Encontrando el amor
img img Encontrando el amor img Capítulo 4 La nueva oportunidad de mi vida
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Capítulo 11 Problemas y un bebé img
Capítulo 12 Mi novia img
Capítulo 13 Una conversación con verdades img
Capítulo 14 Metiendo la pata ante su padre img
Capítulo 15 Salir para despejar img
Capítulo 16 La invitación luego del beso img
Capítulo 17 Visita inesperada para conocernos img
Capítulo 18 Provocaciones img
Capítulo 19 Discusión acalorada img
Capítulo 20 Propuestas y condiciones img
Capítulo 21 Cambios de humor img
Capítulo 22 Conversación en casa img
Capítulo 23 Llevando regalos img
Capítulo 24 Boda en diez días img
Capítulo 25 Nueva clausula img
Capítulo 26 Escogiendo el anillo img
Capítulo 27 Conversación entre mujeres img
Capítulo 28 El vestido de tus sueños img
Capítulo 29 Tomar decisiones juntos img
Capítulo 30 Amigo en problemas img
Capítulo 31 No te enamores de mí img
Capítulo 32 Decisión segura img
Capítulo 33 Nuestros votos img
Capítulo 34 Contrato sin firmar img
Capítulo 35 La verdad de todo img
Capítulo 36 Fuerte discusión img
Capítulo 37 Grave error img
Capítulo 38 La cena img
Capítulo 39 La luna de miel img
Capítulo 40 Incidente en el avión img
Capítulo 41 Brillo y sonrojo img
Capítulo 42 Di que eres mía img
Capítulo 43 Reencuentro no deseado img
Capítulo 44 Un cambio img
Capítulo 45 Pasión en la pista img
Capítulo 46 Esposa tierna, sexy y borracha img
Capítulo 47 Nueva decisión img
Capítulo 48 Tocar el cielo img
Capítulo 49 Pelea y reconciliación img
Capítulo 50 Amanecer contigo img
Capítulo 51 Visita al cementerio img
Capítulo 52 De lo bueno a lo malo. img
Capítulo 53 Conversación en la cena img
Capítulo 54 Madre he hija img
Capítulo 55 Preguntas sin respuesta s img
Capítulo 56 Accidente en la escalera img
Capítulo 57 En realidad no fue un accidente img
Capítulo 58 Confesión y sorpresa img
Capítulo 59 Cuidar lo que se ama img
Capítulo 60 Epílogo img
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Capítulo 4 La nueva oportunidad de mi vida

Capítulo 3

Rebeca

Lo primero que hago al entrar en la que fue por mucho tiempo solo mi habitación en esta casa, es ver a mi pequeño príncipe durmiendo plácidamente en su cuna. Todavía no me puedo creer como pasa el tiempo y como ha crecido tan rápido.

Siempre que me siento a ver a mi bebé dormir me acuerdo de todo lo que pase cuando él apenas tenía días de nacido y a mi mente llegan las noches en vela sin poder dormir porque simplemente él lloraba por todo. Oh las veces en que no supe como cambiarle el pañal y lo hacía llorar por cualquier cosa. Claramente recuerdo como hasta yo me unía a su llanto sin saber qué hacer y mi madre tenía que calmarnos a los dos con sus grandes conocimientos. Sin embargo, ya nada de eso importa si la vida me permite verlo crecer sano y fuerte, demostrándome que los momentos se viven un paso a la vez. Nadie nunca ha dicho que ser madre es tarea fácil, ya que uno aprende todos los días un poquito más sobre la marcha.

Luego de cambiarme y de tomar una ducha, me acuesto en la cama para por fin poder descansar de un día largo. Un día en el que todo ha sido altas y bajas, pero que enfrenté con todas ganas de comerme al mundo.

Después de haber dormido por un rato, ni siquiera me hace falta el reloj para saber que hora es, ya que mi pequeño siempre se despierta a las 5:30 de la mañana y todo para que le dé de comer. Creo que es un pequeño hábito que tiene desde que nació y yo la verdad ya estaba acostumbrada.

Me levanto de la cama para ir hacia su cuna y tomándolo en mis brazos para luego arrullarlo un poco, para que así deje de llorar. Vuelvo a la cama y solamente quito la parte de arriba de mi blusa, dejando expuestos mis pechos y este de inmediato se lanza a devorarlos. Dicen que la mejor etapa para lactar es hasta los 6 meses, debido a que cuando casi están llegando al año o a los dos años se le complementa la nutrición con papillas y cosas así. Sin embargo, para mí es muy saludable que sigan alimentándose del pecho por lo menos hasta los dos años. Cosa que en unos meses sucederá y mi niño cumplirá sus dos añitos.

