Capítulo 5 Puedes perder en este juego

ANDRÉS

Esa tonta niña me va a matar de un dolor de cabeza y para colmo el idiota de Patricio, coquetea con ella en la mesa, después que esa niña se fuera mire molesto a Patricio.

-Deje de coquetear con esa niña, tal vez debiste quedarte al frente de los negocios -comente molesto y me coloco de pie, para luego dirigirme a mi despacho, en donde no pude evitar tomarme un trago.

-Esa niña no va a poder conmigo -pensé en vos alta, al terminar mi trago de un solo golpe.

Me quedo en mi despacho un par de horas observando a través de las ventanas que esa niña, será la que salga por sí sola de esta casa y debe ser lo antes posible.

Luego de un rato, me fui a mi habitación a descansar. Quitó toda mi ropa quedando únicamente en bóxer. Tenía la intención de ir a tomar una ducha, pero vi una sombra pasar por al lado de mi puerta, así que tomé el short de mi pijama y rápidamente seguí a la sombra.

Esa sombra camino hasta donde se encuentra el piano y no tardo mucho en comenzar o sonar, no dije nada, sabía que era ella, Marisol, mi dolor de cabeza, como una chica que toca el piano de una manera tan adorable puede causarme tantos dolores de cabeza.

Mientras, Marisol, toca el piano de manera espectacular, yo me quedo al otro lado de la puesta escuchándola por un apretón de horas hasta qué término de tocar y supe que saldría, por lo que corrí a mi habitación justo a tiempo porque unos segundos después ella pasa por frente de mi puerta hasta su habitación.

Luego de eso, si pude tomar una ducha y acostarme más relajado, a lo mejor ella piensa que tocando el piano a esas horas me molestaría, pero no es así. Me encanta, será lo único que extrañaré de ese dolor de cabeza una vez que logre que se vaya de aquí y yo pueda tener paz.

Al entrar en mi cama, pude dormir plácidamente hasta el otro día, en donde mi alarma sonó a las cinco de la mañana como cada día, así que me prepare para salir a correr, me gusta el ejercicio y mantenerme en forma, por lo que corro al rededor de toda la propiedad.

Pensé que a esa hora, yo era el único despierto, pero después de varios kilómetros recorridos llegué al panteón familia, el cual está al otro lado de la propiedad, en donde me encontré al dolor de cabeza que el padre dejó aquí, dejando una flor y luego siguió corriendo.

Ella, afortunadamente, no logró verme, así que cuando ella se fue, me acerqué al lugar donde dejó las flores. Ahí está el nombre de la difunta esposa de mi padre, aunque fue su esposa por muy poco tiempo.

Yo nunca supe por qué casó con una condenada a muerte, pero supongo que fue para asegurarse de que nadie se llevara a la niña

Sí, pues, tras la muerte de la madre, la niña pasó a estar bajo la tutela de mi padre y mientras yo crecí en un internado, ella creció en la que debió ser mi casa.

Después de darle algo de ventaja a la chica, para no tener que toparme con ella cuando llegue a la casa, seguí mi camino y corrido el resto del camino sin distracciones a la casa.

En cuanto llego a la casa, les ordeno a los empleados que preparen el comedor para el desayuno. Después me ducharé y bajaré a desayunar y espero que ella y Patricio estén ahí en la mesa.

Tomo una ducha rápida después de correr por tanto tiempo y me preparo para ir a presentarme en la empresa que mi padre tenía aquí y que ahora es mía.

Si no vine aquí solamente por la tal Marisol, también por negocios familiares en los cuales debo colocarme al frente.

Me coloco mi mejor traje hecho a la medida y bajo hasta el comedor en donde ya están Patricio y la chica desayunando entre risas y no dejan de reír porque yo este ahí.

-Buenos días -Ambos me saludaron al tiempo y yo simplemente me limité a asentir con la cabeza.

-¿Cómo lo soportas? -Le pregunta el dolor de cabeza andante a Patricio y este ríe, para luego responder

-Con mucha paciencia y práctica, lo conozco de toda la vida -responde y ella pone cara de desagrado, aunque sin dejar su sonrisa de lado.

-Eres un santo por soportarlo -comentó sindicar de verme.

-Sigue con tu juego y verás que la que no podrá soportarme, serás tú -amenace y ella se encogió de hombros.

-De todas maneras no te soporto desde el minuto uno que lo conocí, así que no me importan sus amenazas, ya me voy a clases. - Marisol se levanta y se despide de Patricio, para luego abandonar el comedor

-Amigo, no deberías retarla tanto, te aseguro que serás tú el que pierda si sigues con ese juego -aconseja Patricio.

-Yo nunca pierdo y te aseguro que esa niña se irá de esta casa por su propio pie y tú dejas de ser tan confiado con ella, mejor vayamos a trabajar -le indiqué y únicamente tomé mi juego y salí de la casa con Patricio.

En la oficina pediré otro desayuno. Discutir con esa niña me quita el apetito, por lo que desayunar más tarde.