Encontrando el amor
img img Encontrando el amor img Capítulo 2 Un hombre manos larga.
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Capítulo 11 Problemas y un bebé img
Capítulo 12 Mi novia img
Capítulo 13 Una conversación con verdades img
Capítulo 14 Metiendo la pata ante su padre img
Capítulo 15 Salir para despejar img
Capítulo 16 La invitación luego del beso img
Capítulo 17 Visita inesperada para conocernos img
Capítulo 18 Provocaciones img
Capítulo 19 Discusión acalorada img
Capítulo 20 Propuestas y condiciones img
Capítulo 21 Cambios de humor img
Capítulo 22 Conversación en casa img
Capítulo 23 Llevando regalos img
Capítulo 24 Boda en diez días img
Capítulo 25 Nueva clausula img
Capítulo 26 Escogiendo el anillo img
Capítulo 27 Conversación entre mujeres img
Capítulo 28 El vestido de tus sueños img
Capítulo 29 Tomar decisiones juntos img
Capítulo 30 Amigo en problemas img
Capítulo 31 No te enamores de mí img
Capítulo 32 Decisión segura img
Capítulo 33 Nuestros votos img
Capítulo 34 Contrato sin firmar img
Capítulo 35 La verdad de todo img
Capítulo 36 Fuerte discusión img
Capítulo 37 Grave error img
Capítulo 38 La cena img
Capítulo 39 La luna de miel img
Capítulo 40 Incidente en el avión img
Capítulo 41 Brillo y sonrojo img
Capítulo 42 Di que eres mía img
Capítulo 43 Reencuentro no deseado img
Capítulo 44 Un cambio img
Capítulo 45 Pasión en la pista img
Capítulo 46 Esposa tierna, sexy y borracha img
Capítulo 47 Nueva decisión img
Capítulo 48 Tocar el cielo img
Capítulo 49 Pelea y reconciliación img
Capítulo 50 Amanecer contigo img
Capítulo 51 Visita al cementerio img
Capítulo 52 De lo bueno a lo malo. img
Capítulo 53 Conversación en la cena img
Capítulo 54 Madre he hija img
Capítulo 55 Preguntas sin respuesta s img
Capítulo 56 Accidente en la escalera img
Capítulo 57 En realidad no fue un accidente img
Capítulo 58 Confesión y sorpresa img
Capítulo 59 Cuidar lo que se ama img
Capítulo 60 Epílogo img
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Capítulo 2 Un hombre manos larga.

Capítulo 1

3 años después

Rebeca

El ambiente de la discoteca es bastante intenso y el calor que desprenden los cuerpos de las personas bailando a mi alrededor es sofocantes.

Muevo mi cuerpo al ritmo de la canción que suena en todo lugar y aunque amo bailar y disfrutar lo más que más puedo de estos momentos, debo de decir que mi mente no se encuentra del todo tranquila.

Hace 3 años mi vida cambió por completo y me convertí en madre de un hermoso niño, el cual esta noche está bajo los cuidados de mis padres. Los cuales insistieron mucho en que viniera a bailar para despejarme y que así de ese modo, pudiera disfrutar con mis amigas una noche de chicas. Cabe mencionar que solamente dos de ellas se han mantenido a mi lado después de lo que sucedió, ya que el resto solamente eran personas falsas que me hablaban solo por conveniencia.

La verdad sabía que mi pequeño campeón estaba en muy buenas manos, debido a que mis padres lo amaban mucho y lo cuidaban mejor que yo. Aunque no por esto quiero decir que sea un desastre como madre, pero después de haber quedado embarazada mi vida se convirtió en un completo caos. Yo era una chica joven he inexperta y el padre de mi bebé jamás quiso hacerse cargo, lo que me llevó a convertirme en madre soltera y padre para mi pequeño.

Luego de que le contara a Esteban sobre mi embarazo, el muy desgraciado se fue del país con ayuda de su familia. Los cuales muy cínicamente me dijeron que este se había ido de vacaciones y después de eso jamás lo volví a ver. Algo que a estas alturas de la vida ya ni siquiera me importa porque lo mejor que me pudo haber pasado fue que desapareciera para siempre.

