m. No puedo evitar sonreír pensando en que veré a Samuel hoy. Él no tiene idea de lo mucho que sus mensajes me ayudan a levantarme cada día. "Nos vemos esta noche, amor", decía el último que me envió anoche. Sus palabras, aunque simples, tienen un poder que no sé explicar. Con él me siento diferente. A veces olvido la presión, la falta de dinero, las expectativas... y solo puedo pensar en nosotros.

Samuel es diferente a mí en muchos sentidos. Viene de una familia que lo tiene todo: dinero, lujos, y una reputación que mantener. Al principio, me intimidaba estar con él. Sentía que todos a su alrededor podían notar que yo no pertenecía a ese mundo. ¿Qué pensaría su familia si supieran que su hijo está saliendo con una chica como yo? A él parece no importarle, pero yo nunca puedo dejar de pensar en eso.

A veces, cuando salimos, él me lleva a lugares que yo jamás habría soñado visitar. Restaurantes elegantes, eventos con personas que hablan de cosas de las que no tengo ni idea. Me esfuerzo por no parecer fuera de lugar, pero sé que no soy como ellos. Mi ropa, aunque siempre trato de verme bien, no se compara con la elegancia de los vestidos de las mujeres que él frecuenta. Ellos tienen vidas resueltas, y yo apenas sobrevivo.

Pero Samuel siempre me dice que soy especial. Que lo que importa no es el dinero ni el estatus, sino lo que llevo dentro. "Eres increíble, nunca dejes que alguien te haga sentir menos", me susurra cuando nota mi incomodidad. Y quiero creerle, de verdad quiero. Pero a veces, las miradas de los demás me hacen pensar que está siendo ingenuo. ¿Cómo puedo competir con ese mundo?

Mis pensamientos se interrumpen cuando suena mi teléfono. Es Samuel. Me toma un segundo decidir si debo responder o no. Es temprano, ¿por qué me llama a esta hora?

-Hola -respondo, intentando sonar despreocupada.

-Buenos días, amor. ¿Cómo va tu día? -su voz, suave y segura, me reconforta, como siempre.

-Acaba de empezar, apenas estoy levantándome -le digo, estirando mi espalda mientras me apoyo contra la pared. El sol entra por la ventana, apenas iluminando mi habitación.

-Estaba pensando... ¿te gustaría ir conmigo esta noche a la cena de mi familia? Es algo informal, pero me gustaría que vinieras.

Mi corazón se acelera. Nunca he ido a una cena formal con su familia. Solo los he visto en breves ocasiones y siempre me siento como una extraña. No es que no me quieran ahí, pero tampoco es como si me acogieran con los brazos abiertos. Su madre, especialmente, parece medir cada palabra que digo, como si estuviera evaluándome constantemente.

-No lo sé, Sam... -dudo, jugando con el borde de mi camiseta. La inseguridad me invade. No quiero decepcionarlo, pero la idea de estar rodeada de gente tan diferente a mí me hace querer huir.

-Vamos, será divertido. Además, quiero que mi familia te conozca mejor -insiste, su voz dulce, casi como una promesa de que todo estará bien.

-Está bien, iré -respondo, aunque mi estómago se revuelve con la idea.

Terminamos la llamada y me siento de nuevo en la cama, mirando mi reflejo en el espejo al otro lado de la habitación. ¿Qué es lo que ve Samuel en mí? ¿Qué será lo que su familia ve? A veces siento que estoy jugando un papel, pretendiendo ser alguien que no soy para encajar en su mundo.

Pero al final del día, sigo siendo la misma chica de este pequeño apartamento, con una familia que apenas puede cubrir los gastos y con un futuro incierto que parece estar siempre en el aire. La universidad es mi única salida, mi única oportunidad de cambiar este destino que parece haberme sido impuesto desde que nací.

Recojo mis cosas y me preparo para enfrentar otro día. Sé que, de alguna manera, sobreviviré a esta cena y a todo lo que venga. Siempre lo hago.

Comenzamos esta historia.

Les doy la bienvenida a mi mundo.

Gracias por darle la oportunidad a esta historia que amo mucho.

Recuerden que estoy en redes como Genemua.Libros, ojalá puedan pasarse por allá para ver a los personajes como YO me los imagino.

Nos leemos después.

            
            

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