Luego de darle el pecho a mi pequeño, este me deja volver a dormir otro ratito y la verdad lo necesitaba porque en cuanto el sol saliera tendría una entrevista de trabajo oficialmente La cual sería un gran avance para mí, debido a que así dejaría los trabajos de medio tiempo y podría darle una mejor vida a mi hijo con un trabajo estable.

...

Termino de ponerme el vestido formal que llevaría puesto para la entrevista de esta mañana, cuando de repente siento el llanto de mi hijo en la habitación y corro de inmediato para ver que ha pasado. Es ahí cuando ceo como mi pequeño Darío está llorando a mares porque se le ha caído su carrito al suelo y de inmediato voy hacia él para volvérselo a dar. No me gustaba para nada verlo así y en cuanto se calma luego de que le devuelva el carrito, este me mira con esos hermosos ojos verdes gigantes. Los cuales heredó de mí afortunadamente y con ellos derrite el corazón de cualquiera que lo vea.

La puerta de mi habitación se abre y por esta entra mi hermosa madre, la cual me mira de arriba hacia abajo para luego regalarme una sonrisa hermosa afirmando que le gusta lo que veía. Ella siempre ha sido una mujer súper elegante y hermosa, la cual con su exótico cabello rojo conquistó nuestro padre hasta el punto de llevar muchos años casados.

– Buenos días mis amores ¿Cómo amanecieron? ¿Por qué llorabas príncipe? – pregunto ella tomando a Darío entre sus brazos para que yo pudiera terminar.

– Estamos bien mamá, muchas gracias y aquí el pequeño príncipe lloraba porque dejó caer su carrito al suelo.

– Ay cosa preciosa de la abuela, ya verás que hoy la vamos a pasar muy bien tú y yo mientras tu mami consigue ese empleo. Hay que echarle muchas porras para que su suerte sea grande – dice mientras le hace caras graciosas y este se ríe.

– Ojalá y Dios te oiga mamá. Necesito este trabajo por Darío y por qué también quiero darle lo mejor a mi hijo. Ya es hora de que busque una estabilidad y deje de estar dependiendo tanto de ustedes.

– Ya verás como lo consigues, mi amor. Tú eres una mujer muy inteligente y sé que ese puesto es para ti. Además, Estefanía me llamo para recordarte que tu cita es en media hora y que no puedes llegar tarde. Tu papá te va a llevar en la camioneta así que corre para que llegues a tiempo.

– Gracias mamá, no sabes como los amo y como agradezco que no me hayan dejado sola cuando más los necesité.

– Tonterías, eres nuestra hija y nuestro deber como padres es apoyarte en los momentos difíciles y no darte la espalda porque todos somos familia. Estoy segura de que con el tiempo lo entenderás porque ahora tienes a este pequeño príncipe que necesitará de ti toda la vida.

– Bueno, está bien. Ya me voy, los amo mucho – digo tramando mi bolso y dejando un beso en el regordete cachete de mi hijo para luego hacer lo mismo con mi madre.

Mientras bajo las escaleras de la casa reviso que toda mi documentación esté en regla y cuando llego a la entrada de la casa, veo a mi padre jugando con las llaves de la camioneta mientras está recostado a ella. Debo admitir que me da gusto que él sea el encargado de llevarme a mi entrevista de trabajo, pero como los piropos no faltan en esta familia me atrevo a soltar uno para hacerlo reir.

– Buenos días, apuesto señor, me habían dicho que mi padre me esperaba afuera de la casa. Sin embargo, en su lugar me encuentro con semejante bombón delante de mí ¿Acaso save usted dónde está mi papá? ¿Qué acaso usted quiere robarme?

– Bueno, para mí sería un gran placer secuestrar a tan bella señorita, pero será en otra ocasión porque ya llegamos tarde princesa ¿Cómo dormiste amor? – me pregunta mientras abre la puerta de la camioneta para mí y deja un beso en mi mejilla.

– Dormí muy bien, papá. Muchas gracias, sin embargo, ahora mejor vamonos y platicamos por el camino.

El camino hacia la nueva oportunidad de mi vida se me hizo bastante largo, pero cuando estuve frente al gran edificio en donde se llevaría a cabo la entrevista. Me sorprendí por la imponente y glamoroso de este, ya que estaba frente a un gran edificio donde prácticamente todo era de cristal. No obstante, se veía muy sólido con sus paredes de concreto pintado de un color blanco y gris.

– No te asustes, pequeña, es solo una entrevista – dice mi padre al ver mi cara de susto y de puros nervios – Ya verás como al final te quedas con el puesto, pero si en algún momento alguien te hace sentir mal quiero que te defiendas como toda una guerrera ¿Entendiste?

– Fuerte y claro papá – digo con una sonrisa llena de confianza.

            
            

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