Por muchos días les oculté a mis padres y a mis dos hermanos varones lo de mi embarazo. Sin embargo, luego de que tuviese un desmayo repentino en casa y de que estos me llevaran al hospital. Se enteraron por un doctor de lo que me sucedía y aunque al principio me reclamaron por no habérselos contado, en cuanto supieron todo lo que me había hecho Esteban no dudaron en darme su apoyo.

Aún recuerdo las horas dolorosas que pasé antes y después del parto, pero todo eso quedó en el olvido en cuanto vi la hermosa carita de mi hijo. Además, agradecía a mi padre por haber estado a mi lado en ese momento tan difícil, ya que él me apoyó justo cuando sufría horriblemente pariendo para traer a mi hijo al mundo.

Después de bailar y de sacudir mi cuerpo por toda la pista, le digo a las chicas que voy por un trago y estas solamente asiente con la cabeza dejándome ir.

– ¿Qué te sirve preciosa? – me pregunta el batman, quién debo reconocer es bastante guapo, pero a decir verdad no estoy interesada en los hombres.

– Quiero una botella de agua natural con limón, por favor – le digo y este me ve de manera rara.

– ¿En serio que solo quieres eso? – me vuelve a preguntar en un tono un poco más alto, ya que han subido la música.

– Sí, en serio. Solo quiero eso.

Al parecer al batman no le hizo mucha gracia mi pedido, pero aun así no le tomé importancia. Digamos que no me gusta tomar alcohol y aparte, después de lo que me pasó hace años con Esteban mucho menos. Por lo tanto, solamente saco mi celular de mi bolso y reviso para ver si hay algunos mensajes de mi madre o de papá. Necesito saber como está mi pequeño, pero hago una mueca al ver que ninguno se ha dignado en pasarme tan siquiera un solo mensaje.

Levanto mi vista del celular en el momento en el que mi vaso con agua y limón es puesto delante de mí y le sonrío al batman extendiéndole un billete. No quiero que piense que porque voy a beber solamente agua no se lo pagaré por su servicio.

Tomando mi bebida y viendo por donde están las chicas, me da gusto ver que no están dentro del tumulto de gente, sino que están en una esquina acomodadas con una mesa. Teniendo el espacio suficiente para bailar y que nadie se me arrime, no me gusta mucho el contacto con desconocidos porque no sabes nunca lo que puede llegar a pasar.

Cuando camino en dirección hacia ellas y estoy a punto de llegar, de la nada soy detenida por un golpe que recibo en mi trasero. Al parecer algún idiota quiso hacerse el de las manos larga, pero como soy una mujer que no se deja de nadie, no me quedo tranquila después de eso.

Rápidamente me giro para ver quién ha sido el imbécil que ha azotado el trasero y en cuanto lo tengo enfrente solamente dejo caer mi mano sobre su mejilla. Algo que obviamente lo tomó por sorpresa, pero más sorpresa se llevó cuando le lancé mi vaso con agua en su cara.

– En tu vida vuelvas a tocarme imbécil o te juro que te partiré la mano en miles de pedazos. Ningún maldito idiota tiene derecho a ponerme un dedo encima y mucho menos de esa manera – digo furiosa y en alta voz haciendo que algunas personas me vean.

El hombre que ha azotado mi trasero y que aún está estupefacto por mi reacción. Solamente me mira como si hubiese visto un fantasma o como si yo estuviese loca. No obstante, que ni crea que porque llevar un traje caro de esos de oficina y tenga su barba perfectamente recortada voy a dejar que me manose a su antojo. Bien dicen que las apariencias engañan y aunque él luzca como un maldito hombre con clase, no es más que un depravado manos largas.

– ¿Pero tú estás loca? – me pregunta luego de salir de su asombro.

– No, no estoy loca. Solamente que no me gusta que imbéciles como tú me pongan la mano encima. Así que si no quieres terminar en el hospital con tu mano rota, será mejor que no lo vuelvas a hacer.

Un duelo de mirada se formó entre nosotros, pero ni siquiera di mi brazo a torcer frente a él. No soportaba ese tipo de hombres que hacían esas cosas porque así mismo se comporta Esteban conmigo antes de dejarme abandonada y embarazada.

Mi noche ahora se había arruinado por completo debido a lo sucedido con ese hombre, así que luego de caminar hacia la mesa en la que se encontraban las chicas y de despedirme de ellas. Decidí salir de ese lugar cuanto antes, necesito coger aire y dentro de este sitio no podría hacerlo.

            
            

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